Miguel Capítulo 11

Daniel

Lidia…por favor… pídeme lo que quieras a cambio

Mi hermana mayor me mira molesta. He estado desde hace media hora suplicándole que me ayude para poder faltar al colegio sin que mi mamá se entere

– Sólo si me dices que has estado haciendo de una buena vez… no se en que andas chiquito!!. Si no me dices no puedo ayudarte más

Me decido. Si Lidia no me ayuda estoy frito.

– Estoy… viendo a una persona

Siento como me pongo colorado. Veo como a Lidia se le ablanda la mirada y se emociona

– Dani!!…mi chiquito ¿te gusta alguien?

 

– Mucho… muchísimo… me tiene loco hermana… tengo que verlo

Entonces Lidia salta de la silla

– Noooo, tu también??!!! Dani… es un chico?? Dime que no… no puede ser, primero Gonzalo y ahora tu?!! Maldita familia!!!

Me quedo sentado esperando a que se tranquilice… se me escapo de los labios, no tenía intención de decírselo

– Lo siento Lidia… si es un chico

– ¿Soy la única normal en esta familia?… ahora resulta que a todos nos gustan los hombres!!!

Lidia, a sus 26 años, es muy atractiva… no sé si mi hermana es bonita pero es atractiva. Se viste muy bien, es delgada y tiene una muy buena figura. Tiene dinero, un regio auto y los novios le duran no más de una semana… gracias a Dios es tremendamente liberal.

– Lidita… por favor, como regalo de cumpleaños??? 

 

– ¿Por qué es tan importante este chico?

¿Por qué es importante miguel?… porque en este momento significa todo para mi … no hay nada más importante que estar con él ahora.

 

– Es… es mi primer amor … tengo que verlo ahora, después ya no podré verlo más

Se me quiebra la voz al decirlo…  Lidia se compadece de mi. Se queda quieta un instante y luego vuelve a su asiento frente a mi

– ¿Se  va?

¿cómo le explico?.. asiento con la cabeza

– Solo tengo 3 días más para verlo… ayúdame por favor

 

– Dani…- me abraza fuerte – mi chiquito esta enamorado

 

 ¿enamorado?, ¿estoy enamorado de Miguel?….no, no lo estoy, verdad?.

Lidia accedió a ayudarme en todo, como siempre. Mi hermana y yo somos cómplices desde niños, siempre está dispuesta a cubrirme las espaldas y yo a ella cuando, desde chica, hacía de las suyas. Nuestra diferencia de edad nos mantiene distanciados, cada uno en lo suyo, pero cuando la necesito o ella a mi, sabemos que contamos el uno con el otro, especialmente cuando se trata de hacer algo que pueda molestar a Gonzalo. Sé algunos secretos que ella me ha confiado que no los repetiría jamás y viceversa… Ahora, Lidia es la única  persona en mi familia que sabe de mi tendencia sexual y de la existencia de Miguel. Me siento un poco más aliviado de habérselo podido contar… el secreto me pesa menos.

Me vuelvo a mi dormitorio, ya es de noche… a esta hora normalmente estaría durmiendo si fuera a ir a clases mañana pero no he asistido al colegio desde hace dos días.

No prendo la luz, me quedo en la oscuridad, tendido sobre la cama, escuchando canciones tristes… ¿estoy enamorándome de Miguel?… no debo… no puedo, él tiene a otra persona… ¿Quién es?… ¿cómo es?, ¿por que tiene que irse con él?? … no se en que momento me embarga la tristeza y me pongo a llorar… Miguel con otra persona, no puedo ni quiero imaginarlo… ¿qué puedo hacer para que se quede conmigo? … no quiero perderlo… en mi interior siento que Miguel quiere quedarse conmigo.

Al día siguiente me levanto temprano y salgo con Lidia de la casa. Me deja cerca del gimnasio.

– Dani, chiquito… ten cuidado y recuerda llegar temprano, es tu cumpleaños

No me importa mi cumpleaños, sólo sé que por llegar a casa temprano voy a perder valiosas horas de estar con él.  Miguel debería estar esperándome en el departamento. Camino de prisa, estoy ansioso por verlo. Me abre la puerta y su cara se alegra al verme… me abalanzo sobre él antes de dejarlo saludarme… lo beso mil veces y lo abrazo tan fuerte como puedo

– Te eché de menos – le digo en su oído, solo para él

– Daniel…- suspira pegado a mi – cuando me abrazas así…-

– ¿Qué.. qué pasa cuando te abrazo así?

 

– Quiero quedarme pegado a ti para siempre… no sabes cuánto me gusta que me abraces como lo haces-

 

– Quédate Miguel… quédate pegado a mi para siempre

Miguel se separa de mi

– No puedo… no quiero hablar de eso

Dejo el tema… no quiero perder tiempo enojándonos y peleando.

La mañana se nos termina demasiado rápido y aún seguimos buscándonos y acariciándonos como si no hubiéramos estado haciéndonos el amor por horas. Cuando estamos a punto de salir a comer suena un teléfono… no es el mío… miro a Miguel desconcertado… debe ser nuevo. Miguel reacciona rápido y lo saca de su mochila, sin mirarme se encierra en uno de los dormitorios. Lo escucho conversar con alguien… sé que es él pero la forma de hablarle no es ni cariñosa ni siquiera amable, es ruda, fría y cortante… en verdad necesito entender que pasa aquí… si Miguel no lo quiere, ¿por qué mierda está con él?. Unos minutos después sale del dormitorio. No me mira

– Vamos

Pero al pasar a mi lado tomo su mano y lo detengo

–  Era él ¿verdad?

Miguel se detiene pero sigue sin mirarme

– Si… ¿podemos irnos?-

– NO Miguel

Tiro fuerte de él y lo envuelvo en uno de esos abrazos que tanto le gustan… lo mantengo fuertemente apretado hasta que lo siento soltarse… relajarse y finalmente abrazarme de vuelta

– No me pidas que te cuente Daniel… por favor-

 

– Es tan injusto Miguel… me doy cuenta que no lo quieres pero te vas a ir con él… no quiero perderte… dime qué puedo hacer para que te quedes conmigo… lo que sea… lo haré

Se separa un poco y me mira con los ojos brillosos, creo notar pena y pesar en su mirada

– Daniel… perdón… perdóname por arrastrarte a esta aventura sin haber pensado en lo que podía pasarnos… yo nunca pensé que nos íbamos a … 

 

– A que?…-

 

– No pensé que iba a sentirme así…. ni tu… perdón… perdóname- su boca me llena de besos

Permanecemos abrazados… no me convenzo… siento que quiere estar conmigo.

Almorzamos algo rápido en un restauran cualquiera… luego nos fuimos al cine. Nos sentamos en uno de los últimos asientos de atrás aunque la sala estaba casi vacía.. sólo vimos la mitad de la película, el resto nos besamos y acariciamos, hablamos de lo que nos gusta y disgusta.  Al terminar salimos disparados hacia el departamento… al cerrar la puerta nos buscamos, nos besamos enredando nuestras lenguas y compartiéndonos.. quiero tocar su piel de inmediato… le quito la ropa lo más rápido que puedo y él me ayuda a quitar la mía.. ambos sentimos la urgencia… casi corriendo llegamos al dormitorio, ambos completamente desnudos. Miguel se arroja sobre la cama y yo sobre él

– Hazme el amor Daniel- ya no es solo sexo…

– Con gusto

 

Miguel se gira despacio bajo mi cuerpo hasta quedar con su espalda hacia mi y se estira como un gato perezoso …… siento sus nalgas tocarme.. ¡cielos! Solo lo habíamos hecho en una sola posición y esto me excita aún más de lo que ya estoy. Busco rápido un protector y el resto… separo sus nalgas redondas y firmes mientras beso y muerdo su espalda… Miguel gime muy despacio… esta vez me acerco a su ano con mayor seguridad.. lo hemos hecho tantas veces que no creo causarle daño… me hundo en él de una sola vez.. Miguel gime sorprendido pero antes de darle tiempo a recuperarse vuelvo a empujar en él una y otra vez… el resto del mundo ya no existe… solo existen las olas de placer que comienzan en la punta de mi pene y se extienden por mi cuerpo dejándome temblando y queriendo mas y más

– Da.. niel…- Miguel se mueve bajo mi cuerpo, me gusta como suena mi nombre pronunciado entre jadeos… tomo su glande y lo froto al mismo ritmo de mis embestidas en su cuerpo. Miguel acaba en un mar de jadeos y gemidos. Yo me siento explotar dentro de él en la más maravillosa de las sensaciones. Caigo muerto a su lado una vez más. Me encuentro con su preciosa mirada ..sostengo mis ojos en los suyos mientras mi respiración se normaliza.. los minutos pasan y nuestros ojos siguen anclados comunicándose… es una sensación muy intensa, Acaricio su pelo y se lo quito del rostro… quiero decirle que no me deje… que ahora no se como voy a seguir sin él… que lo tengo en mi corazón… bajo mi piel… pero al pensar todas esas cosas solo logro que se humedezcan mis ojos…

– Miguel…

Me tiembla la voz… me besa… me está callando con un beso dulce.. siento su lengua entera en mi boca.. se apodera de mi labio inferior y lo chupa y tironea hasta volverme loco

– Abrázame

No puedo negarle nada… lo que quiera se lo doy. Lo abrazo con todo mi cuerpo, envolviendo mis piernas alrededor de las suyas y mis brazos por su pecho. Miguel se abandona apoyado en mi … cansados…. Satisfechos… nuestros ojos se cierran por unos instantes.

– Dime por qué tienes que irte con él…

Miguel trata de callarme pero no lo dejo

– por favor… necesito saberlo… me estoy volviendo loco de pensarlo… – le estoy rogando

– No lo entenderías…

 

– Déjame intentarlo

Miguel se calla mucho rato, parece estar pensando que decirme

– No me mientas…

 

 – Daniel… me comprometí a estar con él… tengo que hacerlo

 

– Pero tú no lo quieres!!! – sé que no lo quiere… lo sé… estoy seguro que no lo quiere…

 

– No soy una víctima Daniel… no me imagines así… fui libre de tomar la decisión y decidí estar con él… ahora no puedo arrepentirme

 

-¿por qué??!!!

 

– Solo no puedo… no hay nada que pueda hacer

 

– Déjame verte de vez en cuando… no tiene que saberlo

 

– Daniel…-Miguel me abraza y me besa muchas veces – no entiendes… es peligroso… de verdad peligroso

 

¡Maldición!… no puede ser así nada más… no voy a dejar que sea así… no me importa si es peligroso.  Miguel reposa su cabeza sobre mi… De pronto recuerdo la voz de Lidia diciéndome que llegue temprano a casa. Me sobresalto, ya son cerca de las 6.

– Tengo que irme

 

Miguel solo me mira confundido

– Estoy de cumpleaños y hay una cena familiar en mi casa

 

– ¿Hoy es tu cumpleaños?… ¿por qué no me dijiste?-

 

– No es tan importante

 

– ¡Por supuesto que si! – me sujeta y me da un beso largo y dulce – Feliz Cumpleañosahora tenemos la misma edad – ¡Cielos!… no es cierto

– Miguel… cumplo 17, lo siento… yo no quería que pensaras que era un niño

Me mira primero asombrado y luego le da un ataque de risa

– ¿Me entregué a un mocos de 16 años?!!! 

 

– Casi 17… ahora ya los tengo. Discúlpame es que… si te decía la verdad a lo mejor no ibas a querer…- se relaja

 

– Cállate… y bésame– lo beso.. de pronto recuerdo…-préstame tu teléfono- .

Miguel me lo pasa, Grabo mi número y guardo el suyo en mi teléfono.

– ¿Qué hiciste?

 

– Guarde nuestros números – Miguel se asusta

-Daniel… no puedes llamarme

 

– ¿Por qué te lo dio él?…eso es estúpido!! ¿qué clase de sicópata es?

 

– Prométeme que no me vas a llamar nunca

Miguel está en verdad urgido intentando arrebatarme mi teléfono

– Por favor Daniel… promételo

 

– Está bien- le respondo pero no tengo ninguna intención de cumplirlo – ¿Mañana? – pregunto temblando… no quiero ni pensar en que me pueda decir que no… que mañana no.

– Temprano… en el gimnasio

 

Vuelvo a respirar tranquilo. Le doy un último beso rápido y comienzo a vestirme a la carrera y salgo corriendo en busca de un taxi.

MIGUEL

En cuanto Daniel se fue me duché y el teléfono comenzó a sonar

– Hola

 

– ¿Por qué no fuiste a clases de nuevo? – su voz es firme y autoritaria

– Tengo algunas cosas que terminar… cosas privadas- silencio al otro lado de la línea

– ¿Dónde estás ahora? –

 

– Saliendo de gimnasio… me voy a mi casa

 

– Espérame ahí mismo

Y sin más corta la comunicación.  Imbécil!!  Me visto como un rayo, tomo mi mochila y corro como el viento hasta el gimnasio. Gonzalo no ha llegado aún.  Con el corazón aún a mil por hora entro al gimnasio y me voy derecho a buscar a Emilio. Solo alcanzo a conversar con él unos minutos cuando veo el vehiculo negro de Gonzalo esperándome afuera.

– Hola – subo a su lado

– ¿Qué hiciste hoy? – el vehiculo comienza a moverse. Gonzalo se acomoda para interrogarme. Esta de buen humor. Tengo que decirle algo…

– No se.. cosas… Despedirme de las cosas que hago siempre… nada especial-  Gonzalo me mira detenidamente y luego pasa su brazo por mi espalda y me atrae hacia él

– No tienes que despedirte de nada… no voy a mantenerte prisionero Miguel- mi cabeza queda atrapada entre su brazo y su pecho… por un segundo, solo por una milésima de segundo me siento tentado a dejar mi cabeza reposar en su pecho… Gonzalo puede ser tan protector y yo me siento tan confundido y asustado, pero luego recuerdo que él es la causa de mi miedo y mi confusión.

– Quiero que me acompañes a un lugar mañana

 

-¿ Mañana??!!.. pero tu dijiste…

Daniel… no puedo dejarlo botado.. no quiero dejarlo. Me separo de él

– Tranquilo… solo quiero tu compañía – sonríe con arrogancia

– Es que…

 

Quiero negarme pero miro su cara y me doy cuenta que no es una buena idea

– Te paso a buscar temprano… te va a gustar

 

– Esta bien

¡Dios!.. Daniel… no puede ser..

 

– ¿Ya hablaste con tu mamá?

Tranquilo como si fuera mi dueño… me toma de la cintura y me atrae más hacia su cuerpo, hunde su rostro en mi cuello… es una sensación extraña… aún tengo los besos de Daniel en mi piel

– Si…. ya le… dije… y…¡¡ PARA POR FAVOR!!!

Gonzalo está marcando mi cuello con su boca, su lengua… pequeñas marcas dolorosas y placenteras que me están haciendo sentir cosas que no quiero sentir… pareciera que no hubiera hablado porque no me hace caso y sigue haciéndolo. Me molesto y lo empujo fuerte hasta separarlo. Gonzalo sonríe divertido… su juego es molestarme, excitarme y lo logra fácilmente.

– Hoy sólo es viernes- le recuerdo.

Lo único que logro es hacerlo sonreír con más ganas. Su dedo recorre mi hombro y mi brazo

– Y en dos días más es lunes Miguel…-  trago saliva… respiro profundo… en dos días más es lunes- y el lunes no quiero escuchar ninguna protesta…

Mierda, mierda… no lo miro, no soportaría ver su cara ahora.

Gonzalo busca algo en el bolsillo de su camisa y me entrega un sobre pequeño. Lo abro. Es una tarjeta de crédito, tiene mi nombre escrito.

– ¿Sabes usarla?

 

– si…

 

-¿Cuándo quieres cambiar de colegio a tu hermana?

 

– yo… no…

 

– ¿Qué pasa?

 

– No lo he hablado aún… todo va demasiado rápido

 

– No… no todo – alza las cejas en señal de molestia… ¡claro! La semana de espera…– está bien, tranquilo. Solo dime después donde y cuando quieres ver lo del colegio de tu hermana 

Me siento sobrepasado.. abrumado por todo lo que está pasando … ¿en serio está cumpliendo todo así de fácil?… clavo mi vista en Gonzalo y un pensamiento estúpido se viene a mi mente… ¿por qué no puedes ser como Daniel?…  sería tan fácil si fueras como él

– ¿Por qué me miras así?

 

– Por nada…

 

– ¿Necesitas algo más?

Es en serio???!!!  Niego moviendo mi cabeza… estoy un poco atontado con el ofrecimiento, levanto mi mano y le muestro la tarjeta de crédito… preguntando

– Ah si!… no te preocupes, soy generoso cuando quiero…

 

Me quedo con la tarjeta en la mano… pensando que cosa tan terrible podría pasarme si se la devolviera… si le devolviera todo y le dijera que estoy arrepentido y no quiero el trato… que puede quedarse con todas sus malditas cosas…  Gonzalo me mira interrogando… si no supiera que es imposible juraría que me está leyendo la mente… tal vez lo estoy reflejando en mi cara… aun sostengo la tarjeta donde mismo la recibí… quiero arrojársela a la cara y que desaparezca para siempre de mi vida

– Ni siquiera lo pienses

Ya no está sonriendo. Es un pequeño duelo… sus ojos fijos en los míos… el vehículo sigue avanzando… Gonzalo en verdad me asusta. Derrotado, guardo la tarjeta y me quedo tranquilo…  No se rompe un trato de este tipo… simplemente no se hace sin arriesgar la vida propia y la familia.

 Bastante más tarde, ya en mi casa, llamo a Daniel. Es casi medianoche por lo que supongo que su celebración habrá terminado. Me contesta casi de inmediato

– Hola–

 

– Daniel…- su voz suena alegre – ¿Cómo estuvo tu celebración

 

– Habría estado perfecto si hubieras estado tú

Sonrío con tristeza… siento mucha pena de arruinar nuestros planes para mañana

– Daniel… no puedo ir mañana…- se queda mudo… – Daniel?-

 

– ¿Es por él?… me dijiste que eras mío por…– está comenzando a alterarse

– No puedo evitarlo… perdóname… yo también quería estar contigo, prefiero estar contigo.. pero no puedo-

 

-Dios!! Miguel que mierda de explicación!!!…

Lo escucho respirar muchas veces… no sé pero creo que esta llorando…

– Daniel…

 

– Me vas a deber un día Miguel- su voz suena a amenaza, a rabia contenida

 

– NO.. NO pued..

 

– Me dijiste que eras mío por 5 días y me estas robando uno, no es justo

– No se si pueda … después…

 

– Vas a tener que poder… ¿Te veo el domingo? –  no sé qué responderle… no sé que quiere Gonzalo conmigo mañana

– Te llamo mañana

 

– Miguel… yo te…

Lo escucho dudar.. sé lo que quiere decirme

– Yo también Daniel… 

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