CAPITULO 28
DANNY 16
Danny no se sorprendió demasiado cuando supo que alguien había solicitado una hora completa en su compañía… no era lo habitual pero a veces sucedía. Usualmente, un baile duraba solo 15 a 20 minutos. Entró al privado y sonrió al reconocer a quien estaba dentro… sentado con mucha comodidad, sintiéndose dueño y señor del lugar… se notaba que estaba acostumbrado a que lo reconocieran y trataran de manera especial. Había visto su foto en algunos periódicos y revistas. Era más alto y atractivo en la vida real.
– Hola Danny- se levantó para saludarlo… eso ya era diferente a lo habitual. Un caballero. Estrechó su mano. Tenía una forma cálida y segura de dar la mano.
– Hola… Antonio, verdad?- él sonrió… Danny lo miró un poco hipnotizado… tenía una sonrisa preciosa y lo hacía sentir pequeño con su altura.
-Si… ¿quieres beber algo?-
– No, gracias… no bebo alcohol-
– ¿Podemos conversar un rato?-
Esto definitivamente no era común… generalmente sus clientes solo querían verlo bailar y disfrutarlo de la forma en que se les antojara… pero conversar? o beber juntos? No… eso no era común. Antonio se quedó de pie sonriéndole… había solo un sillón en el lugar y su educación le impedía hacer uso de el… de pronto y con toda tranquilidad se sentó sobre la plataforma, dejándole espacio para que se sentara a su lado… Danny sonrió y lo hizo.
– ¿No quieres que baile? – preguntó algo sorprendido
– Si… pero después. Quiero conocerte primero-
Nunca bailó para Antonio aquella noche. Era el tipo más entretenido que había conocido en su vida, buen conversado y mejor aún para saber escucharlo… comenzó de a poco con las preguntas normales y esperadas pero lentamente fue variando hacia temas más profundos… hizo las preguntas adecuadas y obtuvo toda la información que quería… Danny no se dio cuenta cómo estaba contándole cosas al poco rato de estar allí en la salita juntos. Mientras hablaban, Danny comenzó a sentirse intrigado y atraído por este hombre alto, auténtico y original, con gran visión del mundo, con tanta experiencia y seguridad… además buenmozo y con la sonrisa más hermosa que hubiera visto en su vida. Alguien que sabía hacerlo sentir seguro y protegido… no supo explicar por qué… tal vez los años y la experiencia pero sintió que podía confiar en Antonio. Supo reconocer que estaba tratando con un hombre y no con un chico inseguro. Cuando ya se dio cuenta que no iba a bailar para él, se levanto ágilmente y trajo otro sillón… sonriendo, ambos se sentaron más cómodos.
Antonio estudiaba bien todo lo que le interesaba antes de embarcarse en cualquier aventura, del tipo que fuera… negocios o personal… había pasado por varios grados en diferentes universidades y aunque en el exterior era un hombre sencillo de campo, tenía muchos conocimientos de empresario para llevar adelante todos sus negocios y proyectos… Rara vez se equivocaba pues estudiaba todo muy bien y se preparaba para los acontecimientos. Ahora estaba aplicando todos sus conocimientos de relaciones humanas para hablar con Danny… preguntaba y analizaba… se sentía cada vez más irremediablemente atraído por el chico que estaba sonriendo con simpleza frente a él pero necesitaba saber dónde podía clasificarlo… ya había decidido que quería algo con él… le resultaba demasiado atractivo para dejarlo pasar… el problema era que Danny respondía a todas sus preguntas de manera demasiado correcta… con cada respuesta y actitud subía más y más en su escala de apreciación y valorización… este chico no era un prostituto, no era un zafado ni una loca… era diferente, especial… no calzaba con el prototipo del ligue de “una noche y te olvido”… lo iba sorprendiendo gratamente a medida que hablaban y quería saber más… sentía que Danny no encajaba en este ambiente… era como encontrar una pequeña joya en el lugar más inesperado.
La hora se les pasó demasiado rápido y ambos quedaron con ganas de más… de mucho más…
– Acepta salir conmigo, Danny- pidió Antonio educadamente al terminarse el tiempo juntos recordando que el chico no aceptaba invitaciones. Danny sonrió… ya había aceptado en su mente.
– Bueno…-
– ¿Mañana?-
Sonrió ruborizándose levemente y asintiendo con la cabeza
– Claro- quedaron de acuerdo en la hora y lugar. Luego Antonio abandonó el club y se dirigió a su hotel con una nueva sensación en su interior… feliz.
Danny se quedó con una sonrisa en la cara… lo había pasado muy bien… le había encantado conversar con Antonio… se sintió muy cómodo… a pesar de su fama y popularidad era muy cálido e interesante. Salió de la sala y entró al salón principal… estaba lleno a esa hora y muchas personas lo llamaban o saludaban. Siguió caminando derecho hasta la sala de vestuario. Antonio no era como lo pintaban en los periódicos… era simple y muy simpático, atractivo… alto… ¿en verdad iba a salir con él?… ¿con uno de los solteros más populares?… bueno, nunca había salido con alguien famoso… sí los había conocido en el Club, pero no había tenido una cita con ninguno… hasta ahora. Sonrió al pensar en el nombre por el que lo llamaban los periódicos y la interminable lista de mujeres que se le acercaban… nadie sabía que era gay?… o bisexual al menos?? En realidad podía ser ambas cosas… no sabía. Mientras caminaba perdido en sus pensamientos, David apareció en su campo visual. Se detuvo de golpe sintiendo algo fuerte en el pecho… algo que dolía y se parecía al sentimiento de culpa… sabía que David ocupaba una parte importante de su corazón… estaba pensando seriamente en perdonarlo… darle una segunda y muy estudiada oportunidad… pero estaría muy atento… cualquier cosa tonta que David hiciera y no lo volvería a ver nunca más… le costaba volver a confiar y a entregarse como lo había hecho antes… mierda! ¿Por qué había sido tan estúpido de echarlo todo a perder??!!! Nunca, durante todo el tiempo que estuvieron juntos lo había tomado en serio, había jugado con sus sentimientos… Ahora siempre iba a estar pensando en que lo había traicionado… no quería ser como esos locos maniáticos celosos que desconfían de sus parejas y viven persiguiéndolos y acosándolos… si lo perdonaba iba a tener que ser para volver a confiar plenamente… y aún no se sentía así… aún estaba enojado y dolido. Lo quería… es cierto, pero por ahora era un amor con mezcla de rabia, desconfianza y dolor… esperaría a que se le pasaran todos esos sentimientos negativos, no volvería con David hasta asegurarse que sus sentimientos volvían a ser buenos hacía él… Antonio era una distracción muy agradable por el momento… sonrió con más confianza… era libre… no tenía ningún compromiso oficial con nadie, podía salir con quien quisiera… y si, definitivamente si quería salir con Antonio.
Fueron a ver el estreno de una obra y luego a cenar en el exclusivo restaurant del hotel más lujoso de la ciudad, en forma privada y con todo el lujo esperado de un lugar así… Danny recordó a Felipe… si no hubiera sido por lo que vivió con él, ahora estaría terriblemente asustado y nervioso… pero Felipe le había enseñado como moverse en el mundo del lujo y la exclusividad. Lo recordó con cariño. Siempre le iba a agradecer lo que habían vivido juntos. Se dio permiso esa noche para ser feliz esa noche… bebió champaña, se rió mucho y comió cosas ricas… fue lo más natural y simple con Antonio… de la misma manera que estaba siendo él, solo que a Antonio le costaba ser simple… era una persona con tantos conocimientos y tanto que contar… hablaba de Paris, Tokio y Nueva York de la misma forma que él hablaba de su casa… Cuando llegaron al tema de su hacienda Danny quedó absolutamente cautivado por su forma de referirse a ella… este hombre seriamente amaba el campo y los animales… hablaba con un entusiasmo inmenso y su cuerpo entero se animaba y alegraba al conversar de su tierra, de los cultivos, de sus caballos y la vida en el campo. Le relataba cosas entretenidas y lo hacía reír con sus historias.
– ¿Nunca has vivido en el campo? – pregunto soñador
– No… nunca-
– Es fantástico, Danny. Podría pasarme horas explicándote las maravillas del campo pero es algo que tienes que sentir aquí adentro- se llevó la mano al pecho. Danny lo miró con cierta envidia… era increíble la pasión con la que hablaba… no pudo evitar preguntarse si su pasión se extendía de igual manera a otras áreas de su vida… estaba más que fascinado por el atractivo y la seguridad de Antonio – me gustaría invitarte Danny… ¿quieres ir a pasar unos días a mi hacienda?-
Danny abrió los ojos muy grandes… su primer pensamiento fue para todas esas mujeres de sociedad que morirían por una invitación como la que él acababa de recibir
– ¿Es en serio? – preguntó entusiasmado acercándose un poco más hacia él por sobre la mesa que los separaba. Antonio sonrió y sus ojos se encontraron con los suyos… él estiró su mano para envolver completamente la de Danny provocándole un estremecimiento.
– Si, muy en serio- su mirada prometía muchas cosas
¿Por qué no?… pensó Danny… no he tomado vacaciones en mucho tiempo y esta es una invitación única que no se volverá a repetir jamás… por un instante pensó en “todo” lo que significaba aceptar la invitación… se daba cuenta perfectamente de la atracción entre ellos y por su mente ya habían pasado preguntas estúpidas como si la diferencia de alturas sería importante y la pasión de Antonio… le atraía mucho… tanto, que estaba comenzando a sentirse asustado.
– Acepto tu invitación-
Antonio le dedico una de esas sonrisas especiales… Dios!!! la sonrisa de este hombre podía derretir un iceberg…
– ¿Cuándo? – su mano aún estaba sobre la suya, su pulgar se movía despacio acariciando su piel. Danny estaba contento, inquieto, nervioso y…
– No lo sé… es que tengo que hablarlo… y prepararme y…- este hombre lo ponía nervioso cuando lo miraba fijamente, lo hacía sentir aún menor de lo que era…
– ¿Con tu abuelo?-
– Si… y mi trabajo y organizarme… y… –
– Danny… es una visita al campo, no te vas a mudar a Tokio- Antonio reía. Danny suspiró profundamente y se tranquilizó
– Tienes razón… es que… yo… no sé…- calló… no podía explicarle porque estaba nervioso
– Lo sé… yo también-
Sus palabras lo hicieron detenerse… aterrizar y encontrarse con su rostro hermoso y serio… mirarse a los ojos y decirse sin palabras lo que estaban sintiendo… ese “yo también”… dicho con tanta simpleza y seguridad significaba un reconocimiento de lo que sentía… Danny se quedó sin palabras… su mente solo ocupada por los sentimientos que experimentaba en esos momentos
-¿Tienes pareja, Danny?- pregunto sin dejar de mirar sus ojos y sin soltar su mano
– Algo así-
Antonio sonrió, un poco preocupado… “algo así”?? qué significaba eso?
– Explícame eso un poco – pidió
– Me engañó… creo que lo amo pero estoy enojado-
– ¿Crees que lo amas?…-
– Me engañó…-
– ¿No están juntos ahora?-
– No-
– Bien… entonces. ¿Este fin de semana?-
– Este??!! Bueno… ¿puedo responder mañana?-
– Dime que si ahora – dejó su rostro serio para adoptar esa sonrisa carismática. Danny sabía que todo esto era una locura… pero ¿Cuántas locuras felices había hecho en su vida??
– De acuerdo – respondió con la voz apenas saliendo de su garganta… recién entonces Antonio quitó su mano de la de Danny
– Viajaremos juntos… te esperaré-
– ¿Vas a quedarte por mi?- no podía creerlo
– Creo que vale la pena- respondió con una enigmática sonrisa
Antonio volvió a entrar al mismo hotel luego de dejar a Danny en un taxi. ¿Sería verdad tanta maravilla?.. Danny le parecía una de las personas más dulces y atractivas que había conocido en su vida… era un chico simple, sin contaminar, aunque vivía metido en un ambiente que se prestaba fácilmente para ello. Al llegar a su suite se quedó recordando lo que habían conversado y rememorando las facciones y gestos del chico… le gustaba, lo quería con más ganas que antes. Iba a llevarlo al campo… eran muy pocas las personas que recibían una invitación para ver su vida en la intimidad de su casa pero se sentía entusiasmado ante la idea de tener a Danny allá y mostrarle su hacienda… tenerlo cerca… sonriendo se quedó dormido.
A la mañana siguiente, 10 minutos después de haber despertado, tomó su teléfono y llamó a su secretario particular que dormía un par de pisos más abajo
– Conocí a alguien anoche. Quiero que me averigües todo lo que puedas sobre él– le dio los datos… no era desconfianza. Solo necesitaba asegurarse de que Danny era en realidad la joya que parecía ser. Había despertado demasiado su interés.
Danny despertó alegre… la idea de un viaje lo entusiasmaba mucho… vacaciones?! Si… quería vacaciones y un viaje… recordó a David… su sonrisa se esfumó lentamente… lo quería… pero… suspiró profundo… haría el viaje y a la vuelta decidiría que hacer…
– Danny… necesito hablar contigo-
David entró a la sala de vestuario bruscamente y habló sin importarle que hubiera más chicos presentes. El resto de los chicos desaparecieron por arte de magia… solos nuevamente… Danny lo esperaba. Había hablado con Emilio y Lucas hacía un rato atrás… Sabía que David se enteraría dentro de poco. Finalmente, el hecho de que Lucas estuviera presente fue una ayuda tremenda. Emilio dudaba en concederle vacaciones tan de prisa… de un día para otro… Lucas se ofreció a reemplazarlo y Emilio casi muere al escuchar la idea… definitivamente Emilio no iba a dejar a su chico subirse al escenario para que todos lo vieran
– Danny casi nunca toma vacaciones… tienes que dejarlo ¿por favor?- cuando Lucas le hablaba así, Emilio no sabía qué hacer… no podía negarle nada… lo quedaba mirando hasta que sonreía y se daba por vencido.
– ¿Cuánto tiempo quieres Danny? – preguntó Emilio
– Dos semanas-
– De acuerdo… tómatelas– Lucas premió a Emilio con un beso… Danny supuso que el resto del premio se lo daría más tarde.
No lo había invitado por dos semanas, ni siquiera sabía por cuánto tiempo lo había invitado, pero pensó que sería buena idea descansar de su trabajo y alejarse un poco de David… hasta que se le pasara la rabia y el dolor…y sí, no se iba a engañar a sí mismo, también quería conocer mejor a Antonio… le gustaba, se sentía atraído y aún era libre de poder hacer lo que quisiera…
– ¿Te vas de vacaciones? – preguntó David algo molesto y dolido al mismo tiempo
– Si-
– ¿Dónde vas?- preguntó con mucha delicadeza… David sabía que estaba pidiendo más información de la que debía… no tenía ningún derecho… pero necesitaba saber que estaba pasando… No le gustaba la idea de que Danny se alejara por dos semanas… no le gustaba nada.
Danny se encogió de hombros… no le gustaba esta conversación… él no sabía cómo jugar este juego… era nuevo para él… se detuvo a pensarlo fríamente… era libre, no tenía ataduras con David ahora… pero… a pesar de saber que podía hacer lo que se le diera la gana, se sentía extraño, algo culpable. ¿Cómo lo hacían esos que tenían un novio diferente cada día?… tenía que aprender a ser diferente…
– Voy a salir fuera de la ciudad unos días…- contestó sin mirarlo y rogando por que no le hiciera más preguntas… no quería mentirle pero tampoco quería decirle la verdad… no tuvo esa suerte
– ¿Solo?- David estaba a su lado… podía oler su aroma… se quedó en silencio. David subió su mano por su brazo como ya se le había hecho costumbre… Danny lo dejó… no podía negarse… simplemente no podía… esa mano subiendo despacio era el preámbulo de sus besos… Él lo sujeto y lo acercó hasta encontrar su boca… ahí estaba de nuevo David apoderándose de sus sentidos y haciéndolo olvidarse de todo… solo el contacto con sus maravillosos besos lo podía dejar así de alterado… sus bocas se separaron luego de unos minutos… David pegó su frente a la de Danny y le habló muy despacio… sus manos aún lo retenían cerca de él
– Danny… Danny… dime que vas solo o con tu abuelo, por favor-
Debería sentirse feliz… ahora tenía el poder de causarle tanto o más daño del que él le había causado… sería su venganza… su hora del triunfo… pero no era así… no se sentía bien… sentía un nudo en el estómago y no le gustaba ver a David así como estaba ahora… él no podía dañarlo y disfrutarlo.
No respondió… David fue lentamente comprendiendo el silencio de Danny. Se alejó un par de pasos… tenía los puños apretados y el cuerpo en tensión, su respiración se iba acelerando más y más conforme pasaban los minutos… David quería hablar, preguntar, saber… pero entendía que no tenía derecho…
– Solo dime… dime si tienes algo serio con esa… esa… persona– estaba de espaldas a Danny pero él podía ver su cara en los espejos… por un instante sintió que quería correr a abrazarlo y tranquilizarlo, llenarlo de beso de arriba abajo y reír con él… pero no se movió.
– No lo sé- volvió a responder sin mirarlo. No tenía nada con Antonio… excepto la certeza de todo lo que implicaba haber aceptado su invitación.
David cayó sentado en la silla que se encontraba más cerca suyo. Miró a todos lados buscando… miró sus manos… las entrelazó… pensando en la respuesta que le había dado Danny… su Danny… había otro, se había demorado demasiado en volver… por supuesto que había otro que quería quitárselo… celos, rabia… ganas de retenerlo y obligarlo a reconocer en voz alta lo que le daba a entender cuando respondía a sus besos
– Danny…- dijo despacio… mirándolo, pidiéndole
– Volveré en dos semanas –
David quería pedirle que no fuera a ninguna parte con nadie más… que él podía llevarlo de vacaciones a Paris, a Egipto, a la China o a cualquier parte del mundo que quisiera, si eso lo hacía feliz… pero que fueran juntos… y felices… se quedó ahí mirándolo sin decirle nada… sintiendo que Danny volvía a escurrirse entre sus dedos y deseando volver el tiempo atrás y no haberlo herido nunca… no tenía derecho ahora… solo debía aguantar y esperar…
– David… – Danny comenzó despacio a hablar, le costaba un poco hacerlo pero sintió que tenía que decirlo… era lo justo – yo… entiendo si después de esto las cosas… las cosas entre nosotros cambian… está bien-
– ¿Cambian?… no entiendo, ¿Qué quieres decir?-
– Si cuando vuelva ya no te intereso… está bien… podemos ser amigos, no?- auch!.. le dolió pronunciar y pensar eso… pero tenía que ofrecerle una salida. Estaba diciéndole abiertamente que se iba a ir con otra persona y David no tenía la obligación de seguir esperando por él.
– Que ya no me intereses???… – se puso de pie mientras hablaba y caminó decidido hasta él… Danny supo lo que iba a hacer antes que lo besara con fuerzas y algo de violencia, sujetando su cabeza y robándole nuevamente la tranquilidad con ese beso en el que se perdía en su boca… sus sentidos nublados… no fue uno… fueron tantos que perdió la cuenta… se ahogaba en sus besos y seguía queriendo más…
– Espero que te sirvan para recordarme mientas estés fuera– no lo soltaba y le hablaba encima de su boca mirando sus ojos…
– David.. yo…- no sabía que decir…
– Vuelve pronto…- otro beso– no creas que te voy a dejar tranquilo- uno más… intenso, apasionado- y no se te ocurra enamorarte, ¿me estas escuchando?-pasaba sus manos acariciando su pelo y su cara, resbalaban por su cuerpo y lo atraían hasta dejarlo entero pegado a él… – no se te ocurra, de acuerdo?-
Danny apretó sus labios… quería reír de alegría… de tranquilidad… sentía un sentimiento cálido recorrerlo… lo abrazó fuerte… esta vez tuvo claro que era él quien lo estaba abrazando y besando. No le dijo nada más… ¿qué podía decirle?…
David salió de la sala una vez que hubo dejado muchos besos más en su boca y abrazos en su cuerpo. Cuando ya estaban comenzando a dolerle los labios y su cuerpo estaba pidiendo algo más… Danny respiró tranquilo. David lo iba a esperar… Sabía que iba a estar con otra persona pero aún así lo iba a estar esperando cuando él volviera… sonrió… pensó en Antonio… pensó en David… ¿en qué se estaba metiendo?…
Durante todo el día siguiente Danny estuvo pensando en lo que debía hacer… el viaje lo entusiasmaba muchísimo, así como también Antonio… ¿Sería sólo su imaginación que recordaba tan interesante y atractivo a Antonio?… ¿Era así en la vida real?… Todos los pensamientos que Danny había tenido sobre olvidar el viaje murieron en el mismo instante en que Antonio puso un pie en su casa… volver a verlo fue refrescante, alegre… excitante. Saludó con mucha educación a su abuelo y conversaron un rato sobre las plantas… se podía ver claramente que Antonio entendía mucho sobre ellas. Era un hombre que se sentía cómodo en cualquier situación, se adaptaba rápidamente y lo deslumbraba con su actitud, lo hacía sentir que él era capaz de manejar cualquier cosa que le pusieran por delante… y él se estaba poniendo justamente en su camino. Abrazó a su abuelo y se despidieron con cariño. Tras la reja de salida estaba el auto de Antonio. Danny dejó su bolso en la parte de atrás y se subió junto a él.
– ¿Listo para la aventura?- Preguntó Antonio tomando su mano como si le perteneciera. Danny no la quitó… al contrario, apretó un poco la mano de Antonio entre las suyas, sonrió un poco nervioso.
– Más que listo…-
Las miradas de ambos prometían y ofrecían muchas cosas. Sonrieron cómplices.
CAPITULO 29
DANNY 17
CAPITULO 17 – DANNY Y LUCAS
Antonio normalmente usaba su helicóptero para viajar entre la hacienda y la ciudad, pero ahora quería compartir el tiempo con Danny durante el viaje por carretera; era un hombre que tenía casi todo lo que se puede desear pero las personas con capacidad de sorprenderlo eran muy pocas… por eso, estaba más que dispuesto a entregar su tiempo a Danny, quien lo sorprendía mucho y muy gratamente. Eran casi dos horas las que tenían que cubrir. Conversaron de todo durante el viaje; Antonio preguntaba con esa habilidad especial desarrollada a base de estudios y experiencia y se encantaba cada vez un poquito más con Danny, con sus respuestas simples y sabias… con la ternura y los restos de inocencia que aún quedaban en él… lo miraba largamente, confirmando con sus ojos lo que Danny le decía y luego sonreía aprobando… Danny no entendía esas miradas de observación, pero le gustaba la sonrisa final… le contó de a poco su vida… sin saber cómo, termino hablando de su hermano, de sus padres, de la tristeza del primer tiempo… Klaus aún lo emocionaba y lo enojaba de igual manera… su abuelo de mentiras que era su conexión más real con lo que significaba una familia, Don Mauro… todo… por primera vez y frente a alguien que tenía tanta experiencia y sabiduría, Danny se sinceró sintiéndose aliviado y nervioso al mismo tiempo. La historia de su vida no era una de las mejores, pero quería que Antonio la supiera… había algo en él que lo hacía confiar… Antonio escuchaba y aprobaba. Danny era irrealmente encantador e interesante.
A pesar de los fueres sentimientos que experimentaba al hablar, Danny se encargó de la música y Antonio se sorprendió al descubrir que sus gustos musicales no eran tan disparejos. Finalmente, después de dos horas que les parecieron muy cortas, los portones de la hacienda aparecieron ante sus ojos.
La casa y el paisaje era magníficos, Danny miraba asombrado intentando calzar la magnificencia que veía con el hombre encantador que tenía a su lado… grandes jardines antiguos que parecían parques inmensos rodeaban la casa, estaban en la pre-cordillera y las montañas nevadas se veían tan cerca… largos corredores asoleados, muebles antiguos y valiosos… salones elegantes… todo era de clase y buen gusto. Varios sirvientes salieron a recibir a Antonio. Los trató a todos con cordialidad. Se notaba la buena relación entre el dueño y su gente. Almorzaron. Danny había perdido la capacidad de hablar. Estaba realmente impresionado. Sabía lo que era la riqueza… recordaba a Felipe, pero este señorío… este tipo de clase y estilo era algo nuevo y diferente.
Luego del almuerzo, Danny descansó un rato en la habitación que le habían indicado… pero estaba demasiado inquieto para quedarse tendido sobre una cama y salió por las enormes puertas de su habitación a caminar por el parque que parecía invitarlo. Se asustó un poco al ver un par de perros enormes que se acercaban a él, pero un jardinero, se encargó de tranquilizarlos y se quedaron junto a él, acompañándolo en su recorrido; uno oscuro como la noche y el otro con manchas blancas… enormes y juguetones.
Antonio se encerró en su escritorio a trabajar rápidamente mientras creía que Danny descansaba; pero solo vio las cosas más urgentes dejando a su secretario a cargo de todo el resto. Tenía una entretención que lo apuraba, no quería malgastar su tiempo en papeles y empresas cuando Danny estaba descansado bajo su mismo techo. Golpeo despacio la puerta de la habitación de Danny, entró y volvió a salir al jardín en su búsqueda. Lo encontró caminando junto a sus dos gran Danés
– Veo que ya conociste a Trueno y Escarcha –
Se acercó. Sus perros eran una de las debilidades de Antonio. Al sentirlo cerca los animales corrieron donde su amo. Antonio les hizo cariño y les habló como si fueran niños…
– Son magníficos… todo esto es magnífico- Danny no podía evitar sonreír… le encantaba el lugar, la compañía, agradecía estar donde estaba
Los caballos los esperaban ensillados. Antonio le enseñó a montar en uno de los caballos mas mansos de la hacienda. Danny subió nervioso pero feliz… la sensación de montar un caballo era nueva y le encantó. Recorrieron parte de la hacienda por anchos caminos de tierra rodeados de antiguos encinos. Antonio le explicaba sobre las plantaciones y las cosechas… Danny entendía lo que le hablaba y le parecía interesante, pero más que nada se quedaba pegado admirando el porte y la seguridad con que hablaba y se movía… el dominio absoluto que tenía sobre el potro negro y brioso que montaba… Antonio era una estampa para comérselo entero y Danny había sucumbido totalmente…
-¿Qué pasa? – preguntó a propósito, sonriendo confiado… sabiendo exactamente qué era lo que le pasaba a Danny que llevaba ya un buen rato mirándolo
– Nada…- se sonrojó… Antonio sonrió confiado… tanto tiempo había esperado por alguien así… al pasar los años había llegado a perder la esperanza. Ahora estaba ilusionado. También lo miraba y le gustaba mucho… cada vez más.. se había quedado encantado con Danny desde que lo viera en el escenario de aquel club…
El resto de la tarde se les fue rápida entre recorrer los potreros, conversar con los obreros y el capataz y revisar los sembradíos y animales. Antonio con paciencia le explicaba todo. Era genial la vida en el campo… Danny quiso manejar un tractor y se sintió alegre como niño cuando Antonio le dijo como hacerlo y lo dejó dar vueltas a su gusto. Cuando llegaron de vuelta a la casa estaba comenzando a entender y a amar el mundo privado de Antonio, el campo era su pequeño paraíso y aquí dentro, él era amo y señor. Estaba todo sucio, tierra, caballos, etc… pero no importaba, se sentía relajado y feliz. Se duchó y cambió ropa. Cenaron en la terraza. El aire limpio y los sonidos de la naturaleza. La cena deliciosa y la compañía… la mejor. Terminaron de comer. Antonio se paró y tomó su mano con tanta naturalidad como si siempre hubiera pertenecido entre las manos de él.
–Ven. Vamos a caminar un rato– despacio, de la mano se internaron por los senderos del parque…
– Me gusta tu hacienda, tu vida aquí es soñada…-
Antonio sonrió
– No siempre es tan idílico, pero no la cambiaría por nada del mundo–
– No me lo imaginaba así… es tan… perfecto-
Antonio detuvo su marcha.
– Solo hay una cosa que la haría aún mejor- estaban frente a frente. Danny tenía que alzar la vista para mirarlo. Se sentía pequeño. Antonio lo miraba con muchos sentimientos en sus ojos… admiración, ternura, deseo… su mano le acariciaba la cara… su dedo pulgar pasó despacio rozando su labio inferior…
Danny no preguntó a que cosa se refería… sabía cuál iba a ser la respuesta. Se sentía totalmente embriagado por la situación… las suaves caricias de Antonio lo estaban excitando y volviendo débil a la vez… él se movió despacio para besarlo. Lo hizo con dulzura y suavidad la primera vez, sujetando su barbilla con una mano y tocando apenas su cintura con la otra… Tanteando con lentitud los labios de Danny. No tenía prisa por volverse apasionado y violento… había esperado mucho por alguien como Danny y quería disfrutarlo al máximo… sabía, con su larga experiencia, que todo iba a llegar, solo quería saborear con intensidad cada momento. Se siguieron besando y acariciando. Danny sentía que estaba frente a un maestro, alguien que podía enseñarle a él, no era solo su tamaño… era toda su persona que lo hacía sentir protegido, pequeño, que Antonio sabía más
– Me alegro de haberte conocido, me gustas mucho – Le hablaba con seguridad. Se internaron un poco más por los caminos del jardín… los perros correteaban a su alrededor… unos cuantos pasos, otros pocos besos y caricias… bajo los grandes árboles que mecían suavemente sus hojas… con una brisa tranquila y perfumada a su alrededor… era un sueño… un hermoso y placentero sueño. Antonio disfrutaba mucho un paseo así de simple con Danny tomado de su mano, anticipando lo que vendría después… se controlaba para no arrástralo sobre el pasto del jardín y llenarlo de besos… quería que todo fuera bien hecho, no quería asustarlo…
Cuando ya había oscurecido y se habían dado tantos besos, volvieron a la casa llenos de ansiedad y deseo; sus manos entrelazadas y los cuerpos tocándose. La quietud y la tibieza de la noche era espectacular.
Caminaban por el corredor, cada uno debía ir a su propio dormitorio. Antonio se paró delante de a Danny. Estaban frente a la puerta de su habitación. Lo rodeo con sus brazos, sin apretarlo, solo movía sus dedos acariciando su espalda… provocándolo.
– Danny, quiero hacerte el amor – No había segundas lecturas ni posibilidad de error… Antonio era siempre muy directo para expresar lo que quería. Danny también lo quería…
– Si…- respondió en un suspiro emocionado.
La habitación de Antonio era enorme y señorial. Sin prisa, Antonio desvistió a Danny… se notaba como disfrutaba quitar cada prenda de ropa y acariciar la preciosa piel del chico rubio que se dejaba acariciar y que, con el lenguaje de su cuerpo y sus suaves gemidos, pedía más sin palabras… le gustaba la forma en que Antonio lo tocaba y lo hacía sentir… sus manos grandes y firmes en su cuerpo… a pesar de la diferencia de edades y experiencias, los dos sabían lo que estaban haciendo…
Antonio disfrutaba tocando a Danny por primera vez, conociendo su piel y sus reacciones, descubriendo dónde y cómo le gustaba ser tocado… parecía tan suave y delicado, pero sonreía con sorpresa al darse cuenta que había fortaleza y confianza tras la fachada del niño dulce… sabía lo que quería y lo indicaba, le hacía saber sin restricciones cómo quería ser tomado… Antonio quería hacerlo sentir bien… darle todo, explorar el cuerpo de Danny hasta habérselo aprendido… escucharlo gemir y abandonarse…
Para Danny era extraño abandonarse así… siempre procuraba causar placer a su pareja… complacer… era extraño quedarse así, solamente recibiendo… tanto y tan bueno… quiso devolverle a Antonio toda la atención que estaba recibiendo.. se movió…
– No mi rubio bonito… esta noche es para ti, déjame hacerte feliz…- Se complacía en complacerlo…
Danny se limito a suspirar y sentir. Era diferente a todos sus amantes anteriores… no se había encontrado todavía con alguien que tuviera tanta experiencia ni supiera brindarle tanto placer. Lo acomodó sobre la cama, se deleitó observándolo
– Solo déjame amarte, Danny… – lo besaba lentamente, con cuidado, como si Danny fuera algo infinitamente valioso, sus dedos seguían la línea de su cuello, bajaban acariciando su pecho… sus manos extendidas abarcaban gran parte de su pecho… acariciaba sus tetillas con los pulgares… su boca perdida en la de Danny, tocando, probando… La urgencia les llegó de pronto cuando ya no bastaba con las caricias y los besos… ambos se sujetaron firmemente y se besaron con mayor apasionamiento, Danny abrió su boca para dejarlo entrar plenamente y Antonio tomó posesión de ella. Respiraban agitados y sus cuerpos se buscaban para saciar las ganas que se tenían desde que habían conversado la primera vez. Podía sentir su erección tocarlo.
Antonio se levantó un momento para buscar lo necesario en alguna parte de su closet. Danny contempló su estupendo cuerpo deslizarse por la habitación completamente desnudo y seguro… sintió que el deseo se incrementaba, fuerte y doloroso… era un hombre especial… era el que había idealizado en sus sueños… y lo quería dentro de él. Antonio separó las piernas de Danny con gentileza pero firmeza… entró sus dedos en él… Danny lo dejó actuar, no tenía que guiar ni indicar… Antonio sabía bien. Su pene se hundió despacio en Danny hasta llegar al fondo haciéndolo gemir…
– Dame más Danny, déjame escucharte…-
Se apretó al cuerpo de Antonio, su cara enterrada en su pecho, las embestidas se volvieron más rápidas y placenteras… Danny lo complacía gimiendo cada vez que lo sentía entrar… se tocaban de una manera que les gustaba mucho… ambos expertos, ambos se daban placer mutuo…
Se durmieron abrazados, satisfechos y cansados de todo un día completo de actividad en la que el pequeño mundo de Danny parecía haber girado en 180 grados.
Cuando despertó en la gran cama se demoró solo unos segundos en recordar dónde estaba. Se estiró con pereza… su cuerpo estaba algo adolorido pero no lo suficiente como para evitar que una sonrisa de alegría se le pintara en el rostro. Se levantó, duchó y vistió para partir en busca de Antonio. Una de las sirvientas le indicó donde encontrarlo. Golpeo la puerta y descubrió a Antonio trabajando sentado tras un gran escritorio de madera. Se paró de inmediato al verlo y acudió a recibirlo con un beso, una cálida sonrisa y los brazos abiertos que lo envolvieron pegándolo a su pecho de hombre
– No quise despertarte… dormías tan apacible… parecías un niño pequeño-
Abrazados salieron del escritorio para dirigirse a desayunar
– Gracias… creo que estaba muy cansado– se detuvieron en el medio del corredor… se besaron como correspondía… reconociéndose y degustándose.
– Eres increíble Danny– suspiró Antonio acunándolo entre sus brazos. Él se dejo envolver por esos brazos, sintiéndose protegido y querido.
Los días pasaron demasiado a prisa en el campo; todas las mañanas amaneció en la cama de Antonio, abrazado por él y cobijado en su cuerpo grande y acogedor. Tenían toda la libertad que necesitaban en ese lugar, no había testigos de su amor más que los empleados así es que caminar de la mano, caer rodando abrazados sobre el prado o contemplar las estrellas sobre una manta cerca del bosque de encinos mientras bebían un vino antiguo y caro, era algo que podían hacer sin restricciones.
Al terminar el cuarto día, Antonio sorprendió a Danny guardando sus cosas personales en la maleta
– ¿Tienes que irte?- preguntó mirándolo directo a los ojos. Antonio no estaba acostumbrado a pedir ni a preguntar…
– No…- respondió dudando… quería quedarse con él
Se quedó otra semana completa en la que aprendió a manejar bien su caballo, el nombre de los diferentes cultivos… rodaba con los perros por el prado y su pelo se llenaba de hierbas cuando se besaban acostados sobre el jardín… nunca había sentido tanta libertad… pero recordaba que lo estaban esperando y se le hacía lejano todo aquello que lo esperaba… lo evadía… ahora no era el momento.
Cuando llegó el día que tenía que partir, tanto Antonio como Danny se sentían muy cercanos y unidos… ninguno pensaba en terminar lo que habían comenzado… pero tenían ideas diferentes respecto a que esperar a continuación
– No quiero dejarte ir…-
Danny de pie en la sala entre las piernas abiertas de Antonio que estaba sentado y lo sujetaba abrazando a su cuerpo, pegado a su estómago… reteniéndolo
– Tengo que irme…- reía despacio – tengo que trabajar… mi abuelo esta solo…-podían seguir viéndose… eso esperaba
-Ven… siéntate aquí un momento-
No habían hablado del tema en serio en ningún momento, solo se habían dejado llevar por todo lo que sentían pero Antonio entendía que estaban frente a alguien que podía significar un gran cambio en su vida… sabía que él era mayor pero eso no era un obstáculo entre ellos… estaba cansado de la soledad y feliz de haber encontrado a Danny; tenía los medios y la forma… podía ofrecerle una muy buena vida a Danny… pero también entendía que a Danny no se llegaba a través del dinero sino del corazón, el chico era puros sentimientos… ahora solo necesitaba que Danny accediera y quisiera intentarlo con él… entendía que solo tenía 19… era mucha la diferencia, pero no estaba dispuesto a dejarlo escapar fácilmente… sentía que valía la pena intentar algo más serio e importante con Danny… recordó que había mencionado a otro… pensó cuidadosamente las palabras a decirle…
Danny se sentó a su lado… las manos de ambos entrecruzadas y los cuerpos muy juntos
– Danny… han sido de los mejores días que he vivido- lo miraba a los ojos, Antonio era sincero y directo
– Para mí también…- se expresaba con sinceridad…
– No quiero que terminemos… quiero seguir contigo, mi rubio bonito-
Danny sonrió… le gustaba como lo llamaba, al principio solo era en la intimidad pero ahora lo llamaba así todo el tiempo… Antonio era la personificación del sueño de amor y seguridad que se había formado en su mente… Era mucho más de lo que se había atrevido a soñar alguna vez… sonrió y lo miro sintiendo algo que parecía amor… sin embargo, Los ojos claros de David aparecieron en su mente… sus besos… la mirada de dolor cuando partió
– Tampoco quiero dejar de verte…- respondió pensativo…
– Me dijiste que había alguien más…-
Calló… ahora tenía que pensarlo… era imposible seguir postergando una decisión… Antonio entendió su gesto… en los 10 días que habían pasado juntos había aprendido a conocer las expresiones de Danny y a encantarse con ellas
Levantó despacio la barbilla de Danny para obligarlo a mirar sus ojos…
– Quiero ser el único…- pidió con su honestidad de siempre
“no quiero compartirte”… había dicho David…
Danny no supo que decir… tenía que hablar con David… estaba sintiendo cosas fuertes por Antonio, pero no era menor lo que sentía por David…
– Rubio bonito… voy a ir a verte todas las semanas…- Antonio se dio cuenta de lo difícil que le resultaba a Danny responder en ese mismo momento. Lo abrazó y le habló bajito muy cerca de su oído – te quiero para mi… aquí, a mi lado-
Danny lo miró asombrado… ¿quedarse con Antonio..? ¿no era eso lo que quería, acaso? Lo que había pensado y anhelado… pues ahora lo tenía ahí… frente a él…
Se volvieron a abrazar y besar… sus cuerpos se atraían y rozaban…
Se despidieron… ninguno dispuesto a dejar de verse…
– Voy dentro de poco a la ciudad– le dijo Antonio en el último beso… no le gustaba abandonar el campo, pero iría a verlo, a buscarlo – no quiero que me olvides – sonreía y se quedaba pegado en su boca… sin soltarlo… no quería…
– Estaré esperándote…- lo abrazó fuerte y unió sus labios con los de él por última vez… se terminaba los días mágicos…
Cuando bajó del helicóptero que lo había traído de vuelta y la realidad de Danny se volvió nuevamente las casas, calles y el ruido de la ciudad, se sintió triste… en otro lugar, no tan lejano había un mundo diferente esperando por él… Antonio lo había invitado a que intentara ser parte de ese mundo… a su lado y lo que hasta hace poco tiempo atrás era un sueño imposible, ahora se había vuelto una realidad… solo tenía que tomar una decisión.
LUCAS Y EMILIO
Emilio había vuelto a recuperar su tiempo con el regreso de David. Se habían sentado frente a frente y habían conversado largo y tendido sobre todo lo que había pasado… prevaleció la amistad de tantos años y el cariño que ambos se tenían… el inmenso bache que se había creado en la relación se esfumó y volvieron a ser los de siempre… David lo llamaba nuevamente por nombres graciosos como lo había hecho toda la vida… solo que ahora sabía que no tenía nada más que esperar de Emilio que su fuerte lazo de amistad… era más que suficiente… un amigo era algo muy valioso y respetaba mucho esa amistad; su amigo era feliz con Lucas; no recordaba haber visto antes a Emilio como andaba ahora… no dejaba de sonreír, lleno de ánimo y felicidad… la cara de Emilio cambiaba y se volvía toda azúcar y melaza cuando Lucas estaba cerca.
– Adivina qué pasó??!!– Lucas abrió la puerta de la oficina de Emilio de golpe… siempre entraba así, sin tocar… Emilio siempre sabía cuando era él por su forma de interrumpirlo… pretendía regañarlo pero siempre estaba demasiado feliz de verlo.
Levantó la vista justo a tiempo para verlo correr hacia él y arrojarse encima suyo,abrazándolo y repartiendo besos por toda su cara
– Adivina… adivina!!!…- Lucas estaba especialmente ansioso e inquieto y lo miraba expectante
– No sé Lucas… cuéntame que pasó– lo sujetaba de la cintura para que no se cayera… se movía como loco, sin poder contener la alegría. Se paró de un salto y gritó su noticia
– Voy a filmar un comercial!! – sus ojos irradiaban alegría y miraba esperando la reacción de Emilio. Se levantó tras él y lo abrazó fuerte… su crío se convertía en adulto… no quería dejarlo ser adulto, quería conservarlo niño a su lado para siempre… era egoísta y desesperado… irreal, imposible… pero lo amaba tanto… crecerían juntos… este era uno de los primeros pasos grandes de Lucas y quería estar a su lado todo el camino
– Crío… te felicito!! – lo envolvió en un gran abrazo y lo levantó haciéndolo girar en la habitación. Sus bocas unidas… Lucas invadió la suya con fuerzas… lo dejó… estaba tan llenó de energía que era imposible detenerlo. Sintió el roce de su lengua en la suya… en sus dientes, su paladar… Se quedaron juntos, muy pegados…
– Emilio… es un comercial en serio, importante, para la televisión…- le contó todos los detalles… caminaba, giraba, se movía… su cuerpo parecía no contener todo el ánimo que tenía, lo tocaba, seguía moviéndose…
– Comenzamos en dos semanas… voy a filmar un comercial de verdad!!!- se volvió a lanzar a sus brazos corriendo y saltando… Emilio lo contuvo… Lucas era un volcán en erupción… ya sabía lo que tenía que hacer para ayudar a Lucas a gastar toda esa energía que lo estaba volviendo loco. Aún con él en sus brazos, caminó hasta la puerta y pasó el cerrojo… solo ese acto fue suficiente para que Lucas comprendiera al instante la mirada de Emilio. Sonrió y comenzó a morderse los labios, anticipando… apretando su pelvis contra la de Emilio y su boca, su lengua, nuevamente invadió la que tanto amaba… Se dejó llevar hasta el sillón grande… inquieto, quiso sentir la piel de Emilio en sus dedos de inmediato… tiró de la ropa hasta sacarla… Emilio solo con jeans lo enloquecía… estaba enamorado de ese hombre con locura… amaba cada centímetro de su piel, se excitaba al tenerlo tan cerca, mirándolo con deseo… ahora tenía muy claro lo mucho que a Emilio le gustaba que se concentrara en sus tetillas y se las estimulara hasta dejarlas rojas, hinchadas y adoloridas… las besó de a una, absorbiéndolas en su boca, mojándolas con su saliva, chupando fuerte y raspando muy suave con sus dientes… Emilio lo desnudaba y él movía su cuerpo para ayudarlo sin soltarse de su pecho… Emilio se movía con cuidado, le gustaba sentir a Lucas colgado de él… se quitó los jeans y el resto… le separó las piernas muy abiertas dejando una levantada en el sillón… sus manos investigaban en sus genitales… Lucas gemía sobre el pecho de Emilio… encima de una de sus tetillas… se ubico frente a su entrada y lo penetró de una sola vez… sin ser brusco ni violento pero empujando con seguridad hasta tenerla toda dentro de su crío. Lucas sintió que el aire abandonaba sus pulmones… se sentía bien tener a Emilio dentro suyo… lo soltó para acomodarse mejor… quería tenerlo entero, que llegara hasta el fondo, quería sentir las bolas de Emilio chocando en su culo… se movieron a un mismo ritmo… comenzando con lentitud para muy luego agarrar un ritmo frenético en búsqueda de la ansiada liberación y el exquisito placer… se abrazaron fuerte en el momento en que llegaron, sudados, acalorados… dichosos, jadeando sus nombres…
– Emilio… te amo… te amo…- su voz era la de un niño pequeño
Emilio lo beso aún sin recuperarse del todo, sosteniéndolo en sus brazos, donde Lucas se quedaba sin moverse… con él, volvía a ser el niño que había conocido
– Dos semanas para comenzar el comercial?
Lucas asintió moviendo su cabeza
– Si… ¿por qué?
– Dios!!. Voy a necesitar vitaminas…
CAPÍTULO 30
DANNY 18
DANNY
El abuelo lo recibió con su mejor sonrisa. y un cariñoso abrazo. Le había preparado su comida favorita y lo esperaba con ansias, aunque habían conversado a diario por teléfono echaba de menos a su nieto y estaba muy contento de tenerlo de vuelta. Se sentaron a la mesa… Luego de solo unos pocos minutos juntos, Isaías fue capaz de leer la nueva alegría en los ojos de Danny. No dijo nada. Había visto a Antonio. Le parecía bien… pero también había visto al rubio que lo había venido a buscar unas semanas atrás. Suspiró tranquilo… mejor exceso que falta.
Danny se sentía feliz y preocupado al mismo tiempo… tenía extrañas sensaciones en su corazón… recordaba a Antonio, el campo y sus labios se curvaban en una sonrisa y sus ojos se volvían soñadores… era un sueño todo aquello… luego pensaba en David, lo había dejado por dos semanas… ahora tenía que dar la cara y hablar con él… tendría que buscarlo y decirle… solo que no sabía que quería decirle, estaba confundido y enredado como nunca antes lo había estado… pensaba en Antonio y sentía alegría… era exactamente lo que había preparado y formulado en su mente para una vida casi perfecta y feliz… así era, verdad?… luego recordaba a David… sus besos, lo que le hacía sentir… cómo lograba manejarlo con sus caricias y toques… y todo volvía a confundirse… si tan solo lo hubiera tomado en serio desde el principio… aún no podía terminar de estar en calma con él… aún tenía sentimientos encontrados… ¿qué tenía que hacer para superarlos de una buena vez?… y más importante aún, ¿quería hacerlo?.
Por ahora, pensaba pasar los días que le quedaban de vacaciones tranquilo, en casa con el abuelo, dedicándole todo el tiempo y el cariño… quería llamar a David, saber de él… pero aún no tenía claro que decirle así es que se aguantó las ganas. No se sorprendió demasiado cuando al segundo día de haber llegado, David apareció en su casa antes de la hora de almuerzo, bien vestido y sonriente.
El rubio estaba feliz de verlo… lo miraba a los ojos intentando leer y saber… ansioso de estar juntos nuevamente…
– Volviste… pensé que me llamarías- se notaba algo triste. Estaban solos en el jardín, sentados bajo la sombra de un enorme árbol que el abuelo Isaías decía haber plantado hacía mucho tiempo atrás
– Lo siento… debí llamarte. Es que… –
David estaba expectante esperaba a que Danny continuara hablando… quería escuchar que lo había echado de menos y que lo perdonaba, que estaba dispuesto a darle una nueva oportunidad… se negaba a pensar cualquier cosa diferente… aunque se daba cuenta que no lo había llamado cuando llegó. Lo vio tan hermoso y luminoso… Danny tenía un leve bronceado, los días de relajo le habían hecho bien a su espíritu y a su cuerpo… lo reflejaba en su piel… tenía ese aspecto de eterno adolescente… de niño de ojos grandes tan expresivos. No pudo reprimir más sus ganas y se acercó hasta quedar muy cerca suyo… sin abrazarlo pero sus cuerpos se tocaban
– Dime al menos que me echaste de menos…- pidió sin mirarlo
Danny se demoró unos segundos…
– Pensé en ti… me acordé de ti-
Sintió el golpe…
– Danny?- estaba preguntando todo lo que quería saber…
– Lo siento David… yo… no te hice caso… lo que me pediste que no hiciera… creo que lo hice–
David respiraba muy tranquilo para toda la conmoción que sentía dentro… cerró los ojos… recordaba… le había pedido que no se enamorara… Tomó la mano de Danny entre las suyas… era mucho más pequeña y delicada, la piel tersa y los dedos delgados… finos, una mano hermosa como todo el resto… la sostuvo fuerte entrelazando los dedos con los suyos
– Crees… que… podrías contarme que pasó?-
Danny se sorprendió de la petición pero entendió. David necesitaba saber que terreno pisaba ahora… le había dicho que lo esperaba y que entendía, pero necesitaba saber dónde estaban parados ambos ahora
– Estuve en casa de otra persona todos estos días…- comenzó muy despacio, sabiendo que lo dañaba con sus palabras
– Ya sé dónde y con quien estuviste… los chicos del club estaban como locos hablando de tu buena suerte.-
Se quedaron en silencio… las manos aún entrelazadas… David acariciaba despacio la mano de Danny moviendo apenas su pulgar.
– ¿Fue así Danny?… ¿tuviste buena suerte?-
Se demoró en responder
– Dormí con él-
La mano de David no soltó la de Danny… solo la apretó un poco más fuerte…
Los segundos pasaban y seguían en silencio… sin haberse separado…
– ¿Lo quieres?- su voz denotó lo que sentía… no salió ni firme ni segura. Danny se tomó su tiempo para contestar…
– No sé… siento algo importante por él –
David ni siquiera respiraba
– Pero también siento algo importante por ti…-
El aire salió de sus pulmones por fin dejando espacio para que entrara aire fresco… Se llevó la mano de Danny a su boca y la besó con fuerza
– Te quiero Danny… no me voy a dar por vencido, no me importa la fama ni el dinero de Antonio… solo dime que aún puedo tener esperanzas- le hablo despacio con la mano de Danny aún pegada a sus labios y mirándolo directamente a los ojos
– David… no sé que siento… nunca antes me sentí dividido de esta manera… tú… me importas mucho y necesito…- la boca de David lo calló. Era todo lo que necesitaba escuchar… se ponía todo más difícil, lo sabía… Antonio era un competidor importante pero no lo suficiente como para dejarlo fuera de combate. Él tenía a Danny cerca suyo todos los días… lo conocía mejor. Lo volvería a conquistar… conocía su cuerpo y sus sentimientos… sabía tanto de Danny y solo quería volver a amarlo y que lo amara como había sido antes
Danny abrió su boca y recibió a David… respondió a sus besos como lo había hecho siempre… perdiéndose y sintiendo intensamente… se sentía liberado del peso que guardaba… no tenía secretos con él ahora… le había confesado toda la verdad… no tenía más verdad que agregar… no sabía que sentía ni a cuál de los dos quería más… también sabía que no podía ni quería resistirse a los besos de David… le gustaba el rubio con su forma de ser… le gustaban sus manos que lo abrazaban suavemente y lo tocaban con cariño… esa boca.. esos labios… lo que David le hacía con solo tocar su boca era… indecente y delicioso.
– Te voy a pasar a buscar más tarde. Te voy a llevar a divertirte- se había puesto de pie y le hablaba besando su pelo y manteniéndolo junto a él… intentando por todos los medios posibles disimular la pena que había sentido
Danny sonrió resignado… había algo en David que lo hacía sentir bien…
– Y no me digas que no… quiero estar contigo, necesito que me dejes demostrarte lo que siento… quiero ganarte Danny-
–No es una competencia David… son mis sentimientos-
– Lo sé… quiero creer que en el fondo de tu corazón aún me quieres– lo volvió a besar… Danny calló
– No sé lo que siento… estoy confundido- lo miró pidiendo comprensión y ayuda.
David lo abrazó… parecía un niño pequeño, confundido y algo nervioso
– Danny… déjame pasar tiempo contigo, no voy a presionarte si no quieres… pero tienes que ser justo conmigo también-
Quedó de pasarlo a buscar más tarde. Danny estuvo todo el día sintiéndose extraño… tal vez hubiera preferido quedarse solo y pensar… era extraño volver a recibir los besos y caricias de David cuando aún no se borraban los besos de Antonio… se sentía partido… si tan solo pudiera decidirse ya… pero… David parecía haberse tomado las cosas con más calma de lo que esperaba… quizás si se hubiera enojado y le hubiera gritado y exigido… le habría dicho de inmediato que lo dejara en paz… pero así… de esa forma tan dulce que aceptaba las cosas y le decía que aún lo amaba… no podía negarse… más aún cuando al volver a verlo su corazón se alegró… ¿en que se estaba convirtiendo?… tenía sentimientos fuertes por dos personas… ambos sabían de la existencia del otro y estaban dispuestos a esperar su decisión… no parecía tan terrible ni tan difícil… solo tenía que tomar una decisión… pero se partía en dos… Antonio llenaba todas sus esperanzas y le ofrecía un futuro maravilloso… era el sueño perfecto hecho realidad… dulce, conocedor, lo hacía sentir protegido y querido… David… eran otros sentimientos… sus besos lo hacían perderse… encendía su cuerpo y su alma… se conocían mejor, sabía bien quien era David y aunque lo había engañado… no podía dejar de sentir cosas fuertes por él…
Salió con David en la noche. Fueron a un lugar increíble, lleno de luces, colores y música; David sacó a relucir una faceta desconocida para Danny… también era un buen bailarín y estuvieron bailando, conversando y riendo hasta tarde. Lo fue a dejar a su casa de madrugada. Se habían divertido mucho y en ningún momento David había intentado besarlo ni nada de eso, aunque sentía sus miradas deseándolo. Estaba haciendo su mejor esfuerzo por ser lo que Danny quisiera. Al detenerse frente a la casa, Danny no hizo el intento de bajarse de inmediato… El rubio, al ver que Danny no escapaba corriendo sonrió feliz… anticipando sus labios y su sabor… se acercó despacio, acariciando apenas la piel de su cuello
– Me he portado bien toda la noche…- le dijo riendo en su oído. Danny sonrió… se había dado cuenta de eso
– Lo sé y te lo agradezco…-
– Puedo besarte ahora?- antes de esperar respuesta lo besó… Danny se había quedado a esperar sus besos… la pasión que David encendía en él era diferente… Se separaron agitados… ambos sabían lo que podían esperar del otro… se habían hecho el amor muchas veces y David deseaba con muchas ganas volver a tenerlo… pero Danny no quería nada hasta estar más claro en sus sentimientos.
– Tengo que irme ahora…-
– Danny…- no era un reproche… solo quería un poco más
– David… gracias por ser tan comprensivo y entenderme. Yo… estoy intentando…-
– Te quiero, Danny– lo calló con otro beso…
Pasó los dos últimos días con su abuelo; David lo llamó un par de veces y lo mismo hizo Antonio… la voz de ambos lo emocionaba… estaba casi más confundido que antes… pensaba en seguir su vida con uno de ellos… pero sentía un vacio respecto del otro… ambos tenían cosas que Danny quería y necesitaba.
El lunes se presentó en el Club mucho más temprano de lo normal. Quería enterarse de lo que había pasado en su ausencia, saludar a quienes eran su segunda familia y a la vez practicar un poco más, puesto que se había alejado por dos semanas. Se abrazaron fuerte con Lucas… quizás Lucas no se había dado cuenta, pero Danny notó de inmediato los cambios en él
-Estás más alto y fuerte… mírate nada más!!-
– No es cierto… estoy igual-
– Estas cada día más lindo, Lucas– le dijo con cariño desordenándole el pelo… si hubiera tenido que describir su relación con Lucas lo habría calificado de su hermano menor.
-¿Cómo esta todo con Emilio?-
– Bien – contestó sonrojándose levemente al recordar las cosas que habían hecho hacía un rato atrás
– ¿Así de bien, eh?- se río Danny haciéndolo enrojecer un poco más
– ¿Y tú? – se atrevió a preguntar Lucas – ¿cómo esta todo con David?-
La cara sonriente de Danny perdió algo de su expresión
– ¿Todavía no lo perdonas? –
Se sentaron en el escenario… no había nadie cerca y podían conversar a gusto
– No es eso…- comenzó despacio Danny – es que… pasó algo y ahora no sé qué hacer-
-¿Quieres contarme?… puedo guardar tu secreto-
Danny lo miró agradecido… si, Lucas bien podía ser su hermano menor y él necesitaba conversar con alguien…
Lucas lo miró con sus ojos grandes azules muy atentos… Danny estaba abriéndose con él y eso era especial… supo que tenía que escuchar en silencio y aprender a guardar solo para él todo lo que le contara… aprendería a ser su mejor amigo, tal como Danny había sido con él. Se sintió feliz de merecer la confianza de su amigo. Danny le contó lo que Lucas aún no sabía… su visita al campo, lo que había pasado con Antonio… ambos sabían que existía otro en su vida… la confusión que tenía en sus sentimientos… no podía decidirse…
– Dime cómo es Antonio- Pidió Lucas… conocía bien a David pero quería saber qué tipo de persona era Antonio. Danny se lo describió… parecía perfecto e ideal
– Pues… no sé cómo ayudarte… estás hablando de lo que sientes en tu corazón y ahí sólo mandas tú… no puedo ayudarte a decidir tus sentimientos… solo puedo decirte que ambos parecen buenos para ti-
Danny lo miró un poco asombrado… Lucas crecía rápidamente.
– Es verdad… no sé Lucas… estoy confundido-
– Danny… si eliges a Antonio, ¿vas a irte?- No le gustaba pensarlo… se había encariñado mucho con Danny y no quería que se fuera.
– Pues… no sé Lucas… no lo había pensado… me gusta lo que hago… no sé hacer otra cosa–
Esa simple pregunta de Lucas abrió una gran incertidumbre en su mente… si, es cierto que el campo era maravilloso y vivir allá con Antonio sería un sueño… pero él no podía dejar a su abuelo ni tampoco depender económicamente de Antonio…
-Gracias Lucas… me has dado algo en qué pensar-
– Sabes, creo que si los echaras a ambos en una batidora saldría la mezcla ideal que necesitas…- rió despacio… Lucas se había vuelto afectivo y cariñoso. Danny lo abrazó de vuelta
– Tienes toda la razón-
– Quiero contarte algo importante!!!- volvía a ser el adolescente entusiasmado y ansioso – voy a filmar un comercial para la televisión –
Danny lo miró admirado… no era tan extraño después de todo… Lucas no sabía lo adorable que era… se volvieron a abrazar… con más ganas aún… ambos crecían, ambos cambiaban, dejaban atrás al niño en ellos y sus vidas se volvían más de adultos.
David apareció un poco más tarde. Danny practicaba. Se quedó observándolo desde una esquina… le gustaba ver el cuerpo elástico de Danny doblarse, estirarse, girar y moverse… hermoso… lo había tenido en sus manos… tan seguro y entregado… ¿Cómo no fue capaz de darse cuenta de lo que arriesgaba?… se recriminaba. Estaba enojado consigo mismo desde hacía mucho tiempo… debió saberlo, debió advertirlo… Danny se movía al ritmo de la música y ocasionalmente lo miraba y sonreía… su dulce sonrisa lo llenaba de un sentimiento cálido y profundo. Cuando terminó de ensayar se dirigió a la sala de vestuario seguido de cerca por David.
Sus manos en la cintura esbelta, atrapándolo y atrayéndolo hacia él
– No… tengo que ducharme.. estoy todo transpirado…- protestaba con poca convicción
Pero David no lo soltó… lo besó callándolo. Estaba excitado de tanto mirarlo.
– Me vas a volver loco Danny…- profundizaba aún más su beso
– David… no es mi intención…-
– Lo sé… pero no puedo evitarlo… dime cuando te vas a decidir? –
– Yo.. no sé… no sé nada aún…-
Y volvían a caer en el juego de la seducción. Danny intentando controlarse para no alimentar esperanzas en David que no sabía si podría cumplir pero el rubio lo seguía donde quiera que fuera dentro del club… a veces desde la distancia, otras veces encima suyo, tocándolo… perdiéndolo en sus labios… tal parece que se había propuesto no desaparecer de su vida, hacerle saber que estaba presente y con él, en todo momento… sin presionarlo más que con sus besos
Los días se les pasaron rápidos en este juego y ya pronto llegaba el fin de semana. Danny recibió una llamada de Antonio el día viernes temprano
– Te he echado mucho de menos mi rubio bonito-
– ¿Vas a venir? – preguntó Danny evitando responderle… si, lo había echado de menos también, quería su compañía… pero se sentía culpable… los momentos que había pasado con David habían sido muy buenos… no se arrepentía de los besos ni de los roces de su pelvis en su cadera… de la sonrisa lasciva del rubio cuando lo acariciaba ni de lo decidido que parecía a reconquistarlo… se había sentido muy bien en su compañía
– Voy a verte en un par de horas Danny… –
– Te estaré esperando-
Dio mil vueltas en su casa, pensando y desesperando… qué iba a hacer en la noche, cuando David y Antonio estuvieran juntos… Dios!! Era todo tan complicado… había tratado de ser justo, no ocultaba nada, ambos sabían… pero esto era desesperante… ¿Cómo se quedaba con uno sin ofender al otro?… ¿Cómo lo hacía para no herir a nadie? …
El abuelo Isaías lo miraba y sonreía… hace mucho rato ya que se había dado cuenta de lo que pasaba… pero lo prefería así… que le sobraran los interesados a cuando andaba lánguido y tristón, dejándose caer en los sillones y derramando lágrimas y suspiros… al menos ahora estaba lleno de energía y parecía feliz, a pesar de la preocupación. Decidió entregar su aporte para ver si lograba calmarlo.
– ¿Y qué pasa ahora?… ¿va a venir el huaso a verte?… ¿se te juntaron los dos?-se sentó al lado de Danny con mucha tranquilidad mientras comía cerezas recién recogidas del árbol del jardín
Danny se giró brusco a mirarlo. A veces olvidaba lo suspicaz que era su abuelo… lo entendía todo con solo mirarlo… necesitaba solo un par de detalles para entender la película completa
– Si… se juntaron los dos- dijo echándose un par de cerezas a la boca
– Bien-
-Abuelo… ¿cómo, bien?… no sé qué hacer!!! – casi gritaba
– Y ¿por qué tienes que hacer algo tú?… son ellos los que te quieren a ti, no?… déjalos entenderse entre ellos… tú mi niño, solo déjate querer-
Se quedó sin palabras un momento..
– Pero…-
– ¿Le prometiste algo a alguno de ellos?
– No abuelo… aún no sé qué hacer-
– ¿Entonces?- lo miró triunfante. Danny lo miraba perplejo… tal como lo planteaba su abuelo… pues… sonaba lógico… dejarse querer… que se entendieran entre ellos… sonaba muy lógico. Siguieron comiendo cerezas en silencio.
Llegó a la misma hora de siempre e intentó hacer lo mismo de todos los días… El día viernes era uno de los de mayor clientela así es que había mucho trabajo. David aparecía a ratos y se quedaba mirándolo… sonreía… Danny no podía resistirse a la sonrisa del rubio… sonreía de vuelta. Cuando terminó de ensayar lo buscó. Quería seguir siendo sincero con David, aunque doliera
– Tengo que decirte algo- dijo decidido, tomándolo del brazo y llevándolo a un lugar donde pudieran hablar tranquilos. David lo siguió sin protestar… pasó sus manos por la cintura e intentó alcanzar su boca. Se sorprendió cuando Danny lo rechazó poniendo su mano por delante.
– No… esta vez necesito que me escuches-
– Bien… ¿qué pasa? – seguía sosteniéndolo muy cerca. Danny quiso alejarse pero no se lo permitió
– David… es en serio. Necesito decirte algo y no sé cómo hacerlo- David se estremeció un poco… Danny estaba demasiado serio. Había pensado mucho en él, todos los días y casi a toda hora. Esperaba que Danny tomara una decisión luego pero a la vez temía que lo hiciera
– Te escucho- dijo soltándolo
– Es que… solo quería decirte que… – miró sus ojos grises… tan expectantes y llenos de esperanza… de pronto se sintió horrible, muy, muy mal -Diablos! No sé cómo hacer esto, David!!!… no sirvo para esto!!- dio media vuelta y quiso alejarse pero la mano de David en su brazo lo sujetó firme. Le habló tranquilo
– Danny… puedo escuchar lo que tengas que decirme-
Retrocedió y se quedó frente a él… sin mirarlo
– Solo quería decirte que Antonio va a estar aquí esta noche–
David recibió el golpe fuerte y directo, como un verdadero puñetazo en su estomago…
– Entiendo…- se quedaron en silencio sin mirarse… Danny porque no podía soportar ver la cara de tristeza de David… no quería, y David porque no quería demostrarle a Danny lo mucho que lo había afectado lo que acababa de decirle… ¿tendría que ver a Danny abrazado con Antonio?…
– ¿Viene por ti?- supo que la pregunta era tonta pero tenía que hacerla de todas maneras
– si – respondió apenas en un susurro
David midió lo más cuidadosamente posible lo siguiente que quería preguntar… no debía… pero tenía que saber…
– Danny… ¿vas a pasar la noche con él?-
Eso era… un poco más de lo que creía que podía tolerar…
– No-
– ¿No?-
– No… ni contigo ni con él… mientras… no tome una decisión- recién levantó sus ojos para mirarlo y de esa manera reafirmar lo que estaba diciendo. David lo abrazó fuerte… sintió el cuerpo delgado pegado al suyo… dolía… el amor de Danny estaba doliendo mucho. Suspiro fuerte y luego de darle un beso en el pelo se alejó sin volver a mirarlo.
Danny sintió el dolor de David… se quedó quieto en el mismo lugar por varios minutos…
LUCAS.
– Levanta el mentón Lucas…- el fotógrafo le enseñaba y le tomaba cientos de fotos… escuchaba el “Click” de la cámara repetirse cientos de veces…
– Eso es, inclínate levemente hacia la luz… eso, perfecto.. quieto, no te muevas!!!
Parecía más entretenido de lo que en realidad era. Llevaba horas aprendiendo y estaba cansado y tenía hambre… pero no se quejaba… hacía lo que le decían sin demostrar su cansancio… tenía que aprender todo y muy rápido… Pablo y Cristian le estaban dando la oportunidad de su vida y no iba a desperdiciarla. Corría a cambiarse ropa, soportaba que muchas manos lo tocaran al mismo tiempo; alguien arreglaba su pelo, otra le ponía maquillaje, una tercera echaba una crema… y entremedio, le daban instrucciones para la siguiente toma. Respiraba profundo, era joven… podía soportarlo todo… añoraba a Emilio a su lado, se sentiría mejor si lo tuviera ahí pero era un imposible… también tenía que trabajar. Se conformó pensando que estarían juntos más tarde… como lo echaba de menos… cuando Emilio estaba cerca se sentía capaz de cualquier cosa…
Estaba comenzando la siguiente toma… Lucas ponía todo su empeño. Pablo entró callado al estudio, sin molestar al fotógrafo y a sus ayudantes. Estaba acompañado de otros dos hombres jóvenes, alrededor de los 25. Los tres centraron sus miradas en él, pero ya no le molestaba, se estaba acostumbrando a ser el centro de atracción, al menos ya no se sonrojaba como antes y era capaz de seguir sonriendo sin preocuparse de los ojos encima de él.
Cuando se produjo un descanso, los tres se acercaron a él
– Lucas… quiero que conozcas al productor musical y su ayudante… estarán a cargo del sonido del comercial.
Los saludó cordialmente, ambos parecían agradables. No se había imaginado la cantidad de gente que se requería para filmar solamente un comercial de minutos de duración. Los dos hombres que acompañaban a Pablo eran jóvenes y atractivos; uno rubio, que parecía el jefe, y el otro de pelo oscuro. Ya que había vivido tanto tiempo entre ellos, Lucas podía distinguir claramente cuando estaba frente a alguien gay… ambos lo eran. Pero era una política de Pablo y Cristian… siempre que tenían que solicitar ayuda a otras empresas procuraban hacerlo a quienes como ellos, eran de su mismo género… sabían lo difícil que era abrirse camino en los negocios siendo homosexual, sobre todo para quienes no lo ocultaban.
-Estamos recién empezando– le aclaraba el rubio a Lucas- pero este comercial tendrá el mejor sonido del mundo- le gustaba su voz y la forma de hablar, como sus ojos claros lo miraban directo… el rubio tenía un carisma increíble
– Me gusta tu entusiasmo- dijo Pablo abarcándolos a ambos con la mirada – pero sabemos bien la clase de trabajo que realizan a pesar de ser tan nuevos… son buenos y confiamos plenamente es su capacidad– sonreía
–Gracias… estoy seguro que será un placer trabajar todos juntos– se despedía educadamente – Fue un gusto conocerte Lucas. Nos estaremos viendo muy seguido-
Se despidió con una leve reverencia. Lucas lo miró algo sorprendido… las venias y reverencias eran algo de la antigüedad… pero en el rubio resultaba muy natural y graciosa. Era mucha la gente que estaba conociendo y estaba feliz. Todos eran amables con él.
– Estamos listos Lucas… siguiente toma!!!-
Suspiro dándose ánimo. Solo una hora más y ya estaría con Emilio… las mariposas aún bailoteaban en su estómago al pensar en él…