Lo esperé toda la noche en el departamento pero nunca llegó. “Tú no sabes lo que es el amor”…amor, amor… ¿Acaso tu si sabes lo que es?… ¡Dios! esa frase me ha atormentado desde que me separé de Skylar… Necesito saber. Tengo que preguntarle. Creo que esa noche pasé por todas las emociones negativas que es posible llegar a sentir, preocupación, rabia, celos, indignación… todo. Necesito hablar con él, verlo, escuchar su voz, oler su aroma… vago por el departamento, tomo sus ropas y las llevo a mi nariz buscando desesperadamente las huellas de tu olor… me tiro sobre tu cama y me quedo esperándote sintiéndome perdido, abrazado a esa ropa… respirando en ella tu olor…… “retira tus cosas, déjame las llaves”… solo puedo pensar que necesito verte, urgentemente saber de ti, no me importa cómo vas a reaccionar ni que me vas a decir… solo necesito verte, te necesito Skylar.
Los minutos de espera se me hacen eternos, llevo varias noches sin dormir bien y finalmente me quedo dormido abrazado a tu olor y a tu recuerdo en esta misma cama. Me niego a desaparecer de tu vida… no puedo.
El teléfono me despierta muy temprano en la mañana. Es Ángela para recordarme algunas cosas que debemos hacer en el día.
Skylar no ha llegado, no hay ninguna señal de él. Vuelvo a marcar su celular y una vez más no me responde. ¿Dónde estás? ¿Cómo estás? ¿Con quién estas?… no puedo dormir en mi propia cama pero sin embargo en la tuya y pegado a tu olor, me duermo como un niño.
Comienzo el lento proceso de sacar mis cosas del departamento, bien temprano en la mañana evitando miradas curiosas. Tengo el auto cargado y no queda nada mío en el departamento… pero me niego a irme sin hablarte. No puedo resistir tomar una foto de Skylar y echarla junto al resto de mis cosas. En la foto esta un par de años más joven y sonríe a la cámara montado en la que fue su primera moto. Se ve tranquilo, sonriente, confiado… conquistador del mundo- Los minutos pasan lentos hasta que me convenzo de que no vas a llegar. Las llaves… juego con ellas en mis manos mucho rato… no quiero devolvértelas, es como poner un punto final a todo y yo sé que no es así, sé que no hemos terminado. Simplemente no puedo dejarlas… Cierro la puerta con un peso enorme en el corazón y las llaves apretadas en mis manos. Estoy seguro de que no va a ser por mucho tiempo… sé que voy a volver a este departamento. Necesito urgentemente verte… ¿Dónde estás?
Cuando estoy descargando mis cosas suena mi celular, me ilusiono mucho pensando que puede ser él, pero no. Es el senador Rabbs. Quiere reunirse conmigo nuevamente, esta vez en su casa. Gentilmente me hace ver lo interesante que resultaría la compañía de Ángela.
-. Es un mujer encantadora Roberto, estoy seguro que a mi señora le va a gustar conversar con ella-
– Por supuesto senador, será un placer, muchas gracias- una cena en su casa… entiendo que es un gran honor pero no tengo ganas, no tengo ánimo aunque sé que voy a terminar haciéndolo. Tengo que recordar decírselo a Ángela. ¡Dios! Ángela… Skylar… esto se me escapa de control…
No sé por qué razón pienso en mi padre, tan correcto, tan caballero, siempre sabiendo que hacer ante cada situación, ¿te fijaste en un hombre alguna vez papá?… No, supongo que yo debo ser el único de la familia que ha pasado por esto. ¡Mi familia!, puedo imaginar el rechazo de cada uno de ellos si lo supieran, de mis amigos, de la gente del partido, de la universidad… de casi todos quienes conozco, puedo imaginar como mi mundo se destruiría por completo. La situación me aterra así es que dejo de pensar en ello
Más tarde invito a Ángela a acompañarme. Acepta encantada. Creo que esta fascinada con esta nueva invitación. Hay algo de coquetería en su nueva actitud. Me resulta graciosa… aceptable, es una nueva Ángela que no había visto o que tal vez nunca quise ver. No hay una palabra respecto a lo que pasó con Skylar ayer en mi oficina… nadie me ha dicho nada. Busco mi teléfono y vuelvo a marcar su número. Tampoco me contesta. Repaso mentalmente los lugares donde podría encontrarlo… son tantas las cosas que hace, tantas las personas que conoce. Pienso en la mujer con la que estuvo conversando en la Cafetería … ¿Nancy?, si supiera donde encontrarla iría a buscarla, a preguntarle, dijo que era su mejor amiga, no sé nada respecto de ella, excepto que tocaba a Skylar como si le pertenecerá, como si tuviera algún derecho sobre él… me hierve la sangre al recordarlo. Llevo un día y medio sin hablar con él y me siento desesperado.
La mañana pasa muy lenta mientras termino mis cosas. Cerca de las tres de la tarde ya no aguanto más. Recuerdo mentalmente cuál es su horario de clases los días jueves y parto hacia los lugares donde seguramente voy a encontrarlo. Paso casi toda la tarde recorriendo y esperando, buscándolo pero nada, no lo veo por ninguna parte. Tampoco veo a Nancy. Francamente me estoy sintiendo muy ansioso. A las siete de la tarde vuelvo a su departamento. Aún tengo la llave pero no me atrevo a usarla. Toco el timbre, golpeo la maldita puerta que no se abre nunca hasta que finalmente uso la llave. Skylar no está aquí, no ha regresado aún. Vuelvo a intentarlo con el teléfono pero nada… Esto es tan extraño. Skylar jamás falta a clases ni se desaparece así de la nada. Estoy muy preocupado y no sé qué más hacer. Tomo una hoja y le escribo un mensaje. “por favor llámame cuando llegues. Necesitamos hablar”. Y lo dejo sobre la mesa del comedor. Antes de salir me paro en la puerta del dormitorio una vez más…¡Dios! Como te echo de menos y aún no han pasado 24 horas… por favor, aparece pronto.
En mi casa, Erica está estudiando con un grupo de personas. Me encierro en el dormitorio a trabajar en el proyecto que ya debo presentar dentro de pocos días, cada movimiento, cada pensamiento me recuerda lo que compartimos juntos respecto de este trabajo.. de todo. Me gusta trabajar con él, me gusta mirarlo cuando está concentrado… es mejor cuando escucho su opinión… la angustia se apodera de mí y aunque sigo trabando, he comenzado a llorar nuevamente. Cada cierto rato, marco su número pero no me responde, tal parece que su celular está apagado. Avanzo lento, despacio, me equivoco muchas veces. Erica entra a verme un par de veces, me ofrece comida, me abraza, está preocupada por mi. Intento tranquilizarla. El mal genio se apodera de mí. Cuando ya es medianoche vuelvo a marcar su celular y esta vez si hay conexión, pero la llamada se corta. Skylar cortó la llamada, no quiso contestarme.
Salgo del departamento a toda prisa y en cosa de minutos ya estoy en la puerta del suyo. Estoy seguro de que esta tras esa puerta. Estoy nervioso y asustado pero las ansias de verlo son mayores. Toco el timbre varias veces hasta que escucho movimiento al otro lado de la puerta cerrada. Skylar me abre la puerta, cansado, ojeroso, despeinado, delicioso y me mira sin sorpresa alguna, más bien con cara de fastidio. Aún molesto se ve hermoso.
– ¿Qué quieres?- Me acerco a él e intento abrazarlo, estoy tan feliz de verlo y saber que está bien. Me rechaza de un empujón y sonríe sarcásticamente
-. ¡Wow!..Tranquilo… ya no me puedes tocar, ¿te acuerdas?- me desconcierto al escucharlo…¿Qué ha pasado?, ese tono de voz y esa actitud son nuevas
– Tenemos que hablar- intento entrar al departamento pero se para delante de mí impidiéndolo. Nos miramos frente a frente, estamos a muy corta distancia…siento el impulso irresistible de tocarlo, besarlo, me muerdo para contenerme. En sus ojos no hay más que frialdad
– No, no tenemos que hablar –me mira desafiante, estira su mano y queda con la palma extendida hacia mi – mis llaves- me ladra
¿Dónde está mi Skylar?, ¿Quién es este que ocupa su lugar? No reconozco esos ojos azules brillantes y fríos.
-. Deja de comportarte como idiota – estoy molesto – tenemos que hablar – me mira fríamente unos instantes, siento un escalofrío recorrerme la espalda al ver esa mirada helada, luego sonríe amenazante
– A ver…, permíteme aclarar; tú ya no eres parte de mi vida, TU elegiste no ser parte de mi vida. Se acabó, no hay más- definitivamente este no es el Skylar que yo conozco, este me asusta con su frialdad
– ¡Córtala Skylar!, déjame entrar, en serio tenemos que hablar- hago el intento de entrar nuevamente pero su cuerpo sigue bloqueando la entrada, quiero empujarlo pero en vez de eso estiro mis brazos y lo abrazo… fuerte contra mi cuerpo…¡Dios! Lo necesito
–Skylar… por favor – Estoy pegado a él, mi cara escondida entre su cuello y su pelo, suplicándole, mis brazos rodeándolo y apretándolo. Skylar no reacciona, no se mueve, ni siquiera me mira. Solo su respiración esta algo agitada. Luego de algunos segundos, levanta sus brazos y me empuja firmemente hacia atrás.
– No me vuelvas a tocar –me dice con una frialdad tremenda, sus ojos son dos hielos de cristal azul
– Skylar… me equivoqué, por favor escúchame-
– ¿Me vas a devolver las llaves?-
– ¡¿Qué te pasa?!!! ¿Me estas escuchando?!! Me equivoque, me equivoque terriblemente!!! – le grito y le suplico pero él no reacciona
– Bueno, quédatelas entonces – se encoge de hombros y cierra la puerta. Pasan varios minutos antes de que pueda siquiera volver a respirar… la maldita puerta cerrada aún frente a mí. Mi desconcierto es total, no conozco a este Skylar, no sé quién es este que habita en su cuerpo… no queda un rastro del que yo conozco. No sé qué hacer… meto la mano al bolsillo, ahí están las llaves. Las aprieto en mi mano, las saco del bolsillo y las levanto para mirarlas. No, no voy a devolvértelas nunca. Pienso en la posibilidad de abrir la puerta y encararlo nuevamente, pero al recordar sus ojos helados me detengo. Me siento débil, físicamente enfermo y muy débil, mis piernas apenas me sostienen. Lentamente y llevando un enorme peso sobre los hombros me vuelvo al auto. Lloro, lloro todo un río ¿Quién es este ser frío que está arriba en tu cuerpo?, no puedo creer que se acabó … ¡Dios mío!, golpeo el volante una y otra vez, quiero retroceder el tiempo … quiero volver atrás.
Ya en mi cama, duermo mal. Erica entra a verme varias veces, en verdad está preocupada por mi.
En la mañana muy temprano me trae desayuno y se sienta en mi cama
–Te peleaste para siempre, ¿verdad?
– ¿Por qué dice eso?
– Trajiste tus cosas de vuelta – y me indica las cajas que hay apiladas en mi dormitorio –háblame se Skylar…- me quedo helado pero mi hermana me mira tranquila
– ¿Cómo sabes su nombre? – estoy asustado
– Lo repetías anoche… toda la noche mientras dormías… la estabas llamando- ¡por Dios! Cree que es una mujer… ¿repetí tu nombre?, seguro debo haberte llamado en sueños, debo haber llamado a mi Skylar
– No quiero hablar hablar ahora, estoy… – las lágrimas acuden a mis ojos, Erica me abraza, me dejo abrazar y lloro en su hombro. A mi hermana se le hacen agua los ojos y me acaricia con ternura
– ¿Por qué no hablas con ella?.. arregla las cosas, se ve que la quieres tanto…-
– Me equivoque y ahora no me quiere escuchar-
-¿La engañaste? – me mira asustada
– No, el…ella cree que si, pero no, no la engañé, pero eso no es lo peor. Lo peor fue que … la quiero tanto, tanto, que me asusté de ese amor, de ese sentimiento tan inmenso yle pedí que nos alejáramos, que me diera tiempo y espacio para mis cosas y …-
– ¡Serás idiota!!- Me golpea la cabeza a pesar de las lágrimas – ¿Cómo te puedes asustar de enamorarte, Roberto?, es tan hermoso sentirse así, a veces es sólo una vez en la vida y tú lo estas dejando pasar, ¿te ama Skylar?-
Que si me ama?… NO TENGO IDEA!! No se, no se…
-. No se Erica, no sé –
– ¿Nunca le preguntaste?- niego con la cabeza -¿Le hablaste de tu amor por ella? –nuevamente niego – ¡Pero!! ¿Qué clase de relación tienen entonces??!!– me grita
– Es que tu no conoces a Skylar… –
– Por supuesto que no, nunca me la presentaste ni la trajiste a la casa, la tienes muy escondida para ti solo…¿cómo es?, háblame de Skylar…-
¿Hablarte de Skylar? Tengo tanto que decirte de él, puedo hablarte un día entero sin parar
-. Es preciosoaaa.. preciosa, rubia, pelo largo alta, delgada. tienes los ojos más azules que he visto en mi vida, su cuerpo es perfecto y su personalidad es tan especial… – le hablo a mi hermana de Skylar, lloro cuando le cuento como es, lo maravilloso que es, de su inteligencia, de su encanto, de su buen humor, sus virtudes, sus locuras …mi hermana se impresiona al escucharme, se da cuenta fácilmente de todo lo que siento, a ella soy capaz de decirle toda la ternura y el cariño que siento por él… lo que nunca le dije a Skylar se lo digo a ella. Me abraza emocionada.
– Por favor búscala y dile que lo sientes, que no la engañaste y que la amas tanto, por favor –
– No quiere escucharme… ya lo intenté pero no quiere escucharme –
– Inténtalo de nuevo, diez veces, mil veces hasta que te escuche… no quiero verte así tan triste– nos quedamos abrazados meciéndonos despacio. Nunca supuse lo bien que me haría hablar de él, me siento culpable de no aclararle todo a Erica pero no puedo.
Cuando me quedo solo pienso en lo que mi hermana me dijo…”buscarlo mil veces hasta que te escuche…”.