Roberto
La fiesta universitaria está resultando todo un éxito. No es la primera ni la última de este año, pero para mí son todas importantes y espero que no tengamos ningún problema. Sonrío mientras camino entre los estudiantes, la música suena fuerte pero a pesar de eso reparto saludos, besos y tomo un sorbo de mi vaso cada vez que alguien me indica un ¡salud!.Necesito el apoyo de todos ellos para ser reelecto en la siguiente votación. Me gusta este cargo, me gusta el puesto y lo que representa. Vuelvo mi atención a la fiesta. Todo está controlado, no hay vandalismo ni escándalo. Aunque he visto botellas de licor y una que otra droga liviana, no veo desordenes en ninguna parte. Sigo avanzando por el gimnasio. Aquí es donde se ha reunido la mayor parte de los alumnos. Ángela y un grupo de estudiantes han participado en esta tarea, se han encargado de la decoración, organización de los músicos y varios otros detalles importantes que revisamos juntos. Llego hasta las puertas del gimnasio y salgo al aire fresco. Se siente bien respirar aire un poco más limpio que el que hay dentro del gimnasio. Veo grupos de estudiantes diseminados en los jardines cercanos al gimnasio. Camino tranquilamente entre ellos, saludando, sonriendo, chequeando.
Desde la distancia me llama la atención un grupo de unos 25 a 30 jóvenes que se encuentran sentados sobre el paso de los jardines a unos 30 metros.
Están tranquilos… pero inusualmente tranquilos.
No se ve desorden, ni gritos ni el comportamiento normal de un grupo de jóvenes. No alcanzo a distinguir claramente que sucede debido a la distancia y la oscuridad pero una pequeña alerta se genera en mi mente.
Me aproximo despacio y, cuando ya estoy más cerca, escucho una voz especial… cautivante… me toma sólo un segundo captar de donde viene esa voz. Sentado en una banca en el centro de este grupo hay una chica con una guitarra.
Me detengo bruscamente impactado por el sonido de la voz y el aspecto de esta mujer que aunque tiene la cabeza agachada puedo ver su hermoso pelo rubio caer descuidadamente y los suaves movimientos de su cuerpo que acompañan el ritmo lento de lo que está cantando. Pasados unos segundos comprendo inmediatamente porque todos están tan atentos… su voz no es demasiado poderosa pero es tan dulce, tan afinada y encantadora que al igual que todo los demás me quedo clavado al piso escuchándola… hay algo de magia en lo que hace… esta chica tiene un carisma capaz de derretir el hielo de la Antártida… Me quedo escuchándola mientras mi mente se llena del aroma del campo… recuerdo el sonido de los pájaros temprano en la mañana… No puedo explicar porque pero su voz y su aspecto me han llegado profundamente al corazón, desatando emociones que normalmente me son muy privadas.
Casi en trance, me acerco un par de pasos más hacia ella. Aunque está sentada se nota que es alta y muy delgada, sus manos se mueven con delicadeza y precisión entre las cuerdas de la guitarra, tiene dedos largos, delicados… su voz suena melancólica… lleva jeans claros muy ajustados y una polera oscura que le cae suelta… quiero adivinar sus formas debajo de esa ropa… sus brazos tienen varios brazaletes y cadenas que se mueven al compás de las cuerdas.. ¿Cómo es su rostro?, tengo que verla… siento la necesidad de ver su rostro pero aún lo mantiene bajo, con los ojos cerrados totalmente concentrada en lo que está cantando… su espíritu poseído por la canción. Me asombra y emociona la pasión con la que canta. No me explico cómo nunca antes la había visto o escuchado… ¿es alumna de esta universidad? Doy unos pasos para estar más cerca, quiero… no, tengo que ver su rostro con claridad, quiero ver sus ojos… su voz, su figura me han cautivado totalmente. Estoy solo a un par de metros de ella y hasta me olvido de respirar… de pronto necesito tragar una bocanada de aire. Entonces ella gira lentamente su cabeza y levanta el rostro, abre sus ojos y me mira directamente como si supiera que yo la estaba esperando… soy el único que sobresale porque estoy de pie, el resto, están todos sentados en el prado… me impacta profundamente el azul intenso de sus ojos, sus facciones y rasgos delicados…
Nuestros ojos se quedan fijos, mirándose sin poder despegarse… lento, despacio, como despertando de un sueño mal armado me doy cuenta que Es un hombre!!!
No puedo reaccionar, estoy clavado al suelo a solo un par de metros de él y sigo mirándolo asombrado por su extraordinaria belleza.. . es un hombre.. .es… hombre! lo repito en mi mente una y mil veces para que mi cerebro tome nota claramente de que ES un hombre. Es un hombre …
Aún mirándome a los ojos él sigue cantando… sé que suena estúpido pero a pesar de la absurda situación siento que ahora está cantando solo para mí…
Esto no es real, esto es una pesadilla y no está pasando… vamos hombre, reacciona, muévete, da la vuelta y camina… Me grito a mi mismo en mi mente, pero no… no puedo aún… sigo allí clavado escuchándolo y mirando sus maravillosos ojos azules y tratando de contener el remolino de emociones que giran dentro de mi… este es el minuto más largo que me ha tocado vivir en mi ordenada existencia… me rehúso a creer lo que esta pasándome, me siento físicamente descompuesto.
De pronto la canción termina y un aplauso entusiasta surge entre los espectadores
– Bien hecho Skylar! –
– Cántanos otra Skylar! –
– Me matas Skylarrrrr! – gritan las chicas mientras se acercaban a besarlo, una tras otra desfilan al menos cinco chicas diferentes. El recibe los aplausos sin inmutarse. Su mirada pasaba de las chicas a los espectadores y de vuelta a mí una y otra vez. De pronto, un chico se acerca también y le estampa un beso en la boca. Mientras es besado sus ojos están abiertos y me sigue mirando. De alguna manera siento que me está desafiando
“Pero… ¿pero qué chucha es esto???!!! quien es este Skylar?” – ruge una voz en mi mente – ¿es un….marica??¿ Que hace aquí?! Es… increíble!!
Rabia, decepción, vergüenza, molestia, siento todo al mismo tiempo y finalmente me hacen reaccionar.
Me giro bruscamente y quiero volver rápido hacia el gimnasio. El corazón me late desbocado dentro del pecho. Me siento demolido, terriblemente impactado por todo lo que acaba de pasar en solo unos minutos. Demasiadas emociones fuertes, casi inexplicables.
Voy caminando cuando de pronto siento pasos detrás de mí. Estamos en un lugar lleno de gente pero aún así siento un temblor recorrerme entero
Sé que es el chico rubio de la guitarra el que está detrás de mí.
– Hola, soy Skylar – con un par de pasos rápidos está a mi lado sonriendo mientras me extiende la mano. No puedo creer lo que estoy viendo frente a mis ojos, su sonrisa es lo más hermoso que he visto en mi vida, sus dientes son perfectos, sus ojos a medio cubrir por los mechones de pelo rubio y su rostro…es hipnótico… me detengo como ordenado por una fuerza superior y automáticamente extiendo mi mano y tomo la suya
– Hola, Roberto Schuster – repito la misma frase que digo cien veces cada día mientras saludo a gente común, pero esta vez el calor me llega a todo el cuerpo al sentir el contacto con su mano.. ¿Qué tiene este tipo?. ¿Qué es lo que me pasa?.. quiero hablar, decirle algo pero no puedo unir las palabras claramente
– ¿Qué … que pasa aquí? – pregunto cómo idiota
– Estamos haciendo algo de música… – sus ojos están recorriendo mi rostro… se detienen en mi boca, siento que se me seca la garganta… me fijo detenidamente en su boca, como todo el resto de su persona es perfecta.. Dios! Que estupideces estoy pensando!!
– ¿Tocas algún instrumento?
– ¿Yo? No, no sé nada de música.. pero tu,…. tu cantas bien–
“¿en serio le acabo de decirle eso?, ¿Qué me pasa?! ¡¡reacciona hombre de una vez!!”
– Pero al menos ¿te gusta la música? – vuelve a sonreír levemente… y yo siento que me pierdo en su sonrisa… es… adorable.
– Si, me gusta escuchar música
Hemos ido avanzando lentamente y estamos a unos pasos de la puerta del gimnasio.
– ¿Qué estudias?
– Arquitectura… último año – respondo
Lo vuelvo a observar detenidamente aunque sé que estoy contraviniendo todas las normas de educación, pero tengo que convencerme que esta persona no es real… no puede ser real… nos quedamos de pie frente a frente.. él sabe que estoy observando sus facciones en detalle pero no parece incomodo ¿cómo puede un hombre ser así… tan.. tan..hermoso?.
– Yo también … tercero. No te había visto antes
-No,, no salgo mucho ¿por qué le estoy dando explicaciones? ¿por qué mi voz suena tan absolutamente insegura, como si estuviera disculpandome?”
– Seguro que no quieres tocar música con nosotros? –me pregunta al llegar a la puerta del gimnasio.
No quiero volver a mirarlo… no puedo. Estoy terriblemente asustado de la persona que tengo delante de mi… de hecho no quiero volver a verlo nunca más en mi vida…
– No… no puedo, estoy a cargo de esto y no puedo dejarlo
– Okay… ¿en otra oportunidad? –
“¿está coqueteando conmigo? Entonces recuerdo el beso que le dio aquel chico y decido que si, efectivamente está coqueteándome
– Si, claro… otro día
Nooooo… no entiendo por qué contesto eso..ya no sé lo que digo ni sé más que hacer…
Skylar se detiene en la entrada y me mira intensamente con sus hermosos ojos… no dice nada por varios segundos, y luego sonríe
– Nos vemos… – y se aleja.
Quedo de pie en la entrada del gimnasio sin saber exactamente que me ha ocurrido. Estoy… estoy… no sé como estoy. Me acaba de arrollar un camión, sufrí un terremoto individual grado diez y.…¡mierda!.. ¿me siento feliz??!!!
Entro despacio nuevamente al gimnasio, mis pensamientos siguen pegados en los ojos azules y en la cara que me ha impactado.
Luego de un rato ya lo único que quiero es que la fiesta termine pronto y espero con impaciencia a que empiece a decaer el ánimo. De vez en cuando chequeo la puerta de entrada… se a quien estoy buscando pero nadie inquietante cruza la puerta esa noche. Finalmente, cerca de las 3 de la mañana ya quedan pocas personas y puedo retirarme a descansar. Ángela y el resto del grupo se retiran también. Solo quedan algunos más entusiastas a cargo de concluir el evento de la noche.
En la quietud de mi habitación estoy a oscuras tendido sobre la cama. Cierro los ojos y trato de repasar mentalmente lo sucedido esta noche… mi mente se llena rápidamente de imágenes de Skylar, siento emociones extrañas, intensas,… nuevas, no puedo explicar lo que siento, no corresponde a nada normal. Veo con claridad su imagen, su rostro pasa frente a mis ojos una y otra vez, me descubro estudiando con detalles las facciones de su cuerpo… sentado en la banca con la guitarra, los mechones de pelo rubio cubriendo parte de sus ojos… repito en mi mente el movimiento preciso de sus manos y dedos en las cuerdas… es… es.. Dios! No puedo creer lo que estoy pensando!!…. Es excitante.
De un salto brusco me levanto de la cama… no puedo negar que este personaje me asusta terriblemente… yo no soy así, no sé por qué reacciono así con él.
Me voy al baño y me doy una ducha larga y muy fría. Estoy verdaderamente agotado. Entonces culpo al cansancio… culpo al hecho de que a mis 23 años no había visto nunca un chico gay de cerca… mucho menos hablado con uno. Me cepillo los dientes con rabia, me quito la ropa y vuelvo a la cama… trato de dejar mi mente en blanco hasta que finalmente me duermo.