Miguel 2 Capítulo 61

CAPITULO 61

 

Sintió una mano enorme alrededor de su tobillo, acto seguido, un tirón muy brusco de su pierna delgada que lo arrastró por toda la cama… Domingo lo sujetaba con violencia y sus torpes manos le desgarraban la ropa.

-. ¿Crees que tú me puedes prohibir algo mariposa??!!!

Domingo gritaba groserías y su voz parecía la de un loco… sus dedos rasgaban y tironeaban, dejándolo desnudo

Coque estaba enfermo y debilitado, pero el miedo de lo que estaba sucediendo lo hacía llenarse súbitamente de adrenalina y usar sus últimas reservas peleando y pataleando, tratando de escapar de la amenaza que no veía sino solo sentía… su vida estaba en peligro y actuaba por instinto disparando patadas al aire… sus manos buscaban golpear o rasguñar… agredir para defenderse pero solo escuchaba la risa enajenada de Domingo…  lo movía como si fuese un muñeco de trapo… Coque se enredaba en la ropa de la cama y sus movimientos eran limitados al no poder ver y estar encadenado… el metal del grillete en su muñeca se le enterraba rompiendo la piel de la mano pero aun así seguía tironeando desesperado…  gritaba pidiendo ayuda aun sabiendo que nadie iba a llegar, pero su instinto natural era más fuerte y tenía que hacerlo… su voz rebotaba en las paredes… se resbalaba de las manos calientes y sudorosas de Domingo gateando a ciegas por la cama pero el hombre, con porfía, volvía a sujetarlo cada vez con más violencia… comenzó a golpearlo al ver que no se quedaba tranquilo

-. Quieto mariquita!!

Los puños implacables de Domingo se enterraban airados en todas partes de su cuerpo provocándole dolor… gritaban ambos… los de Coque eran gritos de terror y los de Domingo eran de rabia e impaciencia…  nada escapaba de la sala a prueba de ruidos… el guardia afuera no escuchaba ni uno de los afligidos gritos.

Repentinamente, Domingo perdió la paciencia…  un golpe seco en la cara del chico lo aturdió completamente… sintió que sus huesos, su piel y sus dientes cedían y eran removidos de su sitio… todo se volvió negro… dolor caliente que quemaba y aturdía… cayó de espalda…. quedó en un estado de semiinconsciencia… demasiada adrenalina para aturdirse por completo, demasiados golpes para seguir defendiéndose…

Domingo sonrió al ver que había dejado de dar batalla…  era fiera la porquería de mocoso… le gustaba que se hubiera defendido tanto… la lucha lo excitaba aún más…

Con rapidez desabrochó su pantalón y se despojó de la ropa dejando ver su miembro grueso y completamente erecto… tironeó de Coque acercándolo y separándole las piernas hasta escuchar sus huesos crujir…

-. Esto es lo que les gusta a los maricas, no? 

Buscó y encontró su ano… Se hundió brutalmente entre las nalgas del chico desgarrándolo, y disfrutando causarle daño… el rojo de la sangre tenía su piel y hacía más fácil la penetración…  el dolor brutal de la invasión forzada lo hizo reaccionar… Coque  se movió solo para gritar pero un nuevo golpe en su sien terminó por sumirlo en la inconsciencia…

 

GONZALO

Presentarse sin aviso en el Club de la familia Rojas en tiempos de guerra, era una idea descabellada y peligrosa… sin embargo ahí estaban, descendiendo de los vehículos y aventurándose por la entrada principal del Club. Avanzaban en un grupo sólido que alejaba de inmediato a quienes estaban en su camino. Se detuvieron dentro del club… media luz, una buena cantidad de gente, música estridente, muchachas casi desnudas… mucho sonido de vasos y conversaciones… todo se fue quedando mudo lentamente… todos pendientes del grupo de hombres que había ingresado… los murmullos de sorpresa no se hicieron esperar…

Los hombres de Rojas los habían visto e identificado en cuanto los vehículos se detuvieron.  Se movieron rápido para comunicarle a Leonardo que se encontraba dentro… algunos soñaban con la oportunidad de vengar a los caídos y acribillar ahí mismo a Gonzalo y Esteban… sería un golpe estupendo que debilitaría a las dos familias rivales…   había que ser estúpido para venir a meterse en la guarida del rival sabiendo que podían no salir vivos… las miradas suspicaces iban y venían entre ambos grupos de hombres.  De pronto, el grupo de Gonzalo estaba rodeado de hombres con caras poco amistosas… las manos lista para caer sobre las armas… el ambiente era de máxima tensión.

No tuvieron que esperar más de un minuto.

-. Síganme-

Saludó un hombre mayor que reconocieron como cercano a Teddy Rojas, uno de sus lugartenientes. Avanzaron escoltados hasta la parte posterior. Tras ellos quedaba el murmullo y las miradas impresionadas.

La puerta de la oficina se abrió. Gonzalo y Esteban ingresaron. Atrás quedaba el resto de la escolta junto a los hombres de Rojas. Todos se miraban desconfiados.

Leonardo Rojas se ponía de pie y miraba asombrado a quienes entraban… le habían advertido pero igual sorprendía el atrevimiento. Tras él se encontraba Clemente con similar gesto de estupefacción.  Nadie hablaba… nadie hacía el intento de un saludo siquiera…  solo se medían con las miradas graves y gélidas.  A un gesto casi imperceptible de Leonardo, los hombres se retiraron. Quedaron ellos cuatro más el hombre mayor que los había escoltado. Un veterano muy cercano al patrón.

-. ¿A que debemos el placer de esta visita? – preguntó Leonardo con aparente tranquilidad caminando hacia ellos sin realmente llegar a acercarse.  Sus movimientos eran algo rígidos.

Clemente permanecía de pie sin moverse… con los ojos fijos en los hombres que habían entrado a la oficina… era primera vez en su vida que participaba de un ambiente de tanta tensión… no tenía un arma… sabía disparar, claro!!! Pero… no tenía una con él…

– Pasábamos por acá y decidimos bajar a saludar- Respondió Gonzalo con igual cinismo

-. ¿Un trago? – ofreció Leonardo simulando un gesto d sorpresa y  manteniendo una sonrisa insensible

La mirada de Gonzalo se volvió más fría…

-. No tengo tiempo para tonteras Leonardo – la voz de Gonzalo sonó cortante – hemos venido a darte una última oportunidad

¿Qué oportunidad?… pensó Esteban rápidamente dirigiendo su mirada hacia Gonzalo… aunque su rostro no reflejó la sorpresa… odiaba que Gonzalo no le comunicara sus planes… ¿de qué maldita oportunidad hablaba?

Leonardo mantenía la calma… por fuera. Por dentro, estaba molesto porque su padre no estaba presente… podía conversar con Gonzalo pero no tenía claro hasta donde podía llegar él por su cuenta… que decisiones podía tomar… a su padre le gustaba resolver todo él mismo.

-. No sabía que necesitaba una oportunidad…- estaba haciendo tiempo mientras pensaba…

-. Has perdido mucha gente… tu negocio tambalea… – Gonzalo hablaba con seguridad-  podemos terminar este malentendido de inmediato si nos devuelves a Jorge ahora mismo

Escuchar a Gonzalo hablar tan ligero de las personas que habían perdido y de cómo el negocio de su padre se derrumbaba, encendió la furia en Leonardo…

Malentendido…

Este “malentendido” se había llevado la vida de varios hombres que conocía desde niño y apreciaba mucho… Leonardo tenía poca experiencia en negociar pero conocía bien a su padre y sabía cuánto le había costado sacar adelante su negocio… ahí, frente a él, en su propio local, estaban los culpables… ideas descabelladas pasaron por su cabeza…

-. ¿Esa es la oportunidad que me ofreces? – mantuvo la sonrisa cínica aunque por dentro estaba muy serio.

-. No.  Esta es la oportunidad. Voy a ayudarles a solucionar su problema de tráfico. Puedo ofrecerte una vía a través del puerto del norte

Esteban quedó en completo silencio… María no tenían ninguna influencia sobre esa zona… solo Gonzalo podía decidir en el norte… ¿por qué estaba ofreciéndoles una vía de escape?… ¿por Coque?… ¿dejaba entrar a Rojas a sus instalaciones del norte?… esta vez no pudo evitar la cara de asombro… sabía del desprecio de Gonzalo por los Rojas… no entendía… ¿estaba tendiéndoles una trampa?…

Leonardo se movió inquieto… ¿el puerto del norte?… eso… quizás habría sido bueno… antes. Ahora, ya era tarde. Además… no confiaba en el ofrecimiento…

Se miraron fijamente… Gonzalo y Leonardo mantenían una muda comunicación…

-. ¿Por qué ahora?

-. Porque Domingo los metió en un problema al llevarse a Coque y ahora necesitan una salida

Ver el rostro de sorpresa de Leonardo y Clemente ante su revelación fue satisfactorio… Gonzalo apenas dibujo una sonrisa… tenía razón… Domingo había sido el culpable. Nadie se molestó en negarlo.

-. Negociaremos en buenos términos– ofreció Esteban hablando a nombre de María

Leonardo se tomó su tiempo… ya sabían la verdad de lo sucedido… los miraba estudiándolos e intentando descubrir que tanta sinceridad había en su ofrecimiento… suspiró cansado… podría haber sido una solución…si tan solo hubieran llegado un par de meses antes… ahora… su padre necesitaba a todos ellos vivos… deseo poder dar la orden y que los acribillaran como habían hecho con sus amigos… pero eso arruinaría los planes de su padre.

Clemente no estaba al tanto de los planes de Teddy… ni de los que había discutido con Leonardo ni de los que se guardaba en secreto para él solo… pero si sabía bien de los problemas de tráfico… la propuesta de Gonzalo parecía razonable… alguna vez le había escuchado decir a su padre que era una buena segunda posibilidad después del puerto de María, pero que sabía que jamás lo logaría…

Escuchar a Gonzalo lo alegraba… deseaban negociar y eso era bueno a sus ojos… representaba una posibilidad para que todo terminara y volvieran a la vida tranquila… era el más joven e inexperto de los presentes en la sala… sus ojos viajaban inquietos de los enemigos hacia su hermano y hacia el hombre mayor… intentando anticipar los movimientos y revelando su nerviosismo. Esperaba que en cualquier momento Leonardo aceptara.  Le había tocado cuidar de Coque durante esos días y había llegado a sentir mucha lástima por él… quizás era un poco más blando que sus hermanos pero no encontraba una buena justificación para mantener al chico amarrado y tratado como un animal… después de todo era uno como ellos… era el hijo de Don Lino y el jefe de una familia… que importaba que fuera gay… cada quien con sus gustos…

La mayor preparación y educación de Clemente le jugaba en contra… al tener más conocimientos que todos sus hermanos y su padre, veía las cosas de manera diferente. Ahora pensaba que todo se reducía a devolver a Coque y aceptar el ofrecimiento de Gonzalo. Habría cuentas que saldar y daños que reparar… pero esta guerra lo cansaba y ver a Coque en ese estado lo ponía mal genio y triste.

Lamentablemente para él, su razonamiento se traducía en las miradas ansiosas sobre Leonardo alentándolo a aceptar… miradas que Gonzalo captó de inmediato…

-. Le haré saber a mi padre tu ofrecimiento   

La respuesta de Leonardo fue un balde de agua fría para Gonzalo.  El hecho de que Leonardo ni siquiera se interesara un poco en una buena oferta solo lo llevó a confirmar sus sospechas…  Los Rojas estaban haciendo tiempo… algo se traían entre manos. De pronto le urgía volver a ocuparse de su familia y sus negocios.

-. No te tomes demasiado tiempo – advirtió antes de hacer un movimiento para retirarse – la propuesta dura 24 horas

Esteban se adelanto unos pasos hacia Leonardo y lo miró desde su altura…

-. Espero que tengas claro con quien se están metiendo y lo que están arriesgando– le costaba controlarse… sentía un verdadero cariño y respeto por el chiquillo… lo había visto crecer desde niño y era el hermano de su esposa. Levantó el dedo índice frente al rostro de Leonardo – Es el Jefe de mi familia… tienen todo en contra… a todos…-  la amenaza quedó dando vueltas en el aire… la tensión se sentía desagradable

Gonzalo no perdió tiempo observando la escena entre esos dos… le pareció más interesante fijarse en la reacción de Clemente… el más joven de los Rojas tenía miedo… parecía como si quisiera abrir la boca y hablar… la mirada de ambos se cruzó en un momento y Gonzalo sintió que Clemente intentaba decir algo más… fue solo un instante muy fugaz… pero suficiente para inquietarlo.

-. Tienes 24 horas Leonardo. Ni un minuto más

Tras decir eso comenzaron a retirarse.  Justo antes de salir, Gonzalo buscó con la mirada a Clemente… el muchacho lo seguía observando… seguía pareciendo querer hablar.

 

TEDDY ROJAS

Se había retirado temprano del Club junto a su hijo menor, Anselmo, y había dado instrucciones especiales de proteger bien los lugares ocultos que aún funcionaban… era esencial mantener los ojos bien abiertos y las armas a mano.  Aunque era temprano, Teddy llevaba casi 24 horas sin dormir y necesitaba descansar… mañana sería un día importante… quizás el más importante de su vida “profesional”.

Durante el día había hecho muchas cosas, oculto de todo el mundo… nadie debía saber ni sospechar… Solo su contador estaba al tanto. Habían transferido casi todos sus fondos a cuentas privadas en locaciones remotas… se había deshecho de casi todo lo que lo ataba a este lugar… comenzaría de nuevo… pero esta vez comenzaría con mucho dinero y sin la pobreza y el esfuerzo de la primera vez… había visitado varias veces el país donde quería vivir… menos leyes, menos control… mayor cantidad de gente dispuesta a servirlo…  más oportunidades…  sus hijos serían su apoyo. En ese lugar sería un verdadero rey y nadie,  absolutamente nadie, le podría negar ninguna cosa ni volvería a sentir una mirada desdeñosa sobre él o sus hijos.

Solo se llevaría un grupo reducido de gente leal… El resto lo reclutaría localmente… tenía todo pensado desde hacía mucho tiempo y no había dejado ningún cabo suelto. Un transporte lo esperaba con todo lo necesario. Se irían lejos, donde el brazo de las familia no pudiera alcanzarlo… un país pequeño y bien dispuesto para su tipo de negocios, gente que lo esperaba y lo tratarían con respeto… nadie que lo menospreciara… Todo iba a resultar perfecto.

Solo tenía una cosa más que hacer antes de largarse para siempre con sus hijos.

Vengarse de los años de desaires y desprecios recibidos. Los había acumulado uno a uno en su mente.

Su objetivo principal: la familia de Don Jaime… Respiro pausado pensando y revisando en su mente lo que sucedería dentro de un par de horas… nunca había planeado algo a tan grande escala. Con un gran  suspiro de satisfacción comprobó en su mente que todo estaba bien.

De esa manera podría partir con la frente alta sabiendo que nadie hablaría de él sin sentir temor… malditos… mañana era el gran día…

Suspiró cansado. El chofer detenía el vehículo en la puerta de su casa. Del auto posterior se bajaron 4 hombres armados que los rodearon de inmediato. Entró a su hogar seguido de Anselmo… los hombres se desparramaron por los salones revisando todo de prisa. Nunca era suficiente protección.  Teddy recorrió la casa con los ojos largos… le tenía cariño al lugar… construiría otra muy parecida.

-. Todo bien señor

Anselmo lo tocó en un gesto cariñoso de despedida y subió rápido hacia su dormitorio.

– Buenas noches – respondió Teddy decidido a subir las escaleras y dormirse de prisa…

Justo antes de levantar el pie para subir el primer peldaño sintió que algo lo inquietaba…

Domingo…

No había visto ni sabido de Domingo en muchas horas…

Maldición…

Agachó los hombros y la cabeza en señal de derrota y cansancio… Giró lentamente y con paso cansado se dirigió al bunker.

Tenía que saber de su otro hijo antes de poder dormirse tranquilo.

El hombre de guardia antes de la entrada al bunker lo saludo indicando que todo estaba tranquilo. Teddy lo miró de manera apreciativa… era uno de los que llevaría con él. Tecleó el código de prisa y la pared comenzó a deslizarse… avanzó confiado.

Su rostro de cansancio lentamente fue cambiando a uno de sorpresa.

Sobre la cama aun veía el bulto del chiquillo… desnudo… ensangrentado… todo revuelto y desordenado…

Sobre un sillón, Domingo dormía desparramado… las ropas mal puestas… el sueño pesado.

Su primera reacción fue la de impresionarse abriendo mucho los ojos y acercarse de prisa hasta la cama… ¿estaba vivo?… despaturrado sobre la cama parecía una marioneta inerte… tocó la piel de Coque… aun tibia… comprobó que seguía respirando… también observó los golpes… la sangre y el lugar de donde provenía…

El cansancio desapareció para ser reemplazado por una ola de furia…

Caminó rápido hasta Domingo… levantó la mano y la dejó caer fuertemente sobre el rostro de su hijo… Un sonido seco…

-. ¿Qué mierda??!!!-

Domingo abrió los ojos bruscamente para encontrarse con el rostro furioso de su padre encima suyo…  abandonó los puños que había alcanzado a levantar… recordó todo lo que había hecho… agachó la cabeza… no había alcanzado a limpiar nada… se había dormido luego de…  no pensó que alguien vendría tan pronto… apretó los ojos esperando el siguiente golpe de su padre… mierda!!! Ahora si iba a matarlo… hasta él era capaz de darse cuenta que la había cagado en grande… pero el mariposa se lo había buscado…

-. ¿CÓMO FUISTE CAPAZ??!!!- Teddy Rojas rugía y se ahogaba en su propia furia.

Domingo se empequeñecía… se preguntaba si tal vez había matado al chiquillo sin darse cuenta

-. No papá… no me… AAHHH!!! – el segundo golpe le llegó en el estómago… no se atrevía a defenderse… a levantar la mano contra su padre…

-. COMO PUDE TENER UN HIJO COMO TU??!!.. ERES BASURA!!!

El guardia entro corriendo… se detuvo en seco al ver lo que sucedía… Teddy le ordenó con la mirada que se fuera…  Golpeo a Domingo un par de veces más hasta que el cansancio lo venció… apenas si hacía mella en el cuerpo de Domingo… Teddy respiraba agitado y estaba furioso.

-. ¿ERES MARICA AHORA???!!! – volvió a gritarle a Domingo

-. ¿Queee??.. no.. NO.. NOOOO… él se lo buscó, papá… estaba…

-. Es un hombre!!!… ¿cómo..?.. tú…

-. Papá… es su culpa… se lo buscó… yo..

-. NO QUIERO SABER!!!– gritó.

Se acercó a ver a Coque nuevamente… hizo un gesto de asco y repugnancia…

-. Tuviste sexo con este… este…?..

No encontraba las palabras para calificarlo… Rojas estaba en verdad choqueado… la idea de dos hombres copulando le parecía repulsiva.

Domingo comenzó a entender…

Teddy Rojas no estaba molesto porque hubiera violado al chiquillo…

Su papá estaba enojado porque ÉL había tenido sexo con otro hombre…

-. Se la metiste a este chiquillo??!!!- le pedía… le rogaba con la mirada que lo negara… que le dijera que no había hecho eso… agitaba las manos en el aire intentando entender…

-. Necesitaba una lección, papá– Domingo se levantó despacio del sillón, acomodándose – yo no soy como él!!!- se defendió

Teddy seguía paseando su vista entre el bulto en la cama y su hijo… no podía imaginarlo… no le cabía en la cabeza que su propio hijo hubiera decidido enterrar su miembro en ese chiquillo… su cara de asco lo indicaba todo… por Dios!! no solo era estúpido sino además era… era… ¿le gustaban los críos??…

Nada lo podría haber decepcionado más que enterarse de esta manera de los gustos de Domingo…  se negaba a seguir pensando… Domingo era el peor error de su vida… Leonardo tenía razón… Si no lo detenían sería la perdición de su familia… sintió un peso instalarse en sus hombros y un dolor fuerte en su cabeza…

-. Ve a buscar a Anselmo- ordenó.

Domingo salió casi corriendo del bunker… necesitaba de la distancia con su padre ahora.

Coque se movió y emitió un quejido atrayendo la atención de Rojas…

Mierda!!!… el chiquillo estaba hecho un asco pero al menos seguía vivo…

Cuando Domingo regresó con Anselmo les pidió a ambos que evitaran cualquier comentario y trabajaran en silencio limpiando y arreglando al chiquillo.  Lo llevaron a rastras al baño y lo limpiaron con el agua de la ducha… Coque abría los ojos para quejarse y luego permanecía quieto dejándose hacer, sin ser capaz de moverse por su cuenta.

Anselmo estaba impactado… a pesar de los golpes reconoció perfectamente a Coque… Ni siquiera sabía que estaba en su casa… ¿Por qué estaba ahí?… todo golpeado y herido??… no entendía nada pero no se atrevió a preguntar… su padre no estaba para respuestas… siguió las instrucciones en silencio y ayudó a recomponer al muchacho… lavando sus heridas y moviéndolo con cuidado…. Todo eso debía doler mucho…

Teddy no abandonó ni un momento la supervisión de lo que ambos hacían. Miraba con molestia y enojo. Pensaba a toda velocidad… intentaba descubrir de qué forma esto podía alterar sus planes… el único peligro radicaba ahora en que el chiquillo muriera… eso sería una verdadera lástima. Tenía otros planes para él.

La rabia escapaba por sus ojos y sus gestos. Ninguno de sus hijos se atrevía a romper el silencio.

Quitaron la ropa sucia de la cama y lo dejaron sobre el cochón desnudo cubriéndolo con algo limpio.

-. Lárgate – escupió Teddy mirando con desprecio a Domingo. No quería verlo.

El aludido obedeció de inmediato y desapareció con prontitud.

-. Quédate con él – ordenó a Anselmo

El menor de los hijos abrió los ojos y la boca. Nunca había participado en nada… ¿Qué tenía que hacer?

-. Vigílalo hasta que lleguen tus hermanos

-. Papá… ¿este muchacho es..?

-. Nadie. No es nadie. Estas cuidando a un fantasma… nunca estuvo aquí, ¿está claro?

Anselmo transpiró helado. Su padre jamás le había hablado de esa forma. Asintió muy rápido.

-. Si señor. Un fantasma. Nunca estuvo aquí- repitió

-. Buen muchacho – palmeó sus mejillas un par de veces y abandonó el bunker para descansar por fin. Al menos sus otros tres hijos valían la pena y el esfuerzo… Domingo… Demonios!!… ya pensaría después que hacer con Domingo… cuando se le pasara el asco que sentía de solo mirarlo e imaginar.

 

 

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