No me alcanzan las fuerza para sostenerme de pie… resbalo por la pared hasta quedar sentado en el suelo. Y yo que creí que sólo estaba celoso de Nancy… ¡pero qué idiota, imbécil, estúpido!… no me alcanzan todos los garabatos del mundo para calificarme. Lo que acaba de suceder no parece verdadero. Hasta hace solo unas horas éramos felices y de pronto … no queda nada… ¿cómo puede ser así de simple? Algo esta terriblemente mal… siento que estuve ciego y que no vi las señales o indicadores
Tiempo… espacio…
¿Cuándo deje de prestar atención a lo que necesitabas? ¿cómo me fui volviendo ciego? me deje llevar por mis sentimientos, me sentí tan seguro y no me di cuenta de que lo estaba agobiando…
¿Espacio?…
Que mierda de espacio, ¿acaso mi compañía era impuesta?. Me duele… Dios!! duele como no me había dolido nunca antes. No entiendo… La cabeza me va a reventar… no puede ser cierto… ¿tiempo, espacio? ¿Qué mierda quiere decir eso?. Me pregunto desde cuando se sentía así, o ¿quizás siempre se sintió así?. Reviso nuestra relación y recuerdo que fui yo el que lo busco y lo persiguió hasta captar su atención e interesarlo… me empeciné en conseguirlo para poder descartarlo y todo salió al revés… pero… pero nunca lo forcé… él vino solo, el vino cada maldita noche, solo hasta mi … él me buscó…¿o yo lo obligué a buscarme?… ¿Qué mierda hago con este dolor?… tiempo, espacio… ¿tiempo para qué? ¿en qué te molesta mi presencia? ¡¡ Nunca te pedí nada!!! Idiota, imbécil. Golpeó las paredes del departamento hasta que me sangran las coyunturas de las manos pero aún no tengo suficiente. El maldito dolor que siento en el corazón es más grande y me ahoga…¡¡¿Qué paso?!! ¡¿Qué fue lo que hice mal??!! Todo esto es una maldita pesadilla.
Corro al baño y busco entre mis cosas. Encuentro unas pastillas para dormir que algún doctor me dio alguna vez y me tomo dos sin siquiera pensarlo. Necesito dormir… no quiero pensar, esto no es real… Roberto va a entrar por esa puerta y nos vamos a reír de esta pesadilla idiota… me va a tomar en sus brazos y me va a decir que me ama….
No, no es cierto…
Nunca me lo dijo… nunca me dijo te quiero o te amo, nunca me dijo una maldita palabra respecto de lo que sentía, nunca me tomo en sus brazos, ni me acarició ni me miró con ternura…. Dios!!! no… ¿Sexo? ¿Fue solo una maldita relación de sexo para él? ¿la novedad de hacerlo con otro hombre?… ¿eso fue todo?… duele como si me quemara por dentro… Yo solo caí en mi propia trampa… yo quise creer que era importante para él… siento que me falta el aire aunque entra a raudales por mi boca abierta… El nunca me dijo nada… pero… No puede ser así … el amor no se acaba de un minuto para otro… ¿amor?, idiota, ¿Cuál amor?… el que me imagine que Roberto sentía… ¿cómo me equivoque tanto?.. yo que creí que me lo sabía todo… ¡mierdaaaa!, esto es lo que pasas cuando te enamoras… todo cambia, todo duele, ¿por qué me tuve que enamorar de ti?… Me tiro sobre la cama y me envuelvo con el edredón, la calefacción está encendida pero sigo temblando… me quedo quieto, apenas respiro… no quiero llorar más. Las pastillas están haciendo efecto y me duermo profundamente.
Al día siguiente despierto nuevamente en medio de esta maldita pesadilla. Me cuesta moverme y ponerme en marcha, me pesa el cuerpo, pensar en Roberto y en lo que me dijo anoche me causa mucho dolor, así es que intento no pensar en ello.. al menos por ahora, no quiero pensarlo. Intento seguir con mi rutina casi normal y me voy a clases.
La mañana es un constante recordatorio del dolor, el solo hecho de caminar por los pasillos y caminos donde pudiera encontrarlo me tiene en constante alerta. Una parte de mi se muere por verlo, pero otra parte, la racional y lógica no quiere ni verlo ni buscarlo. Mi actitud es casi la misma de siempre aunque tal vez mas callado y tranquilo de lo normal. A la hora de almuerzo dudo mucho en ir a la cafetería. Varios amigos me invitan a ir con ellos pero me quedo haciendo tiempo en cualquier parte. No tengo clases hasta las cuatro así es que voy a almorzar muy tarde, cuando ya no queda casi nadie en la cafetería. Es mejor así. Me siento solo en una mesa y tomo uno de los diarios para distraer mi mente en cualquier cosa que no sea pensar en lo que pasó. Hojeo distraídamente las páginas del diario y en una pequeña foto, al interior de la página de noticias nacionales, veo a varios de los políticos locales, incluyendo a Roberto. La comida se me queda atragantada en la garganta… de la mano de Roberto está Ángela Herrera…. sonríe triunfante… se está burlando de mí, directamente. Me quedo pegado mirando la foto. Parecen felices, sonrientes. Recuerdo que tiempo atrás pensé que Ángela no representaba ningún peligro para mí pero ahora me doy cuenta que la juzgue muy equivocadamente… mucho. ¿Esta es entonces la verdadera razón?… ¿Estás interesado en Ángela?, busco la fecha de la foto … el día que Roberto no llego a dormir… ¡ Imbécil por partida doble! Pensando que estaba enojado y celoso cuando estaba en una cena con Ángela y sus malditos amigos políticos. La rabia se apodera de mí. Ya no soy responsable de lo que hago…¿desde cuándo viene esto?…¿desde cuándo andas con Ángela?. A toda prisa, y con el diario, en la mano corro hasta las oficinas del centro de alumnos, entro a toda carrera pero me detengo en seco al verla a ella… el sentimiento es fuerte…la odio, odio su cuerpo perfecto lleno de curvas, su piel blanca delicada y hasta la forma en que se mueve. Es un sentimiento nuevo, irracional y muy violento. Quiero golpearla y patearle su perfecta cara que se acerca a mí con una perfecta sonrisa.
-. ¡Skylar! , que sorpresa verte, ¿cómo estás? – recuerdo que me caía bien y que pensé que era inofensiva. Le sonrío de vuelta. Puedo jugar este juego.
– Hola Ángela, ¿Está Roberto aquí?
– No, no ha venido hoy día, ¿Puedo ayudarte?
Entonces recuerdo el diario y le muestro la foto, su sorpresa es genuina
-¡Vaya!, Roberto va a estar feliz,… salimos bien, ¿no te parece? – toma el diario y me muestra la imagen.
En verdad quiero golpearla y quitarle la estúpida sonrisa del rostro.
– Si… ¿están saliendo?
– Bueno, creo que finalmente si– sonríe con coquetería – ya era hora, ¿no crees?-
– ¿Desde cuándo? – sé que estoy siendo grosero al preguntar con violencia, pero no puedo contenerme, necesito saber.
– mmmhhh, Roberto y yo siempre hemos tenido algo, pero ahora último se ha vuelto más seria nuestra relación
-¿Desde cuándo?- insisto bruscamente tomándola del brazo
– ¡Skylar! no sé, un mes o algo así
¡Un mes!?? la miro intensamente… no sé cómo me logro contener. Ángela se siente incómoda.
– ¿Puedes darle un mensaje a Roberto?
– Dile tú mismo… viene entrando
Me doy vuelta y me encuentro cara a cara con él que me mira asombrado. Se detiene un momento al verme, pero luego camina rápido hacia su oficina. Voy tras él sin dudarlo. Ángela hace el intento de venir también pero una mirada glacial mía la detiene. Desconcertada se queda atrás.
Entro tras él y cierro la puerta. Me mira fijamente, lo tomo del hombro con una mano y con la otra le golpeo el rostro con el diario.
– ¿Tiempo y espacio?!! Eres una mierda!! – le grito – al menos podrías haber sido más hombre y decirme directamente que andas con Ángela
– Skylar… ¿Qué..– intenta abrazarme
– No me toques… si querías deshacerte de mí solo tenías que decirlo– estoy gritando completamente fuera de control
– ¿De qué hablas? – me grita también
– ¡Perfecto! Hazte el idiota más encima.. no, en realidad aquí el único idiota fui yo… ¿Cuánto tiempo llevas con ella?
– ¿Ángela?…no entiendo
– Mira, quédate con ella… espero que te haga la mitad de lo feliz que fuiste conmigo al menos!!!
Le tiro el diario encima y salgo dando un portazo. Escucho que me llama una vez, muy fuerte, pero no me vuelvo. Varias miradas se vuelven hacia mí pero no me importa… hoy día nada me importa. Paso por el lado de Ángela sin mirarla siquiera y salgo al aire frío… aunque intento no puedo evitar las lágrimas. Quiero desaparecer, quiero no sentir… no me gusta sentirme débil y quebrado… ¡mierda! Me duele tu traición… no me lo merezco, solo quise hacerte feliz pero ya veo que no fue suficiente. ¿Compasión por mi mismo?… Que estúpido sentimiento… no voy a compadecerme de mi mismo.
No puedo seguir en este mismo lugar. Me voy de vuelta al departamento pero al cabo de media hora de estar ahí, me doy cuenta de todas las cosas de Roberto que aún quedan aquí. Me invade la pena, la rabia y la desilusión… no fui suficiente para ti, ¿Qué mierda fui para ti?… la novedad??? La curiosidad?… no quiero saberlo… esto es destructivo… tengo que dejar de atormentarme así… tengo que hacerlo. Busco el teléfono y le escribo un mensaje
-“Retira tus cosas de mi casa hoy. No voy a estar. Déjame las llaves”
me demoro mucho mirando las palabras escritas en la pantalla del teléfono. No quiero enviarlo, no quiero cortar este último lazo que me une con él… sus cosas en mi casa. Finalmente y con lágrimas en los ojos, mi dedo presiona la tecla “enviar mensaje”. He roto la última conexión. Ya no me queda nada más que me relacione contigo… excepto todo lo que siento. Me quedo mucho rato sentado mirando por la ventana como cae la tarde y se va la escasa luz del sol para dar paso a la noche. No me quieres lo suficiente o tal vez no me quieres nada… fui una novedad, fui un juguete nuevo y ya no quieres estar más conmigo, ahora ocupo mucho de tu tiempo y he invado tu espacio. Soy dispensable en tu vida… descartable, no soy nadie en tu vida. Este es un sentimiento nuevo y es horrible como se siente… tengo todo mi cariño y amor invertido en ti… y a ti maldito lo que te importa!!! Mi corazón se vacía en llanto, no había llorado nunca así ni con tanto dolor. Finalmente me canso de llorar y compadecerme. Soy un asco, no sirvo para el dolor… debería haber sabido mejor que tu no eras una buena elección… pero yo nunca planifiqué enamorarme de ti, simplemente sucedió. Debo ser muy idiota… ¿en qué planeta me creo que vivo? Roberto es un heterosexual, yo fui una excepción temporal… es normal que se busque una mujer que lo acompañe, ¿Qué fue lo que creí?, ¿Qué íbamos a crecer juntos como una pareja?, ¿Qué me podía llegar a amar?… Siento mucha rabia conmigo mismo, una rabia ciega por haber alimentado tanta estupidez en mi mente y en mi corazón…. Haberme dejado llevar por los sentimientos y perder el control… Muy lentamente un sentimiento nuevo empieza a reemplazar al dolor, es duro y frío y lo siento crecer en mi y repartirse por todas las fibras de mi cuerpo cada vez que recuerdo tus palabras, cada vez que pienso en lo que te di y la forma en que me trataste, cuando recuerdo que solo fui una curiosidad en tu vida, ni una palabra de ternura y más aún cuando me doy cuenta que todo este amor que cree y acumulé para ti no me sirve de nada y a ti ni siquiera te interesa. Solo sirve para causarme dolor… la rabia, la ira se instalan en cada fibra de mi ser. He llorado la última lágrima por ti, Roberto. Me quedo sentado en la cama mirando al vacío por largo rato. De a poco algo se cierra para siempre en mi corazón, lo siento tan claro como si fuera un candado con una cerradura que acabo de girar.
Me voy al dormitorio, tomo una chaqueta gruesa, las llaves de la moto y salgo del departamento, hace frío pero al menos no llueve. No sé dónde voy pero no quiero seguir aquí. Descargo mi rabia manejando, paso entre los autos a toda velocidad, me salto un par de semáforos en rojo y muy pronto estoy en la carretera a la costa manejando como condenado, saltándome todos los límites de velocidad permitidos. 45 minutos después estoy en la costanera frente al mar… no sé por qué llegue hasta aquí, solo quería alejarme, no quiero volver a sentirme engañado, usado, jamás en mi vida, no quiero enamorarme nunca más… no vale la pena.
Me quedo mucho rato mirando el movimiento de las olas en el mar. Siento que mi celular suena en el bolsillo, varias veces, pero no quiero contestarlo, no quiero saber de él. Lo apago. La gente pasa delante de mí y se quedan mirándome, como es costumbre. Un par de chicas muy atractivas se acercan a hablarme. Bien, es justo lo que necesito ahora. Conversamos, nos reímos, me invento una nueva vida y una nueva personalidad. Son estudiantes universitarias en esta ciudad, ambas comparten un departamento que esa noche terminamos compartiendo los tres. Relego tu recuerdo al último rincón de mi mente, lo cubro completamente con una pared de gruesos ladrillos sin dejar ningún espacio por donde se pueda colar nuevamente un recuerdo doloroso. No voy a volver a pensar en ti. Las chicas ríen sobre mí, me desnudan, son preciosas, suaves, dulces, acogedoras… la noche se hace larga y por algunos instantes me olvido completamente de todo y me río y disfruto como si fuera lo único que me importara en el mundo.