M&M Capítulo 68

CAPÍTULO 68

 

LA VISITA

 

Los padres de Sergio eran bastante mayores pero se mostraron encantados de conocer a un amigo de Sergio. No preguntaron porque era tan joven ni nada… solo le abrieron las puertas y el corazón, felices de recibir compañía.  Vivían en una cómoda casa adaptada a sus necesidades a tan solo 10 minutos de Sergio. La mamá de Sergio se movía en silla de ruedas y aun tenía mucha energía; el papá tenía problemas a la vista y necesitaba de una persona que lo atendiera constantemente. Sergio siempre procuraba que sus padres estuvieran bien y, sobre todo, se preocupaba de visitarlos casi a diario ya que entendía que su compañía era la mejor medicina para los viejos. Escuchar a Sergio llegar fue una alegría inmediata para ellos.

Max nunca había vivido una experiencia de este tipo. La forma en que los viejos tocaban a Sergio y le repartían besos y abrazos. Se sintió intimidado cuando las caricias de la mamá de Sergio lo alcanzaron a él. El rostro de la mujer tenía ojos dulces como su hijo/nieto, rodeados de arruguitas que aumentaban cuando ella sonreía dándole un aspecto cálido y maternal… Sin saber porqué Max les tomó cariño de inmediato al par de abuelos.

Estuvo buena parte de la tarde conversando con ellos y escuchando las historias de cuando Sergio era niño. Se enteró de que en realidad eran sus abuelos pero había tanto cariño en el ambiente que eso carecía de importancia.   El abuelo preguntó por el origen de Max y su familia. No se sintió cohibido de responder la verdad… era huérfano y no sabía de sus padres, se había criado en casas de acogida. La mirada de la abuela fue del puro cariño… Le sirvió otra ración del pastel que tomaban con el té de la tarde y siguieron hablando. Tenían tantas historias y tan poco público para que las escuchara. Max escuchaba atento, sonreía y dejaba que la abuela tocara su mano o su brazo de vez en cuando.

Sergio estaba sorprendido una vez más… originalmente había pensado en una visita corta ya que Max no estaba acostumbrado a estar con gente, menos con adultos mayores y pensó que podría aburrirse o sentirse incómodo. Pero los minutos fueron alargándose… miraba a Max y lo veía sentado cómodamente, con las piernas enroscadas en el asiento y su mano alargada hacia su madre que le contaba historias de su juventud mezcladas con preguntas que hacía sobre él… más tarde, cuando la abuela mencionó las flores, lo observó empujar la silla de ruedas de su mamá hacia el jardín de la casa mientras ella le iba enseñando sus plantas y contándole las historias de cada una… Max se detenía con paciencia frente a cada planta, preguntaba y escuchaba… su madre y él reían juntos y continuaban avanzando por el sendero… Era otra faceta de Max, con una nueva expresión de otro tipo de felicidad en su cuerpo… Sergio se sentía orgulloso… le agradaba mucho ser parte de esto…  Compartir sus padres con Max y dejarle ver, aunque fuera por poco tiempo, como era el amor de una familia.

Después de un rato Sergio dejó de temer que el chico intentará escapar. Max lo estaba pasando bien y se veía relajado. Nadie más recordó a los tipos rudos que parecían estatuas a los lados de la puerta de la sala y no apartaban sus ojos de Max.

Cuando Sergio anunció que ya era hora de irse, Max lo miró con cara de pena pero no dudó en ponerse de pie.  Los viejos compartieron abrazos y besos con ellos, promesas de que volverían a verlos y la abuela le prometió a Max que separaría patillas de sus plantas y las haría crecer para él. Max no supo que responder… plantas para él?.. cómo?.. donde?… cuando?… la miró pestañeando de prisa…

-. Estoy seguro que a Max le gustarán mucho sus plantas mamá – respondió Sergio viendo el aprieto emocional en que se encontraba Max

-. Si… gracias – fue lo único que logró articular Max.

De vuelta en el vehículo reinaba el silencio. Sergio esperaba pacientemente porque sabía que en cualquier minuto Max iba a comenzar a hablar. No se equivocó.

-. Tus padres son geniales. Gracias por traerme a conocerlos

-. Ah! Mi mamá ya te quiere… les caíste muy bien a los dos

-. ¿Cómo fue crecer con ellos?

-. No teníamos dinero y había muchas necesidades… pero siempre lográbamos solucionarlas… a veces recurríamos a nuestros vecinos o a la comunidad… no te voy a negar que hubo épocas muy fue difíciles… pero siempre hubo mucho amor… y respeto y cariño y preocupación. Son los mejores padres que pude tener.

Max asintió y se volvió hacia la ventana… Sergio continuó hablando de la vida con sus padres…  él nunca sabría cómo se sentía eso.

Cuando llegaron a la casa Max estaba cansado. Aún no anochecía pero había dormido mal la noche anterior y ese día le había traído muchas emociones fuertes; el baile, cocinar, Adamir y los padres de Sergio.

-. Es temprano. Vete a descansar  un rato y yo te despierto antes de cenar – ofreció Sergio amablemente

-. Gracias…

A Max le costaba pronunciar esa palabra…  nunca tenía nada porque agradecer. En un raro gesto espontáneo, abrazó a Sergio y luego, confundido por lo que había hecho, se alejó sin mirarlo.

Tendido sobre la cama, el gesto serio en su rostro y el ceño levemente fruncido indicaban que Max estaba meditando sobre todo lo que revoloteaba en su mente…

Le había impactado conocer a los padres de Sergio… mas bien, ver de cerca el cariño entre los miembros de una familia… como se hablaban tan fácilmente y todo fluía entre ellos pues se conocían de siempre… una forma de vida diferente…

Lo hacía preguntarse por qué sus padres lo habían abandonado… ¿Quiénes eran? ¿Cuál era su historia? ¿eran malas personas… o pobres… o era hijo de una mujer que no tenía como criarlo… hijo de un amor fugaz… o de una adolescente en problemas… era el fruto de una violación???…

Nunca sabría la respuesta pero tampoco la necesitaba. El hecho era que no había sido digno del amor de esa persona que lo trajo al mundo cualquiera hubiera sido la circunstancia… no le había alcanzado el amor para luchar por él.

Sergio ha tenido suerte en su vida”  Se crió protegido y rodeado de amor por esa pareja de padres/abuelos que darían la vida por él… luego encontró el amor de Nazir que lo trataba con cariño y respeto… le había regalado una casa enorme y lo protegía y amaba… se notaba el amor cuando estaban juntos, eran felices…  Sergio había sido siempre digno del amor de otras personas… era una persona buena… no tenía un pasado oscuro y sucio como el suyo… abandonado, mendigando en las calles, robando, escapando de la policía… nadie lo había amado desde que llegó al mundo…

Y… ¿Por qué iban a quererlo?…

Por primera vez en su vida, Max se tomó el tiempo para analizarse a sí mismo… siempre había peleado con todos y gritado fuerte para hacerse oír… mientras estuvo en la casa de acogida peleaba con los otros niños por una cama para dormir, por un pedazo del pan al desayuno… gritaba para que no le quitaran la ropa que les llegaba de caridad o le prestaran los juguetes que pertenecían a todos… era el niño problema del cual nadie quería hacerse cargo… no se había adaptado al sistema… Quizás, si hubiera sido diferente, alguien lo habría adoptado… unos padres como los de Sergio en una casa con jardín…

Sintió furia cuando se dio cuenta que había lágrimas resbalando se sus ojos y se las limpió de un manotazo

“No necesito a nadie…  puedo salir solo adelante”

No era como Sergio. Él era un peleador, un rebelde y no importaba si nadie lo quería…

Ladeó la cabeza muy despacio cuando un pensamiento cruzó su mente…  quizás si había alguien que lo quería…

Adamir…

¿Sentía Adamir algo por él?… ¿Cómo era ser amado por alguien?…

 

Cuando Sergio entró a despertar a Max tuvo que remecerlo fuerte para sacarlo del sueño. Quería tener tiempo suficiente para volver a vestirlo y arreglarlo antes de la cena. Le gustaba mucho hacerlo y se divertía con Max. Sergio había estado fantaseando con la loca idea de pedirle a Adamir que le permitiera llevar a Max de compras.. Oh Si! sabía perfectamente bien dónde lo llevaría, qué tipo de ropa le compraría y que estilista le dejaría el cabello perfecto…  disfrutarían mucho… pero se aseguraría de hablar con Adamir para poder hacerlo antes de entusiasmar a Max con la idea.

 

ADAMIR

Nazir llevó a Adamir en un recorrido por los astilleros; casi todo estaba cambiado desde su última visita; se había modernizado y expandido. Le interesaba todo ello porque, después de todo, era el negocio familiar, pero su mente se distraía fácilmente… Max bailando y riendo…

-. Eres bienvenido en este lugar cuando quieras – ofreció Nazir obligándolo a concentrarse en lo que hacían.

-. ¿Aquí? Ja!.. no podría encontrar algo que hacer en este lugar – respondió Adamir despectivo

– Eres inteligente, aprenderías rápido y este el negocio de nuestra familia

-. Familia… hace años que nuestros padres no me hablan

-. Yo también pasé momentos difíciles con ellos pero al final todo se supera hablando – respondió Nazir recordando las dificultades que tuvo cuando se unió con Sergio

-. No me interesa, Nazir. ¿Por qué cambiaría lo que tengo en mi isla?

Porque no te veo feliz? Porque parece que has perdido el rumbo? Porque solo tienes ojos para Max y enamorarte puede cambiarlo todo?… Nazir lo pensó todo de prisa sin embargo, conociendo a su hermano, respondió otra cosa

-. Solo para que lo mantengas en tu mente

Adamir sonrió…

-. Esto es lo tuyo, hermano.

En la oficina, Adamir firmó los documentos necesarios y Nazir lo puso al día en lo que se refería al negocio de la familia; sabía que Adamir no tenía gran interés en ello pero era su deber informarle

-. Lo haces bien. El negocio crece y tú te ves a gusto

-. Soy feliz – aseguró Nazir con seguridad – me gusta el trabajo y tengo a Sergio. No necesito más.

Adamir escuchó en silencio la respuesta de su hermano… la inclusión de Sergio en la respuesta de Nazir lo hizo pensar… ambos se daban cuenta que tocaban un tema delicado y se iban con cuidado

-. Como… como es tu relación con Sergio? Pensé que era tu esclavo pero… – dejó la frase sin terminar pues los dos sabían que quería decir

-. ¿Qué quieres saber? – preguntó Nazir en un tono que lo invitaba a ser sincero. Adamir formuló entonces la pregunta que había estado dando vueltas en su mente

-. Sergio era tu esclavo… cuando lo conocí estaba desnudo a tus pies y atado con una correa en el club que frecuentábamos.., ¿cómo es que ahora está tan diferente?.. ¿Qué pasó?

Nazir relajó la tensión del rostro y del cuerpo… le resultaba tan fácil leer a su hermano… sabía exactamente hacia donde iban las preguntas de Adamir, incluso antes que él mismo se diera cuenta de por qué preguntaba aquello

-. Fácil. Me enamoré de Sergio – admitió casi con alegría

-. Pero…años atrás tú mismo me dijiste que tenías con él algo más importante que el amor…

Si. Nazir recordaba haber dicho aquello… que iluso había sido en esos años cuando recién iniciaba su relación con Sergio… creer que existía algo más poderoso que el amor había sido muy torpe de su parte.

-. Así lo creían entonces… No me había enamorado cuando te dije aquello. Ahora te digo con propiedad que no hay nada más grande que el amor

Adamir escuchó la respuesta sin hacer ni un gesto…

-. ¿Sergio dejó de ser tu esclavo porque te enamoraste de él? ¿renunciaste a ser un dominante?

Nazir sonrió por anticipado. Sabía el efecto que su respuesta tendría en Adamir

-. Tras las puertas cerradas de nuestro dormitorio, Sergio sigue siendo mi esclavo y hago con él lo que sea mi voluntad

Nazir disfrutó ver como el rostro de su hermano perdía color y quedaba inmóvil

-. ¿Completamente tu esclavo?

-. Completamente

-. Incluso puedes…?? – se detuvo sin saber cómo preguntar al recordar la forma en que Nazir defendía a su pareja

-. Azotarlo? Castigarlo? Torturarlo? – Nazir terminó la pregunta alzando una ceja

-. Si…

-. Sergio es la pasión más grande de mi vida, el motor que me mueve y la persona que satisface todas mis necesidades… todas – recalcó en forma especial – incluyendo controlar, dominar y someter

Nazir podía ver con nitidez la confusión que había causado en la mente de Adamir

-. Pero se ve tan… libre… alegre…  es… – Adamir hizo un gesto con la manos para indicar su desconcierto

Nazir no aguantó más y soltó una sonrisa…

-. Sergio es mi esclavo porque desea serlo. Él es feliz siéndolo y complaciéndome. Sometimiento voluntario

Si. Por supuesto sabía del sometimiento voluntario pero era tan extraño encontrarlo en el tipo de relación que tenían su hermano y Sergio. Los esclavos voluntarios que había conocido eran, mayormente, personas silenciosas, con escasa personalidad, deseo constante de ser humillados, castigados y necesidad de encontrar aprobación en los ojos de sus amos. Vivían para ellos y por ellos. Sergio no encajaba en este perfil. Andaba feliz por la vida, lleno de actividades y tenía muy claro que esperaba y deseaba de la vida y luchaba por conseguirlo. Un tipo diferente de esclavo… alguien con quien Nazir compartía la vida como iguales hasta que llegaban al dormitorio. Adamir no pudo evitar preguntarse si dentro del cuarto de su hermano ocurría un cambio en la personalidad de Sergio pero pudo suponer que seguramente era así. Inesperado…   miró a Nazir con una sonrisa… su hermano se la devolvió con un leve aire de arrogancia

– Así es que ese es el secreto de tu felicidad…

El maldito tenía todo lo que necesitaba para ser dichoso… sometimiento voluntario…

-. Sergio completa mi vida. De cierta manera yo también soy esclavo de él

El ceño de Adamir se frunció ante tal declaración

-. No soy nada sin él. Puedo azotarlo o disfrutarlo como quiera… pero si por alguna razón Sergio no quisiera estar conmigo, moriría de pena, entiendes?

-. Pero si es tu esclavo puedes retenerlo – la frase abandonó la boca de Adamir con total convicción antes de que pudiera pensar lo que decía

-. ¿Retenerlo contra su voluntad?… ¿a Sergio? – preguntó Nazir riendo con ironía

Adamir analizó lo que había dicho y entendió la estupidez de su comentario… Si Nazir tuviera que retener a Sergio por la fuerza no sería feliz… a su hermano le gustaba Sergio tal como era… es más, tenía la certeza de que Nazir gozaba a fondo viendo a Sergio ser independiente, voluntarioso y decidido durante las horas del día y por todas partes, excepto en su dormitorio… Vaya!!… Adamir subió las cejas sinceramente sorprendido… el sometimiento voluntario de Sergio lo obligaba a ceder cada día y renunciar a toda esa personalidad fuerte al cruzar la puerta del dormitorio… todas las noches y cada vez que Nazir quisiera, Sergio tenía que rendirse ante él sin importar lo que hubiera estado haciendo minutos antes de cruzar la puerta del cuarto… podía claramente imaginar a Nazir dominando a Sergio con la mirada y el placer que se renovaba cada vez que Sergio agachaba la cabeza y se arrodillaba a sus pies… era una locura!!… era perfecto!!… no importaba si Sergio estaba molesto o entusiasmado haciendo algo o con ganas de salir o  simplemente cansado… si estaban en el dormitorio abandonaba todo y se sometía a los deseos de su pareja.

Mientras Adamir pensaba no quitaba la vista de su hermano quien seguía sonriendo satisfecho. Adamir comprendió de pronto que Nazir tenía todas las razones del mundo para sonreír como idiota el día completo… también sintió como en algún lugar recóndito de su mente algo parecido a la admiración surgía… admiración por la maestría de la relación que esos dos sostenían… por el esfuerzo que significaba para ambos mantener una relación de ese tipo y por el resultado que habían logrado… ¿cómo es que nunca supo?…

-. ¿Cuántos años llevan juntos? – preguntó

-. Quince años – respondió Nazir orgulloso

-. ¿Sabes que eres afortunado?

Nazir tomó aire y asintió moviendo la cabeza lentamente. Finalmente se le presentaba el momento que había estado buscando desde hacía días. No podía ofrecerle soluciones a su hermano puesto que Adamir, orgulloso como era, no las escucharía cuando ni siquiera era consciente de que tenía un problema… pero si podía sembrar dudas en su mente…

-. Soy muy afortunado… pero cualquiera puede serlo

Adamir dejó de sonreír…

-. ¿Cómo que cualquiera podría serlo?… Sergio es especial… no hay muchos hombres por ahí que tengan la fortaleza suficiente para hacer lo que él hace

Nazir levantó las cejas…

-. ¿Así es que reconoces que Sergio es fuerte?

-. Si. Lo es

Su propia respuesta sorprendió a Adamir… no lo había pensado conscientemente… pero si… Sergio era diferente… era un esclavo pero era fuerte…  un minuto podía ser igual a cualquiera de ellos pero al minuto siguiente se había abandonado por completo en los brazos de su amo, olvidándose de sí mismo y entregando toda su persona… cielos!!! Él sabía de esclavitud y sometimiento… lo entendía como pocas personas y definitivamente  lo que Sergio hacía requería de muchísima fortaleza… la certeza del pensamiento desconcertó a Adamir… llevaba muchos años preparando esclavos… los chicos de la isla… ¿alguno de los amos que compraban los esclavos tendría una relación de este tipo con ellos?… ¿Alguno de ellos se había enamorado de su esclavo como le ocurrió a Nazir?… o a Santiago? Sabía de un par de ellos que trataban a sus esclavos como si fueran iguales…

-. Sergio es fuerte y especial pero cuando nos conocimos no era así; era tímido, asustadizo y nervioso… tenía un genio de los mil demonios y sobre todo era inseguro

-. Tú lo enseñaste a cambiar – Adamir no preguntaba… dio por hecho que eso había sucedido

-. Aprendimos los dos. Ambos cambiamos para poder continuar juntos y construir nuestra felicidad; tal vez su cambio es el que más se nota desde fuera, pero yo también cambié y aprendí a dejarlo entrar en mi vida, le mostré quien realmente soy. Aprendí a ser la persona que él necesita.

-. ¿Cambiaste para complacerlo a él? – Adamir subió las notas de su voz provocando la sonrisa de Nazir

-. Mírame hermano. Mírame bien ¿qué ves?

Adamir lo miró pero no contestó la pregunta. La respuesta era demasiado obvia… Nazir había cambiado y era feliz

-. Tú y yo somos fuertes hermano… Sergio perfecciona mi fuerza y mi vida.

-. ¿Estás sugiriéndome que me busque a alguien para que complete mi vida y me haga más fuerte? – preguntó Adamir medio en serio y medio en broma

“Pero si ya lo encontraste”… pensó Nazir… “lo tienes bajo tu nariz y aún no te das cuenta”

-. Solo digo que para mí la vida es mejor con un hombre al que amo y me ama.

Quizás si Nazir le hubiera sugerido directamente  a su hermano que buscara un compañero, Adamir habría reaccionado burlándose o molestándose… pero lo que Nazir había hecho era mostrarle el secreto de su felicidad y sugerirle que tal vez él podría tener la suya propia…

-. Ya tengo todo lo que necesito – Adamir se puso de pie y camino hacia la ventana. De pronto no soportaba la mirada radiante de felicidad de Nazir – no todos estamos hechos para vivir en pareja. Mi vida es diferente a la tuya.

-. Por supuesto. Todos somos distintos

Adamir miraba por la ventana abstraído en sus pensamientos… no pudo ver la sonrisa de satisfacción de Nazir quien se echó hacia atrás en su sillón y estiró las piernas, complacido…había sembrado la semilla de la duda en la cabeza dura de su hermano y estaba contento de haberlo hecho

-. Debo ir al hospital – anunció Adamir abandonando la oficina.

-. Si, claro.  Nos vemos en la casa más tarde – Nazir seguía sonriendo muy ufano

 

Ya en el hospital las noticias sobre la evolución de Santiago eran un poco más alentadoras aunque seguía estando grave pero estable; el simple hecho de no empeorar era bueno.  Volvió a pararse frente al cristal para observar a su amigo… algo mordía la conciencia de Adamir al mirar a Santiago… algo que casi nunca había sentido antes y le resultaba desagradable de digerir.  Necesitaba que Santiago se pusiera bien y volviera a ser el de siempre.  Seguía siendo difícil compatibilizar la imagen de su mente con lo que veía en esa cama de hospital.

Durante toda la tarde, incluso mientras estaba con Santiago, no había dejado de pensar en Max… le bailoteaba en la mente… reía alegre…se movía sensualmente… lo inquietaba.   Lo había autorizado a salir con Sergio… confiaba en que no habría problemas ya que iba acompañado de dos hombres con instrucciones de no perderlo de vista en ningún momento… Max… estaba preocupado por él… ¿preocupado?… si… preocupado…  es decir… no podía permitir que su esclavo decidiera que hacer o dónde dormiría, no? era un esclavo.  Esta noche no aguantaría ninguna de las tonteras de Sergio. Max dormiría con él…  era ese último pensamiento el que más vueltas daba por su cabeza y lo preocupaba…

 

Nazir y Adamir entraron a la casa con pocos minutos de diferencia.

-. Cenaremos en la terraza – anunció Sergio saludando con un beso a Nazir y llevando en sus manos unas bandejas con algo que olía muy bien.

Detrás de él apareció Max sosteniendo una fuente.

Adamir sintió como todas sus inquietudes se acallaban al verlo… por un lado se tranquilizo y por otro lado una descarga fuerte de emociones lo sacudió… estaba ahí… frente a él… hermoso, luminoso… Suspiro profundamente olvidando cualquier otra cosa que hubiera estado ocupando su mente. Lo recorrió de arriba abajo.  Solo entonces Adamir notó que ambos, Sergio y Max,  estaban vestidos de igual manera, solo que en Max… ¿Cómo lo hacía Sergio para dejar a Max luciendo tan bien? Pantalón y chaqueta oscura, camisa blanca ajustada de una tela especial con varios botones abiertos que ofrecían una linda vista de su pecho. Hoy, Max no usaba zapatos y sus pies descalzos destacaban contra los cerámicos; había algo de rebelde y sensual en ver sus pies desnudos… en el pelo tenía algo que lo hacía parecer húmedo y estaba peinado hacia atrás… un aspecto elegante y desenfadado… Adamir nunca le había visto el rostro completamente despejado a Max. Siempre tenía mechones rebeldes cayendo sobre sus ojos…  Lucía mayor que sus 14 años y sus facciones resaltaban… los pómulos altos, la forma perfecta de las cejas, las gruesas pestañas, la piel suave…  los ojos brillantes… Adamir miraba su propiedad… sus ojos se movían siguiendo los pasos de su esclavo… como si tuviera algún magnetismo del que no podía escapar

Max se vio obligado a detenerse detrás de Sergio mientras este besaba a Nazir…  sintió la mirada de su amo sobre él, estudiándolo de arriba abajo,  y por un instante tuvo el loco pensamiento de que debía replicar la acción de Sergio y atreverse a saludarlo con un beso… ¿le agradaría eso a Adamir?… ¿serviría para su nuevo propósito? No… no sabía… no se atrevía… era solo una idea descabellada… pero es que era extraño estar los dos de pie, casi frente a frente, mientras la otra pareja se besaba… levantó los ojos rápidamente y por un breve segundo se cruzó con los de Adamir…  su respiración se alteró y no supo hacia dónde mirar… parecía como si él también estuviera pensando lo mismo y esperando a que se acercara…

Max se concentró en los cerámicos del piso

-. Buenas noches, Max

Le habló con voz suave, acercándose

-. Buenas noches… amo  

-. Te ves diferente

Max mantuvo la cabeza gacha y sujetó con firmeza la fuente que sostenía en sus manos… no sabía que responder a esa frase…

-. ¿Cómo estuvo el paseo?

Adamir casi lo tocaba y seguía usando ese tono de voz bajo y sensual aunque preguntara algo tan simple

-. Bien – una vez más lo había puesto nervioso… ¿cómo diablos iba a intentar manipular a Adamir si ni siquiera podía escucharlo hablar sin alterarse?.. Que torpe era!! Tenía que aprender!!!

-. ¿Sólo bien?

Sintió el aliento cálido de Adamir en su cuello y un estúpido gemido se atoró en su garganta…

-. Muy bien

Soltó el aire de prisa cuando Sergio eligió justo ese momento para volver a ponerse en marcha despejando el camino frente a él y permitiéndole escapar de la cercanía del amo

Adamir lo vio alejarse escapando… su primera sensación fue de pérdida… pero un segundo después razonó que Max había estado nervioso con su cercanía… las comisuras de sus labios se curvaron en una sonrisa… Demonios!! le encantaba ponerlo nervioso casi tanto como le gustaba verlo reír y bailar…

Cenaron en la terraza bajo el encantador decorado que Sergio y Max habían montado; pequeñas lámparas de papel de estilo oriental colgaban en el techo y en las ramas de los árboles cercanos; la cena era de estilo oriental, otro de los favoritos de Nazir. Sergio prescindió de la mesa alta y los cuatro se acomodaron sobre grandes cojines en el suelo alrededor de una mesa cuadrada muy baja. Sergio sirvió la cena y entregó los platos a cada uno. Sobre la mesa había palillos de madera. Max recibió un par de palillos y los estudió. Observó atentamente como Nazir y Sergio los usaban con maestría para coger los trozos del plato y llevarlos a su boca. Parecía fácil. Intentó una vez, dos… tres… cuatro veces. Levantó la vista para poner atención a lo que hacía Sergio con los palillos pero su mirada fue capturada de inmediato por Adamir… permaneció inmóvil como si hubiera sido sorprendido en alguna falta

-. ¿Quieres un tenedor? – ofreció Sergio a Max

-. No – respondió Nazir por su esclavo, poniéndose de pie con toda calma, pasando por detrás de Nazir y acuclillándose al lado de Max… muy cerca… su pecho rozándole la espalda, poniéndolo tenso y en estado de alerta

-. Tienes que tomarlos así – dijo Adamir hablando amablemente… resbalando su mano a lo largo del brazo de Max en un movimiento de seducción intencional hasta llegar a sus dedos… acomodó los temblorosos dedos de Max sobre los palillos

-. Sostén este… mueve este otro… – le hablaba pegado a su cuello y a su oído…

La respiración de Max se alteró. Siguió como pudo las instrucciones de Adamir respecto de los palillos… ¿cómo podía hacerlo si tenía a él estaba tan cerca??

-. Intenta tomar ese pedazo – señaló el amo sin alejarse y aun sosteniendo su mano alrededor de la de Max

Nadie había vuelto a moverse en la mesa… Sergio y Nazir habían dejado de comer y observaban atentamente lo que estaba sucediendo… había un erotismo muy marcado en las palabras y movimientos de Adamir…

-. Ahora que lo tienes bien sujeto puedes traerlo a tu boca

Adamir estaba sintiéndose muy bien… el calor de Max se sentía como una capa cálida que lo envolvía sensualmente… no quería moverse de donde estaba…  siguió con la mirada la trayectoria de los palillos hasta llegar a la boca abierta de Max. El deseo y la lujuria le nublaron los ojos…

-. Hazlo de nuevo – ordenó Adamir al ver que resultaba. Dejó libre la mano de Max pero llevó las suyas a posarse sobre los hombros de su esclavo. Casualmente, como si no tuviera importancia alguna, Adamir se acomodó en el cojín.

Max fue consciente del momento en que Adamir decidió quedarse a su lado, su cuerpo lo rozaba… firme, duro y caliente… grande…  no quería pensarlo… se estaba sintiendo muy inquieto… se concentró en tomar un nuevo trozo de comida… muy enfocado en lo que hacía… no iba a permitir que cayera… lo movía cuidadosamente hacia su boca, separó los labios y recibió el alimento… sonrió satisfecho de haberlo logrado y sin siquiera pensarlo buscó los ojos de Adamir, con la mirada brillante y la cara llena de alegría… quería gritar que lo había logrado!!  Era una tontera pero lo había  hecho!!!… sin embargo al ver el rostro de Adamir tan cerca suyo, el grito murió en su garganta y solo se quedó con la boca abierta… recordando que Adamir era el amo… que no tenía derecho a gritar… la confusión dio paso en su rostro… perdió la sonrisa…

-. Lo hiciste!! – Dijo el amo para su sorpresa

Adamir pensó que era estúpido sentirse alegre porque Max hubiera logrado comer con los palillos pero esta noche no sabía bien que pasada… era mucho más que los palillos… eran las ganas de seguir viéndolo alegre y quitarle la preocupación… era el gusto de estar a su lado.. de verlo tan arrebatador, tan distinto… quería que siguiera sonriendo… era tan malditamente hermoso cuando sonreía con los ojos y todo el cuerpo… necesitaba de esa visión adictiva de Max

– Lo hiciste solo!!- volvió a repetir riendo y envolviendo a Max en un abrazo.

La tensión abandonó los músculos de Max…  miró a Sergio buscando una explicación pero solo lo encontró asombrado y con la boca abierta… Adamir esta alegre… y lo abrazaba… era… raro…

Nazir, a todas luces el más cuerdo y práctico de los cuatro, tomó el plato de Adamir y se lo acercó al otro lado de la mesa. Por lo visto su hermano no tenía intenciones de regresar a su lugar… Si que era fuerte el magnetismo de Max…

Siguieron comiendo. Adamir estaba extrañamente comunicativo. Habló de los cambios que había visto en los astilleros y sobre la situación de Santiago. Su cuerpo constantemente rozaba el de Max recordándole su cercanía. Sus ojos se cruzaban y Adamir continuaba hablando mirándolo directamente… Max no recordaba haberlo visto tan “sociable” antes. Preguntó sobre la visita de la tarde y escuchó interesado todo lo que Sergio decía.

-. ¿Te gustó ir?

No había escuchado la opinión de Max así es que le preguntó directamente. Max apretó los palillos entre sus dedos.

-. Si, amo

-. Que fue lo que te gustó… cuéntame… quiero escuchar

Max sabía claramente cuál era su posición cuando Adamir era su amo y el era tratado como esclavo; también sabía cómo pelear y portarse como un rebelde… pero no tenía idea de que era lo que se esperaba de él ahora… cuando Adamir le preguntaba sonriendo, como si en verdad estuviera interesado y tan cerca de él… rozándolo con su cuerpo y siendo gentil… se perdía y no sabía qué hacer…

-. Los padres de Sergio son muy amables. Su mamá es cariñosa – dijo tentativamente

-. Ay!! mi mamá esté loca por Max… si hasta fueron a pasear por su jardín donde no deja que nadie se meta!!

Adamir miró a Max instándolo con los ojos a seguir hablando

-. Tiene muchas plantas… no sabía que las flores tienen significado. Ella me contó

De a poco Max fue atreviéndose a hablar al ver que sus frases eran bien recibidas por Adamir. Chequeaba constantemente el efecto de sus palabras.  Nazir y Sergio salpicaban la conversación agregando detalles sobre los padres de Sergio… Luego de un rato Max participaba como uno más y hasta se tomaba la libertad de reír y gesticular cuando hablaba y repetía lo que la señora le había contado sobre la infancia de Sergio. Nazir reía también ahora… cualquier cosa que se dijera sobre Sergio de niño lo enternecía.

Adamir lo devoraba con la vista… seguía cada movimiento de Max.

El teléfono de Nazir sonó en ese momento

-. Debo responder – se disculpó y se alejó de la mesa. Sergio aprovechó el momento y fue a la cocina a buscar algo…

-. ¿Lo pasaste bien entonces?

-. Si… lo pasé bien…  amo- casi lo olvidaba

El ambiente estaba perfumado de los aromas del jardín… las lámparas de luz conferían un ambiente romántico a la terraza… Adamir vio como un mechón de pelo había escapado del peinado de Max que aún sostenía el plato y los palillos en sus manos. Adamir tomó el pequeño mechón y lo acomodó  tras la oreja de Max.  Las manos de Max temblaban al levantar un nuevo trozo de comida… el temblor se incrementó cuando escuchó  la voz de Adamir susurrar en su oído, varias notas más roncas que lo usual

-. Dámelo

El palillo se movió en sus manos indicando el escalofrío que lo recorría… Max dirigió el alimento hacia la boca de Adamir con cuidado… tuvo que girar para ubicarse… estaban tan cerca… con sus ojos dorados fijos en el… ojos que no eran agresivos ni arrogantes esta vez… y su boca semi abierta… esperando…  un aire de dominio y control emanaba de su persona…  depositó el alimento entre los labios de Adamir y vio como desaparecía en el interior de su boca… los ojos de Max se posaron sobre esos labios… nunca se había fijado en ellos con tanta detención… se movían ondeando mientras Adamir masticaba y resultaban hipnóticos… atrayentes…

La mano de Adamir lo tomó de la cintura traspasándole el calor. Max sintió que el movimiento era natural… casi como si lo hubiera estado esperando y fuera exactamente allí donde las manos de Adamir pertenecían… Adamir presionó atrayéndolo hacia él… lo buscaba y era inevitable… la tensión crecía entre ellos… tenía mucho de sexual pero había algo más que era diferente…

-. El postre!! – anunció Sergio regresando

Max pestañeó un par de veces seguidas como si su mente tuviera problemas en volver a conectarse con la realidad… pero para su sorpresa, Adamir no cambio su actitud, ignorando a Sergio y manteniendo sus manos y ojos en Max…

-. Nos disculpas. Tengo pensado otro postre – alcanzó a decir Adamir justo antes de besar a Max, aprisionándole la cabeza entre sus manos con exquisita gentileza

Sergio depositó el postre sobre la mesa…

Nazir volvió a la terraza. Se miraron… sonrieron cómplices sin hablar. Se sirvieron postre pretendiendo no prestar mucha atención cuando Adamir se puso de pie y, sin soltar a Max, lo empujó en dirección a la casa.

-. Yo no hice nada – dijo Sergio llevándose una cucharada de postre a la boca

-. Espero que alcancen a llegar al dormitorio- respondió Nazir.

9 comentarios sobre “M&M Capítulo 68

    1. Hola! porque es chico, porque Adamir sabe demasiado bien lo que hace y porque, finalmente,Max se está sintiendo bien… El estar cerca de Sergio y Nazir lo ha hecho ver lo que es el amor y el cariño, preguntarse muchas cosas sobre él y bueno… ya ves que no tiene mucho amor a su lado asi es que….
      Gracias!!! <3

      Saludos,

      Nani

  1. Naniii por que lo dejaste justo en esa parte? 7u7
    Adamir me sorprende,parece un bipolar.Las cosas por ahora están marchando con una paz u.u y eso me da miedo,no se,cuándo Adamir va a volver a ser el demonio de siempre.Demasiado tranquilo y eso me da mala espina… Pobre mi Max me da una tristeza :'( ¿como lo pudieron abandonar sus padres? Veo que Adamir está haciendo participar más a Max en las conversaciones,menos mal,por lo menos algo normal como hablar le permite u.u maldito y sexy Adamir es tan terco… Me pregunto cuanto le durará esa terquedad y si no se dará cuenta demasiado tardé.
    Me preguntó que pasará cuándo vuelvan a la isla y como será la actitud de adamir para con Max.Espero que en estos momentos que está en la ciudad lo hagan ser más humano.
    Me da curiosidad los padres de Adamir y su infancia.
    Espero con demasiadas ansias el próximo cap 😘

    1. Hola!!1 Bueno, Adamir definitivamente está diferente. El accidente de Santiago, el darse cuenta del amor y la felicidad con que vive su hermano, el ambiente lejos de la isla y especialmente lo que siente en su interior y no sabe explicarse.. todo se confabula para que Adamir reaccione de manera diferente y «sea» distinto.. El viaje a la ciudad los ha cambiado a ambos, a Max y al puto amo de la isla.
      Lamento haberlo cortado pero me estaba saliendo un cap demasiado largo y eso involucra muchos problemas para revisarlo correctamente y no perderse en las ideas.
      Gracias!!!! <3

      Nani

  2. Estos son esos capítulos que valen oro. Tiene cero lemon y es mas sensual que muchos por hay afueras, amo esta historia y viviré actualizando porque necesito el siguiente ya pero ya

    1. Hola Roro!!

      Gracias!!!
      Tienes razon en lo que dices; la sensualidad y el erotismo significan mucha mas que un «mete y saca» jajajajaa disculpa la crudeza de la respuesta pero es así. se puede ser sensual de muchas maneras.
      Gracias por amar la historia. Actualizo muy pronto.
      Saludos,

      Nani.

  3. Esta serie es definitivamente perfecta, me encanta como manejas la historia, la personalidad de los personajes… como haces que nos encariñemos con ellos y sintamos su dolor y felicidad. Eres increible escribiendo, estare esperando el siguiente capitulo.

  4. Ooooooh Nani fue hermoso tan lindo y con su toque sexi por que lo cortaste ahí por queee? Ahora viviré pegada a mi celular.
    Siempre haces que mi cuerpo hormiguehe y no se ponga de acuerdo con mi mente sobre lo que siento emocion tristeza felicidad miedo de que todo de un giro de 180° me hiciste temblar enserio fue genial
    GRACIAS!!!😘😘😘

    1. Hola!!!
      Gracias!1 fue un capítulo distinto en el que vemos a Adamir siendo amable por primera vez.. le sale bonito, verdad?? ajajajajaa
      Bueno, supongo que mientras el amo este en la ciudad y contento todo irá bien.
      Gracias a ti por el cariño!!!
      Saludos,

      Nani

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.