Cuando Marcela llegó a su casa encontró a Juanfe encerrado en su dormitorio. Golpeó a su puerta pero no quiso salir, ni hablar, ni cenar. Quizás debería haber insistido… pero la experiencia que había ido adquiriendo en el conocimiento de su hijo le indicó que era mejor dejarlo tranquilo. Entendía… estaban pasándole muchas cosas… Cristián había reaparecido, la denuncia que habían hecho… eso era suficiente para alterar su tranquilidad. Deseaba abrazarlo y decirle que todo iba a estar bien, que no tenía que preocuparse tanto… pero supo que sus palabras sonarían sin sentido para su hijo.
Dentro del cuarto Juanfe seguía sin moverse. La rabia seguía dando vueltas por su cuerpo… ¿Cristián sentía algo por él?.. ¿se estaba enamorando?… ¿y él había arruinado sus planes?… recordar las palabras de Cristián solo lograba enfurecerlo aún más…
No tenía derecho a abrumarlo así…
Se iba… se mandaba a cambiar… lo dejaba botado sin importarle que fuera de su vida y luego volvía diciéndole que había tenido miedo y que estaba enamorado…
Pues que siguiera teniendo miedo toda su vida!!!!
No entendía esa clase de amor…
Había soñado tanto con encontrar a alguien con quien compartir su vida… dejar atrás la soledad en la que vivía sumido desde chico y sentirse acompañado… deseaba alguien que le dijera que su extrema sensibilidad no era algo malo, que estaba bien jugar y llorar cuando tenía ganas, que entendiera su forma de ser diferente… deseaba tanto encontrar a alguien… y ese alguien en su sueños siempre se parecía a Cristián… siempre actuaba como Cristian antes de desaparecer, lo besaba y tocaba cono Cristián… siempre era Cristian!!! Maldita sea!!!
¿Así es que Cristián tenía miedo?.. y ¿Qué diablos creía que le pasaba a él??… temblaba de solo pensar en Cris… ahora tenía miedo de enfrentar sus sentimientos… Cristián había representado la total seguridad, el apoyo incondicional… y lo había echado de su casa!!! El también sentía!! Que acaso no podía verlo??!!!! Sentía un vacío aún más grande que cuando Cris se fue sin decirle… ahora era él quien lo había echado…
Se metió a la cama aun furioso… herido… cansado… confundido. El sueño demoró mucho en llegar, cuando sus ojos ya estaban hinchados y enrojecidos de llorar…
Mejor así… que Cristián se fuera con su miedo a otra parte… que le hablara de sus temores y sentimientos al mocoso con el que andaba… que se escondiera en su trabajo de detective… que se largara para siempre… él aprendería a encontrar la forma de llenar el enorme vacío que sentía… de reemplazar la imagen de Cristian por la de alguien más… tenía que haber alguien más… algún otro así de perfecto como era Cris antes… que se fuera para siempre…
-. Para siempre…- repitió despacio antes de quedarse dormido.
CRISTIAN.
Nada había resultado como creyó que sería… lo había echado todo a perder… Juanfe no quería saber de él… y lo peor… se asustó cuando fue a tocarlo!!!
Cerró de un portazo el departamento al entrar y comenzó a pasearse como león enjaulado…
Juanfe estaba actuando como un mocoso chico… un necio… un taimado… un… un… se le acababan las palabras para calificarlo
¿Por qué no entendía sus razones?… eran claras.. eran fáciles de comprender… eran… eran… tan débiles y sin sentido ahora que las revisaba en su mente…
Se tomaba la cabeza entre las manos… tiraba de su propio pelo de la pura rabia que sentía… golpeaba el sillón… gritó para dejar escapar toda la tensión que había acumulado…
Él, siempre tan tranquilo y dueño de su persona, estaba totalmente fuera de sí. Por primera vez algo lo descolocaba de tal manera que la tranquilidad desaparecía de su persona y no sabía qué hacer… no estaba preparado para esto, nunca había pensado que algo así le pasaría…. Pero… es que… le dijo… le costó… pero con palabras claras le dijo que se estaba enamorando de él y a Juanfe no le interesó… solo se preocupó de su pena y su miedo…
Cristián se detuvo un momento dejando caer los hombros en una actitud de derrota…
Sus miedos… todos los miedos de Juanfe…
Respiró en silencio con la vista fija sin realmente ver…
Tenía tanto miedo de la vida… es que lo habían dañado tanto… nunca había tenido un padre para apoyarlo, luego el maldito de Adrián y sus amigotes… y para rematarlo todo..él.
Tenía muchas razones para tener miedo a la vida.. a los sentimientos… al amor…
Su rostro fue dejando atrás el enojo para dar paso a la comprensión…
Por supuesto!! Claro que si!!!…
Eso era lo que había pasado… Juanfe estaba asustado… tenía miedo de él… de que volviera a herirlo.
Dios!! Dios!!! eso era!!!!
No todo estaba perdido… ¿quién mejor que él para entender los miedos de Juanfe?
Aun había esperanzas… tenía que haberlas… no podía darse el lujo de perder a ese niño adorable… tan lindo, que despertaba en él tantas emociones increíbles … lo conocía bien, lo amaba tanto… le era necesario en su vida… tenían que continuar juntos… de otro modo, todo se volvía plano y carecía de sentido…
-. Dios!!!…. es verdad.. – repitió asustado de sus pensamientos… – es verdad…- nada parecía bueno si no estaba Juanfe presente…
Se daba cuenta que todo lo que antes era primordial para su existencia, la motivación de cada uno de sus días, pasaba a segundo plano… demostrar su valor ante sus padres, ser importante… comprar una casa… Un vehículo…
-. Nada importa sin ti…-
Se dejó caer en el sillón… respiraba agitado… medio sonriente, medio asombrado… las expresiones en su rostro cambiaban de prisa… el pasado se iba volviendo borroso… lo que creyó importante dejaba de serlo… tenía algo nuevo por lo cual luchar… algo que era mucho más importante… una motivación que lo abarcaba todo… Juanfe.
-. Maldito Ramírez…- tenía razón… el viejo tenía razón en todo lo que le había dicho.
Le costó mucho mantenerse quieto… tenía ganas de salir corriendo nuevamente a hablar con él… decirle que había entendido y pedirle que no tuviera miedo… quería reír y abrazarlo… besarlo para acallar sus protestas y repetirle mil veces que estaba seguro con él…
El departamento se le hizo chico… necesitaba más espacio… estaba lleno de una energía que pocas veces había experimentado… no tenía sentido intentar dormir cuando estaba completamente pasado de revoluciones y solo quería que llegara luego el día siguiente para buscarlo.
Se calzó sus zapatillas deportivas y ropa cómoda… recorrió varias veces las cuadras trotando… las imágenes de lo que había pasado en la tarde pasaban por su mente… algunas lo enojaban pero más que nada, lo hacían sonreír… Dios!! es que Juanfe enojado se veía tan bonito, tan deseable… sus ojos tenían chispas de fuego pasional cuando le gritaba que se fuera de su casa… Juanfe envuelto en pura pasión… corría más fuerte… sonreía…
Mañana… que llegara pronto mañana.
Habló con Ramírez y fue exactamente lo que el viejo detective había predicho: Cristián, por voluntad propia, le contó la historia completa de su vida, de lo que había sucedido con Juanfe y la maldición que Adrián Araneda había significado en la vida del menor. Ramírez entendió todo y termino de calzar las últimas piezas del puzle que ya casi había resuelto por su cuenta.
-. Necesito solucionar mi problema señor-
Había una media sonrisa satisfecha en la cara de Ramírez.
-. Pensé que habías dicho que no había nadie importante en tu vida, que no tenías tiempo para el amor–
Cristián sonrió a medias… sintiendo como al calor sacudía sus mejillas… era bochornoso reconocerse enamorado, pero a la vez, se sentía bien.
-. Me equivoque al decir eso-
-. Me alegra que lo hayas entendido– Ramírez se puso de pie. Cristián se volvería un gran detective. Tenía la capacidad de cambiar, de ver más allá, tenía la inteligencia necesaria pero también tenía ese “extra” que se necesitaba para ser uno de los mejores… y estaba en su equipo. Él lo había descubierto y se sentía orgulloso de su propia habilidad.
-. Ve a buscarlo y no vuelvas sin una sonrisa en la cara-
-. No sé si sea tan fácil, señor– ya le había dicho todo… ahora podía decirle también que estaba nervioso y no tan seguro como le habría gustado estar. Quería confiar en él. Ramírez le había demostrado con creces que era una persona digna de su aprecio y confianza
-. ¿Lo quieres?-
-. Si –
-. Entonces puedes hacerlo–
Ramírez lo miró irse. La nostalgia lo invadió… Cristián estaba haciendo lo que él nunca se atrevió a hacer cuando fue el momento adecuado… abrió el cajón de su escritorio y buscó una foto antigua en la que aparecía él, cuando era joven, junto a una chica sonriente… su mirada, normalmente dura y algo cínica, se volvió triste…
Debió haberla buscado…
Cristián apenas tenía tiempo de llegar a la hora… quería sorprender a Juanfe a la salida del colegio… un lugar público donde no pudiera rechazarlo.
Cuando llegó, los escolares hacían abandono del establecimiento y la calle estaba llena de adolescentes y vehículos. Se acercó con cautela, mirando atentamente y deseando no haber llegado tarde. Juanfe siempre salía de los últimos. Miró hacia las escaleras buscándolo y de pronto lo vio. Diablos!! No estaba solo. Enrique había tenido la misma idea de ir a buscarlo y caminaba con él. Los dos conversaban absortos sin prestar atención a nadie más. Se quedó quieto mirándolos. No le gustó ver a Enrique al lado deJuanfe. Entendía que no tenía ningún derecho… no podía reclamarle nada… pero los celos no eran agradables de sentir. Los sentimientos dulces y esperanzadores que traía fueron reemplazados por algo un poco más fuerte. Avanzó hasta ellos y los alcanzó cuando ya se alejaban de la multitud.
-. Juanfe!!!-
Ambos chicos se volvieron. El rostro de Juanfe pasó rápido de la sorpresa a la molestia, pero no escapó al ojo de Cristián la primera impresión de Juanfe… que no fue de rabia…
-. ¿Qué haces aquí?! No quiero verte– se giró con la intención de alejarse.
-. Necesito hablarte… por favor– Diablos!!! Estaba rogándole en frente de Enrique… pero no le importaba con tal de conseguir su atención – No podemos seguir así–
Juanfe hizo como que no había escuchado y siguió avanzando…
-. Juanfe… escúchame, por favor-
Enrique miraba a ambos confundido y luego comenzó a seguir a Juanfe… se alejaban…
-. Juanfe!!!…-
Cristián pensó en seguirlo… pero algo lo mantuvo inmóvil en su sitio. Juanfe no podía irse así nada más… no… no era posible…
Juanfe seguía caminando de prisa pero a medida que se alejaba sus pasos se volvieron más lentos y pesados… indecisos… escuchaba la voz de Cristián… sabía que estaba ahí por él… recordaba sus explicaciones, anoche las había vuelto a pensar y aunque no quería… tal vez… solo tal podía entender… un poco… Cris también había tenido miedo… pero más que nada tenía en la mente todo lo cercano que habían sido y el nivel de confianza que llegaron a compartir… mierda!! Cristián había sido su refugio durante tanto tiempo… llegar a su casa cada día sintiendo que era un lugar tan seguro y amigable…
Algo pasó en su corazón… el peso de los recuerdos y sentimientos compartidos comenzó a tener más peso y valor
No podía… no tenía el corazón tan duro… Ahora.,. pasado el enojo inicial y la sorpresa del día anterior, no se sentía tan fuerte ni valiente…. No era capaz de dejarlo botado tal como lo había hecho él… sabía bien cuánto dolía… conocía el orgullo de Cristián y cuanto tenía que haberle costado lo que estaba haciendo parado en la calle rogándole… sabía que lo estaba hiriendo… comenzó a transpirar…
-. Juanfe, no- la voz de Enrique sonó dura a su lado– sigue caminando–
Si… si… tenía que seguir… lo mejor era alejarse…
¿por qué entonces le costaba tanto?.. ¿Por qué sentía que con cada paso estaba despidiéndose de algo maravilloso?…
Sus pasos se volvieron tan pesados que ya no pudo moverse… tenía rabia consigo mismo… por ser tan débil… por no tener el coraje suficiente y seguir alejándose hasta perderlo para siempre… porque le dolía saber que ya no volverían a compartir la maravillosa intimidad que existió entre ellos…
Juanfe se detuvo cuando había avanzado unos cuantos metros más. Permaneció inmóvil en el mismo lugar…
Cristián notó el movimiento del cuerpo del menor… estaba de espalda pero respiraba rápido y temblaba como si estuviese llorando… Enrique le hablaba, preocupado, peroJuanfe no le hacía caso.
Cuando Juanfe finalmente se dio vuelta, Cris pudo ver las lágrimas en su cara… lo miraba fijamente y no tenía una expresión de tristeza sino de rabia… Cris no aguantó más. Se acercó cubriendo rápido los metros de distancia, sabiendo que nada podría detenerlo en ese momento. Ese niño lloroso era lo más valioso que existía en el mundo para él
-. Fuiste un cobarde – afirmó Juanfe con rabia en la voz… lo miraba con los ojos llenos de agua y dolor
-. Si, lo fui- no se detuvo.. solo aminoró la marcha
-. Fuiste egoísta – seguía recriminándole
-. Pensé solo en mí. Tuve miedo-
-. Me hiciste sufrir- dolía decirlo
-. No volveré a hacerlo nunca más… – jamás, jamás volvería a dañarlo
-. ¿Por qué habría de creerte?
-. Porque me conoces mejor que nadie-
-. No eres mi hermano-
-. No quiero ser tu hermano- No… no quiero serlo..
En ese punto Juanfe dejó de llorar… su rostro se volvió serio y su mirada aún más penetrante… desafiante.
-. ¿Qué quieres ser entonces?-
¿Y se lo preguntaba ahí??!! Delante de Enrique… en plena calle…
Cristián no desvió sus ojos de los de Juanfe… de pronto entendió lo que el menor estaba haciendo… Si él estaba tan seguro de lo que quería, entonces que se lo demostrara… que lo gritara a los cuatro vientos… sin miedo y con mucha seguridad.. que le confesara delante de todos lo que deseaba… Juanfe quería certeza, una prueba real, una demostración sin dudas. A eso había venido, no? A vencer con Juanfe los miedos que lo atormentaban, a brindarle seguridad.
-. Quiero estar contigo- respondió con la voz firme y muy clara… no supo cómo sus dedos se habían enredado con los de Juanfe y se apretaban. Tuvo miedo de su reacción, pero no lo estaba rechazando… aceptaba su mano.
-. No quiero– protestó… Sin embargo la mano de Juanfe lo retenía y sus dedos se habían aferrado más a su mano
-. Si… si quieres-
Juanfe seguía negando, moviendo la cabeza lentamente, pero sus dedos se estaban trenzando entre los de Cristian y se apretaban más y más… Cristián suspiró un poco más confiado y le buscó los ojos
-. Nunca más Juanfe… nunca volveré a herirte…-
Por primera vez en esos largos minutos, el rostro del menor dibujó apenas una sonrisa, tan breve que Cris no estuvo seguro de haberla imaginado…
-. Pero no sé quién eres ahora-
Sus manos hablaban otro idioma… estaban tan unidas y se acariciaban…
-. Soy el mismo de siempre… no he cambiado-
Cristián se acercó otro paso hacia Juanfe… quería abrazarlo… coronar esta cercanía que estaban logrando… sin embargo la figura de Enrique interponiéndose entre ellos los hizo volver bruscamente a la realidad
-. Un momento… dijo que no quiere… ¿Juanfe?- pregunto Enrique que hasta el momento se había quedado quieto escuchando el diálogo entre ellos dos… nada contento.
Para Juanfe también fue como despertar de un sueño. Retiró bruscamente su mano separándose de Cristián.
-. Yo… tengo que irme-
-. ¿Podemos hablar más tarde?- preguntó Cris esperanzado
Juanfe asintió levemente con su cabeza y luego se alejaron caminando rápido.
Cris quedó de pie en la vereda sintiendo como si un tren lo hubiera arrollado y no tenía claro en qué parte había ido a parar…
¿Le había dicho que si?.. ¿le había respondido?… ¿Qué había pasado?. Se quedó ahí mismo hasta que se perdieron de vista. Miraba su mano… la misma que había entrelazado con Juanfe… de pronto sonrió.
-. Si puedo… si puedo-
Se alejó corriendo del colegio. Tenía cosas que hacer antes de ir a la casa de Juanfe más tarde. Flores?.. un peluche??… chocolates?? diablos!!!.. nunca había intentado conquistar a alguien antes… ¿Cómo se hacía esto???
La paciencia no era una de las virtudes de Cristián. Sabía que no tenía que presionarlo y darle un poco de tiempo… pero estaba consumido por la ansiedad… miraba la hora cada diez minutos y parecía que el tiempo avanzaba más lento hoy.
Jamás se hubiera imaginado que él iba a ir caminando por la calle con lo que llevaba ahora entre sus manos. La gente lo miraba… algunos sonreían con agrado, otros lo miraban casi con burla… pero Cristián seguía avanzando a prueba de balas… nada ni nadie podría detener lo que sentía y las ganas que tenía de llegar pronto y ver la expresión en el rostro de la única persona que le importaba en el mundo…
A las 6 de la tarde en punto estaba de pie frente a la puerta de su casa, esperando que le abriera… todo nervios y emoción… venía dispuesto a hacer lo que fuera por volver a ver una sonrisa en el rostro de Juanfe, por recuperar al amigo y descubrir el amor.
Tocó el timbre y espero inquieto.
Detrás de la puerta, Juanfe lo esperaba desde hacía rato… lleno de emoción… Se sentía como un niño de nuevo… no es que fuera tan grande tampoco, pero por alguna razón, Cristián lo hacía sentirse niño de nuevo…
Ahora estaba más tranquilo. Hacia unas horas atrás había peleado a gritos con Enrique.
-. ¿Por qué le dijiste que viniera a tu casa?-
Enrique honestamente no entendía y creía tener motivos suficientes para reclamarle.Juanfe lo había llamado durante la mañana, todo llanto y confusión, para contarle que Cristián había aparecido en su casa, que lo odiaba y no quería saber nada de él. Enrique sintió que podía avanzar otro paso y le dijo que iría a buscarlo cuando terminaran las clases. Nada más verlo, Juanfe comenzó a contarle… todo iba bien pero entonces Cristián había aparecido; Juanfe, por más que repitiera que no quería verlo, terminó diciéndole que sí, que hablarían… ¿Qué poder tenía Cristián sobre Juanfe?… lo hacía llorar con facilidad, le alteraba el ánimo y lo convertía en gelatina… Enrique estaba molesto. Cristián conseguía de Juanfe, con facilidad, todas las cosas que él jamás conseguiría…
-. Dime… ¿por qué le dijiste eso?-
-. Fuimos amigos…- ¿en verdad ya no lo eran más?…
-. Pero qué clase de amigos??? te dejó botado… ¿ya no te acuerdas? Es un cretino egoísta- Enrique estaba alterado y Juanfe intentaba calmarlo…
-. Tuvo razones para hacerlo…- respondió despacio sin creer que lo estaba defendiendo…
-. ¿Cómo que tuvo razones?!!!… ¿y todo lo que sufriste y lloraste??!!-
Enrique se molestaba más a cada momento y Juanfe no sabía porque eso estaba comenzando a enojarlo a él también. No quería defender a Cristián delante de Enrique… no quería traicionarse… quería seguir enojado con él… pero de a poco… sin saber cómo, las razones de Cristián comenzaron a tener sentido… a cobrar vida y hacerle reales. Los miedos de Cris… también tenía sus propios temores, solo que nunca los había expresado en voz alta… a él siempre le había parecido que Cristián era una roca firme sobre la cual apoyarse, pero… era humano… también tenía susto como cualquiera… era extraño entender eso de Cris
-. Es que él me explicó…- no quería defenderlo pero no podía callar…
-. Ahora lo estas justificando??!!-
-. NOOO… bueno… es que…-
-. ¿Te explicó también lo que hace con el chico que tiene de pareja?-
-. No es su pareja – Cris se lo había dicho… quería creerle aunque sonaba dudoso
Enrique se largó a reír, receloso y disgustado… sus planes se iban diluyendo…
– ¿Y tú le estas creyendo todas las mentiras que te contó?…-
-. Cristian no miente- la frase salió de su boca con rapidez y seguridad. En todo el tiempo que había conocido a Cris había aprendido eso de él, no mentía…. Nunca mentía… la idea quedó dando vuelta con fuerzas en su mente…
Cris no mentía…
Tenía que suponer entonces que toda su confesión era real??… que le había dicho solo la verdad??
-. Ya veo que te convenció…- se sentía la derrota y la molestia en las palabras de Enrique
-. Tú no sabes toda la historia-
Juanfe se daba cuenta de lo contradictorio que sonaba; primero lo llamaba para pedirle su consuelo y comprensión, hablándole pestes de Cristian y diciéndole que ya no quería volver a verlo… luego aceptaba encontrarse con él y al rato después lo estaba defendiendo…
-. NO!!! No sé la maldita historia. Cuéntamela – exigió Enrique cruzándose de brazos delante de él
-. No puedo. No tengo derecho a contarte lo que me dijo- lo que Enrique pedía era imposible… no iba a traicionar la confianza de Cristián, no discutiría sus asuntos con él.
Enrique se molestó mucho. Sintió que Juanfe estaba jugando con él y sus sentimientos. Terminaron gritándose frente de la puerta de su casa
-. No me llames para que venga corriendo a consolarte entonces!!!- Enrique estaba totalmente cabreado
-. No lo haré nunca más- Le dolía perder a un buen amigo pero… pero… diablos!! No soportaba que alguien hablara mal de Cristián sin saber sus razones, sin entender toda la historia… solo él, únicamente él tenía derecho a enojarse con Cris…
Enrique lo miró una última vez y con mezcla de emoción y enojo… dio media vuelta para alejarse… había tenido suficiente… Juanfe estaba ciego y no iba a cambiar… un día sus esperanzas subían al cielo y al día siguiente lo sepultaba para siempre… amigos… Juanfesolo quería que fueran amigos, pero él ya había superado esa etapa hacía tiempo. No quería amistad. Quizás era hora de cambiar la página.
Juanfe se quedó solo en su casa. Repitió para sí mismo cada una de las frases que había dicho antes para explicarle a Enrique la conducta de Cristián…
Había tenido miedo…
Siempre decía la verdad…
Se sentó con la mirada fija en el vacío… Cris tenía una familia… había hecho tantos sacrificios en su vida… ¿Cómo es que había tanto que él desconocía de la vida de Cris?
No se demoró mucho en encontrar la respuesta a la interrogante en su mente…
No sabía los secretos de Cristián porque nunca le había preguntado… Todo había girado siempre en torno a él… había sido ”él” primero que todo… habían sido sus miedos y sus verdades las que habían primado en su amistad…
-. Siempre fue sobre mi…-
Cris le había ayudado a resolver su vida… le había prestado su hombro para que llorara… le había regalado todo su tiempo… le había ayudado con sus estudios aunque él tenía mucho más que estudiar… recordó la cantidad de veces que Cris gastó dinero en él… el dinero que tan cuidadosamente ahorraba para todo lo que quería demostrarle a su familia… ¿y él lo había acusado de egoísta???
-. No… no eres egoísta…- hablaba solo, pero escuchar su propia voz confirmaba sus pensamientos.
Juanfe entendió que había querido decir Cristian cuando le dijo que “él había aparecido para arruinar sus planes”…
Poco a poco la niebla de dudas y miedos que rodeaban su corazón fueron aclarándose… como si fueran lavadas con agua cristalina… pudo ver que todas las actitudes de Cris, durante el tiempo que se habían conocido, confirmaban lo que le había dicho…
Si… lo había herido… lo había dejado solo… pero… estaba protegiéndose de sus propios temores… de pronto la cara de Juanfe se iluminó con una sonrisa…
Cristián también había tenido miedo de lo que sentía…
Sonrió… nervioso y feliz al mismo tiempo… solo ahora sintió las mariposas revolotear en su estómago…
Los planes de Cristián no incluían enamorarse… y le había dicho que estaba enamorado de él!!!!…
Se abrazó cruzando sus brazos alrededor de su cuerpo y no aguantó la risa… sonó clara y cristalina… musical…
Cristián estaba enamorado de él!!!
Río… ¿Cuánto tiempo hacía que no reía??… le hacía bien… reír… Cristián… su vuelta le hacía bien.
Cuando Cristián golpeo a su puerta un par de horas más tarde, Juanfe llevaba rato esperándolo y deseando verlo.
Un hermoso ramo de rosas fue lo primero que vio. Se desconcertó… definitivamente, no esperaba flores… ¿Cristian y las flores?… no iban juntos…
-. Son para ti- Cris estaba sonrojado. Le acercaba las flores y las depositaba en sus manos.
Nunca nadie le había regalado flores… estaba emocionado… más que las flores, a Juanfelo emocionaba saber que Cristián las había traído para él.
-. Gracias…- murmuró muy bajo recibiendo las rosas– nunca me habían regalado flores–
Cristián sonrió satisfecho. Le gustaba ser la primera persona que le regalaba flores aJuanfe… quería ser el primero en muchas cosas en la vida de Juanfe.
-. Eso… no es todo –
Cristián buscó entre los arbustos y sacó un enorme oso de peluche… en su mano, el oso portaba un letrero… “Perdóname” Cristián se lo entregó un poco avergonzado… la gente en la calle lo había mirado tanto y no le había importado, pero ahora, al entregárselo aJuanfe… sintió el calor subir a sus mejillas.
-. ¿Me trajiste un oso?-
-. Si-
Juanfe lo recibió con ambas manos… oso y flores entre sus brazos… de Cris… para él… Cris que nunca gastaba dinero en nada extra ni se tomaba tiempo para este tipo de cosas románticas…
Abrió la puerta un poco más y Cristián entró a la casa con él.
Juanfe estaba oculto tras el oso… pero no pudo evitar el sonido y Cristián lo escuchó…
-. ¿Estás llorando?- no había alarma en su voz… pura dulzura
-. No…- negó débilmente
-. ¿Juanfe?-
-. Un poco…-
Se detuvieron al entrar a la sala. Juanfe seguía ocultando su rostro tras el oso… Cristián se lo quitó despacio hasta ver las lágrimas que caían despacio rodando lentas por sus mejillas…
-. ¿Por qué lloras?- con el pulgar quitó las lágrimas… ni siquiera recordó si estaba bien o no tocarlo…
-. No sé…-
Sí sabía… sabía perfectamente bien que Cristián no era una persona de gastar dinero en esos regalos, lo conocía tan bien y por eso mismo se sentía tan emocionado… Cris estaba haciendo un verdadero esfuerzo para reconciliarse con él… le había pedido perdón y él lo había echado de su casa… las imágenes de los cientos de momentos compartidos cruzaban veloces por su mente… el llanto, el dolor, el consuelo, las risas, el apoyo incondicional… una a una caían las defensas de Juanfe… se llenaba de emoción y sentimientos… volvía a ser un niño desnudo frente a Cris…
-. Dime que pasa…- preguntó Cris con ternura
Ya no quería pelear, ni explicar ni nada… no quería perder tiempo hablando… solo quería abrazarlo… moría de ganas de tocarlo…
Fue como si ambos se hubieran puesto de acuerdo para acercarse y fundirse en un abrazo tan estrecho y emocionado que les llegaba hasta el alma… Sin hablarse… sin decirse nada… solo estrecharse y sentirse por largos minutos… los cuerpos tan pegados que sentían el calor y el cariño, la emoción de saberse juntos luego del miedo que habían sentido ambos al perderse… en ese apretado contacto entre sus cuerpos se estaban diciendo mucho más de lo que las palabras podían expresar…
Las lágrimas continuaban cayendo por el rostro de Juanfe… Cristián estaba al borde de comenzar a derramarlas… sus emociones querían desbordarse… lo apretó con más fuerza… sentía las manos de Juanfe en su espalda, sus dedos enterrados en sus músculos… los brazos delgados del menor que se aferraban a él… Cris respiró llenándose de alegría y amor… un sentimiento cálido de locura lo envolvía… tan grande, tan inmenso… Juanfe lo abrazaba también, lo envolvía con su olor y su calor… se había quedado sin palabras que decir… todo lo que había pensado explicar, moría en su garganta… nada era capaz de superar este contacto y lo que los hacía sentir.
Permanecieron abrazados por varios minutos…
Cuando al fin se calmaron, se separaron sin dejar de mirarse… ambos comenzaron a hablar al mismo tiempo
-. Juanfe… lo siento, lo siento mucho…-
-. Cristián, no debí echarte… yo…-
Callaron… se miraban y se largaron a reír…
¿Qué podía decirle Cristián que expresara exactamente cómo se sentía, su arrepentimiento y su pena… sus sentimientos por él?….
¿Cómo podía resumir Juanfe todos los pensamientos y descubrimientos de las últimas horas… haber madurado de golpe y entender a Cristián de una manera completamente nueva??
Seguían mirándose, reencontrándose y revelándose mil cosas sin hablar
Cristián levanto sus manos y enmarcó el rostro de Juanfe… sin quitar sus ojos oscuros llenos de emoción, de los claros de él. Se fue acercando hasta que su boca rozó apenas la de Juanfe… no se le ocurrió otra manera de expresar lo que sentía y quería que Juanfesupiera… ya le había abierto su corazón, le había dicho lo que sentía… ahora, un beso tendría que revelarle todos los secretos que no sabía cómo explicar… Se sorprendió al sentirlo tan entregado y suave… tan dispuesto a ser besado
-. Voy a besarte-
– Si-
-. ¿No tienes miedo?- preguntó Cristián a un centímetro de su boca
-. No-
-. Juanfe… fui tan torpe… perdóname-
La respuesta de Juanfe fue llenar el espacio que lo separaba de la boca de Cristián… no supo de dónde le salió el valor pero necesitaba ya ese contacto… anhelaba besar a Cris… a su amigo, a su confidente… a su amor… su amor…
Dulzura y suavidad… breves caricias que los hacían estremecer… se dejaban besos suaves en los labios y se miraban sonriendo… se comunicaban de una manera nueva que les encantaba..
Poco a poco los besos fueron intensificándose hasta que ya no se pudieron separar y se besaban con pasión… Oh Dios!! la boca de Cristián sobre la suya y su cuerpo que lo estrechaba… Juanfe se ahogaba de amor… en ese beso, poco a poco, soltaba sus miedos y volvía a confiar… entendía todo lo que había pasado y sabía que Cristián era la persona indicada… lo sentía, tenía la certeza de estar en lo correcto… la lengua de Cris se internaba en su boca con cuidado, tanteando despacio… Juanfe separaba sus labios para recibirlo y se sentía morir… Cristián lo besaba como siempre había deseado… había tanta rendición en sus besos… ternura, cariño, protección y deseo… nunca lo habían besado de esa manera antes… Cris lo hacía sentir todo un cúmulo de sensaciones maravillosas.
Cuando la emoción los abarcaba por completo, escucharon la puerta abrirse y tuvieron que separarse. Marcela llegaba a su casa.
No había forma de que pudieran disimular lo que estaba pasando. Aunque habían dejado de tocarse, la excitación seguía marcada en sus rostros y movimientos… con solo mirarlos se podía ver la locura que habían estado sintiendo.
Marcela estudió a Juanfe antes de hablar… le brillaban los ojos e irradiaba luminosidad. Tenía una aparente cara de seriedad pero la alegría se le notaba en todo el cuerpo. Lo mismo pasaba con Cristián.
Los saludo calmada mientras por dentro se preguntaba que hacer… pero no alcanzó ni siquiera a ordenar sus pensamientos.
-. Mamá, vamos a salir… vuelvo más tarde- Juanfe tomó de la mano a Cristián y lo arrastró hacia la puerta, pasaron caminando rápido por su lado,
-. Juanfe!!-
-. Estoy bien mamá. Vuelvo después- no quería explicar nada… quería hablar y estar a solas con Cristián.
Marcela alcanzó a estirar su mano para atrapar el brazo de Cristián. No sabía que decirle… pero sentía que tenía que proteger a su hijo… es verdad que Cristián había sido para Juanfe más apoyo que ella misma… pero ahora…
-. ¿Vas a cuidarlo?- fue todo lo que pudo preguntar mirándolo a los ojos
-. Si. Lo prometo-
Ella asintió. Despacio fue liberando su brazo. Le creyó… Cristián estaba feliz… Juanfeestaba irradiando alegría… suspiró relajándose y entonces vio el oso y las flores… tomó el letrero de la mano del oso… terminó sonriendo… los chicos estaban juntos.
Salieron de la casa sin tener un destino fijo… caminaban con calma… solo querían estar juntos y hablar… tenían tanto que decirse.
Cristián comenzó a hablar primero. Le explicó en detalle nuevamente lo que le había pasado, la importancia extrema que le había otorgado a cosas que, a pesar de ser valiosas, no eran un propósito en la vida, volvió a contarle de su familia, le habló de la rabia que sintió al escuchar que lo consideraba un hermano y los celos al verlo entusiasmado con Enrique… le dijo todo lo que había pasado, sin omitir lo que había sufrido lejos de él y como había cambiado el sentido de su vida…
Juanfe lo escuchó con calma, esta vez y fue entendiendo… le contó, a su vez, de sus miedos y lo que él significaba…le aclaró que Enrique nunca pudo ser nada más que un amigo y que comprendía ahora lo que Cristián le explicaba…
De pronto eran los mismos de antes… no se dieron cuenta en qué momento de la conversación terminaron de desaparecer todas las barreras y obstáculos y ambos volvían a ser los de siempre… más maduros y comprensivos… más seguros y felices… seguían hablando… recuperaban el valioso lazo de amistad y cariño que los había unido en el pasado…
Cuando las luces de la calle se encendieron se dieron cuenta que ya era de noche. El tiempo había pasado volando
-. Tengo que volver-
-. Lo sé… – lo sujetaba de los brazos… no quería soltarlo. No habían vuelto a besarse… solo sus dedos se habían enredado más de una vez y se buscaban. – quiero verte de nuevo-
-. Puedes verme cuando quieras… somos amigos, no?-
-. No. no quiero que sea mi amigo –
Juanfe sonrió sonrojándose y ocultando su rostro… sabía lo que Cristián estaba diciendo…
-. ¿No somos amigos entonces?- pregunto sonriéndole con fingida inocencia
Cristián se entusiasmó… le gustaba este juego… le gustaba este Juanfe coqueto y provocador con él… era nuevo y delicioso…
-. Ni amigos ni hermanos – le tomó el rostro entre las manos y dejó de sonreír – quiero que seas mi pareja –
La sonrisa también se borró del rostro de Juanfe… Cristian hablaba en serio… era su Cristián de siempre… su pareja… el sueño de siempre que se volvía realidad… El Cristián con el que tanto había soñado estaba frente a él… las palabras no le salían… demasiado emocionado… solo podía mirarlo y asentir aguantándose las ganas de llorar, de besarlo… de todo.
-. ¿Qué me dices, Juanfe?… respóndeme– le pedía con ternura
Cris necesitaba escucharlo… quería oír de la boca de Juanfe una respuesta afirmativa… quería guardar esa música en sus oídos… había escuchado miles de veces la voz del menor pero nunca había sido tan importante como ahora
Habían caminado de vuelta y ya entraban en el jardín de la casa.
-. ¿Pareja?
-. Si… tu y yo
Juanfe lo miraba con esos ojos claros llenos de sonrisa misteriosa… asintió moviendo su cabeza y mordiéndose el labio inferior
-. Si Cristián… juntos, tu y yo
Se abrazaron de una forma nueva… cercana e intima… aunque se conocían muy bien, esto era como volver a conocerse nuevamente, dejar el estatus de amigos para iniciar el de enamorados
-. Sabes que estoy enamorado de ti… – Cristián le murmuraba al oído
Juanfe lo apretaba más en respuesta… ¿tenía Cris alguna idea de lo mucho que le gustaba escucharlo decir eso?… con esa voz tan sensual… si… por Dios!! Si… él también sentía lo mismo
-. Si… me lo dijiste…- respondió en un murmullo que Cris apenas alcanzó a escuchar…
Sonreían y no podían soltarse… se acariciaban con ternura y se hablaban con los ojos… ya dentro de unos minutos tendrían que separarse y ninguno de los dos quería hacerlo
-. Vendré por ti mañana – anunció Cris – quiero mostrarte mi mundo para que seas parte de el-
-. Te estaré esperando…-
Abrió la puerta de su casa… era tarde y al día siguiente tenía clases… no quería que Cristián se fuera… solo serían unas horas separados… pero ahora que todo estaba bien entre ellos no quería dejarlo.
Cristián permaneció en la entrada… tenía que irse… dejarlo dormir… quitar sus manos de los brazos de Juanfe. Se sentía lleno de energía y alegría… lo miraba sin cansarse, llenándose los ojos con la hermosura del menor, la dulzura y ternura que le provocaba… Volvería. Nada en el mundo podría evitar que volviera a buscarlo al día siguiente…