Giovanni 7

CAPITULO 32

MARCOS 4

– Manuel… voy a llamar un taxi para que te lleve a tu casa-  caminó hasta su dormitorio en busca del teléfono, cuando se giró Manuel estaba detrás suyo… sus manos sujetaban el teléfono… no lo vio venir pero sintió el calor de la boca del chico en la suya…

Separó sus manos y quiso empujarlo… pero… pero se enredó en lo que estaba comenzando a sentir

– Manuel…

Quiso separarse haciendo uso de toda su fuerza de voluntad…  él volvió a acercar su boca, tenía su mano en la nuca de Marcos y lo acercaba… se veía tan lindo… con su cara de niño y sus ojos cerrados… suspiraba y lo buscaba. Marcos soltó el teléfono de una buena vez. Sintió el aguijonazo caliente del deseo en su sexo… se había estado conteniendo… en verdad le gustaba este niño que había llegado solo a su casa a ofrecerse en bandeja. Cruzó sus brazos de hombre, atrapándolo en un abrazo cerrado y su boca le enseñó al chico lo que era un beso apasionado… no se detuvo ahí… no podía detenerse ahora… siguió besándolo, sus manos se encargaron de levantar la camisa y llegar directamente a la piel de Manuel…

– Lo sabía… – gemía en su boca aturdido de tanta emoción – Sabía que solo estabas pretendiendo

Marcos no lo soltó de sus brazos pero se largó a reír con él…

– Ven conmigo

– ¿Dónde vamos? – gimió asustado. No quería irse a su casa… quería quedarse aquí con él

– Dijiste que había venido a buscar algo, no?… voy a dártelo, pero cuando estás completamente sobrio

Lo siguió sin poder dejar de sonreír… Marcos preparó café y lo hizo beberlo. Luego se sentaron sobre la cama, cada uno en un lado sin tocarse.

– Cuéntame de ti Manuel– pidió Marcos un poco vencido…

– Ahora??!!! Yo pensé que…

– Pensaste mal… no voy a tocarte mientras estés empapado en alcohol… así es que mientras tanto comienza a hablar. Quiero saber a quién voy a meter en mi cama…-

Manuel sonrió, elevado al cielo por las palabras de Marcos… en su cama… con él… le gustaba tanto… desde que lo había visto se le había metido en sus sueños y se apoderaba de sus fantasías húmedas… llevaba semanas soñándolo y deseándolo… quería conocerlo… ahora iba a ser realidad… ¿Por qué diablos había bebido tanto??...

– Pues… ya sabes casi todo de mi… conoces a mis padres… comencé a actuar desde chico… tengo un tutor… nadie me cuida, me mando solo y voy a ser un gran actor-

– Confianza no te falta

– Soy bueno… voy a ser como tú

– Dime lo que no sé

– Nunca me han gustado las mujeres…

– ¿Novios, parejas?

– Solo flirteos… besos y caricias casuales… nada… nada serio

– Mierda!!… ¿Por qué yo?- 

No le gustaba ser el primero… Marcos tenía gran sensibilidad y entendía perfectamente la responsabilidad que implicaba ser el primero en la vida de alguien… solo quería una sesión rápida de sexo con este adolescente que había aparecido de la nada y que lo perseguía desde hace rato mostrándose y pavoneándose cual pavo real frente a él hasta que se le había metido en los ojos… quería tocar su piel y fundirse con él… pero no quería la responsabilidad de hacerse cargo o ser la pareja de Manuel… lo iba a volver a ver todos los días en es set…

– Me gustas mucho…- dijo Manuel

Manuel intentaba moverse hacia él pero Marcos le recordaba que no iba a meterse con un crío borracho así es que ahora debía esperar. Manuel sonreía… esperaría… esperaría todo el tiempo que fuera necesario porque ahora sabía que Marcos también sentía algo por él.

Se durmió esperando a que Marcos volviera a besarlo.

Despertó muy tarde, aun vestido, con un fuerte dolor de cabeza, una sed de locos y sin reconocer el lugar… saltó de prisa al recordar dónde estaba y que había ido a hacer allí. Las cortinas estaban corridas pero por la luminosidad supo que era de día. Marcos no estaba en el dormitorio. Encontró el baño, se lavo la cara, enjuagó sus dientes y se tomo un buen litro de agua… Quería una ducha y ropa limpia pero la educación no le alcanzó para saltarse las normas más básicas de educación.  Salió del dormitorio despacio… desconcertado.

Encontró a Marcos en el estudio de la casa, tan fresco como una lechuga… leía un guión o algo parecido. La puerta estaba abierta y él se quedó ahí de pie, sin saber bien que hacer…

– ¿Cómo te sientes?- preguntó Marcos dejando los papeles de lado

– Bien… no, más o menos… no sé-

– No estás acostumbrado a beber?-

– No… anoche… mierda!… lo siento, yo… no, en realidad no lo siento– entró decidido al recordar las palabras de Marcos- estoy sobrio– dijo desafiante

– Yo también – dijo Marcos poniéndose de pie y acercándose. Lo había pensado bastante y había tomado una decisión – Eres un chico muy lindo… me gustas mucho, no lo voy a negar más – Manuel sonrió y quiso acercarse pero la mano de Marcos lo detuvo – pero no va a pasar nada entre nosotros…  ni hoy ni nunca, Manuel

– Pero tú me dijiste!!!

– Lo sé… quería que te calmaras y ahora que ya estas sobrio y calmado te lo voy a decir claramente: vete a tu casa y no vuelvas a la mía… no quiero nada contigo

Manuel lo miró sintiendo la frustración y la vergüenza viva en sus entrañas… no se dio cuenta de la forma en que las manos de Marcos se aferraban fuertemente a la mesa… no era verdad… él había sentido la emoción en el beso que le había dado… Manuel desesperaba… sabía que Marcos si sentía algo por él… quería remecerlo y obligarlo… entonces, recordó lo que había leído sobre la vida de Marcos…

– ¿Es por el novio ese que tuviste en tu país?

– No menciones a…  – no podía nombrarlo aún… menos delante del chico – no tiene ninguna relación

– NO es cierto!!… te dejó… después de cuatro años te dejó por otro… PERO YO NO SOY ÉL!!- gritó perdiendo el control…

– Vete a tu casa Manuel… lárgate!!- ahora estaba francamente molesto

– NO!!!. me debes algo que me ofreciste y no me voy a ir

estaba casi llorando de la frustración… en cualquier momento sus sentimientos iban a cambiar de amor a odio… podía sentirlo… tenía que jugárselo todo una última vez. Dio la vuelta al escritorio y se paró frente a él. Marcos estaba a la defensiva, atento a cualquier movimiento del chico

– Mírame… no soy ese Giovanni…-

Escuchar el nombre de Giovanni en labios de Manuel despertó su rabia…

– No lo nombres- dijo despacio en forma amenazante

– ¿Por qué cambiaste de idea?…  es porque… soy virgen?

Marcos calló. Era por eso… era porque le recordaba a Giovanni…  porque le faltaban muchos años para ser un hombre… porque era un adolescente y no quería más líos con chicos…  Manuel se acercó despacio… Marcos estaba preparado para un movimiento brusco de su parte, pero esta suavidad con que se acercaba a su cuerpo… el deseo y el desafío en sus ojos…

– Me lo debes…

sus labios tan tersos y suaves… se acercaba tanto sin darse cuenta de a qué se exponía… o tal vez si se daba cuenta y eso era exactamente lo que quería… Marcos no era de fierro…  Manuel se retorcía en su cuerpo…  supo que iba a caer ante la tentación

– No voy a ser tu novio ni tu pareja

– Acepto…

– No vas a contarle nada a nadie

– Acepto…

– No voy a tratarte en forma especial

– Bien, acepto…

– No vas a volver a buscarme…

Manuel lo besó antes de responder a esa última condición… Marcos respondió tal como lo había hecho la noche anterior, dando rienda suelta al deseo reprimido que sentía por Manuel… le gustó besarlo, le gustó sentir en sus manos el cuerpo dócil y moldeable, se acomodaba a él y lo seguía incitando. Respondía de inmediato con un enorme entusiasmo.  Lo llevó al dormitorio… despacio, con mezcla de besos y caricias lo fue desnudando… sentía algo extraño… le gustaba, no podía negarlo, pero a la vez no pensaba volver a ser bueno y paciente como había sido antes… si Manuel lo quería, bien y si no… ya se podía ir largando.

Manuel se dejó llevar… lo anhelaba desde hacía tanto tiempo… en sus ojos, no había nadie más atractivo que este hombre frente a él que se le había metido entre ceja y ceja y aunque estaba algo nervioso quería continuar, quería saber cómo era su cuerpo, sus besos, que lo tocara…  quería todo con él. Marcos lo empujó despacio sobre la cama… se quitó su ropa… le gustó la admiración que vio en los ojos claros de Manuel.  Lo besó en todo el cuerpo deleitándose con la piel suave que se estremecía y los suaves gemidos nerviosos de Manuel… no tenía miedo… solo estaba un poco ansioso… le costaba creer que Marcos lo había aceptado y estaba ahora haciéndole sentir más excitado y feliz  que nunca en su vida… se sentía arder, la forma en que lo tocaba… su miembro totalmente erecto… Marcos lo acariciaba y Manuel a duras penas se contenía.

– Eres hermoso, Marcos, el hombre más hermoso que he conocido

Se detuvo al escucharlo… le gustó lo que le había dicho… volvió a mirarlo esta vez poniendo atención a lo que en verdad tenía frente a él…  un adolescente precioso, desnudo y deseoso… con un cuerpo bien proporcionado, piernas largas y torneadas que lo abrazaban… sus brazos eran también hermosos… su rostro era una tentación extra… angelical pero con la excitación pintada en todas sus expresiones…  el pelo largo desordenado cayendo en mechones hacia todos lados… su boca húmeda abierta… su sexo erecto… Manuel era excitante… quiso decírselo… quiso hacerle saber que era precioso, que lo excitaba a morir, que su sonrisa y sus ojos eran especiales… su pelo suave… sus piernas alrededor de su cuerpo se sentían maravillosamente bien… quiso hacerlo sentir hermoso y deseable… hacerlo sentir bien… lo deseaba y mucho… pero no dijo nada… había gastado tantas palabras con el otro…  le había dicho tantas cosas tratando de convencerlo, pero nunca… Lo acarició con una de sus manos, a lo largo de todo el torso desnudo hasta enredar su mano en la erección de Manuel… lo frotó con calma regocijándose en los sonidos de su boca y el movimiento sinuoso de su cuerpo joven que se arqueaba en busca de más…

Manuel tenía miedo ahora de correrse en cualquier momento…  estaba tan excitado que no sabía si iba a poder controlarse. Lo vio abrir el lubricante…  sabía para que era… tragó saliva… si estaba asustado después de todo…  solo un poco. Los dedos de Marcos entraron en él… era… raro… no le dolía pero se sentía extraño… le faltaba algo…  de alguna manera loca se sentía solo…  Marcos estaba a su lado… ¿Por qué no le hablaba? Quería escucharlo decirle algo, saber que estaba con él.

Marcos se mantenía en un silencio auto-impuesto… estaba penetrando con sus dedos el ano de Manuel…  era bonito… virgen…  apretado… ver sus dedos hundirse dentro de él era un acto totalmente erótico que lo excitaba… lo hizo con más calma y paciencia de la que tenía pensado… pero solo porque estaba pensando en aquel otro que esperó durante 4 años… se puso un protector.

– Date vuelta- fue lo primero que dijo en mucho rato.

Manuel no supo porque pero se sintió triste… se dio vuelta, no veía su rostro ni sentía más sus besos o sus caricias. Lo sujetó firme de las caderas y despacio lo penetró. Dolió… dolió como el infierno, sintió lágrimas en sus ojos y un nudo que lo atoraba en su garganta pero se aguantó… solo su respiración demostraba el dolor que sentía. Marcos le había dicho que no lo iba a tratar en forma especial y él había aceptado. Estaba dispuesto a aceptar sin quejarse lo que Marcos quisiera darle, le gustaba demasiado. Lo sintió moverse de a poco… lentamente comenzó a entrar y salir de él… el intenso dolor se fue calmando y sintió algo parecido a unos pincelazos de placer… gimió… mezcla de dolor y deseo… llevó su mano a su pene y se frotó con fuerzas… al cabo de unos pocos minutos se corrió como nunca antes… todo su cuerpo se estremeció.  Marcos tenía los ojos cerrados…  estaba completamente concentrado… había esperado cuatro años… el semen salió caliente y espeso quedando íntegramente dentro del cuerpo del chico…  fue un placer inmenso el que lo invadió y lo dejó gimiendo sin aliento. Solo entonces abrió los ojos y salió de Manuel. Lo miró algo asombrado. Estiró su mano y lo acarició… quito su pelo de la piel húmeda de la cara…  la cara de Manuel.

– Manuel…- dijo despacio

– Hola – contesto el chico con una preciosa sonrisa…  estaba adolorido a morir pero no quería que Marcos supiera. Aún quedaban restos de lágrimas en sus ojos. Marcos las quitó con su dedo, con la misma mano siguió trazando un recorrido por la mandíbula, el cuello y el pecho. Manuel se movió hacia esa caricia… la necesitaba, quería un abrazo, un palabra dulce… Rápido, Marcos estampó un beso en su frente y se puso de pie caminando hacia la puerta.

– El baño es esa puerta– le dijo antes de desaparecer.

Manuel se quedó inmóvil sobre la cama… ¿Qué había pasado??… es decir… sexo, claro, había sido sexo… pero… respiró más agitado aún, apretó fuerte los labios… no pudo evitar el llanto que despacio lo envolvió junto a una sensación de pena, sin entender bien porqué la sentía… ¿lo había hecho mal?. Adolorido, se fue al baño.

Cuando Marcos volvió al dormitorio, Manuel estaba vestido, sentado sobre la cama, mirando al suelo. Levantó la vista al verlo…  Algo había cambiado en el adolescente confiado y seguro. Estaba callado. Marcos se sentó a su lado y sin mediar palabras lo besó en la boca, sujetando su rostro entre sus manos. Manuel se desconcertó al punto de no entender nada

– Espera… no entiendo… ¿Qué…

– ¿Estás bien?… ¿te hice daño?

– Estoy bien- respondió algo avergonzado. Le dolía pero podía moverse y disimularlo

Marco lo tomó de la mano

– Ven… ¿quieres desayunar?

Lo siguió en silencio… apretando los labios para soportar el dolor. Frente al desayuno, Marcos comía normal y tranquilo, como si no hubiera pasado nada extraño… pero Manuel presentía que si… no podía explicarse que era, pero tenía la convicción de que a Marcos le había sucedido algo… y si no era eso, entonces él era un desastre

– Marcos… ¿Qué fue lo que te pasó?

– Nada – respondió cortante

– No te creo… algo te pasó y…

– Escucha Manuel… no me pasó nada y punto

– ¿Fui yo?- preguntó despacio y avergonzado

 ¿Qué? NO… no, no no..- se puso de pie y volvió a besarlo- no, eres perfecto… perfecto

Se sintió reconfortado en el abrazo y las caricias que siguieron… Había pensado desayunar y largarse de inmediato… se sentía extraño, mal, triste y no entendía por qué. Pero no se largó… se quedó junto a él porque en su interior tenía la convicción de que a Marcos le había pasado algo importante… sentía pena y curiosidad al mismo tiempo, quería más de él.. lo atraía irremediablemente aunque lo hiciera sufrir… ese hombre lo volvía loco, tan hermoso y misterioso…

Iniciaron una relación a escondidas. Marcos le dijo que si él se daba cuenta que alguien más sabía de ellos, se terminaba de inmediato y para siempre. Manuel se guardó mucho de contarlo… no quería alejarse de Marcos por ande del mundo.  Durante el día, juntos en el set apenas se miraban y el anterior asedio del adolescente había desaparecido. Pero en las noches o en los días que no trabajaban se encontraban en casa de Marcos o en cualquier otro lugar solitario. Marcos disfrutaba del cuerpo de Manuel… encontraba en él todo el placer que le había sido negado antes y se aferraba a él con locura para recuperar ese tiempo perdido. Pasaba mucho tiempo dedicándole todo tipo de caricias y atenciones al ano de Manuel… al punto de parecer una nueva obsesión.

A Manuel seguía gustándole Marcos cada vez más… Seguía encontrándolo cada vez más hermoso… se estaba enamorando del misterio, la madurez y los silencios. Disfrutaba del sexo, pero no sabía si lo que hacían podía llamarse “hacer el amor”… a veces seguía teniendo esa sensación de vacío… no perdía la esperanza. Quería más, esperaba más… quería saber cómo podía traspasar esa barrera tan alta que Marcos tenía alrededor de sus sentimientos. Compartían la cama y el cuerpo… Manuel se entregaba por entero… con toda su energía y alegría… quería hacerlo sonreír y que le entregara un pedacito de su corazón.

Capitulo 33

MARCOS 5 

Manuel tocó el timbre como siempre lo hacía… repetidas veces, con mucha impaciencia. Se río, se estaba ganando una reprimenda. Sabía que a Marcos no le gustaba pero tenía tantas ganas de verlo y se estaba demorando mucho en abrir. Marcos abrió la puerta descalzo y sus ropas algo desordenadas. Cruzó el umbral hacia afuera

– ¿Qué haces aquí?-

– Quería verte– se colgó de su cuello y lo besó con ternura y su dulce sonrisa de siempre. Marcos lo tomó de los brazos y los quitó

– Sabes que debes avisarme si vas a venir de sorpresa-

– Pero estaba solo… y quiero estar contigo– Quiso entrar. Marcos se puso delante de él. Manuel lo miro feo… pensó que estaba castigándolo por lo del timbre… pero al ver su cara entendió que no era eso… volvió a intentarlo y se lo impidió nuevamente… entonces, al mirarlo, entendió de inmediato. Un dolor fuerte en su corazón… muy fuerte.

– ¿Estás con alguien?- pregunto tan despacio que no estuvo seguro si Marcos había escuchado

– Escucha… nos veremos otro día, de acuerdo?-

-Estas con alguien??!! – gritó esta vez… fue muy ágil y se coló pasando rápido por su lado… necesitaba comprobarlo. Entró a la casa y corrió al dormitorio. Abrió la puerta de golpe. José estaba semi desnudo tirado en la cama… en la misma cama donde ellos dos hacían el amor… ¿era amor? Lo quedó mirando fijamente… sin saber qué hacer ni que decir… mareado del dolor que le estaba partiendo el corazón. Llevaban casi 3 meses juntos… Marcos nunca le había prometido nada… pero él pensó que…  eran felices… que tenían algo serio… no esperaba esto… él era tan feliz. Solo respiró con dificultad mirando al otro hombre

-¿Quién es?-

Marcos estaba a su lado. Lo sacó de la pieza y cerró la puerta. Manuel no se daba cuenta de las lágrimas que caían de sus ojos

– Dime quien es, por favor- suplicó… su Marcos, su hermoso hombre estaba con otro hombre… mayor… que seguramente sabía mejor que él como complacerlo… ¿por eso necesitaba a otro??… él no era suficientemente bueno?… o simplemente no lo quería ni un poquito?.. Dios!!… estaba tan feliz con Marcos… nunca pensó…

– Es un amigo-

Sonrió con tanta pena… un amigo… seguramente él ni siquiera calificaba como su amigo. Comenzó a caminar despacio pero decidido hacia la puerta, la atravesó… Marcos no dijo nada…  no lo llamó ni lo siguió…  esperaba escuchar su voz llamándolo, su mano sujetándolo y no dejándolo alejarse… pero no lo hizo… siguió caminando hasta que se dio cuenta que estaba en la calle y que lloraba. Se detuvo. Limpió su cara. Se puso sus lentes de sol y volvió caminando derrotado hasta su casa.

Marcos cerró la puerta de un fuerte portazo. Se lo había buscado… no tenía que haber venido sin avisar… él nunca le había prometido exclusividad ni fidelidad… estaba molesto. José estaba tan nervioso de saber que alguien más lo había visto que buscó sus ropas y también se fue, entremedio de disculpas. Se verían en otra oportunidad, le dijo al partir.

Marcos recordó la cara tan triste de Manuel… debería llamarlo… pensó, pero estaba enojado con todo lo que había pasado…  no debería haber venido así…  no lo llamó.

El día lunes llegó a trabajar de forma habitual. Vio a Manuel cerca del mediodía. Estaba trabajando en una de sus escenas. Se veía bien, normal. Se entretuvo mirándolo… en realidad si tenía talento y posiblemente iba a lograr sus sueños. Manuel no lo miró pero eso era lo que hacían siempre, pretender delante de los demás.  Respiró más tranquilo. Por un instante pensó en ir a conversar con él… pero sería extraño, nunca antes lo había hecho, los mirarían curiosos. Supuso que se verían más tarde.

Pero el más tarde no llegó nunca. No se preocupó mucho el primer día, pensó que seguramente estaba molesto todavía. Cuando pasaron 3 días y Manuel no parecía tener intenciones de aparecer en su casa, lo evitaba en el trabajo y él estaba comenzando a echarlo de menos, tomó el teléfono y marcó su número. El teléfono sonó repetidas veces pero Manuel no le contestó.

Está bien. Hablaré con él mañana. Manuel estaba enojado. Lo había entendido.

Se fue a acostar un poco inquieto. Estaba extrañando su presencia. Durante casi 3 meses Manuel había estado entrando y saliendo de su casa como si viviera en ella; cada vez que llegaba la casa se llenaba de ruido y de vida… el chico sabía cocinar delicioso y le preparaba en forma especial lo que a él le gustaba, siempre estaba de buen humor e intentando complacerlo, quería enseñarle su música, los juegos, el programa de la tele… todo… quería compartir todo su mundo con él… además, lo miraba con tanta admiración y lo trataba como si Marcos fuera lo más importante del mundo…. Si, definitivamente lo estaba extrañando.

Quiso hablar con él al día siguiente pero de algún modo Manuel se volvió escurridizo y no pudo hacerlo. Volvió a su casa bastante molesto. Lo llamó varias veces hasta que finalmente, la cuarta vez, Manuel apagó su teléfono en un claro mensaje de rechazo.

– Nunca te prometí nada!!! – le gritó al teléfono. – Tú aceptaste las condiciones!!!-Sabía que lo había herido y que debería haberse disculpado de inmediato… pero no lo había hecho. No quiso hacerlo… a él también lo habían herido… y mucho.

En cuanto llegó al set al día siguiente comenzó a caminar buscando a Manuel… ahora no le importaba si alguien los veía juntos o si le preguntaban. Necesitaba hablar con él y aclarar las cosas. Lo vio desde lejos junto a un grupo de adolescentes… la mayoría eran extras, conversaban y se reían… muchos de ellos miraban a Manuel con admiración… y como no, pensó. Es el más bonito. Se quedó mirándolo durante varios minutos esperando a que Manuel se diera cuenta de su presencia y viniera hasta él… nunca antes lo había visto así… como realmente era… confiado, alegre, simpático y amigo de todos, era el centro de atención del grupo de chicos. Sus miradas se cruzaron… Marcos quiso sonreírle… Manuel se detuvo en él solo unos segundos para luego seguir hablando con sus amigos… intencionalmente, se acercó de a poco a otro chico, le dijo algo al oído y el chico río… luego se abrazaron y continuaron hablando muy juntos. No volvió a mirarlo. Marcos perdió la sonrisa… los miró incrédulo… dio la vuelta despacio… había entendido y no pensaba rogarle.

Que se vaya al demonio – pensó alejándose.

 Manuel soltó el abrazo al otro chico en cuanto lo vio alejarse… se sujetó firme de su amigo del alma, él que sabía toda la historia y estaba siempre con él

– No me dejes ir a buscarlo… no me dejes, por favor – le rogó sufriendo… Marcos lo llamaba, lo buscaba y él moría por volver a su lado, pero estaba demasiado herido y dolido… Sentía que Marcos lo denigraba y lo maltrataba… su corazón lloraba porque a pesar de todo, quería correr hacia él… pero su inteligencia le decía que no debía seguir con él, que no le convenía, que terminaría más herido y triste.

Se mantuvo distante. No respondió a sus llamadas que a veces eran en la mitad de la noche y hacía todo lo posible por evitarlo en el set. Aun no se sentía preparado para rechazarlo en persona… pero estaba juntando fuerzas. Pasó una semana. Entonces tuvieron que trabajar en una escena en la que aparecían juntos. Manuel llegó acompañado de su amigo que no se despegó de él más que cuando tuvo que actuar. Encendieron chispas en el diálogo, en las miradas… había una corriente demasiado notoria entre ellos dos… sólo se dieron cuenta cuando el director grito “corten” y el silencio era total

– Bueno… muy bueno- continuó el director

– Tengo que hablar contigo– Marcos los sujetó. Esta era su oportunidad… Manuel se había vuelto demasiado difícil de encontrar a solas. El chico lo miró con fingida indiferencia

– No quiero hablar contigo. No me llames más– Moría por dentro… sentía como se resquebrajaba su corazón.

– Manuel, quiero explicarte lo que pasó-

– Lo entiendo… no necesito que me expliques. Eres libre de estar con quien quieras– cómo dolía decir todo aquello

– Quiero estar contigo– lo sujetó firme del brazo, a solo unos escasos centímetros de distancia. Las palabras de Marcos habían calado hondo en el corazón de Manuel… quería estar con él… Dios!! Quería estar con él, era la primera vez que Marcos se lo decía… tenía sujeto su brazo y su cuerpo quería irse con él… Entonces apareció el amigo de Manuel, lo tomó de los hombros y se lo llevó rápidamente. Marcos lo vio irse sin que volviera la vista atrás… a mirarlo… caminaba rápido y el amigo lo abrazaba… ¿tenía otro hombre???… ese chico… no lo dejaba en ningún momento… Manuel tenía otro novio?? ¿lo había reemplazado con tanta prisa?... Sin saber que hacía corrió detrás de él pasando por entre toda la gente que lo miraban asombrados

– Espera- lo tomó nuevamente del brazo… del mismo brazo delgado que lo abrazaba… que echaba de menos y que quería de vuelta

Ambos, Manuel y su amigo se detuvieron sorprendidos

– ¿Es tu nueva pareja?- señaló a su mejor amigo. El chico abrazó a Manuel con más ganas y lo acarició. Marcos miró como la mano del otro se deslizaba por la piel que era suya… que no debía estar tocando ese otro

– Si, Manuel es mi pareja… ¿por qué?-

Se le agotaron las palabras… no supo que decir…  Por eso no contestaba… por eso lo mantenía alejado… se había olvidado de él en tan solo unos días… otro maldito desagradecido!!! Sabía que no tenía que meterse con adolescente…

– Pensé que eras diferente– le dijo con desprecio a la cara de Manuel

– No tienes derecho a decirme algo así… después de todo no hay ninguna relación entre los dos, no es así??- Manuel lo estaba desafiando. Había sucedido exactamente lo que había temido tiempo atrás…  el amor y el aprecio tan grande que tenía por Marcos se estaba transformando en un sentimiento negro y hondo, doloroso y fuerte…

– No, no hay nada-

– Bien… nada- se miraron… Marcos vio por primera vez un sentimiento diferente reflejado en los ojos de Manuel. Ambos dieron media vuelta y se alejaron. Manuel caminaba de prisa… lloraba de pena abrazado por su amigo. Marcos estaba enojado y desconcertado… le costaba creer que tanto amor y admiración se hubieran acabado tan repentinamente… pero así eran los adolescentes. También caminó de prisa en dirección contraria.

El rodaje de la película continuó por otro par de semanas. Marcos y Manuel mantenían sus distancias. Ambos evitaban mirarse y encontrarse a solas. El amigo de Manuel era fiel y lo acompañaba siempre. Marcos los miraba de reojo y sentía un extraño sentimiento… un vacío inexplicable… no sabía si eran celos, rabia o qué.

Ahora faltaba muy poco para que terminaran el rodaje y su agente ya tenía nuevos planes para él; la televisión, tal vez otra película, viajes… un horario lleno. Le pareció bien. Quería dejar la rutina actual. No le gustaba como estaba su vida nuevamente. Llegaba a su casa solo. Es cierto que ahora tenía personal para atenderlo, invitaba a personas que había conocido y de vez en cuando llegaba José o invitaba a alguna otra persona que le parecía interesante y atractivo… pero finalmente nada lo satisfacía como lo había hecho Manuel… Echaba de menos su risa y su compañía, la calidez con que envolvía todos los momentos cuando estaba cerca, tenía una cocinera de lujo que le preparaba cenas deliciosas, pero no sabían tan rico como lo que le había preparado Manuel y el cuerpo… Cielos!! El adorable cuerpo joven y firme, suave y elástico de Manuel… tan hermoso y deseable… recordaba cómo sus manos lo habían recorrido entero, tocando y haciéndolo gemir su nombre y lo extrañaba… ahora se daba cuenta de lo mucho que había disfrutado la compañía de Manuel… y de ese raro sentimiento de vacío que tenía cada vez que lo recordaba.

Estaba en su dormitorio, sobre la cama, intentando dormir. Cerraba los ojos pero Morfeo no quería acunarlo en sus brazos aún… Manuel desnudo, moviéndose y sonriendo… con sus ojos claros sonriendo y su pelo desordenado… sus piernas se abrazaban a él y lo atraían… recordaba clarísimas las imágenes… quería poseerlo, entrar en él… entonces Manuel se negaba una vez más. Sentía rabia e impotencia, lo tomaba bruscamente, sin preguntarle, penetraba su cuerpo precioso y se sentía bien, el sexo era muy bueno… pero aun estaba enojado porque se lo había negado por tanto tiempo…

Marcos abrió los ojos muy despacio… ¿Qué diablos estaba soñando despierto?  Se sentó en la cama… ¿Por qué confundía las imágenes de Manuel y de Giovanni?… Manuel nunca le había negado nada, al contrario, se había entregado por completo y con esa deliciosa dulzura y alegría… comprendió todo en sólo unos segundos… no eran la misma persona, se había vengado en Manuel del recuerdo amargo que le dejó Giovanni… recordó todo lo que le había hecho, la frialdad y la dureza con que lo había tratado… todo lo que quiso hacerle alguna vez a Giovanni había terminado haciéndoselo a Manuel… ¿Cómo había sido tan torpe y dañino?… ¿Cómo pudo tratar así a Manuel?…  por eso lo había olvidado tan rápido.. nunca le dijo todo lo que sentía ni lo feliz que lo hacía, lo pensó… tantas veces pero se calló las palabras… no era a Manuel que se las había dicho, no… al que se las había repetido hasta el cansancio había sido a Giovanni… a Manuel nada… ni cómo amaba su alegría y su entrega… amaba??… se puso de pie más que sorprendido… amaba??… volvió a sentir ese hueco caliente en el centro de su ser… tenía que hablar con él… tenía que hablar urgentemente con Manuel antes que sus caminos se separaran.

Capítulo 34

MARCOS 6

Al día siguiente, llegó más temprano al set, aunque no se veía muy bien. Había dormido muy poco y pensado mucho; estaba lleno de un sentimiento nuevo… culpa; se había portado como un canalla con Manuel y se había demorado tanto en reconocerlo. Ahora que entendía claramente la tontera que había hecho con él, estaba un poco preocupado… ¿podría Manuel perdonarlo?… ¿tenía él que pedir perdón?… se detuvo… diablos!! No era bueno para eso, no le gustaba pedir perdón ni disculparse… su ego era algo grande y se dañaba un poco cada vez que lo hacía. Pero tenía que hacerlo… recordó la cara de Manuel… sus expresiones, tanto cuando estaba tranquilo, como cuando estaba excitado o sonriendo… era importante para él, quería volver a tenerlo cerca y esta vez iba a poner atención a quien tenía a su lado y dejar de compararlo o confundirlo.  Pediría perdón porque lo había dañado aunque su ego sufriera un poco. Manuel se lo merecía… eso y mucho más… ¿Cómo había sido tan torpe?…

Se sentó intranquilo a tomar un café. Aun circulaban muy pocas personas en el lugar… era temprano. Sus ojos estaban pendientes de la entrada… quería ser el primero en saber cuándo Manuel cruzara la puerta. Apenas podía aguantarse las ganas de decirle todo lo que había pensado. Muchos se sorprendieron de verlo tan temprano pero nadie le dijo nada, aparte de saludarlo.  Manuel llegó, pero no estaba solo. Su amigo y pareja entraba con él… ¿Cómo lo hacía este niño para verse bonito a toda hora del día?…

– Hola Manuel – se paró frente a él impidiéndole avanzar. EL chico se sorprendió. No lo esperaba ni lo había visto acercarse. Su amigo fue más rápido

– ¿Qué quieres? –

– Necesito hablar a solas con Manuel…. Por favor– le  pidió mirándolo directamente a sus ojos claros.

Manuel había pasado por muchas etapas y las había ido superando lentamente… al principio estuvo casi encandilado por este hombre mayor y tan sensual que lo había deslumbrado desde el momento en que lo vio… entonces decidió jugárselo todo para conquistarlo… fue entusiasmo al ver que era correspondido, después de tanto desearlo, luego, enamoramiento total… ilusiones múltiples al creer que tenían algo juntos… dolor, angustia, pena enorme al darse cuenta que en realidad no era importante para Marcos… ahora estaba intentando superarlo, no quería tener nada más que ver con él… cuando se detenía a pensarlo se daba cuenta de que Marcos nunca le había dicho ni expresado cariño o amor… siempre se había sentido solo en su compañía y no era bueno sentirse así. Quizás era hora de terminar con todo de una vez y para siempre.  Su amigo iba a decir algo pero él lo detuvo.

– Está bien. Hablemos. Yo también quiero decirte algo-

Marcos respiró aliviado. Hablarían. Caminaron hasta un lugar apartado en completo silencio, cada uno pensando en direcciones totalmente opuestas sobre su relación. EL lugar al que llegaron estaba casi vació.

– ¿Qué quieres decirme? – pregunto Manuel cruzando sus brazos por delante de su pecho en una clara actitud defensiva

Marcos sonrió mirándolo con cariño… Manuel estaba rechazándolo antes d empezar a hablar… pero él no sabía… tenía que explicarle y entonces entendería… lo miró… lo estaba viendo a él y le gustaba mucho, el vació en su pecho de alguna manera desaparecía y era reemplazado por un sentimiento más cálido.

– Quiero… quiero pedirte una cita, llevarte a cenar, lo que tú quieras– sus dedos tocaban el antebrazo de Manuel en un gesto cariñoso que era toda una novedad.

Manuel tragó saliva… no.. no era así como tenían que darse las cosas ahora… así de románticos no.

– Una… cita?… cenar?- no esperaba eso

– Tengo mucho que decirte… explicarte en todo lo que me equivoqué contigo y pedirte perdón- lo miraba directo… sentía que estaba con él. Manuel sintió miedo de ilusionarse nuevamente

– No… creo que no es una buena idea…- negó muy débilmente

– Por favor… dame una oportunidad de explicarte lo que pasó… quiero que sepas cómo me equivoqué contigo–  Marcos hablaba despacio, tenía confianza en que podía convencerlo… Manuel empezó a dudar, aún tenía sentimientos muy profundos por el hombre delante suyo, pero… ya lo había hecho sentir mal, su lógica le decía que huyera… que no lo escuchara y mejor terminara todo de inmediato…  pero se aferró a esos dedos que lo acariciaban con cariño en su antebrazo… los dedos de Marcos, tan hermoso, tan deseable. Se calló y miró a todos lados respirando agitado… sólo tenía 17 y era puro sentimientos a flor de piel…

– ¿Y… tu amigo?- lo miró reprochándole

– No existe… no quiero que exista nadie más- Marcos se acercó un poco más…

Se estremeció al escucharlo… respiró un poco más rápido… ¿Estaba Marcos diciéndole que solo lo quería a él?… ¿era eso?… tenía miedo… sabía que Marcos tenía mucha experiencia y él era un novato… podía volver a jugar con él

– ¿Qué me dices?… ¿aceptas?-

– ¿Solo una cita?- quiso confirmar…

– Solo eso… luego, tú decides-

Esa forma que tenía de hablarle ahora… tan cercana y tierna… se miraron a los ojos, algo había cambiado en Marcos… lo sintió en su interior… estaba diferente, como el siempre había esperado que fuera y nunca antes había sido.

– Quiero saber que tienes que decirme… es solo… curiosidad– estaba aceptando…

Marcos sonrió despacio… Le causaba una ternura inmensa observar la lucha interna de Manuel… era tan niño, tan joven, tan bonito… le gustaba mucho… no podía decir que era exactamente lo que sentía por él pero claramente estaba mejor en su compañía, su corazón estaba más agitado cuando lo tenía cerca… el vacío desaparecía… una sensación de alegría y entusiasmo lo embargaba… quería estar con él, conocerlo mejor, volver a tenerlo en sus brazos.

– ¿Esta noche? – preguntó deseando que dijera que si, ahora que sabía, no quería esperar ni un segundo más.

– Solo voy a escucharte… nada más – dijo en voz alta como su última defensa… se sentía impotente frente a este hombre adulto que ahora tenía en sus ojos esa expresión que tantas veces había anhelado

– ¿Qué querías decirme tú a mi?- preguntó Marcos… le hablaba muy cerca, muy bajito, como si estuviera susurrándole palabras de amor… la mano de Marcos se acercaba a su mano…

– Yo… no… después…- se dio media vuelta y se alejó caminando de prisa… no sabía que había pasado ni porque había aceptado hablar con él… todo fue muy rápido, estaba asombrado de la actitud de Marcos y si, quería escuchar lo que iba a decirle aunque pensaba estar muy atento… no quería que lo hiriera de nuevo.

——— 0 ——–

-. Marcos, si no te apuras voy a irme sin ti!!!- Manuel gritó por tercera vez. El avión salía dentro de un par de horas y ellos ya deberían estar en el aeropuerto pero aún se encontraban en la casa que compartían desde hacía casi tres años

– Tranquilo Manu… tenemos ingresos especiales– paso por su lado y lo besó… estaban atrasados pero se daba el tiempo para besarlo…

– Me vas a volver loco- gimió Manuel cruzando sus brazos en el cuello de Marcos para besarlo con mayor intensidad

– Eso espero, mi amor- sonrió

No sabían cuál de los dos estaba más inquieto con este viaje. Eran sus primeras vacaciones juntos, después de tres años de trabajar en forma ininterrumpida y habían decidido viajar a conocer a la familia de Marcos en su país. Los padres de Manuel y Marcos eran buenos amigos, aunque en un principio no les había gustado la idea de Manuel con un hombre mayor, ahora tenía una muy buena relación. En lo profesional, todos querían a Marcos y a Manuel en sus producciones. Eran la pareja del momento y su popularidad estaba en las nubes… ambos atractivos y adorados por el público.

Un poco más de tres años atrás Manuel había perseguido a Marcos hasta lograr entrometerse por la fuerza en su vida… Había sido un error; Marcos no estaba preparado aún para una relación, venía herido y amargado por culpa de otra relación difícil en la cual había sido dañado… no había logrado sanarse aún cuando Manuel le impuso su presencia y como resultado la relación entre ellos estuvo a punto de quebrarse. Pero Marcos se dio cuenta a tiempo, justo cuando Manuel estaba a punto de decidir olvidarse de él.

Cenaron juntos aquella noche, en su primera cita de verdad. Marcos fue atento y amable como no lo había sido antes. Manuel estaba asustado de verdad… sabía tratar con Marcos cuando él se imponía, cuando todo era a escondidas y cuando no lo trataba con tanto cariño ni le sonreía con tanta dulzura…  pero este nuevo Marcos era intimidante y demasiado bueno para ser real… lo asustaba, no sabía si creer porque era demasiado bueno… demasiado perfecto.  Durante la cena en un restauran muy intimo y romántico solo hablaron de cosas agradables, nada personal. Manuel sintió que Marcos lo estaba interrogando de nuevo y escuchando por primera vez… quería saber todo y lo escuchaba con atención. Al terminar de cenar, frente al vehículo, Marcos le pidió que lo acompañara a su casa para que pudieran hablar con tranquilidad. Se negó, sabía lo que pasaría si entraba nuevamente a su casa. No tenía fuerzas para negarse frente a este Marcos encantador

– De acuerdo… camina conmigo entonces –

Sorprendido, aceptó. Caminaron lentamente…

Marcos le explicó, midiendo cuidadosamente sus palabras, como había sido su relación con Giovanni y de la forma en que había terminado. Por primera vez estaba siendo sincero y abriendo su vida para Manuel. No le explicó los detalles pero el chico pudo entender perfectamente lo importante que había sido en su vida y cuan dolido había quedado Marcos.

– No lo había superado cuando llegaste a mi vida, Manuel… todavía estaba pensando en Giovanni, tenía mucha rabia

Le dolió escucharlo… pero de alguna manera pudo entender que esa había sido la causa del silencio y los vacios que sintió mientras estuvo con él…

Le contó como se había confundido y enredado recordando al otro mientras estaba con él…

– No se parecen físicamente, pero cuando te miraba… lo veía a él.-

La primera reacción de Manuel fue querer salir corriendo, no quería saber que cuando habían estado juntos, cuando lo besaba y le hacía el amor, Marcos estaba pensando en ese otro amor que lo había dejado… eso era difícil de aceptar. Pero luego siguió hablando… se quedó a escucharlo.

 Ni siquiera sé cómo empezar a pedirte perdón- Marcos parecía avergonzado… era tan raro verlo así –fui muy canalla contigo… por favor, dame una oportunidad de demostrarte lo arrepentido que estoy. Quiero ganarme tu perdón y tu confianza nuevamente

Manuel se había quedado sin palabras, tanta información, tan dolorosa… estaba confundido… luego le pedía volver a intentarlo… pero la duda del otro…  

-. No es en él en quien pienso ahora… te extraño a ti, Manuel, extraño tu compañía… todo de ti… Vuelve conmigo- se detuvo en plena vereda y retuvo sus manos entre las suyas… Marcos estaba rogándole… él escuchaba callado…  analizando… no tenía tanta experiencia… no sabía que tenía que hacer…. Los sentimientos lo abrumaban…  Optó por la sinceridad. Marcos estaba siendo sincero. Él también lo sería.

– ¿Cómo sé que no vas a volver a pensar en él cuando estés conmigo?-

– Porque cuando estoy contigo sonrío y me siento feliz, porque voy a mirarte a los ojos cada vez y decir tu nombre en voz alta… porque voy a enamorarme de cada uno de tus gestos y tus sonrisas… de tus suspiros… de tu piel… eres tú, Manuel. Ahora solo eres tú-

Le creyó… arriesgó el corazón ante la elocuencia de las palabras y los gestos de Marcos… ante la mirada limpia y directa…  quería creer con todo su alma que estaba siendo sincero… le gustaba tanto, sabía que era muy fácil enamorarse de él.  Dijo que si… con el miedo comiéndole las entrañas, pero dijo que sí. Quería arriesgarse porque estaba seguro de que Marcos valía la pena.

Lo desnudó despacio, besando y lamiendo con ternura la piel que iba quedando al descubierto. Manuel era un manojo de nervios… ahora parecía que era la primera vez entre ellos… Marcos había graduado las luces, se preocupó de poner una música suave y romántica… de hacerlo sentir tranquilo y confiado… los detalles que nunca antes tuvo, ahora surgían espontáneos y con alegría.

Desconocía a Marcos… tanta dulzura y gentileza… se demoraba en besar sus hombros y su cuello… Manuel gemía despacio… esto era para volverse loco… sus tetillas, aprisionadas entre sus labios y sus dientes… aahhh, nunca lo había sentido así… en su ombligo… lo excitaba hasta el límite. Lo besaba con pasión y luego se separaba un instante para mirar sus ojos…

– Manuel… eres hermoso– repetía su nombre… tal como le había prometido…  lo acariciaba como si nunca antes lo hubiera visto realmente… lo preparó con cuidado, mirando sus ojos todo el rato y sabiendo a quien tenía por delante… repitió su nombre mientras lo penetraba y lo llenaba de placer… Manuel supo que Marcos estaba ahí, con él… la sombra del otro había desaparecido, al mirar en los ojos de Marcos sólo veía su propia imagen reflejada…

– Estas conmigo…- le dijo entre jadeos, sintiéndose lleno de él… en su cuerpo y en su corazón, inundado de sexo y de alegría… por primera vez hacía el amor con él y era maravilloso

– Contigo Manuel… estoy contigo– recuperaba todo el tiempo perdido… lo besaba y llenaba de amor… todo el amor que tenía para entregarle. Le costaba convencerse de lo ciego que había sido… Manuel era precioso y tan joven… tenía tanto que enseñarle y compartir con él… tanto que aprender de él.

——— 0 ——–

Retomaron su relación aunque en verdad, ambos sentían que habían recién comenzado algo, puesto que ahora era como debió haber sido siempre, con cariño de verdad, alegría y pasión. Mantuvieron la relación oculta por unos cuantos meses. Un día cualquiera, ambos estaban de compras en un centro comercial, mucha gente los miraba y los reconocía. Mantenían las distancias ante el público. De pronto, Marcos lo miró de manera especial… le gustaba mirarlo, se lo comía con los ojos… Manuel era la alegría de su vida, ahora sabía que ese sentimiento que albergaba era amor, del bueno, del fuerte, del que embriaga y enloquece… estaba totalmente enamorado y feliz… tenía 30 y tantos años y su Manuel era lo más importante en su vida… Sonrió con todo el cuerpo, los ojos, la boca… las manos… lo que acababa de decidir cambiaba su vida para siempre pero valía la pena… tomó la mano de Manuel, se la llevó a la boca para besar sus nudillos… la cara de asombro de Manuel fue increíble, se detuvo asustado mirando a todos lados e intentando quitar su mano… Marcos se largo a reír…

– Te amo, Manuel– pasó su mano por los hombros de chico y lo atrajo hasta que quedaron juntos…

– ¿Qué haces?… estamos en público-

-Lo sé… ya no me importa… quiero que todo el mundo sepa… te amo y eso es lo único importante

Fueron noticia y tema de discusión por varias semanas pero finalmente nada importante cambió en sus vidas… excepto que ahora era oficialmente una pareja, sin importarles la bendición o el rechazo de nadie más.

——— 0 ——–

Al segundo día de haber llegado al país de Marcos, Manuel conoció a Giovanni. Había visto fotos de él en internet… sabía cómo era físicamente pero Marcos ya no hablaba de él, no sabía que esperar.  Cuando entró al set de filmación de la mano de Francisco se puso tenso… ese era Giovanni, el que tanto le había importado a Marcos varios años atrás. Era bonito, llamativo, pero no parecía una amenaza… se veía claramente que estaba perdido por el hombre que sujetaba su mano…

A propósito, él sujetó más firme la mano de Marcos ´

– ¿Ese es Giovanni?- preguntó curioso. Marcos se volvió a mirarlo y sonrió

– Si. Ven a conocerlo…

El primer instante fue de tensión…  Marcos y Giovanni se dieron la mano con calidez… entonces se miraron y se sonrieron con sinceridad… el abrazo nació en forma natural…

– Me alegro de verte tan bien- dijo Giovanni en un abrazo cerrado que dejaba atrás todos los malos momentos

– Me alegra verte también

Ambos sonreían con cariño. El tiempo había curado las heridas.

Marcos y Francisco se estrecharon las manos. La rivalidad y los sentimientos negativos también habían quedado muy atrás.

– Él es Manuel… mi compañero

Se saludaron. Giovanni lo miró a los ojos y se alegró con toda sinceridad de que Marcos hubiera encontrado alguien con quien compartir su vida.

– Un gusto conocerte, Manuel

– Lo mismo digo- No tenía miedo… Marcos le había demostrado que Giovanni había quedado en el pasado y que él era su presente y su futuro.

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