Miguel
Faltan unos cuantos minutos para las 9 de la mañana cuando doy vuelta la esquina antes del gimnasio… no he pensado en nada más que en Daniel desde que desperté… desde anoche. Sé que debería estar en el instituto en clases pero esto es mucho más importante para mi vida ahora… y no tengo mucho tiempo más. A unos cuantos metros antes de llegar al gimnasio lo veo. Está de pie en la vereda frente a la entrada del gimnasio… con su uniforme de colegio y la mochila en la espalda… camina nervioso de un lado otro…¡que lindo es!. Camino rápido hacia él. Me ve y deja de caminar automáticamente. Se queda mirándome… esperando. Siento como los latidos de mi corazón se aceleran frente a su presencia. Nos quedamos frente a frente… nerviosos… riéndonos como niños chicos sin saber que decir. De pronto ambos hablamos atropelladamente, al mismo tiempo.
– Te estaba esper…
– Pensé que…
Volvemos a reír. De pronto ya nos quedamos mirando serios… ambos sabemos
– Vamos – le digo y empezamos a caminar.
Durante el trayecto no hablamos ni una palabra… solo nos miramos de vez en cuando y hay una sonrisa cómplice entre ambos. En el bolsillo de la chaqueta mi mano juega nerviosamente con la llave del departamento. Daniel se detiene en una cafetería rápida y compra dos capuchinos grandes. Me entrega uno y seguimos caminando. Finalmente el edificio esta frente a nosotros. Entro con pasos decididos y me detengo frente a la segunda puerta
– ¿Quién vive aquí? – pregunta Daniel
– Yo
– Me dijiste que vivías lejos del gimnasio – recuerda
– Si, pero ahora vivo aquí
Abro la puerta y entramos. Me vuelve a sorprender el tamaño del departamento. No recuerdo bien donde esta cada cosa aquí. Sólo estuve una vez y no presté mucha atención ese día. Camino hasta el sofá y me siento mientras tomo sorbitos del café. Daniel deja su mochila en el suelo, al lado de la mía, y mira a su alrededor
– ¿Con quién vives aquí?
– Por ahora solo…
Se acerca y se sienta a mi lado con su café en la mano
-¿Solo?… ¿Y tu mamá y tu hermana?
– Es complicado… otro día te explico
Se encoge de hombros… nos miramos en silencio… sus ojos verdes parecen no tener fin… son profundos, transparentes y hermosos… Los segundos pasan… sigo perdido en sus ojos queriendo tocarlo. Daniel quita la tapa del café y lleva el vaso hasta sus labios… queda en ellos el rastro de crema sobre su labio superior… sonríe y hace el intento de limpiarlo con su mano pero la detengo en el aire… me acerco mucho a él y con mi lengua lamo lentamente los restos de crema… sabor a Daniel y a capuchino… sus labios tiemblan bajo mi roce… abre su boca e intenta besarme pero me muevo hacia atrás. Destapo mi café mientras le sonrío y hago exactamente lo mismo… Daniel se acerca, sus dos manos sujetan mi cara mientras delicadamente quita la crema de mi labio superior … es una sensación deliciosa..siento el calor de su boca mientras su lengua húmeda me deja un rastro de excitación… me mira serio.. ya no sonríe.. puedo ver el deseo intenso en sus ojos verdes… su mano busca uno de los cafés y hunde tres de sus dedos en la crema… despacio deja un poco de la crema sobre mi boca y luego sigue dejando un pequeño rastro sobre mi cuello hasta llegar al borde de mi camisa. Le facilito el trabajo y rápidamente desabrocho los botones y me la quito. Daniel me recorre con la vista y luego comienza a lamer la crema sobre mi boca con movimientos lentos y marcados… la excitación y la tensión en mi cuerpo y en el suyo… su lengua sigue el rastro sobre mi cuello… ladeo mi cabeza… quiero darle espacio para que siga…¡Maldición! Se siente tan bien… un gemido escapa de mi garganta…
– Me gusta el capuchino en ti
Me dice sonriendo mientras se quita la camisa. El cuerpo de Daniel es en verdad lindo. Recorro sus pectorales con mi mano… Daniel sonríe… le gusta que lo toque.
– ¿Te gusta?
Mis dedos siguen dibujando líneas en su piel
– Mucho… ¿Qué te gusta a ti?
Me encojo de hombros…
– Me gusta todo lo que me haces Daniel
– ¿Cuántos novios has tenido Miguel ? – sus manos me acarician la piel desnuda
– Ninguno
No quiero mentirle. Daniel me mira interrogándome
– Pero… eres tan lindo, ¿cómo es posible que no hayas tenido a nadie? –
– Eres el primero al que beso
No puedo contar a Gonzalo… yo no lo he besado… no.. es solo que… no sé porqué respondo a lo que me hace… no es lo mismo.
– ¿a cuántos chicos has besado tu?
Daniel sonríe satisfecho. Me besa despacio… primero dulce y suave pero de a poco cambia para convertirse en un beso exigente y apasionado
– Sólo a ti
Reímos juntos al darnos cuenta que ninguno de los dos tiene experiencia… luego se me acaba la risa, nuestros ojos se encuentran… yo sé lo que quiero con él y él sabe lo que quiere conmigo. Me levanto y lo tomo de la mano. Daniel me sigue, toma su mochila a la pasada y la trae consigo. En el dormitorio mas grande hay una cama matrimonial… sólo tiene el colchón, ni sabanas ni cubrecama, pero nos basta con eso. Nos sentamos en el borde de la cama. Ambos estamos un poco nerviosos
– ¿A qué hora tienes que volver? – le pregunto, se encoge de hombros
– Tarde.. a las 6, ¿y tú? – sus manos nuevamente están sobre mi
– Tengo todo el día para ti
Le sonrío abiertamente… me encanta Daniel. Me alegra saber que tenemos aún muchas horas por delante. Mis manos tampoco se quedan quietas.
Nos volvemos a besar…
– Ven
Daniel sube a la cama y se queda ahí sentado, apoyado en la pared. Separa sus piernas y me indica que me siente al medio…. Me quedo de espaldas a él… lentamente se acerca, me abraza… su torso desnudo sobre mi espalda… vuelve a besar mi cuello y sus manos juegan despacio haciendo trazados imaginarios en mis costillas.
– ¿Que quieres Miguel?
– A ti… todo
No veo sus ojos pero siento los latidos rápidos de su corazón en mi espalda.
DANIEL
El deseo me está volviendo loco… siento cosas que no había sentido nunca antes, pero tengo claro que la primera vez nunca es muy agradable… tranquilo Daniel, me repito muchas veces. Miguel me eligió y quiero que sea especial… me gusta tanto, me gusta sentir que este Miguel, que no habla con nadie, que es arisco y difícil por naturaleza, se abandona tranquilo en mis brazos, se entrega sin restricciones… puedo tocarlo, acariciarlo… ¡Cielos! Puedo hacer con él todo lo que he estado pensando la última semana.. mis más locos sueños y deseos
– Miguel … ¿sabes algo de la primera vez?
Lle pregunto mientras mi manos corren libres por su cuerpo desnudo, su espalda pegada en mi pecho
– Creo que si…
– No es muy…… es complicado
Miguel calla un instante luego se gira y me mira a los ojos
– Por eso te elegí a ti Daniel
¡Cielos! Es una gran responsabilidad… soy un chico aún pero quiero que todo sea perfecto con él, para él
– Ven
Me arrodillo en la cama. Miguel hace los mismo… nos besamos, nuestros cuerpos tocándose, ambos estamos excitados
– Quiero que sea perfecto para ti
Miguel me mira y sonríe, pasa su mano por mi rostro
– ¿Estas asustado?
– No… si, un poco… ¿y tú?-
– No… no me asusta el dolor Daniel
Suspiro algo aliviado, Miguel me vuelve a besar y me empuja sobre la cama. Me quedo tendido mientras él comienza a besarme por todas partes… siento sus besos bajar por mi cuello… sus manos en mi vientre… cerca, tan cerca
– Tócame Miguel
– No seas impaciente…
Pero se demora a propósito. Por un segundo veo la imagen de Gonzalo y sus amantes… cuantas veces lo he visto hacer esto mismo…ahora soy yo… y Miguel., mi precioso Miguel. Finalmente su boca llega a destino… Estoy tan excitado que creo que voy a acabar antes me toque… no puedo.. trato de distraerme.. pensar en otra cosa pero Miguel lame la punta de mi erección primero… siento su lengua húmeda y caliente… la punta de su lengua juega con el agujero de la uretra… suave, se siente demasiado bien, sus manos envuelven y juegan con la base de mi pene mientras sus labios y su lengua chupan y succionan la parte superior.. no puedo moverme… solo puedo respirar y sentir, mis manos sujetan a Miguel por el pelo… una de sus manos masajea mis testículos…es delicioso… siento que voy a acabar.. no puedo mas
– Miguel… para…
Le advierto al tiempo que abro mis ojos, Miguel me mira sin moverse y sonríe travieso… continua y ya es muy tarde para detenerme, empujo mis caderas hacia adelante… quiero más. Miguel no se detiene y finalmente siento el liquido caliente salir de mi causándome un estremecimiento de placer, mojando mi piel y la suya.
Miguel sonríe satisfecho… orgulloso y travieso.
– ¿Por qué hiciste eso? – pregunto mientras trato de regular mi respiración
– Tenemos tiempo… no quiero que este apurado por entrar en mi
Su sonrisa de triunfo es lo más lindo que he visto en mi vida. Me quedo embobado mirándolo, estoy cayendo rendido ante él. Miguel desaparece un momento y vuelve con su mochila. De ella saca pañuelos desechables con lo que me limpia con cuidado. Sobre la mesita de noche deja unos cuantos protectores y un pote de lubricante. Se queda tendido a mi lado. Aún esta excitado mientras yo estoy reviviendo lentamente. Me levanto hasta quedar sentado y observo atento su cuerpo. Miguel no es del tipo musculoso… sino pura fibra, su piel es dorada, suave, no tiene vellos… las líneas de su cuerpo… la suave curva de su hombro… la forma de sus caderas… el espacio en que su vientre se hunde para formar el ombligo… es precioso
– Eres hermoso Miguel… – se sonroja levemente.
– Yo no soy … hermoso
Lo dice absolutamente convencido. Siempre he tenido claro que Miguel no tiene idea del efecto que causa sobre la gente ni el alcance de su hermosura.
– Si lo eres… no lo sabes pero eres precioso
Mis manos vagan por sus piernas, levanto sus rodillas y las separo. Me ubico entre ellas. Miguel cierra los ojos y una suave sonrisa de anticipación aparece en su rostro. Mis manos toman su sexo que pide atención hace rato… despacio bajo hasta lamer despacio la punta y luego todo.
– ¿Estas listo Miguel?- abre los ojos
– Si…
Alcanzo lo que ha dejado en la mesa… despacio, anticipando , abro el pomo lentamente y esparzo el lubricante en mis dedos.. Miguel sigue uno a uno todos mis movimientos
– ¿Sabes que estoy haciendo?
– Si
Separo aún más sus piernas… tengo frente a mi su entrada… estoy volviendo a revivir rápidamente… uno de mis dedos toca el ano de Miguel que se contrae como un acto reflejo, se ríe… está nervioso, lo sé.
– Relájate… no te va a doler
– No me importa el dolor… me hiciste cosquillas
Con un poco más de fuerza lo intento nuevamente … esta vez mi dedo se hunde suavemente… Miguel cierra los ojos y su forma de respirar cambia… el interior de Miguel es suave y caliente… me quedo tranquilo un instante y cuando siento que Miguel se relaja muevo mi dedo en círculos… estoy recordando claramente las lecciones aprendidas a través de la pequeña grieta en mi dormitorio.
– ¿Estás bien?
Miguel no ha abierto los ojos y tiene pintada una erótica sonrisa en su rostro.
– Me gusta
Dice la tiempo que mueve sus caderas acercando su trasero hacia mi mano. Presiono para hacer entrar un segundo dedo que desaparece despacio en su interior. Miro su rostro para saber si le estoy causando dolor… ya no sonríe pero muerde despacio su labio inferior.. ¡Cielos! Quiero besarlo… la excitación esta creciendo en mi rápidamente.
– Miguel.. deja de morderte los labios
– ¿Por qué?-
– Porque…me estas excitando
No debí decírselo… ahora no solo continúa haciéndolo sino que además ha comenzado a gemir despacio… los músculos de su recto se contraen y relajan alrededor de mis dedos…
– ¿Y qué crees que me estás haciendo tú a mi?
Abro y separo mis dedos, quiero dilatar a Miguel.. tanto, que no sienta dolor alguno cuando entre en él… no veo señal alguna de dolor en su cuerpo que serpentea despacio hacia mis dedos, como si fueran su centro de gravedad… sus gemidos me provocan escalofríos…
– ¿Qué sientes?- no reconozco mi voz…
– Me… me gusta – la voz de Miguel es un solo jadeo
Lo intento con un tercer dedo… esta vez siento a Miguel cerrarse… deja de moverse y sus gemidos cambian de intensidad… luego de unos instantes me muevo muy despacio dentro de él… está absolutamente concentrado en lo que siente… en respirar y en relajarse. Con mi mano libre acaricio la piel cerca de su cadera y me pierdo contemplando la expresión de su rostro
– Miguel?…
– Estoy … bien
– Puedo detenerme si quieres..
– NO!… no pares
Muevo mis dedos un poco mas hasta que lo siento más tranquilo… relajado, abierto. Me tranquilizo yo también… es impresionante tener a Miguel así… nunca antes sentí el deseo tan fuerte… necesito tocar mas de su cuerpo, mi boca besa toda la piel de Miguel que encuentra en su camino… llego hasta su pene aun erecto, lleno… paso mi lengua por toda su extensión, lo chupo… Miguel es delicioso… Sé, por sus gemidos, que está bien y yo vuelvo a estar completamente excitado. No sé cuánto tiempo más debo esperar… pero ya quiero penetrarlo, unir mi cuerpo con el suyo… lentamente retiro mis dedos… Miguel me mira con sus ojos muy abiertos pero aun tiene una pequeña sonrisa en su rostro
– Te quiero a ti Daniel
No necesito que me lo repita otra vez. Cubro mi erección con un protector y lo baño completamente. En solo unos segundos estoy entrando en él, mis manos lo sujetan separando sus piernas. Avanzo lentamente, deteniéndome cada vez que algo cambia en el rostro o en la respiración de Miguel… apenas puedo aguantarme las ganas pero lo hago.
– Daniel – miguel estira sus brazos hacia mi – ayúdame
Tomo sus manos y lo tiro despacio hacia mi. Ahora no depende de mi… depende de él seguir bajando hacia mi. Nuestros torsos están pegados y mis brazos sostienen a Miguel en un apretado abrazo. Por unos instantes nuestros ojos se encuentran… es una caricia intensa… dolorosamente intensa… sus ojos en los míos.. Miguel termina de bajar sin emitir un sonido más. Estoy completamente dentro de él y me siento maravillosamente bien.
– Sigue – me dice en mi oído
– ¿Seguro?
Por toda respuesta pasa su lengua por el borde de mi oreja y se detiene a morderla… No quiero dañarlo… me quedo quieto y busco sus ojos… dolor, determinación y porfía… todo junto y mezclado. Miguel esta completamente decidido. Nos besamos con todo, lengua, dientes… mordiscos y chupones… desesperados por sentirnos aún más si es posible. Me abandono completamente al ver su actitud y sigo hasta que llegamos al final.
Cerca de la una de la tarde aún estamos desnudos sobre la cama… no me canso de mirarlo y desearlo… cada minuto descubro algo nuevo sobre él… una peca, un lunar… donde siente cosquillas… la hermosa curva de su trasero… Fue fantástico, Miguel es fantástico…absoluta y definitivamente lo mejor que me ha pasado en mi vida… ahora entiendo todas las caras y expresiones idiotas de Gonzalo y sus amantes… nos hemos acariciado y besado hasta el cansancio… Luego descansamos y volvemos a comenzar… he estudiado y acariciado cada trocito de la piel de Miguel y el me ha acariciado a mi… Miguel es muy tierno, a su manera especial y diferente… hay un niño dentro de él, casi tan niño como el que vive en mi.
– ¿Tienes hambre?
– Ahá
– Vamos a almorzar…
– Ni sueñes que me vas a hacer caminar…
Es la primera referencia de Miguel al posible dolor. Lo miro detenidamente… quiero saber
– ¿Te dolió, verdad? – me mira de vuelta
– Un poco
– ¿Por qué no me dijiste? – Miguel se acerca, me besa y me abraza… sonríe.. a su manera esta feliz
– Porque habrías parado y no quería que te detuvieras
– ¿Cuál es la prisa Miguel?,¿por que tanto apuro?, tenemos toda la vida…
Entonces su expresión cambia completamente.
– No Daniel… no tengo toda la vida
– ¿Qué quieres decir?-
Se queda pegado a mi, lo abrazo… lo siento vulnerable
– Solo tengo esta semana…
-¿De qué estás hablando?
Miguel se suelta de mi abrazo y me mira de frente, esta muy serio
– Daniel, solo tengo esta semana para estar contigo… no tengo más tiempo
Debe ser una broma… no entiendo, me asusto
– No entiendo… ¿te vas a alguna parte?
Lo veo dudar, decidiendo cuanto contarme
– No puedo volver a verte después de esta semana
-¿Qué??!! No es cierto… no, ¿por qué?
NOoo, no me niego a creerlo.. no puede ser verdad… que estupidez es esta
– Es complicado explicarlo
– Me da lo mismo Miguel… explícate por favor
Veo a Miguel dudar… debatirse… noo, no puede ser verdad, tiene que haber una solución… en este momento es que me doy cuenta lo mucho que ha pasado a significar para mi.
– Prométeme que vas a tratar de entenderme
Me dice muy despacio y algo avergonzado..no me gusta.. no me gusta hacia dónde va esta conversación
– Lo prometo – no estoy seguro.
Miguel me toma ambas manos y las sostiene firmes
– Hay otra persona…
Se me desmorona el mundo… no quiero saber, Miguel tiene otro… pero me quedo en silencio, mirándolo mientras siento que mi corazón se triza… ¡cielos!, duele como si me hubiera golpeado
– ¿Otro hombre?
Miguel asiente con la cabeza, sin levantar sus ojos. ¿Quién es? ¿Por qué esta aquí conmigo entonces?
– ¿Quién es?
– No tiene importancia alguna
– ¡¿Cómo no tiene importancia Miguel?!!! Me estás diciendo que no podemos vernos por su culpa!!!
Miguel se cierra… algo ha pasado en los últimos segundos que de pronto está a mil kilómetros de distancia. Se aleja de mi y se queda sentado en un rincón de la cama de espaldas a mi
– Lo siento Daniel
– ¿Qué es lo que lamentas?… ¿Qué haya sido el primero en follarte?!! –
– No… eso no
– ¿QUE ENTONCES MIGUEL??!!! ¿¿QUE MIERDA LAMENTAS?!!!
No puedo contenerme y le grito… no quiero dejar de ver a Miguel.. me gusta demasiado
– No haberte conocido antes…
¡Dios!.. es en serio… Miguel está hablando en serio. Me está rechazando…
De pronto me siento mal, utilizado… Miguel solo me busco para esto… no se porque, pero no tiene interés en seguir conmigo. Me levanto y recojo mis ropas. Me visto de prisa, agarro mi mochila y salgo del dormitorio y del departamento. Miguel no hace ningún intento por detenerme. Me alejo del edificio caminando rápido, casi corriendo, estoy llorando y no me importa que me vean … de pronto me falta el aire. Me detengo jadeando… Miguel.. siento su ausencia…¿Qué diablos estoy haciendo?… una semana.. dijo una semana… ¿a quien mierda estoy engañando? Si es todo el tiempo que tiene… vuelvo hacia atrás corriendo, rogando que no se haya ido. Golpeo la puerta del departamento con desesperación. Miguel se demora unos minutos… me abre vestido nuevamente y con el rostro bañado de pena… entro de golpe y cierro la puerta
-. ¿Lo amas?… ¿estás enamorado de él?
Niega con la cabeza antes de decirlo
– No… no tengo ningún sentimiento ni de amor ni cariño por él … pero…
– ¿Una semana?
– Solo me quedan 5 días
Tiro de Miguel hacia mi. Lo abrazo tan apretado que duele
– ¿Eres mío por esos 5 días?-
– Si
Ahora si lo beso con desesperación… mis manos tiran fuerte de su ropa… solo tengo 5 días para hacer que no pueda alejarse de mi.
-¿No que tenias hambre?
Se está burlando de mi mientras también tira de mi ropa
– Puedo ordenar comida usando el celular
le contesto mientras lo llevo de urgencia de vuelta a la cama. Minutos después caemos desnudo sobre el colchón… no quiero estar ni un segundo separado de él
-. Házmelo de nuevo – me pide mirándome
– No. Te voy a dañar
– No me importa
– A mi si…
Me deslizo sobre su cuerpo dejándolo cubierto de besos, lamidas y caricias… mañana.. pasado… ya tendremos otra oportunidad. Ahora me concentro en lamer y besar sus suaves testículos y provocarle placer…