Miguel 2 Capítulo 60

CAPITULO 60

LIDIA

Daniel se mantenía estable. El doctor decía que eso era buena señal pero no lo parecía.  Lidia deseaba que despertara y le hablara, ver sus ojos y escuchar su voz… solo así se convencería de que estaba bien, que su cerebro seguía funcionando con normalidad luego de tanto golpe recibido.  Le dolía en el alma ver a Daniel en esa cama… tan golpeado… sedado con medicamentos… con máquinas que vigilaban los latidos de su corazón, el movimiento de sus pulmones, la presión, etc.

Daniel era su hermano más querido… no… era mucho más que eso. Daniel solo era un niño cuando Andrei se había ido por orden de su padre,  dejándola sola y con el corazón hecho trizas… sus padres no fueron un consuelo, Gonzalo se había vuelto de piedra y ella quedo sola… encontró refugio en el cariño incondicional de su hermanito menor… lo convirtió en el objetivo de su vida… encargarse de él, hablarle, enseñarle,  jugar con él, llevarlo y traerlo de todas partes, recibir sus abrazos y cariño, pasó a ser la ocupación que la salvó de volverse loca de pena…  Daniel ocupaba un enorme lugar en su corazón.

Ahora, lo veía estropeado sobre esa incómoda cama de hospital y sentía ganas de matar… lentamente… con algo que durara muchos días y causara mucho dolor a quien fuera el culpable… su rostro se mantenía impasible. Solo las lágrimas que a veces caían sin su permiso demostraban el profundo sufrimiento… pero su semblante, generalmente dulce y alegre, estaba pétreo e inexpresivo.

No abandonaba la habitación a menos que fuera obligatorio. Le habían conseguido un permiso especial con el director del hospital para que pudiera permanecer dentro de la habitación con Daniel.

Cada cierto rato, Karina entraba a preguntarle cómo estaba o si necesitaba algo o simplemente a cerciorarse de que estaba bien.  Karina era un ángel con ella. Lidia sabía que esa mujer era fría y cortante con todo el mundo, pero se volvía toda dulzura y suavidad con ella.  Le había tomado cariño… Algunas veces, Karina permanecía con ella en el dormitorio… en silencio, compartiendo su preocupación y acompañándola… sin presiones ni preguntas… solo estaba ahí haciéndole saber que no estaba sola y que también a ella le inquietaba la salud de Daniel. No sabía cuando descansaba… siempre que ella despertaba, Karina estaba vigilando su sueño.  Le agradecía tanto haber sido el hombro sobre el cual lloró las primeras horas de angustia cuando los demás se fueron… Karina no era mujer de melodramas y quejidos… no necesitaba respuestas porque no hacía preguntas… se limitó a ofrecerle su hombro y su abrazo para que llorara tranquila.

Lidia sabía que era una mujer discreta y podía confiar en ella. También sabía que Karina podía ser muy peligrosa…  a veces,  la miraba a los ojos oscuros y le pedía en silencio venganza para su hermano… deseaba usar todo lo que tuviera a mano para que alguien pagara por el daño de Daniel… Karina parecía entender… lo haría… mataría por ella…

Pero tendría que esperar…

Daniel mejoraría y se lo llevaría de vuelta a la casa…

Encontrarían a Coque y lo mantendrían a salvo…

Solo entonces… podrían reventar a Rojas y a todos sus hijos… que hicieran trizas a su familia y no quedaran ni restos de ninguno de ellos…

El rostro de Lidia seguía imperturbable mientras pensaba las mil y una maneras de dar muerte a Rojas y sus hijos… nunca había sentido tanto odio…

Daniel reaccionó al segundo día… abrió los ojos y con esfuerzo, logró enfocar la cara de Lidia… quiso hablar pero no pudo… sus ojos rojos e inflamados se llenaron de lágrimas… las alarmas de las máquinas comenzaron a sonar…

-. Dani… chiquito… ¿cómo estás?-

Apretó todos los timbres y botones llamando a las enfermeras.

La primera en aparecer fue Karina, detrás de ella la enfermera jefe con su personal. Las hicieron a un lado empujándolas fuera.  Despertar era una excelente señal…  aunque luego de intentar hablar varias veces, Daniel había vuelto a dormirse sin decir nada.

Los episodios volvieron a repetirse varias veces a lo largo del día hasta que, finalmente, Daniel pudo hablar y preguntar… recordaba todo… no había perdido la memoria y su mente parecía funcionar correctamente

-. Co… que?- miraba a Lidia con angustia en los ojos

-. Está vivo- respondió ella con seguridad apretando su mano. Su única preocupación era que Daniel sanara… después… cuando estuviera bien, le diría… Confiaba en que Coque aparecería en cualquier momento. Todos estaban buscándolo.

Daniel soltó el aire de sus pulmones y cerró los ojos, agradecido… Coque estaba vivo y eso era lo único que lo perturbaba cada vez que recuperaba la consciencia y volvía a verlo salir volando del vehículo… estaba vivo… estaba bien.

Le hicieron nuevos análisis que confirmaron el diagnóstico inicial. Tendría que guardar reposo durante bastante tiempo pero sus músculos golpeados, sus huesos rotos y su piel rajada se repondrían con el paso del tiempo.

El corazón de Lidia volvió a latir con normalidad ahora que todo iba a estar  bien… Miró a todos lados llena de emoción mientras asimilaba la noticia y se llenaba de alegría. Karina estaba en la puerta… siempre silenciosa y atenta… Lidia se acercó y la envolvió en un abrazo… necesitaba el contacto con otro ser humano para celebrar la buena noticia

-. Está bien… se va a reponer-

-. Si… todo está bien-

Con miedo, la mujer de los cuchillos levantó sus brazos y los pasó por el cuerpo de Lidia atrayéndola contra el suyo… sentía que cometía un sacrilegio al sentir tanta emoción y tocarla de esta manera… era como abrazar un hada… un ser extraordinario… sentir el calor de su precioso cuerpo… tenía miedo de romperla o dañarla pero estaba tan feliz que no podía soltarla… respiró intensamente llenándose los pulmones y la vida del olor de esa mujer…

Al separarse, Lidia le sonrió muy de cerca y la besó en la mejilla

-. Gracias Karina… nunca voy a olvidar todo lo que has hecho por mí… muchas gracias

Karina quiso responder… decirle que no había hecho nada especial más que disfrutar tanto teniéndola para ella sola… llevándola y acompañándola, desayunando y almorzando a su lado, vigilando su sueño y viéndola a cada instante… era ella quien estaba tan agradecida del regalo de estos días maravillosos… pero no pudo hablar… Lidia tan cerca de su rostro y besando su mejilla era mucho más de lo que podía asimilar… Cerró los ojos y asintió, sintiendo como su cuerpo desfallecía… temblaba… esperaba que ella entendiera… no era capaz de hablar…

-. Nos iremos a casa dentro de unos días…-

Lidia había vuelto a tomar la mano de Daniel y estaba alegre… su hermano mejoraba… ahora solo había que llevarlo de vuelta al hogar y dejarlo bajo cuidado experto para poder comenzar a prestar su ayuda… no sabía en qué podía ser útil, pero necesitaba formar parte de todo esto, sentir que de alguna manera estaba vengando todo el daño que le habían hecho a su chiquito.

 

ROJAS

Habían transcurrido 4 días desde que iniciaran las disputas y los daños para Rojas estaban resultando desastrosos…  Habían dado muerte a algunas de las personas más cercanas a él… su gente de confianza… en solo dos noches habían desmantelado una parte importante de sus instalaciones haciendo que continuar su negocio principal resultara difícil…  Perdía la confianza de sus clientes al no poder despachar su mercancía a tiempo…  Estaba metido en un problema serio… Se habían robado su mercancía… podía reponerla fácilmente, las chicas eran su especialidad y sabía donde conseguir más, por las buenas o por las malas…  siempre había muñequitas rotas soñando con tener una vida mejor y que se dejaban convencer con facilidad ilusionadas con una vida mejor… pero reemplazar a su personal de confianza, que sabía cómo funcionaba todo, no era tan fácil…

Cadáveres tirados desangrándose en el suelo… sólo eso habían encontrado…

Estaba furioso…  odiaba enterrar a su propia gente y a la policía husmeando en su propiedad, haciendo preguntas y mirándolo con desconfianza.

Su furia solo era comparable con la de su hijo Leonardo.

Seguían buscando al chiquillo… pero lo hacían en los lugares equivocados… nunca lo encontrarían en el lugar donde lo tenía oculto… contaba con que no se detendrían y en el proceso ocuparían todos sus recursos en ello. El crío estaba en el lugar menos esperado… seguía bajo su propio techo aunque en un lugar bajo tierra…

Rojas estaba rompiendo todas las reglas no escritas de la mafia que indicaban que la casa de la familia era sagrada y no se mezclaba jamás con los negocios… menos para algo tan arriesgado como esto… pero él nunca había seguido las reglas. El hacía sus propias reglas.

Tenía que darse prisa. Necesitaba contra-atacar antes que a alguno de ellos se le ocurriera buscarlo en su casa y estropeara su sorpresa.

Era muy temprano en la mañana. Sobre la mesa del escritorio, en su casa, un mapa señalaba los puntos débiles de María y Gonzalo… Lugares importantes para sus negocios, guaridas, cualquier punto estratégico que pudiera ser vulnerable. Le había tomado varios días y mucho dinero recolectar toda esa información y organizar su plan.

Frente a él, Leonardo y Domingo se habían enfrascado en una nueva discusión… era lo único que hacían últimamente.

Teddy tuvo que intervenir cuando Leonardo intentó golpear a Domingo… un esfuerzo inútil del mayor, considerando el tamaño y la brutalidad de Domingo… pero la rabia de Leonardo era casi incontrolable. Lo entendía. Domingo era capaz de desesperar al más paciente de los hombres con su estupidez y su cabeza dura.  El mismo, como padre, había deseado hacer lo mismo pero ya era tarde para intentar poner un poco de sensatez en la cabeza de ese idiota. Debió golpearlo más cuando niño para evitar que hiciera tanta tontera y los arrastrara a un momento como este… pero el tiempo ya había pasado.

-. Vete a cuidar al chiquillo y no salgas de ahí- le gritó Leonardo a Domingo, enfurecido.

Domingo estaba a punto de romper la conexión que lo ataba a su familia… todos lo culpaban y estaba harto… nadie entendía ni le agradecían su lealtad con la familia… Pensó en responderle mal a Leo y desobedecerlo… eso sería una señal de su alejamiento, romper las ataduras… estaba a punto de hacerlo cuando escuchó a su padre.

-. Haz lo que dice tu hermano-

La voz dura lo hizo reaccionar.

-. Pero… ¿y qué hago con él chiquillo?-

-. Eso debiste pensarlo antes, idiota!!!- gritó Leonardo exasperado

-. Lo vigilas… No te mueves hasta que yo mismo te diga-  su padre aún le infundía respeto.

No le gustaba… no era justo. El había comenzado todo este desorden y ahora no lo dejaban participar… quería salir a golpear y matar… pero no!!! Tenía que ir a encerrarse… a hacer de niñero cuidando al mariquita…  siempre eran injustos con él!!!… Más ahora que su padre había hecho desaparecer a sus amigos… no los había vuelto a ver y los echaba de menos… se preguntaba donde estarían…

-. ¿Qué estas esperando?!!!- preguntó su padre subiendo el tono en clara señal de enojo

-. Nada. Ya voy, señor-

-. Domingo… mantenlo quiero vivo, tal como está-

-. Sí, señor- respondió de mala manera…

Quizás era una de las últimas órdenes que Domingo acataría, pero por ahora, todo estaba bajo control y Teddy necesitaba que así fuera… hoy era un día importante.

-. ¿Qué has planeado?- Preguntó Leo cuando Domingo por fin se fue.

-. Destruirlos- les daría donde más les doliera… usaría toda su especialización…

Rojas estaba aguantando… estaba muy lejos de sentirse derrotado o siquiera asustado… se preparaba para sorprenderlos.   Se había mantenido quieto mientras organizaba un ataque importante con su gente… recopilando valiosa información de sus fuentes entre las gente de María, en el hospital, en el puerto y en la ciudad… tenía una red increíble de informantes entre la escoria miserable, estaba  aprovechando de cobrar muchos favores… y no era precisamente con ninguna autoridad, sino con lo peor del bajo mundo… con todos aquellos que abastecía y protegía, los desesperados que vendían el alma y no les importaba arriesgarse hasta morir a cambio de unos cuantos gramos de droga… material desechable dispuesto a cualquier cosa… perfectos para sus intenciones

Se había demorado pero ya tenía un plan en marcha.

Teddy le explicó el plan pacientemente a Leonardo. Lo habían preparado juntos pero era necesario revisarlo. Necesitaría de sus otros dos hijos menores, Clemente y Anselmo… Domingo estaría mejor en un lugar donde no molestara… se quedaría a cargo del muchachito… ese era su castigo por ahora.

Cuando terminaron, el rostro de Leonardo irradiaba satisfacción… estaba dolido, lleno de resentimiento y deseos de sangre. Para él, su padre era un héroe que se había forjado de la nada y odiaba cuando alguien dañaba su propiedad… También era su herencia.

-. Es arriesgado- dijo Leonardo, pero la sonrisa en su rostro demostraba lo mucho que le agradaba.

-. No lo esperan… se preocuparan de estos puntos y descuidaran el resto… – señaló un punto en el mapa

– Serán presa fácil. Tú y Clemente se encargarán. Me los traerán en persona-

-. Si señor… ¿Y qué haremos  luego?-

– Lo que hacemos siempre…- sonrió Rojas… -ahora vete a buscar a tus hermanos, los necesito a los tres conmigo- se daba por hecho que Domingo no participaba de esta reunión familiar.  Le tocaba cuidar del rehén… sus hijos se turnaban para vigilar al crío acompañados por  solo un par de personas de su absoluta confianza que sabían de la existencia de Coque en el bunker subterráneo… tan oculto que ni su propia mujer sabía de la existencia de ese lugar bajo su propia casa.

Leonardo desapareció en el interior de la casa…

Por primera vez en muchos días Rojas sonrío al pensar en su venganza… muchos de los muertos que dejaban Gonzalo y María habían sido sus compañeros de siempre, sus amigos… habían crecido con él y ya no estaban… lo que le había tomado años construir se estaba desmoronando a causa de ese par de malditos y sus familias…

Les daría donde más les doliera… no se lo esperaban.

Teddy tenía un nuevo plan… uno que no le había comentado a Leonardo ni se lo diría a nadie hasta haber terminado con todos… se había cansado de que se rieran de él y lo despreciaran… los jefes de las otras familias lo habían llamado para exigirle que devolviera al chiquillo y terminara la guerra… se sintieron calificados para decirle que estaba llamando la atención de las autoridades sobre todos ellos y eso no le convenía a ninguno. Se habían atrevido a amenazarlo… Rojas se había enfurecido y les cortó la conversación… ya no los atendría  más… ya no los necesitaría más… nunca lo habían tomado en serio… se aseguraría  de que no volviera a ser así… no importaba todo el horror que causara aquí… solo deseaba vengarse y destruir… su plan final tenía otro destino para él y su familia que ya había puesto en marcha sin dárselo a conocer a nadie más.

 

MARIA

Habían causado mucha destrucción…  tenían la ciudad completamente revolucionada y los ciudadanos comunes estaban aterrorizados.  El jefe de policía llamaba a cada instante pidiendo detener la violencia y dejarlos actuar, tenía mucha presión sobre él. María había delegado las conversaciones en alguien más. No tenía tiempo para atenderlo.

Todavía se mantenía intacta… la desaparición de su hermano menor la tenía muy triste y preocupada… era quizás, lo único que le impedía unir sus fuerzas con las de Gonzalo y acabar de una buena vez con toda la familia Rojas y exterminarlos para siempre… borrarlos… desaparecerlos de la faz de la tierra.

Coque… necesitaba recuperarlo primero…

Su familia la urgía… su madre le lloraba cada día recordándole que debía cumplir las obligaciones que su padre le había encomendado y traer de vuelta a su hijo menor…

Uno de sus hermanos mayores la había llamado para desafiarla… ¿se creía la Jefa de familia?.. pues que lo demostrara… ¿cómo era posible que le hubieran quitado a Coque de sus propias narices?… Sabía hacia donde apuntaba.  La vida no le había resultado tan feliz como su hermano esperaba y ahora quería quitarle su puesto… Que se fuera al demonio!!!. Ya no tenía cabida en esta familia. No al menos mientras ella y Coque estuvieran vivos…  tenía que estar vivo. Había dado instrucciones de impedirle el paso a su hermano y avisarle si regresaba a la casa familiar o a las oficinas.  Como si no tuviera suficientes problemas…

Por las noches, cuando volvía a ser solo la esposa enamorada de Esteban, seguía manteniendo intacta su caparazón.

Solo la primera noche, después de la desaparición de Coque, Esteban intentó abrazarla y consolarla con palabras dulces y mucho cariño… pero ella recurrió a toda su corteza de hielo extendiendo sus delicadas manos por delante y manteniendo su rostro gélido… no podía mostrarse débil ni un segundo , con nadie… ni siquiera con su marido…  porque una vez que su caparazón de protección se fracturara no habría forma de repararlo y se destruiría convirtiéndola en una mujer llorosa y débil… desesperada por su hermano que adoraba.

Esteban la quedo mirando con tristeza hasta que logró entenderla…

-. De acuerdo- sonrió con pena y ternura a la vez. La acarició brevemente sabiendo que cuando todo terminara, María regresaría a él y descargaría en él toda su pena y sufrimiento que ahora retenía… lo buscaría cuando lo necesitara…  la conocía tan bien…

Quería ayudarla pero tenía que ser como ella lo deseaba, y por ahora, la ayuda consistía en estar a su lado y a su servicio… ayudándola a mantener la integridad.

Ella esbozó una sonrisa triste… como quería abandonarse en su cálido cuerpo y traspasarle parte de su fuerte carga… Esteban sabía tan bien como volver todo más liviano y fácil… tenía tanto miedo por Coque… a ratos pensaba en que quizás… Rojas lo hubiera… no… no podía pensar en forma negativa. Lo encontrarían.

-. Gracias- lo besó en los labios… Nadie más en el mundo podía entenderla y amarla tan incondicionalmente como Esteban.

La escena no volvió a repetirse.

Ahora, dentro de la oficina, Gonzalo se mantenía apartado del grupo… en su mente repasaba lo sucedido la noche anterior. Habían capturado y torturado a uno de los hombres cercanos a Teddy… debería haber hablado… pero, honestamente, el tipo parecía no saber nada… solo dijo estaban en guerra y seguían las instrucciones de Rojas… pero cuando le preguntó por coque… casi podría asegurar que su cara de desconcierto había sido genuina… el hombre no tenía idea de que joven le hablaban ni mucho menos dónde lo mantenían oculto…

¿Por qué Rojas no se jactaba de tener un rehén tan valioso?… ¿lo mantenía oculto?… ¿incluso de su propia gente de confianza?…

No le gustaba el rumbo que estaban tomando sus pensamientos…

Los jefes de las otras familias se mantenían vigilantes… esta guerra los perjudicaba a todos y pedían que se terminara pronto… pedían la cabeza de Rojas…

Podía hacerlo… Gonzalo creía que podía traer la cabeza de Rojas y la de sus hijos… solo que… ¿dónde demonios estaba Coque?… ¿Por qué nadie sabía de él?.. ¿Ninguno de los informantes lo había visto ni había escuchado nada?… habían peinado la ciudad recorriendo cada lugar posible pero no habían encontrado ningún rastro… ¿lo había sacado de la ciudad?… ¿estaba fuera del país?… o tal vez, ¿estaba tan cerca que no eran capaces de verlo?… imposible destruir a Rojas sin antes encontrar a Coque…

María había vuelto a hablar con él dos veces más durante esta semana y lo único que seguía escuchando porfiadamente de parte de Teddy era que devolvería a Coque cuando le diera libre acceso al puerto.

Tenían que creer que estaba vivo…

La muerte de Coque era la muerte de toda la familia Rojas… tenía que saber que la venganza sería implacable… si el chico moría ninguno de ellos viviría…

Mierda!!…

Algo no estaba bien…  lo podía sentir en su interior…  sus pensamientos no cuadraban…

El primer día, cuando Maria habló con él, l había llamado la atención que Rojas no supiera que Daniel había resultado herido también…

Parecía como si…

Vaya… claro… eso era!!… Rojas no estuvo nunca preparado para esta guerra… y eso era porque… por supuesto!!! Rojas no había querido iniciar una guerra…  Teddy Rojas no había ordenado el secuestro de Coque…

De pronto muchas de las cosas que no tenían explicación adquirieron sentido… la forma tan burda en que se habían llevado a Coque… el accidente a plena luz del día y con cámaras de vigilancia… la inútil cantidad de balas disparadas… todo era trabajo de aficionados… Rojas no había participado de la preparación… sin embargo, en el lugar había estado su hijo… Domingo… el gigante peleador y violento… Domingo y sus torpes amigos…

-. Fue idea de Domingo…- murmuró en voz baja sorprendido de su conclusión

Por eso Rojas no estaba contra atacando… se estaba tomando el tiempo para reorganizarse… no amenazaba ni protestaba… no devolvía las afrentas porque nunca estuvo esperando recibirlas… Domingo había actuado por su cuenta y también había sorprendido a Rojas…  su hijo no le había dejado más opción que entrar de lleno en una guerra para la que nunca estuvo preparado… pero ya habían pasado varios días y el daño era mayor… eso era aún más preocupante…

La tranquilidad de Rojas era, en estos momentos, peor que una guerra abierta…

-. Algo no está bien…-

Los ojos de María, Esteban, Andrei y Miguel se detuvieron sobre él…

-. ¿Qué no está bien? –

Gonzalo explicó con calma tratando de ordenar sus pensamientos… Expuso su teoría de la independencia de Domingo al efectuar el ataque y el secuestro de Coque… Rojas se había involucrado en esta guerra contra su voluntad… no estaba preparado y por eso el silencio hasta ahora… pero no estaba bien que Rojas no se defendiera y no contra atacara usando cualquier cosa que tuviera… no estaba bien que se mantuviera en obstinado silencio cuando podía estar en la calles desafiándolos y devolviendo la mano… la inactividad en la que se mantenía no era un buen signo.

-. Está planeando algo grande… –

Sus últimas palabras los dejaron a todos en silencio…  ¿Qué?.. ¿Dónde?… ¿Cuándo?… Cada quien trató de imaginar cual podría ser el objetivo de Rojas contra ellos…

Los minutos pasaban… el silencio continuaba

-. Voy a hablar con Leonardo al Club

Gonzalo había conversado más de un par de veces con Leonardo Rojas y le parecía un tipo inteligente…  No eran amigos, pero dadas las nuevas circunstancias… quizás… podrían razonar.

Tomó su chaqueta y se encaminó a la puerta. Todos los demás hicieron lo mismo… incluyendo a Miguel.  Gonzalo se detuvo…

Entre las propiedades de Rojas, había una cadena de Clubs nocturnos para adultos donde iban a parar muchas de las muñecas rotas que engañaba y prostituía… eran lugares frecuentados por mucha gente de la peor clase donde se traficaba droga y la vida tenía poco valor…  era seguro que encontrarían muchas personas leales a Rojas. Leonardo, Domingo y Clemente solían pasar las noches en los Clubs vigilando y atendiendo los negocios… ir a meterse en la boca del lobo no era precisamente una buena idea… podía resultar muy mal pero a la vez, era una manera segura de hablar frente a frente con Leonardo y quizás conseguir una respuesta y evitar escalar en esta guerra.

Gonzalo fijó sus ojos en Miguel que se aprestaba a seguirlo… rápidamente los desvió a Andrei pidiendo ayuda en una comunicación que solo los dos amigos entendían…

Andrei se paralizó… entendió en seguida lo que Gonzalo quería pero no podía convencerse de lo idiota que estaba actuando su amigo… el gesto de su rostro se lo indicó…

-. Iré con Esteban – ordenó Gonzalo en voz alta – no quiero llamar demasiado la atención y  provocarlos más de la cuenta – abrió la puerta de la oficina y salió sin mirar atrás…

Esteban lo siguió…

Miguel miró a Andrei buscando una explicación… no encontró sus ojos que se habían desviado hacia otra dirección…

Andrei estaba molesto por lo que hacía Gonzalo con Miguel y le costaba disimularlo… se acercó a la ventana y se quedó mirando las luces sabiendo que Miguel esperaba una explicación que no tenía idea como podía darle… No quería involucrarse… no era su asunto y no estaba de acuerdo con Gonzalo en esto… pasaba de este problema…

Las luces de la ciudad puerto eran hermosas… en alguna parte entre esas luces estaban las del hospital donde estaba Lidia… la echaba de menos…

Andrei había pasado muchas horas pensando, al igual que Gonzalo… solo la vida de Coque los mantenía atados de manos… era primordial encontrarlo. Se sentía inútil de pie en esa oficina cuando podían estar en la calle buscándolo… si se tratara de otra persona podrían haber ofrecido dinero por información sobre el paradero de Coque… pero el chico era un blanco apetecible para muchos bandos… Don Lino había hecho muchos enemigos en su vida que cobrarían gustosos la vida de Coque al saberlo perdido en manos de Rojas…se volvía mercancía valiosa… tenían que encontrarlo en silencio.

Fue María quien rompió el pesado silencio que se había instalado en la oficina

-. Mi auto – ordenó en el teléfono. Reunió un par de cosas, incluyendo un arma y se giró hacia Andrei y Miguel

– ¿me acompañan?

-. ¿Dónde vamos? – preguntó Miguel

-. A la guarida del oso…- respondió desafiante

Andrei abrió los ojos y la miró fijamente… parecía tan pequeña y delicada… pero sabía de su determinación y justo en este momento María era imparable.

-. ¿La casa de Rojas? –  preguntó Andrei tratando de sonar normal… era el único de los tres que tenía más experiencia… Esteban y Gonzalo iban a matarlo si no la detenía… pero… ¿Cómo??!!

María seguía daño órdenes para que más personas la escoltaran.

-. Quiero verle la cara… si no fue su idea entonces… quizás… podamos arreglar esto de otra manera

 

 DOMINGO

Lo habían dejado solo y se habían ido a divertir… lo supo porque le dio hambre y subió a buscar comida en la cocina… la casa estaba en silencio… recorrió las habitaciones y hasta la oficina de su padre pero no había nadie más en la casa… Malditos!!!… se habían ido sin él… tenía la seguridad de que su padre y hermanos estaban planeando algo… estaban entreteniéndose en el juego que él había comenzado sin tomarlo en cuenta…

La frustración lo hizo golpear con fuerza las paredes que crujieron y se rompieron bajo el peso de su manota… esto era lo peor que su propia familia podía hacerle…

Recorrió indignado el camino de vuelta hacia el bunker, pasando por las despensas y bodegas,  moviendo la pared falsa donde estaba el último de los hombres de su padre que le ayudaba a cuidar al crio… era imposible entrar o salir del lugar sin saber la clave para abrir la puerta/pared… dentro del bunker el chiquillo y él estaban solos… el crío podía gritar y chillar hasta ahogarse… las paredes estaban insonorizadas.   Se sentía estafado… lo habían dejado de niñero del asqueroso chiquillo.

Dejó sus alimentos ruidosamente sobre una pequeña mesa y miró a Coque con furia… hasta el hambre había perdido con tanta rabia que sentía!!!… detestaba al mariposita ese… por su culpa y la de su tonta hermana no podían entrar al puerto… todo sería más rápido si pudieran transportar su mercadería por barco… pero no!!…  la mojigata de María y al afeminado de su hermanito no deseaban dejarlos usar sus instalaciones… pues que se jodieran ahora… no entendía para qué diablos su padre lo quería vivo… muerto molestaría mucho menos…

Domingo no podía concebir que ese niño pecoso de aspecto tan frágil, casi femenino, tuviera poder para enfrentarlos y prohibirles el paso a ellos… una tropa de hombres fuertes y bien masculinos.

El enojo crecía en sus ojos… miraba con odio a Coque… detestaba a los homosexuales… no podía sentir a uno cerca de él y a este lo tenía al lado… le cargaba verlo tan delgado y pequeño… ver sus gestos sutiles… ese cuerpito tan delicado… el culo redondito y parado era como una burla para su cuerpo de hombre…

Domingo respiraba como un animal furioso… ruidosamente… sin poder apartar su vista del cuerpo de Coque…

-. Todo es culpa tuya mariquita!!!

Gritó enojado rompiendo el silencio, golpeando fuerte la mesa, derribando los alimentos y haciéndolo saltar en la cama 

Coque reconoció la voz en cuanto la escuchó… era la persona que lo había secuestrado y tratado tan mal…  sintió miedo… ¿estaba solo con ese hombre?… ¿Quién era?… ¿dónde estaba el otro muchacho que lo cuidaba siempre?.. ¿Por qué lo habían dejado con este energúmeno?… se movió inquieto en la cama… se sentía débil, enfermo, adolorido, cansado y ahora, muy asustado.

No podía ver nada con la venda apretada sobre sus ojos pero de alguna manera, Coque podía presentir que estaba en grave peligro… levantó su cuerpo buscando… no sabía qué…

No debió levantarse…

Al ver su cuerpo pequeño en movimiento, asustado y nervioso,  la furia se desató sin control en el bruto de Domingo…  cuanto lo odiaba…   Detestó ese movimiento que indicaba su miedo y su fragilidad… la forma en que su delgado cuello se estiraba y su cabeza pequeña, coronada por su pelo cobrizo, se giraba hacia donde estaba él…  ¿cómo demonios ese pendejo homosexual tenía poder para prohibirles algo?…  todo a su alrededor se volvió caliente… rojo… furioso… su mente empañada por la ira… le enseñaría… le daría la lección de su vida a este marica a ver si se le quitaban las ganas de andar meneando su primoroso culo y levantando la voz para prohibirle algo…

 -. Tú mismo te lo has buscado, mariposa !!!  – profirió con furia antes que su mano agarrara a Coque…

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