Lucas 8

CAPITULO 22

DANNY 10

 

La tristeza le duró bastante tiempo a Danny… seguía trabajando, bailando, su vida parecía normal pero interiormente se sentía muy apagado… profundamente triste. Intentaba fingir delante de su abuelo para no preocuparlo, pero a veces, cuando estaba sumido en sus propios pensamientos, encontraba la mirada preocupada de Isaías sobre él. El viejo se acercaba y lo abrazaba… le hacia un pequeño cariño en el pelo… solo para recordarle que era su abuelo y estaba con él.

Felipe se desvivía invitándolo, sorprendiéndolo y no dejándolo solo nunca, se estaba volviendo demasiado posesivo con Danny, le gustaba cuidarlo, protegerlo y acompañarlo en todo momento… estaba bien, Danny no se quejaba, pero a ratos necesitaba estar solo… aunque le daba pena decírselo, así es que seguía el ritmo que Felipe marcaba pero a veces, sin demasiado entusiasmo… Julio lo había dejado triste, se fue, desapareció… y se sentía aliviado, pero con ello también había desaparecido toda esperanza de su familia real… había quedado con una terrible sensación de vacío y abandono.

Dos semanas después del desaparecimiento de Julio, Felipe le hizo un regalo espectacular a Danny… tenía en su mano dos boletos de avión para viajar a otra ciudad del país… a Felipe le habría gustado llevarlo lejos, al Caribe, a Disney…  a otro lugar donde se olvidara completamente de los problemas, pero Danny no podía viajar sin autorización de sus padres… y conseguir eso era un imposible. Ya tendrían tiempo para ello cuando Danny fuera mayor de edad.

Don Mauro aceptó darle permiso a Danny aunque la idea de que viajara con Felipe no terminaba de convencerlo mucho… había cambiado, pero nunca sabía a qué atenerse con ese chico… siempre esperaba cualquier locura de él. Habló con Danny, le dijo que confiaba en él para que supiera cuidarse solo ya que Felipe no sabría hacerlo. Se despidieron del abuelo que estaba muy bien en esos días. Subieron al auto y se fueron rumbo al aeropuerto.  Nunca en su vida había viajado en avión, ni siquiera en un bus o en un tren… solo en un camión cuando abandonó su ciudad natal. La aeromoza los ubico lado a lado en sus asientos de primera clase y les sirvieron todo tipo de cosas ricas. El avión se elevó y Danny se moría de gusto… volar era maravilloso. Apretaba fuerte la mano de Felipe quien parecía más que maravillado de ser él quien le enseñara todas estas cosas nuevas a Danny. Llegaron a destino luego de unas horas. Felipe arrendó un auto, el hotel era el más lujoso de la pequeña ciudad turística a los pies de un hermoso volcán y con vista al inmenso lago azul. Entraron al hotel tomados de la mano… Felipe pidió su reserva en la mejor suite… nadie les dijo nada ni escucharon ningún comentario. Danny sentía que estaba soñando. Se besaron con ganas al entrar a la habitación, sin importarles que el chico de las maletas estuviera mirando. Felipe le dio un par de billetes y el chico desapareció sonriendo agradecido. Estaban solos.

-Es precioso… es muy lindo, me encanta. Felipe, mira!!!- Danny corría de un lado para otro, finalmente entusiasmado y dejando de lado el desgano que lo estaba consumiendo días antes…  mirando toda la magnífica habitación, la vista preciosa que tenían del lago y del volcán

– Nada es más lindo que tú – lo atrapó por la cintura… Danny se detuvo… sabía, pero también quería. Sus manos rodearon el cuerpo de Felipe acercándolo al suyo, sintió el calor de su piel a través de la ropa… sus labios se encontraron en un beso diferente a todos los otros… ambos sabían que ese beso era el inicio de algo más grande… Felipe estaba loco por Danny desde hacía tiempo… lo entendía, sabía que era lo que le había pasado y por qué se contenía y se alejaba… pero él ya no aguantaba más.

– Danny?- preguntó lleno de intención

– Tengo una deuda contigo…- contestó sonriendo con picardía y comenzando a intensificar las caricias y los besos

– Te deseo tanto Danny… eres precioso, perfecto, me encantas – Sus manos levantaban la ropa y la quitaban del cuerpo. En pocos segundos estuvieron desnudos… Se  miraron con curiosidad descubriendo que ambos se gustaban mucho… eran cuerpos diferentes… Danny delicado y precioso… Felipe más grande, alto y con más cuerpo… igualmente hermoso… sonreía con sus ojos brillantes de deseo y emoción… Pronto estuvieron ambos tocando sus cuerpos desnudos sin darse un minuto de tregua… labios hambrientos…  ganas acumuladas desde hacía semanas, pequeños sonidos ansiosos… Felipe envolvió completamente el cuerpo más pequeño de Danny sobre la cama, sus manos tocaban cada pedacito de esa delicada piel, saboreaba con su lengua… para ninguno de ellos era la primera vez… ambos sabían que tenían que hacer, que pedir, que usar…. Se tomaron todo el tiempo del mundo para aprender a conocerse, Felipe estaba maravillado del cuerpo y los gestos de Danny… quería verlos una y otra vez… la forma en que gemía suavemente cuando chupaba sus tetillas y como estas intensificaban su color rosa oscuro… pidiendo más… enrojeciéndose y sensibilizándose… el suave arqueo de su espalda al besar más abajo de su cintura… la quietud en que se quedaba cuando lamía sus testículos y como comenzaba a moverse inmediatamente al chupar su glande… todo, todo quería saberlo y aprenderlo Felipe… sus sabores, su olor… la calidez de su piel… Danny seguía cautivándolo y ahora lo enloquecía. Con calma y sin quitarle los ojos de encima destapó el tubo de lubricante…

– ¿Hace tiempo…? – preguntó esperando a que le respondiera afirmativamente… quizás no debería haber preguntado pero quería saber.

Danny se sonrojó. A Felipe le encantaron sus mejillas sonrosadas, cuando desvió sus ojos y respiró agitado

– Si…- moría de vergüenza

– Entonces lo haremos con calma- lo besó antes de comenzar – date vuelta…- lo ayudó a girar… lo tomó de la cadera y  lo acarició con su mano entera abierta… las costillas,  las preciosas y redondeadas nalgas… el cuerpo de Danny se mantenía firme y elástico a causa del baile… era un placer mirarlo y más aún tocarlo…

Despacio bañó sus dedos en lubricante y los introdujo uno a uno, lentamente, dilatando la cerrada cavidad de Danny… se sentía delicioso… Danny se dejó hacer… Felipe sabía cómo tratarlo… cerró los ojos… de pronto se estremeció por dos razones que juntas aparecieron en su mente… Felipe había rozado su próstata … nadie más lo había hecho aparte de… de él… él que se había ido sin decirle nada… no iba a pensar en él ahora… no cuando Felipe estaba haciéndole sentir tan maravillosamente bien… le daba pequeños besos y mordiscos en su espalda… Danny sonreía y separaba sus piernas… abandonado en manos de Felipe… todo le gustaba, los dedos húmedos en su interior, la forma en que acariciaba su cuerpo. Felipe tomó un par de cojines y los puso bajo el vientre de Danny… quitó sus dedos cuando estuvo suficientemente dilatado y se ubicó entre las piernas abiertas de Danny. Tiró hacia atrás sus caderas… despacio entró en él sintiendo cada músculo y movimiento… cada suspiro y gemido de Danny…se sentía estrecho, caliente, húmedo y delicioso… lo abrazó fuerte… estaba loco por él… no quería que esto terminara nunca… lo beso tomando por asalto la boca y lo que había comenzado con suaves y delicados movimientos en el interior de Danny se convirtió en un ritmo fuerte y rápido… Gemía él, gemía Danny… el uno en la boca del otro, sujetándose con las manos y los brazos, manteniéndose unidos… Danny estiró una mano para tocarse pero Felipe la quito y se hizo cargo de esa parte también… Ambos cuerpos eran jóvenes, elásticos, se movían acompasados… descubrieron que el sexo era una conexión maravillosa entre sus cuerpos… sabían entenderse a la perfección. Llegaron al clímax perdiéndose en la sensación de felicidad y placer…

No volvieron a salir del dormitorio durante ese día… repitieron el ejercicio una y otra vez, con cuidado, con alegría… con un delicioso estado de agotamiento físico… con un sentimiento de entendimiento increíble entre ellos…

Felipe volvía a estirar sus brazos una y otra vez, buscándolo cada vez que despertaban… Danny respondía de inmediato… sonriendo

– No me voy a poder mover… – se quejaba sin mucho ánimo Danny…- Quiero conocer el lugar-

-Mañana… te lo prometo… – era demasiado rico estar dentro del cuerpo del Danny… apretado… cobijado por su calor y su humedad… ambos se sentían cómodos y satisfechos… era agradable saber lo que querían… Felipe había sido muchas veces el primero en la vida de alguno de sus anteriores parejas y recordaba con algo de malestar lo difícil que era la primera vez y lo mal que resultaba a veces… Danny era todo lo contrario… sabía lo que hacía, lo que quería, no dudaba en pedirlo ni en entregar lo que le pedía… su cuerpo se adaptaba a todas las formas y posiciones… era elástico, sensible… delicioso y capaz de entregar muchísimo placer… no tenía vergüenza en decir lo que le gustaba e indicarle cómo hacerlo, a la vez que aprendía como complacer a Felipe… Danny por su parte estaba satisfecho y en un delicioso estado de agotamiento… su cuerpo quedaba exhausto y temblando de placer… se dormía… se perdía… completamente cansado y sonriendo… para luego despertar sintiendo las manos de Felipe en su piel… sus besos… la forma en que sus dedos entraban en él casi jugando y comenzaban a hacerle el amor antes de que hubiera terminado de despertar completamente… antes de que lo hubiera penetrado son su sexo… sonreía y se dejaba llevar nuevamente… los dedos de Felipe eran expertos en lo que hacían… su cuerpo comenzaba a moverse buscando y entregando… se besaban de todas formas… Danny olvidaba todo lo demás, solo Felipe y el placer que estaba sintiendo quedaban en su mente.

Cuando llegó el carrito con la comida horas más tarde, ninguno de los dos tenía fuerzas para levantarse a pesar de que tenían hambre…  Riéndose, usaron sus últimas gotas de energía y se arrastraron hasta la cena… bebieron licor… un delicioso postre que terminó sobre la piel del estómago de Danny mientras Felipe lamía y se volvían a encender de pasión y deseo… eran dos niños jugando a ser adultos… enloquecidos de deseo y cariño… de habilidad física para entregarse placer… de ganas de conocerse el uno al otro hasta en los más mínimos detalles y lugares… se durmieron agotados y no abrieron los ojos hasta cuando el sol casi brillaba en lo alto del cielo del día siguiente.

Luego de un par de analgésicos para Danny y muchas sonrisas de complicidad, subieron al volcán… volvieron al hotel… nadaron en el lago y rápidamente volvieron al hotel… navegaron, descansaron… pero volvían una y otra vez a encerrarse en la pieza del hotel… todo era entretenido, todo era fantástico … pero nada superaba la sensación que acababan de descubrir… entregarse placer el uno al otro mejoraba a cada momento… establecieron una extraordinaria relación de confianza y seguridad cuando estaban en la intimidad… era simplemente excepcional.

El fin de semana terminó demasiado rápido. Regresaron a la ciudad cansados pero tan relajados y satisfechos que todo el esfuerzo había valido la pena. Habían aprendido a conocerse de una manera diferente y les había resultado mucho mejor de lo esperado… ya no podían alejarse… se entendían demasiado bien. Ahora ambos sonreían cada vez que se miraban… sabían… les gustaba… siempre querían más.

El Abuelo Isaías fue el primero en notar el cambio en Danny

– ¿Estás contento?… me gusta verte así Danny-

Lo abrazó y estampó un sonoro beso en la mejilla de su abuelo.

– Si abuelo… estoy feliz de nuevo-

El hombre se alegraba. Danny le alegraba la vida y cualquier cosa que lo hiciera feliz era buena para él.

Felipe continuó apareciendo en su casa y en su vida a toda hora… casi parecía un miembro más de esta pequeña familia. En el club, ambos eran considerados una pareja oficial y en la casa de Danny, Felipe podía entrar y salir a plena voluntad. Muchas veces pasaron la noche juntos en la casa del abuelo… muchas otras las pasaron en una habitación de motel o de hotel… y algunas otras las pasaron solos y separados, echándose mucho de menos.

La felicidad les duró casi diez meses. Fue el tiempo que se tomaron los padres de Felipe para reaccionar y enterarse que su hijo estaba diferente… se había enamorado… de un bailarín en un club para gente gay… para ellos, todos estaban enfermos y eran peligrosos…

Los padres de Felipe lo llamaron expresamente para hablar con él, una pequeña reunión de familia… Felipe reaccionó muy intrigado y casi divertido… antes se asustaba cada vez que lo llamaban… se preparaba y generalmente resultaba dañado y herido… pero ahora hacía mucho tiempo que no se ocupaban de él y le resultaba curioso esta “cita” con sus padres. Llegó hasta el salón de su propia casa a la hora señalada. El padre bebía sin dejar de trabajar frente a su computador mientras lo esperaba y la madre terminaba de hablar por su celular de última generación. Se sentaron juntos, frente a él. Le explicaron directamente y sin ningún tipo de adorno que estaban muy preocupados y no querían verlo más con “ese bailarín de un club para enfermos”. Felipe se largó a reír en su propia cara… en verdad le causó mucha gracia escucharlos… que se preocuparan ahora… después de tantos años era simplemente absurdo.

– Estoy enamorado – dijo Felipe cuando dejó de reírse con un dejo de orgullo y burla–No pienso dejarlo.- Los padres callaron… no esperaban una respuesta de ese tipo… Felipe… estaba diferente?.. se veía más… normal???… ambos se dieron cuenta de que algo diferente había en su hijo… diferente en el buen sentido de la palabra…

– ¿Cómo es ese… bailarín?-

– Se llama Danny, tiene 17 años y es maravilloso– su voz sonaba muy entusiasmada-¿quieren conocerlo?-

Se miraron estupefactos… conocer a ese… ese… Dios!!! Era necesario?… Felipe parecía diferente… sería posible que ese chico lo hubiera cambiado…. ¿cómo?

-No Felipe. No estamos discutiendo eso ahora. No tenemos ningún interés en conocer a ese… ese.. chico – soltó el padre rápidamente… demasiado rápido, pensó la madre… amaba a Felipe pero temía por su futuro… era tan difícil ser… así como era él… diferente a sus hermanos… era… Dios!! Ni siquiera podía ponerle nombre en su mente a lo que Felipe era. A veces se preguntaba cómo era posible que hubiera salido de su propio vientre.

-Felipe… – continuó el padre, esta vez levantándose del sillón y comenzando a caminar hacia él- nuestra preocupación por ti es muy grande. Comprenderás que ya eres casi un adulto y no puedes seguir viviendo como lo has hecho hasta ahora-

Felipe no sonrió abiertamente pero pensó “ya vamos con el discurso de nuevo… a ver cuánto les dura el amor esta vez”

– Queremos que hagas algo Felipe – dijo su madre con voz angustiada… a veces… muy pocas veces, Felipe sentía algo de pena por ella y se sentía tentado de abrazarle y contarle que era feliz… que no estaba enfermo ni nada de eso… pero sabía que era una pérdida de tiempo

– y ¿qué es lo que quieren que haga?- pregunto descaradamente echando hacia atrás en el sillón

– Te irás a estudiar fuera… elige una carrera, una universidad… elige lo que quieras hacer, pero vas a hacer algo con tu vida y tendrá que ser en el extranjero

“por supuesto… mientras más lejos mejor, verdad?” pensó Felipe… se avergüenzan tanto de mi que ya no quieren tenerme más cerca suyo… iba a replicar que no pensaba hacerlo cuando lo que dijo su padre lo dejo congelado donde estaba.

– Si no lo haces de aquí a un mes, voy a cerrar todas tus cuentas y tarjetas… no recibirás más dinero de nosotros y dejarás la casa a partir de esa fecha… ni coches, ni ropa ni nada… saldrás por esa puerta tal como estés…-

Felipe lo miró detenidamente… necesitaba encontrar el signo de debilidad que le indicara que su papá estaba bromeando… que era una más de las amenazas de siempre… que se iba a olvidar de lo que estaba diciendo dentro de unos minutos más… se quedo petrificado cuando no lo encontró… tampoco en su madre… ¿era en serio?… ¿estaban hablando en serio el par de idiotas progenitores que tenía??!!!

No me voy a ir a ninguna parte… puedo estudiar aquí!!!-

– No hijo… tiene que ser lejos… en Estados Unidos, o Europa… donde quieras- esa fue la voz de su madre… también echándolo de su propia casa… dolió… dolió fuerte dentro de su corazón

– Esta vez no es un juego Felipe… o nos obedeces o te quedaras en la calle- la voz de su padre era diferente a todas las veces anteriores… se había acabado la fiesta eterna

– Pues me iré a la calle!!! – gritó descontroladamente…- no voy a irme al extranjero ni voy a hacerles caso…-

Salió corriendo del salón, fuera de la casa y a la calle… corrió un par de cuadras y se detuvo… asustado, por primera vez sentía la posibilidad real de perder su vida principesca… con el corazón latiéndole a mil por hora. Se sentó en el suelo con la espalda pegada a una casa cualquiera… lloraba mientras pensaba… ¿dejar a Danny?… ¿ser pobre?… mierda, él no servía para eso… estaba acostumbrado a que se le cumplieran todos sus caprichos y a vivir la vida regalada de niño rico… ojalá se murieran sus padres ahora mismo así el heredaría una fortuna y no tendría que hacerles caso…  tuvo el ataque de rabia más grande que había tenido en su vida… lamentablemente estaba solo en la calle y no tenía nada que romper ni con quien pelear. Pero sentía la indignación correr por sus venas… caliente, negra… quemándolo… no importaba que no volviera a su casa en 10 días… nadie lo iba a echar de menos… sus padres estaban acostumbrados a que no llegara nunca y ya hacía tiempo habían dejado de preguntarse donde y con quien estaba… ¿qué mierda les pasaba ahora?… ¿era tanta la vergüenza que no podían soportarla?… volvió caminando muy despacio a su casa… como si los pies le pesaran y fueran de plomo… no se iría al extranjero… no se alejaría de Danny… lo amaba, lo adoraba, Danny era el único que si se preocuparía si el desapareciera… cómo iba a vivir sin su cuerpo abrazándolo… sin sus dedos hurgueteando dentro de él haciéndolo gemir y reír… sin sentir el calor de la delicada piel abrazándolo y envolviéndolo… ¿acaso ellos tenían idea de lo que sentía y cómo lo necesitaba? … estaban locos… no iba a dejarlo… no podía.

Llegó tarde de vuelta. La casa estaba igual que siempre… inmaculada, impecable, todo ordenado y silencioso…  Entro caminando despacio… como si no sintiera un torrente caliente de odio recorrerlo en vez de sangre en sus venas… pensó en subir la escalera y llegar hasta su dormitorio y matarlos… pero en vez de eso tomó las llaves de auto… esta vez la fiesta iba a durar un mes completo…

Llegó hasta el club y Danny, tan solo al mirarlo y antes de que abriera la boca, supo que algo grave le pasaba… Felipe estaba diferente aunque su caminar parecía el de siempre, su ropa seguía siendo perfecta y la sonrisa estaba igual en su cara… pero algo le pasaba, sus hombros estaban tensos y sus manos apretadas. Le preguntó sutilmente pero él contestó que estaba bien… sin embargo pidió una y otra vez que llenaran su copa… parecía el antiguo Felipe, al que tenían que echar del club cuando causaba revuelo y alboroto… el que todos creían que Danny había hecho desaparecer… Cuando Danny subió al escenario Felipe se quedó en completo silencio… lo miró moverse desde la oscuridad completamente absorto… adorando lo que sus ojos veían y recordando las muchas veces que había acariciado, besado, tocado y penetrado ese hermoso cuerpo… en verdad había bebido mucho… no podía soportar el dolor de pensar que iba a perderlo… Danny era tan especial… lo hacía sentir importante, era el único para quien él era importante y significaba algo… ¿podría el vivir sin el dinero al que estaba acostumbrado?…¿le alcanzaba el amor para dejar todo botado?… adiós autos, cenas, ropa… su vida de príncipe… Dios!!… no podía… no supo cuando empezaron la lágrimas a correr por sus mejillas mientras Danny seguía bailando y los hombres gritaban y aplaudían… a Felipe generalmente no le molestaba eso… sabía que esto era solo un show y que Danny era solo de él… pero esa noche le molestó, le dolió que alguien más también quisiera a su Danny… era solo suyo, ¿por qué era tan lindo y todos lo querían?… que iba a pasar si él no estaba cerca?? Cualquiera de ellos podría acercarse a su Danny… Algo más estalló en él, estaba lleno de una rabia profunda que se lo estaba comiendo… no quería que Danny lo viera así, todavía era capaz de razonar y pensar en que tal como estaba podía dañarlo… se paró botando la silla y causando un revuelo… salió del club disparado hacia su auto…

Danny estaba aún en el escenario… lo vio salir pero no pudo hacer nada… sabía que algo le pasaba a Felipe… no le había querido contar. Seguramente volvería más tarde y ya entonces hablarían.

Felipe no volvió más tarde… Felipe no volvió nunca más.

 

CAPITULO 23

DANNY 11

 

A solo unas cuantas cuadras de distancia del club el auto de Felipe se estrello a una velocidad vertiginosa en contra de un poste del alumbrado público… luego de perder el control y dar varias vueltas…  el vehículo quedó prácticamente partido en dos partes y el fuerte golpe que Felipe recibió en su cabeza terminó con su vida en menos de un segundo…

Danny aún estaba en el club… Don mauro lo llamó a su oficina justo cuando estaba a punto de irse… había estado haciendo tiempo, a propósito, esperando a Felipe… Don Mauro lo hizo sentarse y se lo dijo de manera directa, sin rodeos

-. Danny… Felipe tuvo un accidente… su auto se estrelló y murió– se quedo a su lado esperando su reacción… Danny lo miraba sin cambiar la expresión… Felipe… no… Felipe estuvo con él solo hacía unas horas atrás… no podía… era imposible… él lo estaba esperando… iba a llegar en cualquier momento… no… se quedó mirándolo mucho rato hasta que la noticia finalmente entró completamente a su cerebro… entonces su cuerpo reaccionó… lo primero fue un grito de animal herido y la pérdida de la firmeza en sus piernas que se doblaron sin poder sostenerlo

– ¿Dónde está?- preguntó aguantando la desesperación caliente en la garganta y en la boca del estómago

– Ya no está, Danny-

– Quiero verlo… por favor-

Don Mauro dudo… había sido uno de sus clientes que se retiraba del club el que reconoció los restos del auto y supuso quien era el chofer… conocía a Danny y a Don Mauro… le había avisado al tiempo que le contó de la gravedad del mismo

-. Danny… no queda nada del Felipe que conociste-

– Tengo que verlo… por favor, tengo que verlo… ¿dónde está?-  tenía que mirar con sus propios ojos para convencerse… necesitaba verlo aunque estuviera roto en mil pedazos… tenía que ser un error… no… no podía ser verdad.

– Ven conmigo-  Don Mauro le pidió a otro de los chicos que lo acompañara… todos estaban expectantes en el club… era el novio de Danny el que acababa de morir

La escena era desgarradora… había policías, ambulancia y bomberos recién llegados que instalaban sus herramientas y otros para intentar sacar el cuerpo incrustado entre los fierros del vehículo… Danny no lloró ni gritó… estaba viendo todo como si fuese otra persona… como si no fuera Felipe el que estaba destrozado en el auto ni fuera él quien se acercaba a mirarlo… se acercó callado, sin ningún escándalo… sin siquiera respirar… tan liviano y asustado…  Don Mauro lo acompañaba… lo dejaron pasar hasta estar tan cerca que alcanzó a reconocer los restos de la ropa que llevaba Felipe puesta aquella noche… Felipe estaba aplastado en un revoltijo de fierros y vidrios rotos… solo un pequeño gesto en la boca de Danny… amargo, tenso… denotaba el dolor que estaba sintiendo… lo miro desde una distancia muy cercana… la mano de Felipe estaba aun intacta y colgaba sobresaliendo… extrañamente intacta… Quiso ir hasta él y tocar su mano pero un bombero se interpuso en su camino haciéndolo reaccionar… entonces miró a Don Mauro y se acabó toda su fortaleza… se volvió una gelatina sin huesos y cayó sobre el hombre que esperaba para sostenerlo… Felipe estaba muerto.

El funeral se realizó en forma privada pero Don Mauro consiguió que Danny pudiera asistir luego de hablar con los padres y pronunciar serias y duras amenazas.  Eran gente especial… dura, insensible pero que reaccionaron de inmediato al mencionar un posible escándalo en los periódicos y revistas de farándula. Don Mauro usó toda su influencia y prepotencia para que Danny lograra entrar al funeral. Llegó acompañado de su abuelo, de Don Mauro y de uno de los porteros gigantes que tenía instrucciones de que nadie molestara a Danny. El chico estaba impecablemente vestido de negro, muy sobrio y llevaba lentes oscuros para no mostrar sus ojos hinchados de tanto llorar. Se sentaron en uno de los lugares al frente, destinado a los parientes más cercanos,  sin que nadie pudiera negárselos o moverlos de ahí. La madre de Felipe lo miraba con curiosidad. No podía verle los ojos por los lentes oscuros… pero Danny se veía frágil, delicado…

“No se ve un chico tan terrible…” pensó la mujer dentro de su pena… “quizás si hubiéramos…” pero ya no valía la pena pensar más sobre el tema. Su hijo había pasado por esta vida sufriendo el terrible castigo de haber nacido así y ahora solo le quedaba rezar para que fuera perdonado y pudiera descansar en paz.

Terminada la ceremonia, los padres y hermanos de Felipe estaban despidiendo a quienes los acompañaron y recibían las condolencias en forma solemne… de pronto los amigos de Felipe miraron hacia él…

-Danny…- dijo uno que lo reconoció, acercándose a darle un apretado abrazo – lo siento mucho amigo…– todos los otros lo siguieron… muchos de los asistentes preguntaron quien era ese chico… rápidamente se corrió la voz… era la pareja de Felipe y muchos de ellos se acercaron a darle el pésame, ante la mirada atónita de los familiares…

Danny recibió todos aquellos pésames como correspondía… son dolor y dignidad… apoyándose en el abuelo y en Don Mauro… se veía más frágil aún al lado del guardaespaldas tan grande que no lo dejaba de observar y cuidar… Danny no sentía nada de esto como real… seguía viviendo un sueño del que quería despertar… un hondo dolor en su  pecho… Felipe había sido su pareja, su compañero… habían vivido y compartido mucho… había sido su príncipe azul que le había enseñado a ver el otro lado del mundo… pero como siempre… una vez más, lo habían dejado solo… siempre se quedaba solo.

Ya no quedaba mucha gente y comenzaron a retirarse…

– ¿Tú eres Danny?- se acercó uno de los hermanos de Felipe.

Danny recordaba haberlo visto en fotos y lo reconoció de inmediato, aunque tenía los ojos hinchados de tanto llorar

– Si – contento muy bajito, consumido de pena y tristeza. El hermano de Felipe lo abrazó con los ojos llenos de lágrimas… Danny respondió al abrazo y sus ojos ya no contuvieron más el torrente de agua

– Te quería mucho…- dijo el hermano

– Lo sé… yo también– contestó entre sollozos.

El resto de la familia lo ignoró y Danny hizo lo mismo.  Cuando iban saliendo, de pronto el abuelo Isaías se quedó de pie pensando… entonces retrocedió y se acercó a los padres de Felipe… ya no quedaba nadie más en el cementerio

-. Lo siento mucho…- dijo estrechando la mano del padre que lo miraba sin reconocerlo– Yo quería mucho a Felipe… siempre me ayudaba en el jardín… tenía una habilidad especial para las plantas y para la cocina… fueron muchas las veces que preparamos la cena juntos y nos reímos mucho mientras la compartíamos… su hijo era un gran chico… tan alegre, educado y cariñoso… lo vamos a extrañar mucho– estrechó la mano de la madre y se alejó dejando a los padres sumidos en el más completo desconcierto… ¿Felipe en el jardín?… ¿sabía de plantas?… ¿se reía con ese anciano?… ¿sabía cocinar?… ¿Alegre?… nunca fue alegre con ellos… menos cariñoso… ni que hablar de educado…¿Quién era ese abuelo que sabía más de su hijo que ellos mismos? ¿por qué parecía haber disfrutado de un Felipe diferente al que ellos conocieron?… o que quizás… nunca conocieron??… Miraron a Isaías acercarse a Danny y abrazarlo con cariño… se alejaron apoyados el uno en el otro… ¿de qué se habían perdido ellos?… ¿por qué parecía como que nunca hubieran sabido quien era su hijo y ellos sí?… ¿cómo si ellos tuvieran algo especial de Felipe que ellos, sus propios padres, desconocían?… se miraron entre ellos… ambos tenían el mismo sentimiento de culpa, vergüenza, dolor y un vacio irrecuperable… nunca se dieron el tiempo para conocerlo y ahora ya era muy tarde… tal parecía que Felipe había vivido una vida diferente de la cual ellos nunca supieron… el vacío, el dolor y la culpa se quedaba con ellos para siempre.

El abuelo Isaías derramó unas cuantas lagrimas al salir. En verdad se había encariñado mucho con Felipe y quería que sus padres supieran lo mucho que habían perdido al no conocerlo.  Ahora tendría que ser fuerte para su nieto. Lo iba a necesitar y el viejo quería estar ahí para él.

Danny se tomó dos semanas de descanso… costaba volver a pensar en bailar… sonreír y sentirse sexy en un escenario…  se quedó en la casa… algunos de los chicos del club se acercaron a saludarlo y a acompañarlo… hasta el pequeño Lucas llegó a quedarse con él una tarde. Lucas nunca conversaba mucho, era tímido pero Danny sentía un cariño especial por él. Se sentaron en la pequeña terraza mirando al jardín y se hicieron mutua compañía. Le agradó mucho su visita.

Danny tuvo tiempo de sobra para pensar… por primera vez en su vida no tenía nada que hacer… despertaba temprano para quedar absolutamente desocupado… el abuelo cocinaba y nada le faltaba… solo la compañía y el cariño de Felipe… lloraba mucho y sentía que nunca iba a poder recuperar lo que había perdido…¿cómo iba a poder bailar de nuevo?… volvía a llorar… ¿Qué iba a ser de su vida ahora?… estaba claro que nunca iba a dejar el club… tenía un trabajo estable y posiblemente le duraría toda la vida… pero ¿y sus sentimientos?… volver a empezar… Felipe había dejado una huella tan intensa y profunda… había sido quien más lo había mimado y regaloneado… con él conoció un mundo diferente…su cariño por él era especial… muy especial… una mezcla de agradecimiento y entrega, de dejarse llevar y guiar porque Felipe siempre supo más que él… Felipe era quien había manejado su relación…  echaba de menos su cariño, su entusiasmo, su sonrisa… siempre alegre… su cuerpo… su amor y la manera tan especial en que se entendían en la cama… ahora estaba solo de nuevo… no podía ni siquiera pensar en volver a salir con alguien…¿valía la pena volver a enamorarse?… honestamente creía que no… para Danny en ese momento valía mucho más la compañía y el cariño de su abuelo y de Don Mauro… ellos eran permanentes en su vida y no iban a dejarlo… ¿verdad que no podían dejarlo?…

Algo pasó en la mente de Danny que desde esos días en adelante comenzó a sentir un extraña obsesión por la salud del abuelo… no podía perderlo, era viejo, estaba enfermo, ya sabía todo lo que tenía que saber sobre la diabetes y lo cuidaba en forma exagerada… ambos se vigilaban el uno al otro, cuidándose y acompañándose más que nunca.

Fue Don Mauro el que puso la vida de Danny en orden nuevamente cuando pasaron las dos semanas de plazo. Necesitaba re-estructurar el show y quería que Danny se hiciera cargo… lo llenó de trabajo, le encargó comprar nuevo vestuario, re-decorar y modificar el escenario… cambiar las luces, el piso… tratar con los contratistas y trabajadores… buscar nuevos bailarines…Danny estaba a cargo de todo ahora y lo necesitaba de vuelta ya…

Los primeros días Danny sentía que iba a llorar a cada instante… no tenía fuerzas para hacer lo que Don Mauro le pedía, quería responder a lo que le había encargado pero sentía esta muralla enorme de nuevas responsabilidades y cómo, en cualquier momento, iba a aplastarlo… estuvo a punto de renunciar más de una vez… tenía demasiados recuerdos de Felipe en todo lo que hacía… hasta cuando respiraba… pero de a poco se fue recuperando… lentamente se fue interesando por las nuevas luces del escenario… por saber cómo iba a quedar el nuevo piso… que no fuera muy resbaloso… el vestuario nuevo también llamó su atención… telas, colores, formas… los chicos estaban siempre con él… Lucas en particular se pegaba a Danny como un pequeño chape y no lo dejaba nunca solo. Siempre tenía una sonrisa en el rostro y le ayudaba en lo que fuera que necesitara.

Don Mauro lo espiaba sin que Danny se diera cuenta… podría haber contratado a un diseñador o a una empresa para que se hicieran cargo de ese trabajo… pero necesitaba sacar a Danny de esa pena que lo consumía y que mejor forma que manteniéndolo ocupado todo el día, llenar sus horas de trabajo y así permitirle caer rendido de cansancio en la noche y descansar, para volver a comenzar al día siguiente…   En lo único que Don Mauro fue flexible con Danny fue en permitirle buscar su propio tiempo para volver a pisar el escenario… los clientes lo pedían pero él no quiso obligarlo… dejó que fuera Danny quien decidiera cuando estaba listo para volver.

Se tomó casi dos meses… un día cualquiera decidió que tenía ganas de bailar… que la música subía y bajaba por sus venas nuevamente… que ya no dolía tanto tener movimiento en su cuerpo una vez más y volvió a subirse al escenario… desde allí recordó la última vez que vio a Felipe… saliendo sin despedirse… nunca supo lo que le había pasado a Felipe ni porqué estaba triste aquella noche… revisó muchas veces, en su mente, los últimos días que estuvieron juntos y no encontró ninguna razón que pudiera haber sido la causa de su pena… no había sido él… al menos de eso estaba seguro esta vez… las últimas veces juntos rieron, hicieron el amor y estuvieron en paz… tal vez nunca iba a saber que había pasado… pero para el caso… ya no tenía ninguna importancia

Derramó más lágrimas pero no se detuvo… la vida no se detenía, verdad?… había que llevar el paso que marcaba… tampoco era muy generosa con él… más bien siempre le quitaba todo lo que quería, lo que lo hacía feliz… él siempre había querido poco y esperado poco… se conformaba con un poquito de felicidad… no pedía más que eso… pero ni eso era capaz de tener.

Ese hilo de pensamientos dio vuelta durante varios días en la cabecita rubia hermosa de Danny… ¿Qué sacaba con cuidar y guardar tanto si no podía disfrutarlo?… Felipe lo tenía todo y había muerto tan joven… su hermano tenía una vida de mierda aunque parecía feliz… Klaus… no sabía que había pasado con Klaus… esperaba que hubiera encontrado lo que fuera que buscaba y que fuera feliz…  Tal vez ya era hora de que él mismo empezara a buscar un poco de felicidad… no en otra pareja… no en grandes viajes ni en tremendos gastos… no en volverse loco… solo necesitaba un poquito de felicidad cada día…

Comenzó gastando un poco más del dinero que tan cuidadosamente ahorraba anteriormente… un día cualquiera se preguntó para que lo ahorraba… tal vez iba a morir dentro de una semana… se reuniría con Felipe… sería fantástico… Pero invitó al abuelo a almorzar a un restaurant elegante… él pagó la cuenta y no dejo que el abuelo gastara un peso. Luego, unos días después, cometió la terrible irresponsabilidad de gastar en prendas de ropa que le encantaron en una vitrina de una tienda cara…

Danny comenzó lentamente un sin sentido de la vida que se fue agudizando conforme pasaban los meses… no esperaba nada… el futuro no parecía traer nada bueno para él… ya no creía en el futuro… la vida se había ensañado tanto con él que ahora estaba dispuesto a pelear con ella… iba a ser feliz cada día… solo le interesaba el presente… vivía el momento y no pensaba ni le preocupaba el día siguiente… algún día iba a conocer a un tipo con mucho dinero que lo hiciera feliz y lo mantuviera como a un príncipe…no iba a volver a enamorarse nunca más… tenía casi 18 años y estaba completamente curado de espanto con el amor… no volvería a cometer ese estúpido error que siempre le costaba tan caro. Siempre lo iban a dejar, ya no confiaba en nadie más…  así es que buscaba entre quienes se acercaban a él alguien con quien pudiera ser medianamente feliz… de quien estuviera seguro no se enamoraría jamás… solo una buena vida… durara lo que durara-  Salía con quien lo invitaba… reía, bailaba y parecía haber olvidado todas las tragedias que le habían sucedido… disfrutaba de lo que le regalaban o del lugar al que lo invitaran… si su acompañante le gustaba lo suficiente volvía a salir una o dos veces más… pero nunca, nunca había una cuarta vez… tres era su nuevo límite… después de eso corría el riesgo de interesarse demasiado y que nuevamente todo volviera a repetirse… Solo saldría una cuarta vez cuando encontrara a quien creía podría ser su nuevo compañero… aquel con quien tendría una vida tranquila, buena… de quien no se enamoraría nunca.

Sus parejas, quienes lo invitaban,  no entendían nada… Danny era tan apetecible, se volvían locos de gusto cuando aceptaba salir con ellos… no entendían por qué súbitamente cortaba la relación y luego pasaban a ser casi desconocidos. No había ruego ni llanto ni regalo ni nada que lo hiciera cambiar de opinión.

Isaías miró atentamente todos estos cambios a lo largo de los meses siguientes. Le parecía que Danny estaba herido, confundido y desilusionado pero no sabía qué hacer para ayudarlo. Un día de esos, en que estaba demasiado preocupado, fue a conversar con Don Mauro. Era primera vez que lo hacía y solo se atrevió a molestarlo porque sabía que ambos querían mucho a Danny.

Don Mauro también lo había notado… la extraña ligereza y frivolidad con que Danny parecía tomarse la vida ahora… pero entendía que era parte de su duelo, de su dolor y de sus profundos miedos. Hablaron bastante con el abuelo quien comprendió un poco mejor lo que le pasaba a Danny.  Isaías aprovecho de pedirle un favor a Don Mauro… necesitaba traspasarle todos sus pocos bienes terrenales a su nieto y no sabía cómo hacerlo. Don Mauro se lo pidió a sus abogados y muy pronto, todo lo que Isaías poseía estuvo a nombre de Danny sin que este supiera nada.

Se acercaba su cumpleaños número 18 y sentía que iba a ser el peor de todos… la fecha de su cumpleaños tenía un sabor horrible este año… Felipe no estaba…

Lo celebraron en la quietud de la casa con una pequeña cena a la que asistieron algunos de sus compañeros, el pequeño Lucas y Don Mauro. Fue muy tranquilo… Cuando Danny se fue a acostar aquella noche las lágrimas lo hacían llorar una vez más… siempre lloraba para sus cumpleaños… ahora lloraba por Felipe…porque nunca alcanzaron a celebrar un cumpleaños juntos… y siempre, siempre, iba a llorar recordando el cumpleaños con el idiota de Klaus que había desaparecido sin decirle nada ni volver nunca más.

El tiempo, por primera vez, fue generoso con Danny… volvía a estar contento con su trabajo, su cuerpo y su belleza mejoraban notoriamente con el paso de los meses, nunca le faltaba compañía… pero solo tres citas como máximo, y estaba ganando una cantidad importante de dinero cada mes… el abuelo estaba mejor que nunca… hasta había hecho amistad más cercana con algunos de los chicos nuevos del club… todo estaba bien… tan bien que Danny tenía miedo… sabía que no debía confiarse… vivía con el temor constante de que algo malo fuera a sucederle a su vida que ahora estaba de nuevo en calma.

Y lamentablemente no se equivocó. Solo pasaron unos pocos meses más para que nuevamente perdiera a alguien importante.

El accidente que costó la vida de Don Mauro y toda su familia causo revuelo general en el Club y en la ciudad. Era una persona muy querida y respetada… Danny sintió su muerte como algo muy fuerte y personal… Don Mauro ocupaba uno de los pilares que sostenían su vida… sintió que de alguna manera quedaba huérfano… le quedaba su abuelo, es cierto… se aterrorizaba cada vez que pensaba en que el abuelo se enfermara o se agravara su condición… pero Don Mauro había sido la fortaleza, el empuje… la protección.

Esta vez fue un duelo colectivo… todos en el club compartían juntos el mismo dolor aunque Danny era quien había estado más cerca… estuvieron en silencio durante una semana luego del funeral… todos lo habían querido mucho y sentían enormemente su partida…  Asistieron juntos al funeral y se dieron fuerzas y apoyo entre ellos. Ahora existía también la incertidumbre respecto de su futuro laboral… ¿Qué pasaría con el club y con ellos?..

Danny volvió a caer en un estado de pena… la vida le volvía a recordar que la felicidad y la tranquilidad no eran para él… que no se confiara nunca porque no iba a llegarle… a pesar de las dolorosas circunstancias, Danny sonrió… se estaba acostumbrando…  las cosas buenas pasaban de él… solo lo rozaban, le sonreían por unos días y luego se alejaban para siempre.

Quedó con la cara triste… echaba de menos a Don Mauro de una manera diferente a Felipe… más honda, más profunda en sus cimientos… sentía que estaba desprotegido… solo… no había nadie que lo defendiera esta vez… su abuelo lo quería pero el hombre fuerte había sido Don Mauro.  Tenía que volverse fuerte… tenía que aprender a defenderse por sí mismo ahora… bruscamente, tomó conciencia de que su vida solo dependía de él ahora… no había nadie más.

 

 

CAPÍTULO 24

DANNY 12

 

Cuando Emilio llegó al club por primera vez y todos lo conocieron, Danny, al igual que todo el resto, pensó que era un hombre joven muy agradable, atractivo y simpático, pero que no iba a durar ni una semana… el negocio se lo iba a comer… no parecía el hijo de Don Mauro… pero nunca, ninguno de ellos pensó en que el pequeño Lucas, tan tranquilo, tímido y callado, escondía más de una sorpresa bajo aquellas enormes ropas… había una mente brillante, tenía toda la información que Emilio requería almacenada en su cabeza además de un cuerpo precioso… Lucas, trabajando lado a lado con Emilio, logró traspasarle sus conocimientos y motivarlo lo suficiente como para que el negocio pudiera seguir funcionando y hasta comenzara a prosperar aún más. Respiraron aliviados, su trabajo continuaba existiendo y no parecía haber posibilidad de que el Club fuera a cerrar.

De pronto, Danny y todo el resto de quienes trabajaban en el club, se dieron cuenta que ya no podían seguir tratando a Lucas como lo había hecho hasta ahora… el niño se estaba convirtiendo en hombre, en la mano derecha del dueño y se estaba ganando una posición de respeto dentro del negocio. A Danny le agradaba eso… le simpatizaba mucho Lucas y todos los cambios que experimentaba. Lo único que no le gustaba era cuando, a veces, Lucas le decía que ahorrara dinero y no se gastara todo en tonteras… ¿qué sabía él de su vida?… entendía acaso que él necesitaba un poquito de alegría cada día??… la vida le negaba todo, le quitaba todo, por eso él se buscaba la felicidad a diario… peleando con garras y dientes un gramito de felicidad… solo reía y le contestaba que ya aparecería un hombre rico que se hiciera cargo de él así es que no tenía para qué ahorrar… su respuesta era mitad verdad mitad cuento… en su interior estaba tan triste y desilusionado… pero por fuera seguía pareciendo el mismo chico alegre y despreocupado de siempre.

Luego de unas cuantas semanas, un día cualquiera, por la puerta del club entró David. Todos fueron informados que era el amigo del dueño y que venía a trabajar con él… pero al verlos juntos pensaron que era la pareja de Emilio… se trataban con tanta familiaridad y David llamaba a Emilio por nombres divertidos y cariñosos…lo abrazaba y lo tocaba. Nadie creyó que fueran otra cosa más que amantes.

Fue en esos días en que Lucas y Danny se volvieron más amigos… Lucas había cambiado tanto y ya no quedaban restos del chico retraído y tímido que se vestía con esas ropas monstruosas. Ahora era un adolescente precioso que hacía volver las miradas. Se acercó a Danny en busca de apoyo… del amigo que nunca había tenido. Danny lo recibió encantado… tampoco tenía un amigo.

Emilio quería hacer cambios, Lucas lo impulsaba y David tenía ganas de llevarlos a cabo. Comenzaron a levantar las nuevas salas de bailes privados…

Los cambios en la vida de Lucas distraían a Danny, se sentía de alguna manera, acompañado por él y un poco partícipe de su nueva vida. Lo había llevado a  comprar ropas, esa fue una de las alegrías de cada día… regalarle algo al pequeño Lucas fue simbólico… él, era él esta vez quien ayudaba a alguien más!!!  Lucas confiaba en él y lo trataba como a un amigo.

Mientras tanto, él salía de vez en cuando con alguno de los hombres que lo invitaban… se había vuelto muy selectivo y elegía pensando en lo que necesitaba para su futuro… fríamente…pero no había nadie que mereciera una tercera ni mucho menos una cuarta cita.

Una tarde, Danny estaba, como siempre, ensayando sus bailes cuando David se acercó a pedir ayuda… quería saber el espacio necesario para poder bailar cómodamente en las salas pequeñas. Necesitaba que Danny bailara en una de las salas… mediría el tamaño de las futuras plataformas. Danny accedió a ayudarlo un poco alentado por la curiosidad… David era un misterio para todos ellos… Tan atractivo y algo altanero… se mantenía alejado y distante… los trataba con una fría cortesía.

Hizo lo que le había pedido, se concentró pensando en la posibilidad de tener que bailar para un cliente y solo recordó moverse. La música terminó y solo entonces reparó en el rostro de David… ese gesto… la forma en que se había quedado inmóvil mirándolo… lo había visto tantas veces en los ojos de otros hombres… solo que estos ojos tenían una intensidad pocas veces vista… había un deseo intenso en los ojos de David… una cierta súplica y una forma dolorosa de expresión… Danny supo de inmediato lo que le pasaba a David. Se sorprendió. No lo esperaba de él… estaba acostumbrado a recibir y manejar ese tipo de miradas… pero verlo en David fue una rara novedad. Se miraron largo rato… sin palabras había un entendimiento entre ellos… el silencio… las miradas… ambos sabían que estaba pasando… David pensando, sin poder reaccionar… sin querer hacerlo tampoco… Qué tenía este chico de especial?… ¿por qué nunca antes había notado la hermosura de su cuerpo y la gracia de su rostro?… Dios!! Estaba caliente como un adolescente en plena revolución hormonal… tenía una erección causada por ver al chico bailando… le gustó sentirse así… sentir algo fuerte e intenso por alguien que no fuera Emilio.

Danny analizaba… ¿David?… ¿no se supone que es la pareja de Emilio?… entonces… ¿por qué hay ese anhelo tan fuerte en sus ojos?… había sincera curiosidad en Danny.

– ¿Lo hice mal?- pregunto sólo para romper la tensión del momento.

David se tomó un momento antes de responder, logro curvar las comisuras de sus labios en una pequeña sonrisa, sus ojos gris claro aún no se despegaban de Danny

– Sabes que no… sabes que lo hiciste muy bien- estaba reconociendo lo que le había causado… al menos estaba siendo sincero.

Un nuevo silencio… los ojos de David hablaban mucho más que las palabras.

– Bien… espero haberte ayudado– Danny sonrió ladeando levemente un solo lado de su boca… sintiendo un raro gusto a victoria, y alegría. Dio media vuelta y se alejo

– Por cierto que si…- respondió David cuando Danny estaba lo suficientemente lejos como para no escucharlo.

Se quedó en ese extraño estado bastante rato… anotó al ojo las medidas que creyó correspondían al espacio de la plataforma…  de pronto ya no era tan importante aquello. No se sacó a Danny de la cabeza en todo el resto de la noche. Desde el bar lo observó bailar, con su atención totalmente puesta en él chico por primera vez desde que había llegado a ese lugar… sin hablar ni mirar nada más… volvió a sentirse atraído, excitado… ¿cómo no se había fijado antes en lo adorable que era?…  Esa noche se fue a dormir sin que su último pensamiento fuera para Emilio… en mucho, mucho tiempo.

El juego de miradas duró varios días antes de que uno de ellos se acercara al otro. David no entendía que le sucedía con ese chico pero, inconscientemente, se encontraba caminando por los lugares donde sabía que iba a encontrarlo, a las horas en que sabía que estaba… no se detenía a conversar con él ni se detenía a mirarlo o conversarle… pero había un intenso cruce de miradas por parte de ambos… Se instalaba en un rincón oscuro a observarlo bailar cada noche… le gustaba… le atraía mucho…  David buscaba una explicación… él siempre había amado solo a Emilio… ¿qué le pasaba ahora?… ¿era pura excitación y deseo?

Danny por su parte estaba curioso… comenzando a sentirse atraído por un juego nuevo para él… era divertido y halagador sentirse deseado por alguien como David… serio, buenmozo, elegante, mayor… con ese mechón rubio largo que caía sobre sus ojos grises y le daba un aspecto especial…  solo sonreía coquetamente cada vez que lo veía y seguía en lo suyo… para él, David seguía siendo el compañero de Emilio y eso hacía que estuviera vetado… solo estaban jugando a coquetear… verdad?.

Pero entonces Lucas se acercó a él a pedir su consejo… ¿Lucas tenía una historia de amor?? ¿El pequeño estaba enamorado?? Estaba tan sorprendido como agradado… fue un poco fuerte para él darse cuenta que Lucas se enamoraba por primera vez a los 16 y no tenía idea de nada… estaba aún lleno de la inocencia que a él le habían arrebatado desde tan chico… él, a esa misma edad… sabía más de lo que le hubiera gustado saber.

Antes que Lucas terminara de contar su historia sin nombres, Danny supo que estaba hablando de Emilio… fue sin querer, no era brujo ni adivino… de hecho jamás se le habría pasado ese nombre por la cabeza… lo asociaba con David… pero mientras hablaban, en un rincón del salón del club, Emilio había aparecido cerca del bar… Lucas hablaba, Danny escuchaba y Emilio no quitaba sus ojos de Lucas… de pronto todo hizo click en su mente… ya conocía bien esa mirada que Emilio lanzaba sobre Lucas… la había visto tantas veces… las piezas encajaron perfectamente… Lucas estaba hablando de Emilio y Emilio se estaba muriendo de deseo por el pequeño… fue un sentimiento cálido… en verdad se sintió feliz por Lucas… Emilio era perfecto para él… estaban en una etapa tan linda… recordaba cuando él las había vivido… seguro harían una pareja sensacional… esperaba que la vida no fuera cruel con ninguno de ellos… no como lo era con él… … … ¿y David?… ¿Qué pasaba con David?… ¿POR QUË estaba él pensando en David?… Diablos… ¿por qué?… Emilio estaba fascinado con Lucas… ¿no eran pareja entonces??? … siguió escuchando atentamente a Lucas… le dijo como jugar el juego… era fácil para él, tenía que enseñarle a Lucas… Emilio se acerco a ellos atraído por el chico… Danny los dejó solos… se alejó con una sonrisa de satisfacción… Lucas y Emilio estaban irremediablemente atraídos y ya caerían… de eso estaba seguro… no iban a poder evitarlo… suspiró… David no era la pareja de Emilio… siguió caminando sintiéndose más liviano y agitado… David no tenía pareja entonces…

Los maestros seguían remodelando la parte correspondiente a las salas de baile. Se retiraban justo antes de que el club abriera sus puertas a los clientes. Pronto, las plataformas estuvieron puestas. Con eso, David encontró la excusa perfecta que buscaba desde hacía días… quería verlo de cerca de nuevo… a solas… en verdad, quería mucho más. Danny se le había metido en la cabeza, en la entrepierna y no se alejaba de su mente… él sabía que estaba enamorado de Emilio… pero Emilio no le correspondía… no como él necesitaba al menos… ¿podría Danny ayudarlo a sentirse mejor?… no quería nada serio… él ya sentía que tenía una pareja estable… Emilio, pero… se confundía… el sentimiento de atracción tan fuerte hacía Danny lo confundía… Emilio también…

Lo fue a buscar a la sala de vestuario. Sabía que Danny siempre llegaba temprano. Diablos!! Estaba nervioso… Que estúpido!! Nervioso por un adolescente!!!… Abrió la puerta y se encontró de frente con el único ocupante de la sala… Danny.

– Hola Danny- Su tono de voz bajó varias notas volviéndose más cálido

– Hola… – fue un saludo lento… sonriente… lo miraba de frente… le gustó, le gustó mucho… como si lo estuviera esperando…

– ¿Podrías ayudarme nuevamente?

Trataba de mantener el auto-control. Danny estaba muy cerca… al alcance de su mano… con solo estirar el brazo podría tocarlo… y tenía tantas ganas de tocarlo, de saber cómo era la textura de su piel que parecía suave…

– Claro, ¿Qué quieres?

¿Era idea suya o Danny estaba preguntándole con doble sentido??… le sonreía diferente… ¿estaba coqueteando con él?… sintió su corazón latir más rápido… nadie, sino Emilio había hecho eso con él…

– Es sobre las plataformas… ya están instaladas y quiero que me digas si están bien… tu opinión como profesional… tú… ustedes… van a bailar en ellas.. –¿estaba titubeando al hablarle??!!! ¿Qué diablos le pasaba?… parecía un quinceañero…

Danny bajó su cabeza y los ojos directo al suelo… sonreía con picardía, no podía evitarlo… le gustaba el nerviosismo que provocaba en David pero no quería que lo notara.  David suspiró profundamente… resultaba estúpido negarlo, verdad?… Danny se había dado cuenta que estaba nervioso y estaba sonriendo a causa de ello. Sonrió también…

-Se me nota, eh?- le dijo mirándolo con los ojos grises brillantes y acercándose un paso más a él. Danny no contestó… lo sintió acercarse pero no quiso levantar sus ojos y mirarlo… sabía lo que iba a encontrar. David puso su mano en el brazo desnudo de Danny… y volvió a preguntar

– ¿Se me nota?- estaba a su lado… invadiendo su espacio personal… tocando su antebrazo… olía muy bien… algo fresco, almizclado, mezclado con su propio aroma… su presencia era imponente tan cerca suyo. Lo miró.

– Si… creo que si- habría sido estúpido preguntar “Que?”… ambos sabían, ambos estaban jugando el mismo juego.

David subió su mano por el brazo de Danny, comenzando por su muñeca… sus dedos rozando el suave interior del codo y siguió hacia arriba, pasó despacio por su hombro acariciándolo levemente y se detuvo en la parte posterior del cuello… no había quitado sus ojos de él… se acercó aún más hasta casi juntar sus rostros… presionó suavemente la nuca para acercarlo… Danny sintió el calor del cuerpo de David antes de sentir como sus labios apenas rozaban los suyos… suaves, como aleteos de mariposas…

– Me gustas Danny…- directo y sin rodeos. Danny no contestó, pero con su silencio tampoco lo rechazó… Esta vez la boca de David se cerró fuertemente sobre sus labios posesionándose de ellos… haciéndole sentir un delicioso cosquilleo en todo el cuerpo… Dios!, si que sabía cómo besar este hombre!!! La resistencia de Danny… si es que había alguna, cayó como una pluma flotando al viento. Levantó sus brazos abrazándolo y correspondió al beso juntando un poco más sus cuerpos. David besaba de maravillas. Jugó con sus labios y sus lenguas durante varios minutos provocando en Danny un montón de sensaciones que creía haber olvidado… sus manos lo sujetaron con firmeza de la cintura… de la nuca… se acaloraban… seguían besándose y la intensidad de lo que sentían iba subiendo más y más hasta que Danny sintió que se ahogaba… físicamente y en emociones… retrocedió, un poco asombrado, respirando agitado… casi jadeaba.

David lo dejó alejarse… también estaba sorprendido de lo que había pasado recién entre ellos. Electricidad pura. Necesitaba un minuto para calmarse.  Danny, con sus labios rojos por los besos, el pelo desordenado por las caricias,  la respiración agitada que hacía que su cuerpo se moviera entero y los ojos llenos de excitación era un imagen alucinante… hermoso, excitante… tan tentador… lo quería… en verdad quería conocerlo y poseerlo… era difícil controlarse frente a esa imagen… Danny estaba mirándolo… pero no había reproche ni molestia en sus ojos… al contrario… también estaba excitado y sintiendo lo mismo.

– Eso… fue intenso– dijo casi riendo al tiempo que tocaba sus propio labios con el dedo pulgar… había quedado el gusto de Danny en su boca… le gustaba. Danny le devolvió la sonrisa asintiendo. David cerró a distancia entre los dos

– Quiero verte… fuera de aquí-

Danny tenía muchas preguntas… quería saber un montón de cosas, confirmar otras, pero David solo le estaba pidiendo verlo por primera vez fuera del Club… no estaban hablando de nada serio…ya tendría tiempo después para preguntar… solo era un cita.

– De acuerdo –

– Hoy… más tarde – David volvió a sonreír… no le importaba que se notara que estaba muy interesado

– Pero termino de madrugada…- protestó Danny sin mucha convicción… también quería verlo.

– No importa… si a ti no te molesta…– la mano de David lo tocó nuevamente… lo tomó de la cintura, lo pegó a su cuerpo y lo volvió a besar. Fue más corto esta vez pero tan intenso como antes.    Escucharon ruido… alguien se acercaba. Se separaron. La puerta se abrió y un par de bailarines ingresaron saludando.

– Más tarde, entonces- Dijo David volviendo a adoptar su máscara de indiferencia anterior y comenzando a alejarse.

– David!!…- Danny pasó entre los chicos y se acercó a David- ¿Y las plataformas? – David rió sin poder evitarlo… su mano se detuvo a mitad de camino hacía tocarlo nuevamente… forzándose a controlarse.

– Están bien… te mandan saludos – le dijo muy despacio, admitiendo de esa manera que solo había sido una excusa para buscarlo. Danny quedo de espalda a los chicos, sin volverse… tenía la cara completamente dibujad de sonrisa… y satisfacción… suspiró antes de volverse… alegre, ligero… feliz. Tenía una cita… con David… mas tarde.

 

¿Qué hacer?… ¿Dónde llevar a alguien al iniciar una cita a las dos de la madrugada?… David reía solo al caminar por el pasillo de vuelta al salón… no tenía idea que haría ni donde llevaría a Danny… sabía exactamente dónde quería tenerlo… pero no iba a ser así de bruto con él… un poco de educación , verdad?. Quizás, ni él mismo se dio cuenta de lo liviano que se sentía, de cómo su caminar reflejaba alegría… hacía mucho tiempo que no se sentía de esa manera.

De costumbre David y Emilio viajaban en el mismo auto desde el departamento al club. David se preocupó lo suficiente como para tomarse el tiempo de ir a buscar su propio auto y dejarlo estacionado fuera del Club, inventar una excusa tonta para Emilio, totalmente innecesaria por lo demás.

Un poco después de las dos la actividad estaba en plena efervescencia en el Club pero Danny había terminado todo su trabajo. Fue un simple contacto en sus miradas… desde lejos y ambos se encontraron en el estacionamiento.  Reían… era ridículo, se sentían como chicos escapando de la escuela… David sin preguntar siquiera, tomó posesivamente la mano de Danny y lo llevó hasta su vehículo.

– ¿Quieres ir a alguna parte en especial? – pregunto encendiendo el motor.

Danny aún no se convencía… parecía un juego tan divertido… no sabía por qué el sigilo, el secreto de escapar a escondidas… pero le aportaba un toque aún más excitante a lo que estaban haciendo… le daba lo mismo el lugar, solo quería conocer un poco mejor a David y entender por qué estaba sintiendo mariposas en el estómago anticipando un nuevo beso… de esos tan deliciosos que David le había dado un par de horas antes y que no había logrado borrar de su cabeza… ni tampoco del resto de su cuerpo…

– Me da igual

no lo miró al responder… tenía demasiada sonrisa en la cara… demasiada felicidad… no quería que se le notara tanto lo feliz que se sentía… David?… quien lo hubiera imaginado?…

Venían de un lugar ruidoso, lleno de bebidas, gente, música y alimentos… lo que necesitaban era tranquilidad. David recordó los miradores que había en el camino de la costa. Poco rato después estacionó su auto en uno de estos miradores, estaba en altura y a la distancia brillaban las luces de la ciudad… más allá el océano.  Apenas habían cruzado dos o tres frases en el camino, pero ahora, ahí estacionados, en la quietud de la noche se miraron cómplices, dispuestos a conocerse…

– ¿Quién eres David? – preguntó Danny cuya curiosidad por el atractivo rubio superaba lo normal. David meditó la pregunta unos segundos… mientras pensaba tomó la mano de Danny entre las suyas y la acercó a su boca… beso despacio los nudillos…

– Te voy a contar quien soy…

 

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