Miguel Capítulo 34

DANIEL

Durante 3 días Nicolás no me habló pero lo encontraba “casualmente” casi a todas horas y no era yo quien había cambiado la rutina. Podía sentir sus ojos sobre mi aunque evitaba mirarlo… estaba con Coque y no había necesidad alguna de mezclarlo a él en este juego. Supuse que no había dado ninguna explicación sobre quien le había enviado el regalo puesto que, aunque esperé ver a Alex furioso conmigo, nunca llegó ese momento.

Nuevamente llegó el viernes, el día en que la mayoría de los alumnos se iban con sus familias. Esta vez Coque había decidido ir con ellos pues llevaba varios fines de semana quedándose conmigo; me invitó a acompañarlo pero de solo pensar en sus 6 hermanos mayores decidí que no era buena idea.  Carlos se fue también y me quedé solo. Pensé en algunas cosas interesantes que podría hacer para matar el tiempo, también pensé en estudiar… tenía muy buenas notas y no quería bajarlas.  Cerca de las 8 de la noche, cuando ya todos se habían ido escuché unos pequeños golpes en la puerta de mi habitación. A veces, los que se quedaban, organizaban alguna reunión en la que el alcohol y los cigarrillos de contrabando no faltaban… pero no estaba de humor. Abrí pensando mentalmente en que excusa inventar…   Nicolás!!!… con su pelo rubio, sus ojos claros y su actitud de malcriado estaba en mi puerta… lo miré tan sorprendido que no recordé hablar…

– Qué?… no me vas a invitar a entrar? 

Hizo uno de sus gestos caprichosos y esperó pacientemente a que recuperara la voz

– Nico!!! ¿Qué haces aquí?… tú nunca te quedas en el internado!! 

– Esta vez me quedé

Pasó por mi lado con total seguridad, miró con detenimiento, recorriendo el dormitorio

– ¿y tú compañero?

– No está

Cerré la puerta… Nicolás estaba en mi habitación… teníamos todo el fin de semana… no pude evitar la sonrisa de satisfacción que se formó en mis labios.

– ¿Qué estabas haciendo?… – preguntó curioseando entre las fotos de Carlos… 

No respondí. Esto era demasiado obvio… no quería perder más tiempo… pero si quería disfrutar de esto lo más posible

– ¿Por qué te quedaste Nico?

Tomé asiento frente al computador pero giré el sillón para mirarlo de frente… el chico se paseaba… ahora estaba algo nervioso mirando aquí y allá

– ¿No puedo acaso?

 Impulsé la silla y las ruedas me llevaron hasta quedar a su lado

– ¿Por qué te quedaste?

Sujeté delicadamente su brazo tirando de él hasta dejarlo sentado sobre una de mis piernas… Nicolás… arrogante y altanero ahora estaba nervioso y un poco asustado… Cielos!! Me estaba gustando mucho esto…

– ¿No es demasiado obvio porqué me quedé?

A pesar de saberse atrapado seguía sin dar su brazo a torcer

– Quiero escucharte decirlo… ¿por qué te quedaste?

Crucé mis brazos alrededor de su cuerpo abrazándolo y atrapándolo al mismo tiempo… se quedó en silencio… juntando fuerzas para atreverse… era hermoso verlo así

– Quería estar contigo… – despacio… muy bajito y sin mirarme.

Dios!! Esto puede causar adicción… sentí el rash de adrenalina recorrerme entero… Levante su barbilla hasta que nuestros ojos se encontraron… en ese momento sentí que podía hacer lo que quisiera con él.

– Pues ya estás conmigo Nico…

Me acerqué a sus labios de niño malcriado y lo besé sin ninguna prisa… tomándome todo el tiempo del mundo en saborear despacio los labios que tantos gestos hacían de arrogancia y de malcriado… fue un beso suave y tranquilo… una leve presión sobre ellos y Nicolás respondió de inmediato… liberó sus brazos y los paso por mi cuello.  Ese solo gesto fue la gota que colmó el vaso… Besé con más fuerza sus labios obligándolo a abrir la boca… y me apoderé completamente de él, sus piernas atrapadas entre las mías y mis manos sujetando su delgado torso… sentí que se asustaba al sentir mi lengua en su boca, tan exigente y posesiva… respiraba rápido y muy agitado… no me detuve a pensarlo… me di cuenta que él estaba demasiado nervioso pero no tenía ganas de pensarlo ni de saberlo… sólo quería sentir a Nicolás gimiendo bajo el peso de mi cuerpo mientras yo le enseñaba.

– Daniel – se alejó para tomar aire

– Me tienes loco niño lindo

Busqué sus labios nuevamente con aún mas exigencias… mis manos encontraron el camino bajo su ropa y muy pronto subían y bajaban por su espalda… me molestaba la ropa, quería quitársela de una buena vez… nuevamente lo sentí estremecerse

– Daniel… no. Yo no…

Se detuvo mirándome con sus ojos azules muy abiertos

– ¿Eres virgen Nico?  

Mis manos bajaban por su espalda y con facilidad pasaron bajo la cinturilla del pantalón para acariciar el inicio de sus nalgas… Estaba fascinado por la expresión de él… mezcla de ganas intensas y de igual temor

– yo… Si – se sonrojó.

Muy bien, Nicolás era virgen pero muy pronto dejaría de serlo. Recordé que sabía cómo hacerlo… ya lo había hecho antes…  en mi mente apareció la imagen de Miguel aprendiendo conmigo… por unos momentos me olvidé de Nicolás para centrarme en su recuerdo… tan intenso y tan claro en mi mente…  había sido tan hermoso… Miguel desnudo en la cama y mi cuerpo sobre él… recordé el calor y la sensación al penetrar su cuerpo por primera vez… sus ganas y su sonrisa… lo confiado que estaba en mi… entonces recordé la otra vez… desesperado, desnudo… hermoso… atado sobre la cama a merced del loco de Gonzalo, podía hacer con él lo que quisiera… Dios!! Por qué siempre recordaba eso??!!! esa imagen se volvía cada vez más fuerte y poderosa… me nublaba un poco los sentidos y me impactaba directamente en la ingle…  Tiré de Nicolás hacia mi cuerpo y lo abracé muy fuerte… necesitaba un abrazo para borrar de mi mente las dolorosas imágenes. Busqué su boca y lo besé sin compasión, con fuerza.

– ¿Quieres que te enseñe Nico?  

Acaricié su pelo rubio mirando sus ojos claros, un poco asustados… había perdido el aplomo.

– Yo.. no sé…

– ¿Tienes miedo?

Mis manos subían y bajaban despacio por su espalda y mi boca lamía despacio su cuello

– No… si… un poco- me contestó entre suspiros.

– No tengas miedo… voy a enseñarte

Volví a besarlo, esta vez más controlado, no quería volver a asustarlo. Nicolás respondió dejándose llevar. Pensé que esto era como un juego de estrategia… había que planear cuidadosamente el camino hasta lograr el objetivo… planificación, manipulación y control… poder.  Tomé a Nico de la cintura y lo puse de pié aún entre mis piernas… mi mirada seria, fija en la suya… con cuidado levante su ropa hasta dejar su torso desnudo… este chico es precioso… su piel blanca y luminosa adornada con dos preciosos botones rosados…  Nico gemía ante cada uno de mis toques… mi boca y mi lengua tocaban su piel hasta dejarlo sudoroso y ansioso… Busqué su boca y sujetando su rostro con ambas manos me puse de pie y lo guié hasta la cama, sin dejar de besarlo. Nos separamos y por un momento tuve algo de cordura… recordé como era antes y lo importante que era la primera vez… me sentí un poco extraño… tal vez, después de todo, no había cambiado completamente y me quedaba un poco de conciencia

– Nico… ¿quieres seguir?… está bien si dices que no

Pero Nicolás ya estaba demasiado excitado para pensar con claridad. Me devolvió un beso algo torpe pero apasionado

– Sigue Daniel…

Sus manos buscaron contacto con mi piel bajo mi ropa. Me la quité y mi torso quedó desnudo como el suyo… el calor de nuestra piel junta se sentía deliciosamente bien. Bajé mis manos por sobre su pantalón deteniéndome en su sexo… erecto bajo las capas de tela. Lo acaricié moviendo mis dedos. Nico jadeó y arqueó levemente su espalda.  No tuve ningún problema al quitarle el resto de su ropa.  Me maravilló la belleza de su cuerpo… todo rubio, piel muy blanca y delicada… satinada… reaccionaba enrojeciendo con cada caricia… Lo empujé despacio sobre la cama. Nico me miró ansioso… lujuria y deseo en sus ojos. Yo tenía el control… el poder de darle lo que lo haría feliz. Me levanté y busque un preservativo y un tubo de lubricante.

– ¿Sabes lo que voy a hacer?

Separé tranquilo sus piernas y me quedé entre ellas… lo noté nervioso aún. Mis manos se fueron a su pene… completamente erecto y duro. Lo froté muy lentamente… Nico comenzó a gemir… y a llorar…  Nico estaba llorando??!!!

– hey… ¿Qué pasa?

Subí hasta quedarme frente a su cara. Tenía los ojos cerrados y las lágrimas resbalaban por los costados. Su boca estaba convertida en una fina línea, apretada.  Negó con la cabeza sin abrir los ojos ni la boca… ¿Qué paso con el bello Nicolás que parecía un ángel hace unos minutos atrás??!!

-. ¿Nico?… háblame por favor…

Besé despacio sus mejillas… no quería que siguiera llorando… lo levante un poco y lo abracé hasta que se tranquilizó. 

– Dime que te pasó… por favor

– No quería que fuera así… perdóname Daniel… yo pensé que…

Hablaba con dificultad, las palabras se le atropellaban en la garganta

– ¿Qué querías, Nico?

Esperé un momento y entonces dejó de sollozar y pudo hablar con tranquilidad. Sonrió con tristeza

– Nada… yo pensé que sería diferente pero está bien… no me hagas caso  

Sus palabras me dejaron mudo… sentí claramente que ahora sí tenía el poder y el control… uno diferente… uno que me permitía decidir si quería continuar o dejarlo tranquilo. Claramente Nicolás no quería que su primera vez fuera así… sabía que no había una gota de amor involucrada en lo que estábamos haciendo… pero de todas maneras me estaba dando la posibilidad de continuar… igual estaba aceptando que tuviéramos sexo… me permitía darme el gusto que anhelaba.  Lo miré y de pronto vi lo que realmente tenía frente a mi… un chico de 14 años, precioso como un ángel pero muerto de miedo… dispuesto a entregarme una parte importante de su vida solo porque yo lo había manipulado para que lo hiciera. 

– Nico

Levante su cuerpo hasta dejarlo pegado al mío. Lo sentí temblar levemente. Le di un beso en el pelo y levanté su cara para que me mirara.

– Discúlpame… te estoy forzando a algo que no quieres

– No Daniel, yo…

Puse mis dedos sobre sus labios para callarlo.

– Algún día me lo vas a agradecer. Cuando encuentres a alguien que te ame con locura y quieras que sea el primero

Lo abracé con cariño. Nico era en verdad delicioso… un precioso ángel rubio que había logrado manipular a mi antojo…  pero no era para mí. No sé porque en ese preciso momento me acordé de Coque y lo eche mucho de menos… desee con muchas ganas que fuera él el que estuviera ahí conmigo… con su cuerpo tan cálido y acogedor… siempre dispuesto y sonriente… sin ningún problema… me sentí solo y abandonado… sin amigos, lejos de mi familia… él tenía la magia de hacerme sentir bien. Me arrepentí de no haberlo acompañado. Tal vez no era tan terrible conocer a sus hermanos y hermanas… después de todo no era posible que alguien tuviera un hermano peor que mi propio hermano mayor.

LIDIA.

Lidia no sabía si enojarse o reírse frente a la actitud de Andrei… lo había llevado con un pretexto hasta el antiguo departamento de Gonzalo y una vez que cerró la puerta, lo tomó entre sus brazos y dio rienda suelta a todo lo que venía guardando desde hace tantas semanas… Andrei respondió de inmediato… la besó de vuelta con ganas, recorriendo toda su boca con su experta lengua… Lidia jadeaba… quería más… lo quería todo… recordaba cómo era su hombre… lo quería de vuelta.  Lidia tomó la iniciativa y sus dedos expertos desabotonaron la camisa de Andrei… Cielos!! El calor de su pecho y de su piel era suficiente para hacerla sentir que se quemaba y no podía controlarse.  Entonces Andrei dio un pequeño paso atrás… le tomó ambas manos y se las beso respirando profundamente.

– Lidi…

Era la forma de frenarla… de contenerse… ¿No podía por unos minutos olvidarse de la famosa lealtad??  No… tratándose de Andrei era imposible esperarlo… tendría que acostumbrarse.

– ¿Quién es tu jefe directo?

Pregunto acercándose nuevamente.  Andrei la miró desconcertado pero intrigado. Lidia volvió a rodearlo con sus brazos delgados

– Gonzalo, tu hermano- contestó automáticamente

Entonces Lidia buscó en su cartera, sacó el llavero y lo agitó frente a Andrei

 ¿Quién crees que me paso esto?- preguntó refiriéndose a las llaves.  

Andrei rápidamente procesó la información

– ¿Le preguntaste??!!!- no podía creer la osadía

– No es necesario que suframos todos, no crees… él sufre porque metió la pata con Miguel pero tú y yo…

Andrei la estaba besando… con delicadeza… en vez de la brusquedad y la desesperación que ella esperaba, Andrei la tomaba con delicadeza y dulzura… suspiraba en su cuello, con cuidado levantaba su pelo largo y dejaba deliciosos besos en su punto más sensible

– Andrei… 

Suspiraba ella llena de deseos y de ilusión… de pronto inmovilizada por la fuerte emoción. Como si fuera una liviana muñeca de trapo, Andrei la levantó en sus fuertes brazos y la llevó al dormitorio… el antiguo dormitorio de Gonzalo. Con suma delicadeza la dejó en la cama… se quedó de pie mientras terminaba de quitarse la camisa que ella había desabotonado… Lidia lo miraba embelesada… había cambiado en estos años de ausencia… su cuerpo de joven adolescente había desaparecido dando paso a un notable cuerpo de hombre con sus músculos fuertes y bien marcados… se acercó a ella sin hablar… en su cara una semi sonrisa y en sus ojos el brillo del deseo más profundo… con calma abrió los botones de su blusa… uno a uno, quitó la prenda dejándola solo con el sexy sujetador negro de encaje que Lidia había elegido especialmente… se tomó todo el tiempo para besarla y acariciarla

– Lidi… preciosa.. te amo… te amo con locura mi Lidi

Repetía hermosas palabras en su oído. Ella tocaba su piel y lo sentía reaccionar… sabía que Andrei estaba haciendo un esfuerzo por controlarse y no tomarla y poseerla como un bruto… el deseo lo debía estar consumiendo… pero era ella… el amor de su vida y tenía que ser así, con cariño y dulzura. Muy pronto la ropa fue quitada de su cuerpo y se quedo desnuda frente a él… Andrei no dejó un trocito de piel sin besar y acariciar… fascinado con los cambios que su cuerpo de adolescente había experimentado para convertirse en la estupenda mujer que era ahora. 

La tomó y la poseyó con todo su ser,  liberando en el último instante toda la pasión contenida… Lidia gritó y susurró su nombre mil veces… lloró cuando llegó al climax y se quedaron abrazados por lo que parecieron horas… repitiéndose “te Amo” tantas veces y de tantas maneras como les fue posible… Sus cuerpos entrelazados completamente y la sonrisa de satisfacción plena en ambos rostros… respiraban al unísono, sonreían como idiotas al mirarse y no podían mantener las manos tranquilas para acariciarse y tocarse.

Más tarde… cuando ya habían repetido la experiencia hasta volver a conocerse bien, Andreisirvió dos vasos con champaña y los llevó al dormitorio

– Gracias Lidi

Sonrió brevemente alzando la copa y brindando por ella. Ella alzo la suya y brindó por él.

– ¿Cómo convenciste a Gonzalo? – pregunto curioso. Lidia recordó lo poco que le había costado

– Le recordé su sufrimiento y entonces él entendió el mío… el nuestro

Beso su boca y absorbió el gusto a champaña mezclado con sabor a Andrei. Lidia sonreía… no podía dejar de sonreír.

– Me cuesta entenderlos – dijo de pronto Andrei – son tan testarudos

Lidia lo miró con sorpresa

– ¿Gonzalo y Miguel?

Andrei asintió

– ¿Por qué lo dices?

– Porque pierden el tiempo en vez de disfrutarlo como nosotros…

La besaba nuevamente

– Andrei… no sé si Miguel siente algo por Gonzalo

Andrei la miro sonriendo con satisfacción y duda

– Lidi!!! ¿es en serio?… no los has visto juntos tantas veces??!!!

– Si, pero…

– Gonzalo está enamorado por primera vez… nunca lo había visto haciendo tanto esfuerzo por alguien o algo… tiene a Miguel en el corazón… ese chico no sabe cómo lo tiene – Lidia asintió… Andrei continuó – y Miguel… podría apostar mi cabeza a que siente lo mismo por Gonzalo… es solo que está muy asustado todavía

Lidia brinco en la cama acercándose más a él

– ¿Lo crees de verdad?

-. Miguel huye de Gonzalo… no quiere estar cerca ni mirarlo… tiene tanto miedo… pero ese miedo que siente es porque él sabe… en el fondo de su corazón Miguel sabe…

– ¿Sabe qué?

– Que Gonzalo y él son el uno para el otro… así como tú eres la única para mí

Se giró a besarla… no pudo sujetar sus manos y volvió a tocarla, a besarla… deslizó su mano por la suave piel de su cintura y continuo bajando por su cadera… suave, sedosa… ¿cómo podía algo tan suave quemar su piel?… Lidia reía bajito y lo abrazaba… lo besaba y volvían a comenzar el juego una vez más.

MIGUEL.

Volví a la tienda de Lidia al día siguiente y al subsiguiente también, pero mi permanencia en la tienda se limitaba a dibujar lo que Tony me indicaba e intentaba volver temprano… antes de las 8… la maldita hora de la cena!!!!  Compartíamos bastante. Estaba casi todo el rato conmigo y me contaba cosas entretenidas, entremedio de las instrucciones del dibujo. Me había vuelto a invitar a comer los dos días siguientes, pero me negué todas las veces. Al tercer día, cuando ya quedaban sólo un par de dibujos pendientes, acepté ir a tomar un café con él al local que está al frente de la tienda cuando ya habíamos terminado y Lidia estaba a punto de cerrar. Tony es una buena persona aparte de ser muy entretenido y… atractivo.

– ¿Por qué no quieres salir conmigo Miguel?

– Estoy aquí contigo, no?

 Tony sonríe ante mi respuesta

– Sabes que eres muy atractivo

Me lanza directamente sin siquiera sonrojarse

Había escuchado eso antes… recuerdo a Daniel… y a… a… Gonzalo diciéndomelo pero aunque lo escuche mil veces, jamás me lo voy a creer. Me encojo de hombros y le hago un gesto para indicarle que eso no tiene ninguna importancia para mí.

– Miguel… ¿Te interesaría un trabajo permanente, conmigo? 

Ahora está hablando en serio.  Pero ha llegado un poco tarde… ya tengo un trabajo permanente… de por vida.

– No, gracias Tony. Estoy bien en lo que hago

– Pero conmigo podrías viajar por muchas partes, conocer gente importante… vivir muchas cosas diferentes… especiales y tu trabajo sería muy entretenido

La verdad es que su oferta suena tentadora… pero se ha olvidado de mencionar que tendría que estar junto a él todo el tiempo y posiblemente convertirme en su amante. Me detengo a mirar a Tony con calma… es un tipo excelente, joven, atractivo, elegante, entretenido, alegre… tiene tantas cualidades que me cuesta trabajo enumerarlas… pero aún así… no me gusta la idea de que sus manos me toquen, su boca me bese o sus dedos me acaricien… y entonces me pasa nuevamente… un fugaz relámpago en mi mente y tengo frente a mí la imagen de Gonzalo tocándome… acariciándome, sus manos en mi piel. De un salto me paro de la mesa, asustado… me parece que aún puedo sentir la mano de Gonzalo en mi piel… tomo una bocanada grande de aire… algunas personas en el café me miran curiosas. Tony esta a mi lado

– Lo siento… no pasa nada

Me vuelvo a sentar. Tony me mira dudando… pero no dice nada. Despacio, vuelve a su asiento frente a mí.

– ¿Qué me dices Miguel?

– Que ya tengo un trabajo que me encanta… gracias de todas maneras – respondo con seguridad

 Miguel… no me das ninguna posibilidad

Lo miro… Creo que entiendo lo que me está diciendo… pero no estoy seguro

– ¿Posibilidad?… ¿de qué?

– De conocerte mejor… de profundizar una relación contigo-

Tony espera cautelosamente mi reacción… pero no hay ninguna reacción de mi parte 

– Me gustas mucho, ¿sabes eso?

Su honestidad no me sorprende. Él es así.

– Si… me he dado cuenta – respondo muy despacio

– ¿No te sientes atraído por mi?… ¿un poquito si quiera?

Me detengo a pensarlo.  Tony me resulta muy atractivo pero… Dios!! Siempre él… ¿por qué recuerdo a Gonzalo todo el tiempo?… sal de mi mente, por favor!!!  

– Eres muy atractivo Tony

Las palabras escapan de mi boca antes de pensarlas… quizás molesto por el recuerdo de Gonzalo… siempre presente.  Tony sonríe

– Bien… mi amor propio estaba sufriendo mucho contigo- ambos sonreímos

– ¿Me dejas intentarlo? 

Lo miro pidiendo más explicación

Déjame intentar gustarte… salgamos, hagamos cosas juntos… déjame intentar agradarte… quien sabe si tal vez terminamos enamorándonos

Intentarlo??… mi mente se queda un rato en blanco… no quiero pensar… miro por la ventana como pasan los vehículos y como circula la gente… ¿Salir con Tony?… me imagino lo que significa salir con él… una cena… una película… hasta ahí todo bien… pero entonces imagino el resto… me imagino a Tony intentando tocarme o besarme… no, no… no quiero… Como si leyera mis pensamientos me dice

– Prometo portarme como un caballero

Su frase me hace reír…. ¿Por qué no?…

– ¿Sólo salir?

– Nada más

Me hace un gesto como sellando una promesa… me río

– De acuerdo… solo salir

La mañana siguiente mi mamá me llamó temprano, antes de irse a trabajar, para desearme un Feliz cumpleaños y pedirme que fuera a verlas ese día en especial. Le agradezco el llamado. Me gustó despertar escuchando su voz y le prometí tratar de ir a verla más tarde.   Hoy cumplo 19 años… no es una fecha importante… es sólo un día más… nada va a cambiar el destino que ya me he trazado.

El día transcurrió relativamente simple; Estuve con Gonzalo en la mañana… sin prestar más atención que a lo que me estaba enseñando… no puedo evitar sentir un poco de admiración… su mente funciona en formas que no son fáciles de entender pero que tienen objetivos muy claros… muy a mi pesar siento que su mente es brillante y me molesta sentirlo. Luego pasé el resto del día con Andrei. Me contó que él y Lidia iban a salir en la noche, juntos, por primera vez… tenían una celebración importante. Me alegré por ellos.

Me fui temprano al departamento esperando encontrar a Gonzalo. Quería ir donde mi mamá y … tenía que decirle primero. Llegué al departamento como a las 6 de la tarde. Estaba en su dormitorio. Toqué la puerta luego de reunir el valor suficiente.

-Pasa – gritó desde dentro. Sólo abrí la puerta. No entré.

– Quiero ir a ver a mi mamá –

Le anuncio desde la puerta. Gonzalo está tirado sobre la cama con el computador a un costado, la camisa abierta y los pies descalzos… me mira… otro chispazo sucede en mi mente… recuerdo a Gonzalo igual como ahora, sin camisa en la sala del otro departamento… “quítate la ropa”… y yo obedecí… sus ojos brillaban de deseo… me miraba mientras me la quitaba… y luego.. él me…

– Esta bien. Vuelve temprano. A las 9 máximo

Cierro la puerta de golpe y me quedo sudando… choqueado por el recuerdo… sintiendo una sensación extraña…  parecida a lo que debí haber sentido cuando en verdad hice aquello… me quité la ropa para él…  Corro a mi dormitorio, tomo una chaqueta y salgo corriendo del departamento. Me fui todo el camino intentando no pensar… no recordar… mirando las calles, las vitrinas, las personas… hasta que me tranquilicé, poco antes de llegar donde mi mamá.

Volví justo antes de las 9. Abrí la puerta y me extrañó ver el departamento a oscuras… siempre hay luz… ¿habría salido Gonzalo?… entré, cerrando a mis espaldas y de pronto veo las velas encendidas sobre la mesa… mi curiosidad puede más y me acerco despacio hasta la mesa… elegantemente puesta… no resisto y prendo la luz… sobre la mesa, entre los cubiertos y las velas hay una caja de tamaño mediano, envuelta en papel de regalo “Para Miguel” puedo leer en la tarjeta sobre ella. ¿un regalo?…¿se enteró de mi cumpleaños?… no debería abrirlo… ni aceptarlo… pero la curiosidad me gana una vez más. Levanto la caja… no es liviana… la muevo antes de abrirla y un extraño sonido proviene de ella… el peso se va todo a un lado de la caja. Rápidamente la abro… para encontrar dentro al ser más hermoso que he visto en mi vida… es completamente café claro y tiene todas las arrugas que alguien podría tener… en la cara y por todo el cuerpo… me mira con sus ojos café oscuros también rodeados de arrugas

– Hoooolaaaa

o puedo evitar hablarle… es un cachorro Shar-pei… el perro bebé más hermoso del mundo. Con cuidado lo tomo en brazos y lo estrujo sin dañarlo, contra mi cuerpo… 

– Hola… hola… ¿Cómo te llamas, eh? 

El pequeño animal me ha conmovido hasta lo más profundo… es lo más lindo que he visto…toda su piel esta arrugada excepto la nariz que es un poco más oscura y esta lisa. Lo acaricio sintiendo la suavidad de su piel y un calor lleno de ternura me llena por dentro… su contacto me emociona…

– ¿Te gusta? 

Pregunta Gonzalo a mis espalda… respiro aceleradamente… ¿si me gusta?… lo adoro!! Es lo mas… un momento!… ¿es su regalo para mí?

– Feliz Cumpleaños Miguel!- quiero responderle… decirle algo… pero en ese momento se abre la puerta de su dormitorio y salen Lidia y Andrei

– Feliz Cumpleaños Miguel!!

Me abrazan y me entregan otro paquete envuelto primorosamente en papel de colores.  Recibo el regalo y sus abrazos… pero no suelto al perrito… pegado a mí. Gonzalo esta frente a mi… mirándome fijamente… a los dos. No lo resisto… bajo mi mirada hasta el precioso animal y lo acaricio pero aún siento sus ojos sobre mí.

– Vamos a cenar. Es tu cumpleaños – me dice despacio pasando a mi lado hacia la cocina.

Mientras tanto abro el paquete de Lidia y Andrei. Ropa preciosa de excelente marca y calidad. Les agradezco.

Nos sentamos los cuatro a la mesa…. Los cinco, en realidad… no lo suelto por nada del mundo, aunque se rían de mi. La cena fue a mi gusto… pizza, con doble queso y deliciosa… en la mesa había champaña y Gonzalo sirvió las copas…

– Salud Miguel…  Felicidades!!-

Me la bebí rápido porque estaba nervioso a pesar de la presencia de Lidia y Andrei que no dejaban de tocarse y mirarse, porque quería olvidar que estaba sentado tan cerca de mí… porque necesitaba valor para sentarme a la mesa con él… pero no fue ese el efecto que logré… de pronto, recordé otra botella de champaña… otro lugar y a nosotros dos bebiendo mientras reíamos y.. y… me besaba…  el tenedor quedó temblando en el aire… su boca estaba sobre la mía… yo también le correspondía… los sentimientos y recuerdos, tan bien encerrados en mi mente, se estaban escapando del agujero negro… apuré un par de sorbos más de mi vaso… no quería sentir esa sensación… no quería recordar.

– ¿Qué te pasa Miguel?

No sé qué cara tenía para que Gonzalo se diera cuenta de lo que me estaba pasando

– Nada

Contesté demasiado rápido, apretando al perrito entre mis brazos, buscando su apoyo… sin querer mirarlo a él… pero era imposible escapar… sus ojos, estaban en una imagen en mi mente, mirándome llenos de otros sentimientos… fue como si el aire se hubiera escapado de golpe de mis pulmones y en su reemplazo me inundara de un sentimiento cálido… feliz… Gonzalo y yo… estábamos juntos y … no.. no

– NO!! 

Grite poniéndome de pie y comenzando a  temblar sin poder evitarlo… respiraba agitado y cómo no!! Estúpidas lágrimas estaban rodando por mis mejillas… quise recordar cómo controlar el temblor pero no pude pensar… mi mente estaba inundándose de imágenes y sentimientos… ya no podía controlarlo.

Gonzalo saltó de su asiento y en un segundo estaba a mi lado. Lidia y Andrei miraban sin entender.

– ¿Qué pasa?… dime qué te pasa?!!! E

Estiró sus manos a punto de tocarme pero, con un gesto de rabia, no se atrevió a tocarme… miré sus manos… recordé… antes… estaban en mi cuerpo… Dios!! Se sentía tan bien… eran fuertes… me sujetaban con firmeza mientras él estaba en mi… no… no…. Recordé gemidos… míos… yo gemía y jadeaba  mientras Gonzalo…  por Dios!!!  estaba comenzando a hiperventilar y me cubrí la boca con una de mis manos para no gritar.. para darme fuerzas…  Andrei tomó el cachorro de mis manos…  no quería sollozar frente a él… pero supe que ya lo había hecho antes… había sollozado y había llorado y reído con él… por él… toda la película de mi vida con él se desenrollaba frente a mí que la miraba aterrado … entonces fue lo peor… el recuerdo que  más temía se presento de improviso, sin darme tiempo a prepararme para recibirlo… amor, placer, dolor… amor… amor, cálido… creciendo hasta ahogarme… caliente, quemándome el pecho con una sensación tan fuerte y hermosa… apretado a Gonzalo en un abrazo tan estrecho que éramos como uno solo… totalmente en paz y entregado a él… por Dios!!! ¿Así era como me sentía antes???… ¿así era cómo él me hacía sentir???

– Miguel… Miguel!!! 

Lo miré sin verlo… sentí que mi cuerpo me traicionaba y mi alma y mi mente… todos traidores…  el temblor se había esparcido por todo mi cuerpo y no podía controlarlo…

– Gonzalo??

extendí una mano hacia él y al instante me envolvió completamente con sus brazos y su cuerpo… me dejé envolver… se sentía bien…

– Miguel… Miguel

Me abrazaba sosteniéndome y mi nombre sonaba tan bien en sus labios…  lo miré asustado…

–  era… era así??- y luego todo quedo a oscuras.

 

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