Capítulo 25

Nunca antes me había enamorado, es un sentimiento maldito que te roba el alma y la razón, no te deja hacer nada tranquilo… tu vida ya no te pertenece ni la sientes completa si no estás al lado de la persona que amas… Supongo que las parejas que se aman mutuamente deben ser los idiotas más felices de este mundo… Así es como me siento, como uno de los idiotas más felices de este mundo. La parte racional de mi cerebro está completamente anulada por este absurdo sentimiento de alegría, de calor interno… me ama… dijo que me ama. Cada vez que recuerdo la dulzura  con la que me llamo “amor” me siento ridículamente feliz. Soy un atado de emociones al rojo vivo. Paso del llanto a la risa sin variaciones intermedias. Por primera vez soy incapaz de controlar todo lo que siento… ridículamente feliz.

Anoche… fue sólo anoche que Roberto y yo volvimos a estar juntos. Todas mis resoluciones de mantenerlo alejado se fueron a la mierda anoche… que ternura tiene dentro de él… me sorprendió mucho su cariño… Estoy tan feliz que podría volar sin alas… a pesar de… ¡mierdaaa! a pesar de todo lo difícil que es esto. Mi cerebro no puede detenerse un segundo… intento concentrarme en los libro que tengo frente a mi pero las sensaciones de alegría y de intensa pena me abrazan por igual. Ha sido así todo el día; mi cuerpo estuvo presente en clases pero mi mente estaba con él.

Roberto pasó la noche conmigo, Fue una noche diferente a todas las otras tantas noches que compartimos antes… ternura, caricias dulces, palabras de amor en mi oído… besos delicados y más y más ternura… Vuelvo a sonreír al recordarlo y las letras del libro delante de mi carecen de todo sentido. Intento leer desde hace media hora pero no puedo.  Cierro el libro y pienso que solo ahora entiendo cuan fuerte es el poder del amor. Con razón lo llaman el sentimiento más poderoso del mundo. Espero que en este caso sea efectivamente capaz de mover montañas porque Roberto y yo definitivamente necesitamos mover una inmensa montaña.

Lo quiero todo con él o simplemente no quiero nada. Es así de fuerte y así de simple.

– Explícame exactamente qué quieres – me pidió Roberto anoche sentado sobre la cama después de hacer el amor. Empecé a hablar y a medida que iba explicándole me fui asustando de lo que estaba pidiendo… pero no puedo conformarme con menos.

 – Quiero lo que he tenido siempre, la libertad de ser lo que soy sin esconderme y sin ninguna careta. No quiero esconder lo que siento, no quiero ser tu amante escondido, no quiero una doble vida 

Roberto me escuchaba en silencio, sus ojos fijos en mi – Quiero… quiero vivir abiertamente mi felicidad,… mi vida contigo

 – Skylar – Roberto toma mi mano y la lleva a su boca… besa mis dedos en silencio, uno a uno mientras puedo ver como su mente está funcionando a alta velocidad

 – Roberto… no quiero que me digas nada ahora – es verdad… estoy hablándole de poner su mundo al revés… de transformar completamente su vida, incluso de cambiar sus valores – sólo… piénsalo – mis dedos siguen en su boca.

 – De acuerdo- me besa y me abraza, posesivo. Puedo sentir los engranajes de su cerebro funcionando, pensando.

De la más completa felicidad paso el estado total de tristeza…… o cambia él o cambio yo. Lo he pensado tanto, le he dado todas las vueltas posibles y he analizado hasta el más mínimo detalle… no puedo, no puedo aceptar vivir escondido, en secreto… yo no soy así, siento que no tengo nada que esconder… ¿Podría volverme así por él? ¿Podría traicionarme a mí mismo para mantener esta relación oculta?…¡mierda!, no, no puedo. Sin embargo le estoy diciendo que cambie su vida… Tengo miedo.. más miedo aún del que tenía antes cuando estuvimos separados. Al menos entonces tenía la seguridad de no estar son él y mi dolor era puro y genuino, pero ahora, todo el futuro se ha vuelto inseguridad y temor, no puedo evitar pensar que no debí enamorarme de él ni él de mi… ¿cómo podría seguir adelante sabiendo que le estoy pidiendo sacrificar su futuro?… pienso en todo lo que hace Roberto, en las cosas que le gustan y me lleno de pena y dolor pensando que voy a dañarlo… ¿vas a sufrir por mi culpa?… estoy a punto de llorar o golpear algo pero el timbre de la puerta me distrae.

Nancy entra echa un torbellino, echando garabatos, empujandome y maldiciéndome, todo al mismo tiempo

– ¿Por qué no contestas tu maldito teléfono? – me grita y me abraza al mismo tiempo – pensé que … – sus pequeños puños me golpean. La abrazo y la levanto del suelo mientras giramos. Nancy se queda quieta y sus grandes ojos me miran sin entender mi sonrisa

– Okay… ¿Qué pasa?

Sigo sonriendo estúpidamente… së que le va a tomar dos segundos entenderme

– ¡No!!! Si??   sus ojos se abren aun más y me mira sujetando una sonrisa

– Si… si – Nos abrazamos riendo

– Bien, aliméntame primero… no he comido nada preocupada por ti y me cuentas que pasó-

su pequeña figura avanza resuelta hacia la cocina. Preparamos juntos un par de sándwich y le cuento a grueso modo que fue lo que sucedió. Me interrumpe mil veces para hacer preguntas o darme sus conclusiones, está feliz por mí.

 

– ¿Erica? Yo la conozco… es…

el sonido de la cerradura interrumpe nuestra conversación. ¡Mierda! Roberto y las llaves que nunca me devolvió.   Con un gesto rápido le indico a Nancy que mantenga nuestra conversación en secreto. Roberto abre la puerta y me sonríe pero la sonrisa se congela en su rostro al ver a Nancy.

 – Hola – lo saludo poniéndome de pie. La situación pudo ser realmente incómoda pero sucede lo menos esperado y más sorprendente. Roberto deja caer sobre el sofá todo el rollo de papeles, planos y otros que trae en sus brazos y de la manera más natural se acerca y me besa en la boca.

 – Hola

Me mira con la misma ternura de la noche anterior. No alcanzo a reaccionar. Mi boca permanece abierta sin posibilidad de cerrarse en un buen rato. Se gira hacia mi amiga

 – ¿Nancy, verdad?

Se acerca a ella y la saluda con un beso en la mejilla. Nancy también se ha quedado congelada. Me mira y no puede evitar la risa. Se lleva una mano a la boca, creo que para evitar gritar.

 – ¿Todo bien? – pregunta él mirándome mientras sonríe. Solo entonces me doy cuenta que he estado sosteniendo el aire y olvidé respirar

– Tengo hambre – dice y por unos instantes se pierde en la cocina. Escucho ruido de platos, agua y otros pero aún no logro moverme de donde me quede.

 – ¡Skylar!

El grito de Nancy me devuelve a la realidad. Su cara es de asombro total. Sin dudarlo entro a la cocina y encuentro a Roberto preparando un sándwich. Lo miro, aún sin poder creer lo que está pasando.. no sé qué decirle.

 – ¿Qué pasa? – se acerca y me habla despacio

 – Estas loco – mi voz es apenas audible

– ¡Completamente!- se ríe y me besa nuevamente- ¿Quieres un café?

Lo miro como si me estuviera preguntando por los extraterrestres en el jardín

– ¡Nancy!.. ¿Quieres un café? – le pregunta fuerte desde la cocina. Retrocedo un  paso y miro a Nancy. Ella solo ríe

– No.. Gracias.. creo que me voy – contesta aún riendo e intentando ponerse de pie

 – ¡Oh No! – Roberto se acerca a ella de prisa – por favor no te vayas por que llegue yo. ¿Te hago sentir incómoda?

Nancy duda, por primera vez la veo totalmente sin palabras que decir. Me mira pidiendo ayuda

 – Nn…nnooo

– Entonces quédate un rato, Se que eres la mejor amiga de Skylar y quiero conocerte

Nancy accede desconcertada aún. Roberto pone tres cafés sobre la mesa y se sienta con su sándwich al lado de Nancy. De a poco recupero el sentido y mis movimientos. Me siento a su lado

– Qué estás haciendo?- le pregunto serio. Se gira hacia mí, está tranquilo. Me asusta. Su mano envuelve la mía.

 – Por alguna parte tengo que empezar, ¿no?

 Nancy y Roberto congeniaron de maravillas. Estuvieron conversando mucho rato mientras yo miraba esta escena irreal sin saber bien que estaba pasando, ni que pensar… hablaron de mi, de ellos.. Roberto le habló con total franqueza de sus sentimientos… Nancy le respondió con la sinceridad que la caracteriza… bueno, yo quería un testigo, ¿no?, quería alguien que supiera de nosotros.. pero .. no sé.. hay algo que no termina de convencerme, no sé bien cómo sentirme, este cambio tan repentino me asusta mucho… ¡mierda! ¿Por qué no puede ser todo más fácil? ¿Estoy viendo fantasmas donde no los hay?

Nancy fue la primera en irse. Creo que en realidad no tenía ganas de irse pero nos quiso dejar a solas. Se despidió con un beso en la mejilla de Roberto y quiso hacer lo mismo conmigo

 – Te dije que no – la beso en la boca como siempre. Nancy mira asustada a Roberto pero él levanta su mano y le hace un gesto indicando que entiende. Nos quedamos solos.

 – ¿Te molesta?

 – ¿Qué la beses?… supongo que no

 – ¿Supongo que no?… ¿Qué respuesta es esa?

Bruscamente me toma de la cintura, posesivo, y me aprieta contra su cuerpo.

 – Mierda Skylar… no quiero que nadie más te bese nunca … solo yo- para reafirmarlo sus labios me toman posesivos en un beso intenso, chupa mi labio inferior hasta que le pido que se detenga.

 – Eres malditamente celoso-

 – No sabía que lo era hasta que te conocí

Bueno, supongo que eso puedo cambiarlo. Tengo que dejar de besar a Nancy pero sé que mi amiga lo va a entender.

 – Tengo que irme. Quiero hablar con mi hermana- Hay gravedad en su voz

 – Okay –

Tengo miedo… temor de esa conversación, por él, por mi… lo beso y mi mano extendida sobre su pecho lo empuja despacio hasta la pared… mis manos bajan hasta el borde de sus jeans…, suelto el broche, bajo el cierre… Roberto sonríe con deliciosa arrogancia… sabe lo que quiero hacer, me arrodillo frente a él y mis manos buscan encontrando exactamente lo que quiero. Paso mi lengua repetidas veces por la punta de su pene… a lo largo de el… lo siento creer en mis manos, llenarse de sangre, volverse caliente, duro por mi. Lo tomo en mi boca y lo chupo ansioso, me gusta, me gusta a rabiar. Succiono fuerte, lo absorbo entero, lo siento llegar hasta mi garganta… mis manos masajean suavemente sus testículos… Roberto no se mueve, pegado a la pared, solo su respiración me indica que le gusta. Sus manos sujetan mi cabeza indicándome la intensidad que necesita. Pronuncia mi nombre repetidas veces seguido del la palabra “amor”… me excita terriblemente tenerlo así.. a merced de mi boca, provocarle placer…

 – Skylar…amor… amor…

Sigo su ritmo, con mayor o menor intensidad, hasta que lo siento arquearse hacia mi y el liquido caliente inunda mi boca… me lo trago todo, aun está en mi boca y mi lengua aún lo lame con cuidado…

 – Eso fue… –  su respiración aún agitada

 – Delicioso –  termino su frase levantándome y poniéndome a su lado. En el beso se mezclan todos nuestros sabores, me siento intoxicado de amor y gusto…

– Llámame y cuéntame después

Sé que también está nervioso por la conversación pendiente.

Roberto se va. Aún es temprano. Debería estudiar pero no puedo concentrarme en nada que no sea pensar en él conversando con su hermana. Tampoco voy a quedarme dando vueltas, aquí encerrado. Enciendo un pitillo, lo aspiro profundamente, me relaja. Tomo una chaqueta y me subo a la moto. Necesito aire, espacio, velocidad…

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