Lucas 4

CAPITULO 10

LUCAS

Habían sido, quizás, las semanas más difíciles de mi vida y eso que he vivido bastantes cosas difíciles a mi corta edad… pero tener a Emilio tan cerca, buscándome constantemente… verlo celoso y saber derechamente que le gusto y no poder hacer nada… me estaba costando mucho y exigiéndome más de lo que podía controlar…  pero era lo que Danny me había aconsejado, lo que me dijo que tenía que hacer y, a pesar de que aun no sucedía nada concreto, de alguna manera sentía que algo estaba cambiando… Emilio estaba resquebrajándose… necesitaba que rompiera esa caparazón de protección que no lo deja acercarse a mí y sentía que eso estaba sucediendo lentamente. Su genio, siempre amable y educado, había cambiado y ahora estaba muy temperamental… a ratos amable y encantador, luego enojado y gritón y, en otras ocasiones, frio y cortante… pero me buscaba, cada vez que aparecía por el club, después de mi trabajo y mis clases, sentía que él me buscaba mucho más de lo que me buscaba antes, cada vez que entraba al club aparecía delante de mí… quería saber de mi, que le contara mis cosas… me moría de ganas de correr donde él cada vez que algo nuevo sucedía, en mi trabajo, lo que aprendía, como me entretenía, todo lo que me pasaba… Emilio era la única persona que había logrado acercarse a mí y calar hondo en mi corazón, tenía profundos sentimientos por él, no solo de amor y deseo sino también de amistad y compañía… pero una vez más recordaba los consejos de Danny y solo le entregaba información a medias, dejándolo con dudas y ganas de saber más… a ratos sentía pena, quería ser sincero con él, arrojarme, totalmente entregado, en sus brazos y suplicarle que me volviera a besar, exigirle que reconociera de una vez lo que sentía por mi… quería tener la libertad de tocarlo y besarlo y dejar este juego de manipulación que me parecía algo sucio… pero entonces recordaba sus convicciones y prejuicios… Emilio no iba a tocarme ni a reconocer sus sentimientos si yo mismo no lo forzaba. Me costaba mucho, no tengo la fortaleza ni el entrenamiento necesario para jugar este juego… quería su cariño, sus besos, y mi forma de bailar era la línea de comunicación a través de la cual se lo gritaba en silencio cada vez… bailaba para él… bailaba pidiéndole que me quisiera…  cada paso, cada movimiento era dedicado a él, cada vez que estaba en el escenario y estiraba mi brazo y rozaba la barra pensaba que lo estaba acariciando, al enredar mi pierna en la misma pensaba que me aferraba a él… y aunque no lo miraba directamente, sabía que estaba entre el público cada una de las noches que yo bailaba… él estaba en mi mente mientras me movía… era algo extraño, inquietante… excitante y creo que de alguna forma los clientes podían predecirlo… sentir lo que yo estaba sintiendo… había un profundo estado de sexualidad pura en mi baile… deseo y pasión que ellos podían sentir también.  En cuanto terminaba de bailar me sentía agotado… como si hubiera tenido una maratónica sesión de besos o algo más, con él… sólo pensaba en él cada vez que movía mis caderas, mi cuerpo entero… sentía tantas cosas… me excitaba de solo saber que estaba entre los clientes observándome, quería terminar y correr a su oficina para verlo a los ojos y preguntarle que había sentido, me moría por saber si sus sentimientos eran parecidos a los míos… quería contarle que había bailado solo para él… pero no lo hacía. Hubo una vez especialmente intensa en que no aguanté más y casi corrí hasta él, pero Danny me sujetó

– Si quieres que funcione debes dejarlo reconocer lo que siente y que logre aceptarlo como algo normal… no lo presiones más de lo que ya lo estás haciendo – me dijo mientras sujetaba fuerte mis brazos

– Pero… pero no estoy haciendo nada… no logro que me diga o haga nada… – me queje casi llorando… Danny solo se río

– Ay Lucas!!! ¿Qué acaso no lo has visto??… te come con los ojos, te sigue donde vayas… estas logrando mucho… solo ten un poco más de paciencia…

– ¿Cómo voy a tener más paciencia Danny???…- A ratos sí se me notaba la edad que tenía en la impaciencia que mostraba y en la ansiedad que me devoraba… me contestó muy serio

– Si creer que vale la pena tienes que esforzarte…  si corres donde él ahora, antes de que haya bajado todas sus defensas, solo vas a lograr que se aleje más

Sus palabras me asustaron, no quería que Emilio se alejara más… no… no… apenas podía con la situación actual…  echaba tanto de menos su compañía, su cariño, las conversaciones, los almuerzos juntos, todos los ratos que compartíamos, cuando solo estábamos juntos y todo era tan natural entre los dos … lo extrañaba terriblemente y me dolía alejarme de él cuando me buscaba y me acosaba con preguntas que solo contestaba a medias para luego alejarme inventando cualquier excusa… me dolía de verdad y me costaba un enorme esfuerzo que pareciera todo natural… hubiera preferido quedarme la tarde entera conversando con él… pero una y otra vez recordaba las palabras de Danny…  “Déjalo siempre queriendo más… No le entregues todo, sólo dale un poquito”… estaba confiando en sus consejos casi ciegamente, más vale que Danny estuviera en lo cierto…

Danny fue uno de los primeros que soltó el grito cuando me anunciaron que tenía mi primer baile privado… ¿un solo cliente y por toda la noche??? Eso no le había pasado nunca a ninguno de ellos… ¿Quién tenía tanto dinero para hacer eso???… me sentí halagado… asustado, nervioso… un cliente para mi…  sabía que muchos pedían bailes privados conmigo… pero esta era mi primera vez… mi estado de ánimo era extraño… quería y no quería hacerlo… en el escenario yo era anónimo y si bailaba para él, solo yo lo sabía… los clientes sólo podían presentir algo… pero no lo sabían… en cambio ahora, iba a dedicarle un baile a un desconocido… a alguien que había pagado dinero para verme hacerlo… un leve escalofrío me recorrió la espalda.. se sentía extraño… por un segundo pensé que Emilio tenía razón cuando me decía que no quería verme nunca en los privados… bailando para un cliente cualquiera… ¿por qué entonces había autorizado este baile?. Los minutos avanzaban demasiado rápido para mi gusto y las 12 de la noche se acercaban a mucha velocidad.  Los chicos alrededor mío me indicaban cómo hacerlo mejor… era diferente en un privado que en el escenario… me advertían sobre las manos de los clientes que a veces insistían en querer tocarlos… Yuko no participaba de esta conversación y se mantenía aislado, mirándome de reojo, en una esquina de la sala… tampoco le había gustado saber que iba a bailar en un privado… nos habíamos acercado mucho durante las últimas semanas y aunque él no me hablaba directamente de sus sentimientos, yo sabía lo que él sentía y me daba un poco de pena no corresponderle. Yuko es un chico muy bueno y dulce, me había vuelto a invitar a salir un par de veces pero no acepté… cuando estábamos juntos le gustaba tocarme… pero sin ninguna mala intención… un leve roce en mi brazo… o acariciaba mi pelo un instante.  Emilio nos vio más de una vez conversar juntos… creo que no le gustó… ¿se sentiría celoso quizás??… sonreía de solo pensar en esa posibilidad… hasta que recordaba que solo era una posibilidad.

El reloj seguía avanzando y ya tenía que prepararme… conocía todas las salas de los privados, decoradas en persona por David pero la idea original había sido mía… nunca esperé encontrarme en una situación así… conforme pasaban los minutos me arrepentía mas y mas de habérselo pedido a Emilio… ahora estaba seguro de que no quería entregarle mi baile a un extraño… pero ya era tarde y no podía arrepentirme.  Me tome unos minutos y corrí al baño. Solté las lágrimas de miedo y arrepentimiento que me correspondían. Luego, me lavé la cara cuidando de no estropear el leve maquillaje que los chicos me habían puesto, especialmente en mis ojos. Me miré al espejo y me di cuenta de la ropa que llevaba… totalmente ajustada a mi cuerpo y no me cubrían por completo, parte de mi cintura y mi espalda estaban desnudas… pero ya no tenía tiempo para cambiarme… me sentí más vulnerable aún… que tonto, ¿cómo no lo pensé antes??… ya estaba… no tenía más tiempo…  me decidí a hacerlo.  Cuando salí del baño faltaban solo unos minutos para las 12.

– ¿Estás bien? – Danny me esperaba fuera del baño

– Si… – le respondí tratando de aparentarlo pero me miró con esa cara que pone cuando sabe que estoy mintiendo – No…  tengo…  no sé qué hacer –  me tomó de los brazos

– Baila Lucas!!… es lo que sabes hacer y lo haces bien-

– Pero es un extraño… no sé quien es… yo siempre bailo solo para él- mi voz parecía la de un niño pequeño, quejándose asustado.  Danny me miró diferente… creo que por primera vez no sabía bien que decirme… así es que solo me abrazó.

– Baila Lucas… si no te gusta no vuelvas a hacerlo… pero ahora ya es tarde… solo ve allí y baila… cierra los ojos e imagina que es él… no pienses en nada más– me soltó y me sonrió – ya vete… no quieres llegar tarde a tu primer privado, no es cierto? – le contesté con una sonrisa algo triste

– No… tienes razón, no quiero llegar tarde- un poco más animado y sintiendo el peso de lo que significaba la responsabilidad asumida, levanté mi cabeza, le sonreí a Danny, respiré hondo y partí a la sala que me habían indicado. Corrí despacio la cortina esperando encontrar a alguien dentro de la salita pero solo había oscuridad… me detuve desconcertado, sin saber bien que hacer… sabía que había una plataforma en cada una de las salas para ejecutar el baile, a una distancia prudente del cliente, así es que muy lentamente, tratando de recordar donde se encontraba en esta sala específicamente, comencé a moverme hacía ella

– Hola?-  salude para ver si había alguien más conmigo. Entonces la luz principal se encendió confirmándome que si había otra persona en la sala muy cerca mío y que había presionado el botón para encenderla. La luz daba directo sobre mí y no me permitía ver quién era el que estaba conmigo. Apenas alcancé a llegar a la plataforma cuando la música comenzó a sonar… era mi canción favorita!!!, eso me hizo sonreír… había soñado mil veces en bailar esta canción pero no la había escogido para el escenario porque era un poco más lenta de lo necesario… sobre la plataforma me sentí desconcertado … me hubiera gustado hablar con el cliente y que me dijera que era exactamente lo que quería que hiciera, pero al parecer él no estaba dispuesto a hablar conmigo… había escuchado a los chicos hablar sobre clientes así, que se mantenían ocultos y nunca les veían la cara… no era lo que había esperado  para mi primera vez, pero tal vez fuera mejor así… no tendría que verlo y me permitiría seguir pensando solo en Emilio… por un segundo estuve quieto pero la música me encantaba así es que sin ningún esfuerzo comencé a moverme…  lento, cadencioso… la canción tenía un ritmo que no alcanzaba a ser lento ni tampoco rápido… era perfecta para movimientos extremadamente sensuales y eróticos pero no sé si estaba dispuesto a entregarle eso a un cliente extraño, cuyo rostro no podía ver… así es que comencé, de a poco, a moverme con pasos un poco más relajados… de pronto lo escuché… escuché su forma de respirar, algo agitada y entonces tuve la total seguridad de que ahí, a solo tres pasos de distancia, había una persona que estaba excitándose al verme bailar… halagado???… más bien asustado y recordando las veces que Emilio me había dicho que no quería verme haciendo esto… seguí moviéndome, envolviendo mis manos en mi cuerpo… ¿por qué de pronto lo había autorizado?   pensé con un poco de rabia… entonces recordé las reglas, el cliente desconocido en la sala conmigo no podía tocarme… solo mirarme… no me gustaba la sensación de lo que estaba sucediendo pero algo en mi interior me dictaba que tenía que hacerlo bien, era un cliente, era mi primer baile en privado… unos segundos después me fui relajando y dejándome envolver por los sonidos de la música… cuando ya me capturaron por completo, mi cuerpo sólo respondía a las notas musicales y al ritmo… sentí que mis movimientos escapaban de mi control y mi cuerpo se movía solo… erótico, incitante… sensual… su respiración se volvió aún más agitada y lo escuché moverse… cambió su posición en el asiento y por un segundo alcancé a ver parte de su zapato y su pantalón que quedaron dentro del haz de luz que me iluminaba… mi mente se quedó helada… esos zapatos!!!… ¿era una coincidencia??!! Yo los había visto mil veces… eran los zapatos que Emilio usaba normalmente!!!… Emilio??!!! Dios!!! Estaba Emilio conmigo en la sala??!! Eso explicaba mil cosas en un instante!!!   La cantidad de emociones que pasaron por mi cuerpo me hizo desconcentrarme del baile por un momento y estuve a punto de gritar su nombre… pero algo me contuvo… ¿y si me equivocaba?? Sería una fea metida de pata… tal vez era un cliente que usaba ropas y zapatos parecidos… quizás eran solo mis ganas de que el cliente fuera Emilio lo que me hacía confundirlo con él… quizás… o quizás no… sentí que mi boca sonreía de puros nervios… tenía que saber quién era a toda costa… y si mi baile lo excitaba y lo hacía moverse entonces necesitaba que volviera a sentirse inquieto y me permitiera ver nuevamente aunque fuera un pedacito de su persona… dios!!! Podría ser Emilio quien está conmigo… esta vez me concentré totalmente, cerré los ojos y deje que mi lengua recorriera mis labios para luego morderlos… si era Emilio iba a darle lo mejor de mi… y si no era, entonces al menos, sería un cliente bastante satisfecho. Mis manos resbalaban suaves por mi cuerpo… mis caderas se mecían pensando en él… el baile… había perdido todo control sobre el y solo imaginaba a Emilio sentado en la oscuridad observándome y le estaba ofreciendo lo mejor de mi… completamente insinuante y entregado… pasados unos segundos volví a escucharlo, esta vez fue un pequeño sonido… un gemido??… no sé bien que fue pero se sentía bien escucharlo y pensar que podía ser él… volvió a moverse y mis ojos se fueron directo a sus pies y volví a ver una parte de sus zapatos que quedaron apenas iluminados… entonces no me cupo duda alguna… era la forma en que él se sentaba… eran sus zapatos… Emilio estaba frente a mí!!!, sentado en la oscuridad!!!… la emoción me recorrió por entero y  sentí un fuerte golpe de adrenalina recorrerme y el calor invadir mi cuerpo…  Emilio… ¿puedo destruir tus barreras con mi baile?? ¿Puedo lograr que pierdas el control?? me volví un poco más atrevido en mis movimientos… ¿Qué tenía que hacer?? ¿Qué me habría aconsejado Danny si estuviera aquí conmigo??… lo pensé solo un segundo y me decidí de inmediato… aprovechando los movimientos del baile comencé, de a poco, a acercarme a él… lo sentí agitarse en el asiento… no podía verlo pero al llegar al borde de la plataforma y aprovechando uno de mi pasos, puse un pie fuera de ella, más cerca de él… seguía moviéndome insinuante… ahora que tenía la certeza de que era Emilio mi cuerpo había perdido todo pudor y olvidado cualquier límite… quería que de una vez por todas rompiera con todo y se volviera loco por mí… me estaba moviendo un poco fuera del haz de luz pero no me importó… despacio, di otro paso más cerca de él…  volvió a moverse en el asiento, inquieto, estaba tan cerca que pude sentir su aroma… Emilio!!! … sonreí más insinuante aún y me acerqué un poco más al costado del sillón… sujete una de mis manos en el asiento y seguí moviendo mi cuerpo casi rozando el suyo que permanecía completamente inmóvil…  acerque mi cara a la suya en la oscuridad mientras mordía mis labios y volvía a pasar mi lengua sobre ellos… Emilio respiraba erráticamente… ya fuera del haz de luz, cerré los ojos unos instantes y al volver a abrirlos pude distinguir mejor en la oscuridad…  sus ojos… me miraba hipnotizado y sus manos se sujetaban fuertemente del asiento… su boca estaba levemente abierta… unos cuantos movimientos más de mi cuerpo… pasé mi cara muy cerca de la suya…  mi respiración en su cuello… estaba jugándome el todo por el todo…

– ¿Qué crees que haces? – me preguntó con una voz que no le había escuchado nunca antes… ronca y profunda, cargada de deseo y pasión…. contenida apenas. No dejé de moverme al ritmo de la música

– Bailo…- contesté muy cerca de su boca- sólo para ti… – por fin!!!… Cielos!!! se sentía magnífico poder decírselo así… finalmente una confesión

– Lucas… – una de sus manos soltó el asiento y me sujetó muy firme por la muñeca… envolví su antebrazo con mi mano y tiré de él… obedeció como un muñeco a control remoto… se puso de pie sin soltar mi brazo ni quitarme los ojos de encima… yo no paré de moverme, solo que ahora bailaba pegado a él… moviéndome sinuosamente alrededor de su cuerpo… no sé de donde me salió la capacidad de hacer lo que estaba haciendo pero no iba a detenerme… subí y baje mis caderas rozando su cuerpo… me sostuve de su hombro con mi otra mano y continué moviéndome mirándolo de frente en la oscuridad… sentí el calor de su cuerpo pegado al mío… Emilio estaba totalmente excitado, casi tanto como yo… que sentí que mi cuerpo había cobrado vida nueva… sensible en cada fibra… maldición!!! si no era ahora no iba a ser nunca… tirando despacio solté mi mano de su agarre y puse ambas manos firmemente en sus caderas… iba a comenzar a agacharme, rozándolo, totalmente atrevido… cuando sentí un fuerte tirón… sus manos calientes en mis hombros y al instante, sus labios sobre los míos… gimiendo… sus manos, desesperadas, me sujetaban con fuerza… la cabeza, la cintura… en todas partes… quise llorar de la alegría pero estaba demasiado emocionado como para llorar… el calor no solo provenía de su boca sino de todo su cuerpo pegado al mío… hambriento, me besaba sin detenerse, introduciendo su lengua en mi boca abierta que lo invitaba y lo incitaba… recibiéndolo con inmenso placer… mezclando por fin nuestras salivas y saboreando nuevamente su delicioso sabor… quería gritar y abrazarlo muy fuerte y correr como un loco gritando su nombre… algo dentro de mí se sentía explotar en millones de pedacitos de alegría y liberarse… nos separamos un segundo para tomar aire pero se quedo con su cara pegada a la mía dándome miles de pequeños besos por todo el rostro mientras repetía mi nombre, que a mí me sonaba a puro éxtasis. Sentí calor recorrerme el cuerpo entero… excitación y la molestia que me causaba la ropa ajustada que estaba usando… mi reacción era la de un hombre, no la de un niño

– Lucas… Lucas… ¿Qué me haces Lucas?…- me abrazaba, me besaba, sus manos inquietas me tocaban por casi todas partes… especialmente donde podía sentir directamente mi piel…  mi cara estaba iluminada con una sonrisa al tiempo que también lo besaba y lo abrazaba… solo entonces me permití liberar un par de lágrimas de emoción… la ropa que yo usaba le permitía tocar libremente la piel de mi cintura y el contacto de sus manos en mi piel se sentía maravillosamente bien… tiré de su camisa hasta que salió del pantalón y metí mis manos bajo ella para sentir la suya… se estremeció al contacto, me moví con absoluta confianza por su espalda… apretándolo contra mí.

– ¿Cómo supiste que era yo??- me preguntó muy bajito en el oído con la voz llena de emoción

– Tus zapatos…- le contesté sobre su boca sin dejar de besarlo… mis manos avanzaban sobre su espalda y las suyas se habían quedado pegadas en mi cintura pero él ya no podía controlar lo que sentía y me lo hacía saber con su boca y su lengua en la mía, en mi cara, en mi cuello…

– Emilio…- suspiré su nombre muy profundo agarrándome fuerte de sus hombros. Su mano subió hasta sujetar mi cabeza nuevamente y su boca, posesiva, se apoderó de la mía sin control ninguno… chupando, mordiendo, besando sin pensarlo ni limitarse… mostrándome toda la fuerza del verdadero Emilio sin ninguna contención… haciéndome saber lo que sentía… tal como yo lo quería… había roto las barreras… Danny tenía razón.  Despacio, me llevó con él de vuelta al sillón, se sentó y quedé sobre él, a horcajadas, sin soltarlo… no quería perder contacto con él ni un segundo, no quería darle un momento de tregua para que pudiera pensar. Me acomodé mejor sobre él y al mover mis caderas más cerca sentí el bulto en su entrepierna… sonreí satisfecho… eso lo había logrado yo… yo!!! ¿Cómo podrías negar eso si quisieras?… me sentí seguro, confiado, era yo el que le había provocado esa erección… un sentimiento nuevo, de orgullo, me lleno el alma… me pegue a él más aún y moví suavemente mis caderas hacia adelante rozando su miembro. Emilio me apretó en un fuerte abrazo

– Lucas… Lucas… – retrocedí un poco hasta ver sus ojos

– ¿Qué sientes, Emilio? – ya no podía negarlo..  no podía hacerlo porque su cuerpo entero me estaba demostrando sus sentimientos.  Me miró fijamente… en sus ojos pasaron muchas diferentes emociones… trago aire en una fuerte bocanada y lo expulso despacio… vencido, derrotado, le había ganado… lo supe antes que me contestara… su manos subieron hasta sujetar mi rostro muy junto al suyo

– Por Dios crío!!… te quiero, Lucas… te quiero mucho– pensé que estaba listo, totalmente preparado para escucharlo admitir por fin… pero no fue así… la emoción me sobrecogió por completo al escuchar sus palabras y las lágrimas comenzaron a rodar sin control por mis mejillas… me quiere.. Dios!! Me quiere!!! yo lo sabía… lo sabía…

Nos fundimos en un abrazo apretado… su cuerpo y mi cuerpo pegados, respirando al unísono… solo disfrutando del calor y la emoción tan intensa que ambos sentíamos en el momento y al instante siguiente la desesperación de volver a besarnos y buscarnos, tocarnos…

– Te quiero Emilio… tienes que creerme – lo mire de frente… se tranquilizó un momento… me acaricio despacio, pensando en lo que le acababa de decirle – y no me digas que soy un crío porque… – me calló con su mano sobre mis labios… luego con su boca… esta vez fue lento, intenso, profundo, húmedo… un beso de verdad, totalmente apasionado, con mi lengua y la suya danzando juntas y sintiendo cada fibra que tocaban

– Te creo Lucas… te creo – sus brazos se cerraron fuertemente alrededor de mi espalda y me pegó a su cuerpo, hundiendo su rostro en mi cuello y besando la piel que alcanzaba a tocar con sus labios.  Me sentí morir encerrado en sus brazos, sintiendo su olor tan exquisito envolverme completamente… seguí llorando… sin poder controlar las lágrimas que corrían por mis mejillas… mezcla de nervios a flor de piel, de una intensa emoción y felicidad… levanté mis brazos y me aferré a él con todas mis fuerzas… Emilio me quiere… me quiere a mí.

 

 

CAPITULO 11

EMILIO 6

Nada… nada en este mundo podía compararse con la belleza y la sensualidad que destilaba Lucas al bailar… y ese fue el importante detalle que no tomé en cuenta… No resultó como lo había planeado pero ahora, después de haberlo pensado mejor, tengo que reconocer que mi idea había sido  estúpida y tal vez causada exclusivamente por los celos que me provocaban el imaginarme a Lucas bailando para otros en privado.  El quería, a toda costa, bailar en los salones privados, pues bien, yo quería demostrarle lo difícil que podía ser, quería saber si era capaz de hacerlo… quería ponerlo en una situación difícil donde no viera a su cliente…quería que se asustara y no volviera a mencionar el tema de los bailes privados… todos esos pensamientos fueron los que creí me habían impulsado a hacer lo que hice… pero ahora me doy cuenta que fueron simplemente tontas excusas… en realidad quería ver a Lucas bailando sólo para mi… quería disfrutar anónimamente de su excitante baile… estaba totalmente fuera de mi control… los sentimientos que había logrado hacer crecer en mi me estaban consumiendo por completo pero aún no me atrevía a reconocerlo. Me senté intranquilo en la oscuridad y me aseguré una vez más de que el haz de luz fuera lo suficientemente fuerte como para que quien estuviera en la plataforma no pudiera verme. Esperé unos minutos y Lucas apareció… primero, algo nervioso, comenzó a moverse… al cabo de unos segundos ya tenía la situación totalmente dominada y todo lo que yo pensé que podía suceder… simplemente no sucedió… Lucas no se asustó, no se dejó dominar por los nervios ni se alteró demasiado al ver que su cliente no tenía un rostro visible… sentí una pequeña desilusión pero ese sentimiento fue rápidamente reemplazado por otro más fuerte y poderoso… miraba al crío moverse a escasos pasos de distancia y cada movimiento de su cuerpo provocaba una reacción en el mío… incontrolable… hipnótico total… era tan hermoso verlo moverse… mis ojos no podían apartarse de su cuerpo, de sus movimientos sensuales… mi imaginación se disparó trasladando esos movimientos a otros escenarios…  todo lo que había supuesto se fue al demonio… el crio me estaba excitando con sus movimientos, nublándome la razón y haciéndome hervir la sangre… inquieto me revolví en el asiento…  sintiendo como un imán me impulsaba hacia él, pero apretando mis manos en los brazos del sillón para obligarme a no acercarme… pero todo se fue al traste cuando Lucas comenzó a acercarse a mí… ¿habría hecho esto mismo con cualquier otro cliente??? … después de unos segundos la pregunta perdió toda importancia… Lucas sabía que era yo pero no por ello dejó de moverse e insinuarse… Pero!! ¿cómo podía hacer esos movimiento si era un… crio??.. no ya no lo era aunque igual seguía siendo 10 años menor… mis ojos fijos en sus caderas, en sus piernas… en su precioso trasero redondo… casi estiro mis manos para tocarlo… pero sentí que perdería el control si me soltaba del sillón… entonces, en cosa de segundos, lo tuve a mi lado… sentí su respiración sobre mi y todo se fue al demonio… fue mágico, tocar su boca y sentir electricidad recorriéndome todo el cuerpo…  no podía dejarlo ni soltarlo sólo pude obedecer cuando con un leve tirón me puso de pie y siguió bailando a mi alrededor, rozándome y seduciéndome hasta que ya no aguanté más y busque su boca para callarlo de una vez… para apaciguar esa voz interior que me estaba gritando hacía rato que lo tomara y lo besara… ¿esto es lo que quieres crio??… ¿esto es lo que deseas?… no… noes así… me estaba engañando una vez más… era lo que YO quería y me moría por hacer… no sólo Lucas lo deseaba sino YO también… Se sentían tan bien mis labios sobre los suyos, mi lengua en su boca buscando su suave sabor a niño y su cuerpo tan cerca del mío… tan lindo… tan suave y dulce…  Tuve que reconocer mis sentimientos… todo mi cuerpo  le estaba gritando lo mucho que me hacía sentir, no tenía forma de negarlo ni evitarlo… además… ya no quería negarlo más… estaba cansado y agotado de ocultar lo que sentía y tratar de engañarme a mi mismo

-¿Y ahora qué Emilio? – la música ya había terminado. En el silencio de la sala, aún casi en completa oscuridad, los dos abrazados sobre el sillón. Lucas sobre mí, su cabeza abandonada en mis hombros y mis manos acariciando su suave piel.  Yo, aún asombrado de haber reconocido lo que siento por él pero con un sentimiento nuevo que me hacía sonreír

– Ahora… – pensé mucho qué decir… lo que dijera definiría el futuro de lo que sería nuestra relación – ahora… ¿qué quieres Lucas?- necesitaba saber lo que el crío esperaba de mi.

– Bueno… quiero ser tu pareja…- sonreí… estiré mi mano y pulsé uno de los botones. Una suave luz indirecta me dejó ver su cara… iluminada de alegría y expectativas… sus ojos azul oscuro ansiosos por saber mi respuesta.

– ¿Estás seguro Lucas?… ya sabes la diferencia de edad que te..-  totalmente impulsivo, me calló con su boca sobre la mía… hambriento, Lucas me besó entregándome todo… curioseando con su lengua dentro de mi boca y gimiendo de placer. Lucas estaba dentro de mi boca… una locura… una deliciosa locura…  Sentir su cuerpo moverse sobre el mío fue un asunto delicado… Nos separamos y lo miré asombrado… sus gemidos me habían excitado… y esa forma de moverse y  tocar mis labios… me quedé respirando muy acelerado

– No vuelvas a hablar de esa diferencia… no me importa… sólo quiero saber si te hago sentir bien – se había sonrojado… después del beso y al preguntarme

– Lucas… me siento maravillosamente bien contigo crío… me encantas- acaricie su pelo

– No me digas “crío”… no lo soy- había vuelto a ser el de siempre.

– Si lo eres…-

Entonces me volvió a besar, con ganas, abrazándome y apretando su cuerpo contra el mío… sus caderas se movieron suavemente sobre mi entrepierna… rozándome y produciéndome sensaciones muy placenteras… ¿se daba cuenta de lo que m estaba haciendo?  Nos separamos algo brusco y apreté fuerte los labios para no gemir…  él me miraba mientras lo hacía.

– No soy un crío…- sonrió satisfecho

– De acuerdo- lo abrace muy fuerte… me sentía nervioso, excitado pero feliz – no eres un crio y eres mi pareja- me separé un poco para ver su cara- ¿está bien así? – Sus ojos brillaban de emoción… Lucas no podía hablar… asintió moviendo su cabeza y una lagrima cristalina resbaló por su mejilla

– No llores Lucas… por favor- quité la lágrima con mis dedos… más y más lágrimas comenzaron a caer en desorden. Se abrazó a mi sin poder contener su emoción

– Te quiero Emilio… de verdad te quiero –

– Yo también te quiero, Lucas…– juntos, muy abrazados el uno al otro nos quedamos en la salita hasta tranquilizarnos.  Luego volvimos a besarnos… descubriendo las formas en que podíamos expresarnos amor el uno al otro… sus labios eran deliciosos y su sabor incomparable… Lucas se entregaba entero en cada beso, en cada caricia… con la inocencia de sus años no se daba cuenta de lo que me hacía al moverse de esa manera sobre mi… pasaba mis manos por su piel desnuda y la sentía erizarse y responder mientras él gemía despacio abandonado en mi boca… Este era simplemente uno de los mejores momentos de mi vida… no recordaba alguna otra vez en la que me hubiera sentido así… tan dichoso de tener a alguien con quien compartir cariño y que ese alguien fuera tan especial como lo era este crio para mi… estaba loco por él..

– Lucas… Lucas – demasiado juntos, demasiado calor de parte de ambos… solo que aquí el adulto responsable era yo… pero él no me dejaba ni hablar… estaba decidido a entregarme todos los besos y caricias que había guardado durante todo este tiempo, sus manos me acariciaban por sobre la camisa…

– Emilio… no puedo creerlo…- reía solo y volvía a besarme… la boca, la cara, el cuello… Lucas era aún inocente… aunque su cuerpo se movía indicándome claramente que también sentía más.

Podría haberme quedado horas en esa sala con él… sujetando su cara entre mis manos… podría fácilmente acostumbrarme a estar con mi boca sobre la suya para siempre… me encantaba besarlo y escucharlo suspirar o gemir. Ahora que había dado rienda suelta a mis emociones por él, estaba comenzando a sentir mucho más… Lucas me inspiraba tantas cosas a la vez… ternura, cariño, ansias de protegerlo y hacerlo feliz… pero también provocaba que la tela de mis pantalones se sintiera estrecha e incómoda… mis manos en su espalda, sintiendo su piel y el leve roce de sus caderas sobre mi miembro eran suficientes para excitarme… recordé su edad, su inocencia y los escasos minutos que llevábamos como “pareja”

– Lucas… vamos a otra parte, ¿quiere comer algo? – me miró volviendo de a poco a la realidad… creo que se sentía como en un sueño y no podía quitarse la sonrisa del rostro… acaricie su cara, quitando unos mechones de pelo rebelde de sus ojos y ubicándolos ordenadamente detrás de su oreja… suspiro profundamente antes de hablar

– Si… tengo hambre-  encendí todas las luces. Tomé firmemente su mano y antes de salir lo miré una vez más… esta vez, la iluminación completa nos permitió vernos de manera diferente… reímos juntos, abrazándonos… Lucas completamente sonrojado

– Te vez precioso cuando te sonrojas– lo abracé y se lo dije despacio

– No estoy sonrojado!- protestó débilmente sabiendo que si lo estaba.  Tomé su cara y lo mire a los ojos

– ¿Estás listo? – Lucas entendió claramente lo que le estaba preguntando… mi mano entrelazada con la suya… todos ahí afuera se iban a enterar de  inmediato, incluyendo a su tío y a todo el resto del personal del lugar

– Si… ¿y tú?- me miraba ansioso… más preocupado por lo que yo pensaba y sentía que por él mismo. Me tomé un momento para tranquilizarlo

– Te quiero Lucas… me costó admitirlo… me costó mucho mas decírtelo pero ahora eres mi pareja  y si no te molesta… quiero que todo el mundo lo sepa –sus labios, que se habían vuelto una fina línea, apretados de nervios, se fueron relajando y transformándose en una preciosa sonrisa, algo tímida… adoré cómo se veía en ese momento… en cada uno de los momentos en que revelaba que aún sentía algo de timidez…  la imagen resultaba tan especial y tentadora… su cuerpo envuelto en esa ropa como una piel adherida revelando toda su sensualidad en contraste con esa carita sonriendo con timidez…

– No… no me molesta para nada… vamos- apretamos fuerte nuestras manos y abrí la puerta. Sin soltarlo salimos al pasillo suavemente iluminado que conducía al salón principal. En el camino nos encontramos con un par de clientes que nos miraron sin demostrar ninguna reacción, no nos conocían. El salón principal estaba lleno, como casi todas las noches… desde lejos pude ver que mi mesa estaba desocupada

– ¿Quieres comer aquí o en mi oficina? – le pregunté acercándome lo suficiente como para dejar un beso en su mejilla. Lucas se sonrojó levemente y eso fue para mí la mas deliciosa respuesta… quise besarlo mil veces hasta que enrojeciera completamente… mis emociones se habían descontrolado totalmente… mis ojos lo recorrieron completo ahora que había más iluminación y que estábamos frente a tantas personas… me sentí orgulloso de llevarlo de la mano… Lucas.

– Aquí- me respondió sonriendo cómplice. Supe lo que significaba… quería que todos se enteraran.

– Esta bien- tiré suavemente de su mano hasta que llegamos a mi mesa. En el camino noté algunas miradas sobre nosotros pero, hasta ahora, nadie conocido se nos había acercado. Nos sentamos y a los pocos minutos el chico del bar llegó a tomar nuestro pedido. Fue el primero en darse cuenta. Vi su reacción al abrir mucho los ojos, nos miró a ambos como si fuera a comentar algo, sorprendido de nuestras manos unidas, pero no dijo nada.

– Y agrega un cosmopolitan, por favor-  le dijo con su mejor voz de adulto serio al terminar su pedido

– Solo puedes tomarte la mitad – me acerqué a murmurar a su oído… sólo quería besarlo de nuevo. Nuestros asientos muy juntos y nuestras manos, aún entrelazadas, sobre la mesa.

– Soy mayor de edad… puedo tomarme uno entero y varios más si quiero – me contestó también murmurando y sonriendo desafiante

– No… apenas uno Lucas… no voy a dejar que te conviertas en un alcohólico-

– Emilio… puedo hacer lo que se me de la gana… ya te lo dije-

– No te dejo crío-

– No me digas crío-

– No puedo evitarlo Lucas… me pareces un crío… pero te quiero igual- sonreí estúpidamente mirando su cara entre seria y sonriente

Danny bailaba cerca de nosotros pero no nos había visto. Estaba totalmente concentrado en su baile. Había algo extrañamente dulce en sostener su mano frente a todos… mío???… un sentimiento nuevo y diferente, algo que no había experimentado antes se estaba instalando en mi corazón… tan lindo, tan delicioso… y mío??… suspiré profundamente, se sentía muy bien… una nueva clase de orgullo.

– Vaya!!… esto sí es… nuevo!- conocía esa voz y lo peor es que conocía el tipo de tono que estaba utilizando

– Hola David – dije despacio volviéndome para verlo. Estaba de pie, detrás nuestro, con la vista completamente fija en nuestras manos, los ojos grises brillantes de rabia y el pelo cayendo en mechones rubios desordenados sobre su frente. Levantó su barbilla en un gesto arrogante

– ¿Sabes lo que estás haciendo? – la pregunta era directa para mi

– Sí, sé lo que hago – no solté la mano de Lucas a pesar de que sentí un leve tirón de su parte al ponerse nervioso por la fuerte presencia de David.

– Necesito hablarte ahora mismo… – miró a Lucas – en tu oficina y en privado –agregó siendo completamente grosero-

Sabía lo que me iba a decir y no tenía ganas de escucharlo ni de discutir… ya bastante trabajo me había costado a mi solo admitir mis sentimientos por Lucas como para ahora tener que defenderlos frente a David que me conocía tan bien y sabía mis debilidades… no quería escucharlo cuando me sentía tan feliz.

– ¿No puedes esperar hasta mañana? Vamos a comer ahora y…-

– NO, no puede esperar – sin más, David giró y comenzó a caminar.

Suspiré… era mi mejor amigo, el que había estado a mi lado en los momentos difíciles y el que se suponía estaba un poco encaprichado conmigo…

– ¿Me esperas un momento? – Lucas había observado toda la escena sin decir una palabra

– ¿Vas a ir con él? – está preocupado y un poco asustado

– Vuelvo en unos minutos… lo prometo

– Emilio… ¿David es o fue tu pareja?- lo pregunta con mucha tranquilidad… pero puedo sentir la tensión en su voz. David?… mi pareja?… Bueno, es complejo… es más bien como un hermano para mi aunque sé bien que para él la relación tiene otro sentido…

– Él no es mi pareja… tu eres mi pareja Lucas – sus músculos se relajan al escuchar mis palabras –Pero es mi mejor amigo… vuelvo en unos minutos…¿puedo? –asiente con la cabeza y una leve sonrisa algo preocupada – gracias- de sorpresa le estampo un beso en su boca y me voy caminando rápido hacia mi oficina. Al pasar cerca del bar pude sentir un par de miradas diferentes… de seguro el chico ya repartió la noticia y es muy probable que haya llegado a oídos de Luis… espero que su tío se lo tome bien y no tengamos problemas.

La puerta de mi oficina no está cerrada… adentro David camina de un lado a otro. Me ve entrar y se detiene a mirarme fijamente.  Cierro bien la puerta. No quiero que nadie más se entere de esta conversación que de seguro no va a ser agradable.

En un par de rápidas zancadas está a mi lado…

– ¿Te volviste loco?!!… ¿Qué estás haciendo con ese niño… ese…-

– Cuidado David, estás hablando de Lucas, mi pareja- Diablos!! Se siente maravilloso decirlo… podría repetirlo muchas veces solo para escuchar cómo suena… a pesar de la situación, a pesar de David, tan enojado conmigo, me siento dichoso… me siento lleno de felicidad… Lucas me tiene así, flotando en una nube.

– Tu pareja!!!… no me hagas reír… ¿el chiquillo ese es ahora tu pareja??!!  Y qué hay conmigo??… no pensaste que tendrías que haberme dicho algo antes??!! –David está enojado, pero al mismo tiempo está herido… yo… me hace sentir pena… no pensé que se lo hubiera tomado tan en serio… nunca fuimos pareja… sólo los mejores amigos y no quiero perderlo… es la única familia que tengo en el mundo,… tampoco quería herirlo

– David… tú y yo sólo somos amigos, somos los..-

– ¿Solo amigos??!!  Ahora sólo somos amigos así, tan a la ligera!!!- me interrumpe bruscamente

– Escúchame por favor… tu amistad es lo único parecido a una familia que tengo en este mundo… tú eres muy especial para mí y te quiero mucho, pero mi cariño hacia ti es de hermanos… yo nunca te dije ni te demostré algo diferente… no te engañé-

– Corrías hacia mi cada vez que tenías un problema!!! Cada vez que querías cariño o protección ahí estaba yo, dispuesto a darte lo que quisieras!!!… Dejé todo botado para venirme aquí contigo!!! –  de pronto su voz pierde fuerza y siento que se está derrumbando

– David…- lo abracé como tantas veces lo había hecho antes… sólo que nunca antes David había llorado en mis brazos… siempre era al revés. Nos sentamos en el sillón… esperé a que se tranquilizara antes de seguir.

 

Danny siempre daba lo mejor de sí… era un absoluto profesional de lo que mejor sabía hacer y esa noche no era una excepción. Aún así, vio a Emilio y a Lucas en cuanto entraron al salón… sonrió para sí mismo pero siguió bailando sin que se le notara ningún cambio… bien! El chico había conseguido finalmente derribar toda la resistencia de Emilio… solo bastaba verle la cara a Emilio para saber lo feliz que se encontraba y la forma en que sostenía a Lucas… volvió a reír… Ahhhh!! Debería instalar una agencia matrimonial… tenía pasta para ello, podía presentir las parejas antes que se armaran, sabía bien quien calzaba con quien y quienes no iban a funcionar jamás… Desde su lugar de baile Danny pudo ver claramente la pequeña escena montada por David… le dolió el corazón, esto no era justo!!! No debía estar pasando eso ahora!!.. no señor!!… terminó su baile y antes de comenzar otro desapareció de la pequeña plataforma y corrió hacía la sala de vestuario… realmente estaba muy desnudo para pasearse así por la sala pero necesitaba urgentemente hablar con Lucas y saber que pasaba… tomo una toalla y se secó la transpiración que corría por su cuerpo, luego se puso un par de calzas ajustadas y una camisa larga y suelta y volvió al salón a toda prisa. Solo habían pasado unos minutos. Lucas estaba comiendo, solo.

– ¿Qué pasó? – se sentó a su lado

– Danny!!- Lucas lo abrazó dejando escapar felicidad por todos sus poros – me quiere Danny, me lo dijo… somos pareja… me quiere!!!- casi gritaba de la alegría. Danny se alegró por él. No podía haber recibido mejor noticia que esa…

– ¿Qué pasó con David?-

La cara de Lucas perdió algo de la alegría

– No le gustó vernos juntos… se fue a la oficina a hablar con Emilio –

– ¿Por qué lo dejaste ir? –

– ¿Y qué querías que hiciera?… son amigos de toda la vida… Emilio necesitaba hablar con él-

Danny lo miró pensando en la tremenda inocencia que aún tenía Lucas… él jamás lo hubiera dejado a solas.

– Vuelvo luego- Danny volvió a pasar entre las mesa rápidamente y se metió por el pasillo rumbo a la oficina de Emilio. Sabía que estaba haciendo una estupidez pero, por primera vez en su vida, estaba seguro de que esta estupidez tenía que hacerla. Tomo con seguridad el pomo de la puerta y lo abrió despacio… escuchó las voces al instante… ambos estaban casi gritándose al mismo tiempo… tan ocupados en su discusión que ninguno puso atención a la puerta. Se quedó ahí en la sombra escuchando la discusión

 

– Fui un estúpido… esperándote, creyendo que… No me toques!!! – David había perdido el control sobre sus emociones… Emilio estaba desesperado, nunca imaginó que esto podía suceder. Retiró su mano, con la que pretendía tranquilizarlo.

– David… lo siento mucho… me duele verte así pero yo nunca te prometí nada-

– Pero me dejaste creerlo… me hiciste alimentar ilusiones y esperanzas…- De pronto David se calmó. Con un profundo suspiro dejó de lado las lágrimas-

-Me voy Emilio… ya no tengo más que hacer aquí-

– ¿Te vas? no puedes irte… te necesito-

– Pero yo no te necesito… no necesito nada de este lugar…  quédate con ese chiquillo…  a ver cuánto tiempo pasa antes que te aburras-

– David… no te vayas- la voz de Emilio lo pedía de verdad… no podía darse el lujo de perder a su único amigo

– ¿Quieres que me quede?-

– Si… por favor-

– Entonces deja al mocoso ese y quédate conmigo-

Emilio sintió un hielo correr por su espalda… no podía hacer eso, David lo estaba poniendo a elegir entre él y Lucas… no podía… ya había elegido… Lucas lo llenaba de felicidad… flotaba en el aire de tan solo recordarlo… quería mucho a David, pero de otra manera

-. No puedes pedirme eso… es injusto, yo los quiero a ambos pero de diferente manera… no puedes –

– Si, si puedo y lo hago… yo también te quiero Emilio… llevo toda mi vida queriéndote… a ti, solo a ti –

Fue ese preciso momento el que Danny escogió para hacer notar su presencia… y de qué manera!!!. Empujo con fuerzas la puerta hasta abrirla entera de golpe… había escuchado más que suficiente y se había hartado de aquello… no podía creer todo lo que había dicho… no podía ser verdad….

Entro caminando decidido a la oficina, ambos se volvieron hacia él al verlo… Emilio abrió mucho los ojos sin entender qué diablos hacía Danny entrometiéndose así en su oficina y en su conversación privada… siguió mirando la puerta pensando que tal vez Lucas venía tras Danny pero no era así…  David abrió los ojos un poco más que Emilio… más asombrado… más sorprendido… él sabía perfectamente por qué Danny había entrado de esa manera y sus ojos reflejaban sorpresa y temor.  Emilio vio la escena como en cámara lenta. Danny paso frente a él sin mirarlo y se plantó con fuerzas frente a David… levantó su mano derecha cuya palma estalló de lleno en la mejilla izquierda de David

– Danny… No…  no es …- no alcanzó a terminar la frase

– Mentiroso!!! – escupió Danny frente David –¿Todo lo que me dijiste era una mentira??!!!-  Danny grito pero David no alcanzó a contestar – eres muy falso… te creí, como un idiota, te creí… No quiero volver a verte nunca más!!!

 

CAPITULO 11

 

LUCAS

Emilio había llegado a cambiar mi vida completamente o más bien yo lo había buscado para forzarlo a reconocer sus sentimientos por mí y así entrar en mi vida. No cabía en mi propio cuerpo toda la felicidad que sentía… nunca, nadie ni nada, me había hecho sentir así… lleno de alegría y felicidad… me sentía flotar en el aire… me despertaba sonriendo todos los días y me acostaba igual… cada minuto libre de mi tiempo corría hasta el club para estar a su lado y Emilio me recibía abriendo sus brazos para abrazarme y con una enorme sonrisa de felicidad. Toda mi vida había dado un giro tremendo. Desde que me quité las ropas grandes y volví a vestirme como en realidad me gustaba, comenzaron los cambios. En mi colegio fue raro al principio… algunos me miraron como si no me reconocieran, otros mantuvieron su distancia, algo nerviosos y finalmente hubo otros que se acercaron a mí para felicitarme  y decirme lo mucho que les gustaba este cambio… No permití que nadie me molestara ni se atrevieran a decirme algo pesado, aunque tampoco lo intentaron. Supieron de mi contrato con la agencia de publicidad y eso los hizo mantenerse callados. Creo que todo lo que estoy aprendiendo en la agencia también me ha ayudado, ya no me siento tan inseguro ni asustado, entiendo que siempre va a haber personas a las que no les guste mi forma de ser o de vestir, pero ahora también he comprendido que no es necesario que le agrade a todo el mundo… no necesito que todo el mundo me quiera, he comprendido que me basta con la amistad de Danny y de los chicos, el simple apoyo de mi tío y más que nada, me basta y me sobra con agradarle a Emilio… y si!!!, sé que lo hago… sé que le agrado de muchas maneras… es maravilloso!!!… me encanta la forma en que me mira cuando llego de la agencia con ropa nueva y una actitud diferente… sé que me veo bien y me gusta provocarlo, aunque no me dura mucho rato ya que muy luego empiezo a sentir vergüenza y me desarmo… es algo que me están enseñando en la agencia… hemos pasado por muchas clases y me han enseñado a mover mi cuerpo y expresar diferentes emociones… provocación… es algo que ahora me encanta hacer con Emilio… primero que nada porque me resulta siempre… adoro ver la sorpresa en su rostro… pero luego… me mira de esa manera especial, como si quisiera… no sé… me inspecciona de arriba abajo y sé que le gusta lo que ve… es algo que hace que me sienta completamente avergonzado y tímido nuevamente… es como un juego en el que soy el ganador por un rato pero luego es él quien maneja completamente la situación y hace que termine sintiéndome más niño que nunca… pero no puedo evitarlo… me gustan demasiado los minutos en que soy el ganador y veo en sus ojos la admiración y … deseo?… ahhhh!! Dios!  Nada se compara con esa maravillosa sensación de sentir que soy especial para él y sonríe provocándome también.

Desde que David se fue Emilio no sonríe mucho… lo extraña aunque no me molesta, me ha dejado muy claro que no lo quiere de la forma en que siente por mi… David es como su hermano, es la única persona que lo conoce desde niño, que lo quiere y que ha estado siempre al lado suyo… nunca habían pasado muchos días sin hablar… es algo así como su única familia y se siente mal y culpable de no haber aclarado antes la relación entre ellos y haber terminado de esta manera tan fea. Además, creo que ninguno de nosotros se había dado cuenta de lo mucho que hacía David en el club… tenía todo organizado y manejaba muchas cosas con facilidad… ahora, Emilio ha tenido que volver a hacerse cargo de todas esas cosas junto con Domingo y ya no tiene tanto tiempo libre.  Lo que sucedió entre David y Danny fue algo que nos sorprendió a todos… ninguno se había dado cuenta… a mí en particular, me dolió mucho ver triste a Danny… no se si se habrá enamorado de David o qué fue lo que paso… le he preguntado pero no quiere hablar ni contar nada… se ha encerrado en una burbuja y aunque aparenta estar bien y sigue cumpliendo con su trabajo todos los días de la misma manera, yo sé que lo está pasando mal… me di cuenta que, a pesar de conocerlo por tantos años y confiar plenamente en él, es muy poco lo que sé de su vida… Danny es especial… no sé cómo ayudarlo cuando con dulzura y firmeza me dice que “no quiere hablar de eso” y me busca otro tema y pareciera que todo estuviera bien… pero no es así… es como si la enorme chispa de alegría y energía que siempre tenía se hubiera apagado un poquito… y aunque trata de pretender que nada le sucede… yo sé que esta triste… él me ayudó mucho con Emilio… si no hubiera sido por lo que me dijo que hiciera creo que no habría conseguido que Emilio me dijera lo que siente… pero ninguno de los dos, ni Emilio ni yo, sabemos cómo ayudarle cuando él mismo no quiere ayuda, ni siquiera quiere escuchar hablar del tema…

David se fue ese mismo día. Discutieron con Emilio y lo puso a elegir entre él y yo… eso fue muy cruel de su parte, pero él mismo se lo buscó. Emilio le pidió que se quedara pero cuando llegó de vuelta a su departamento David ya no estaba ni tampoco sus cosas. Trató de llamarlo a su celular pero no le contesta… insiste cada día esperando que en algún momento David quiera volver a hablar con él… también ha llamado a personas que ambos conocen y donde piensa que podría estar pero nadie lo ha visto ni saben de él… han pasado casi cuatro semanas desde que se fue y no hemos sabido nada de él… Emilio no solo lo extraña sino que está muy preocupado.  A ratos no sé qué hacer… no me gusta verlo triste ni preocupado… él y Danny son dos personas que me importan mucho y no sé cómo ayudarlos.

Casi todos los días paso, un rato al menos, por la agencia. Creo que Cristian y Pablo están contentos con mi esfuerzo y mi desempeño, sé que tengo mucho que aprender todavía pero siguen muy entusiasmada con “mi proyecto”. Todos los días me toman muchas fotos. Al principio me sentía nervioso e incomodo, pero de a poco me fui acostumbrando y ahora ya no me molestan las cámaras ni posar… es un juego y estoy aprendiendo a jugar… sé que he cambiado, pero creo que todo ha sido para mejor…

Mi tío no me dijo nada sobre mi relación con Emilio durante varios días. Todos en el club ya lo sabían y él tenía que haberse enterado. Pero no me decía nada. Hasta que finalmente, un día en que estábamos juntos en la casa en la mañana, le pregunté directamente qué opinaba al respecto

-. No es lo que me habría gustado pero si tú eres feliz…-

– Emilio es una buena persona-

– Si…  por eso mismo es que no te digo que no… yo sé que él no está jugando contigo, solo recuerda que es mucho mayor que tú… –

– Lo sé, pero no me importa –

– Lucas… él no se va a conformar con besos y abrazos… – mi tío me miraba directo a los ojos. Sentí un escalofrío. Él había pasado más de la mitad de su vida en el club, sabía todo lo que había que saber sobre relaciones homosexuales, a pesar de ser perfectamente heterosexual… Yo había conocido a varias de sus amigas.

Entendí lo que me estaba diciendo pero quise morirme de la vergüenza…  me seguía mirando esperando a que le dijera algo… pero me había quedado temporalmente incapacitado para hablar o para mirarlo de frente

– ¿Entiendes lo que te estoy diciendo Lucas? – Nunca habíamos conversado algo parecido con mi tío.  Asentí con la cabeza queriendo que el piso se abriera y me tragara…

– Sólo asegúrate de saber lo que haces y cuando lo haces… ya tienes diecisiete y no puedo prohibirte nada… pero no me gustaría que lo pasaras mal-

¿Pasarlo mal?… ¿con Emilio?… ¿de qué estaba hablando?… yo sabía bien que se refería a las relaciones sexuales,.. no soy idiota, pero…¿por qué habría de pasarlo mal?… había escuchado muchas veces a los chicos hablar abiertamente del tema… sabía lo que tenía que saber… ¿pasarlo mal?… de ninguna manera.

A veces Emilio y yo nos quedábamos hasta tarde en su oficina. Comíamos en el club, juntos, y él seguía trabajando. Yo me quedaba a su lado y le ayudaba, cuando no tenía clases al día siguiente… si no, él se encargaba de mandarme temprano a mi casa. No había excepción aunque protestara y me enojara.  Cuando me quedaba con él hasta tarde eran días especiales. Interrumpíamos el  trabajo para estar juntos… sentíamos la necesidad de besarnos y acariciarnos a cada rato… Había aprendido  a besarlo y me gustaba mucho, quería practicar todo el tiempo posible aunque él se reía de mí… pero creo que en el fondo se sentía feliz de que lo buscara y besara a cada rato… tocaba despacio mis labios hasta que me desesperaba y quería profundizar el beso… sentir por completo el gusto de su boca y su lengua acariciando la mía. Chupaba mis labios y me sentía morir de gusto… estábamos así un buen rato, necesitando cada vez más el uno del otro… acercándonos hasta que nuestros cuerpos se rozaban en intensas caricias…   hasta que de pronto Emilio me separaba y se alejaba dejándome con ganas de más

-.Emilio… – protestaba despacio. Me miraba y sonreía con algo de preocupación

– Un momento Lucas… dame solo un momento- tomaba aire para controlar su agitada respiración. Me sentía frustrado

– No quiero… – lo buscaba de nuevo y volvía a besarlo. A veces me dejaba hacerlo y lo sentía apasionarse y que cada vez le era más difícil contenerse… sus manos buscaban mi piel bajo mi ropa y su  cuerpo se acercaba al mío…  me apretaba fuerte, sus dos manos en mi cintura y sus labios buscaban otras partes de mi cuerpo… mis orejas, mi cuello…  los hombros … En algunas ocasiones había logrado pasar mis manos bajo su camisa y tocar su piel… electrizante, alucinante… suave, tibia, Emilio sentía cosas cada vez que lo tocaba… me sentía feliz… yo también quería más pero siempre, siempre se detenía antes de dar un paso más allá. Lo miraba pidiendo explicaciones… yo quería, yo estaba listo…

-Lucas…-

– Qué??-

– Tenemos que… tomarlo con calma- sujetaba mis hombros

– No quiero- repetía como un niño taimado… me soltaba de sus manos y volvía a buscarlo. No me dejaba continuar. Cada vez que la situación amenazaba con salirse de control, Emilio, de alguna manera, lograba recuperarse y enfriaba las cosas…  me distraía con alguna conversación o comida o lo que fuera. Pero ya me estaba cansando y me sentía frustrado…  ¿acaso a él no le pasaba lo mismo?…  yo quería que él me enseñara y estaba dispuesto a pedírselo, aunque muriera de vergüenza al hacerlo.   Ya no quería más quedarme con la molesta sensación que no me dejaba dormir tranquilo.

Ese viernes salí temprano de la agencia y me fui derecho al club. Las puertas principales aún estaban cerradas, pero adentro la actividad era mucha. Pasé primero por la cocina y salí con un plato de cosas para comer. Sabía que Emilio debía estar en su oficina. En el camino pasé por el salón grande. Danny estaba como siempre, practicando su baile.

-. Hola belleza!!!- me gritó sin dejar de bailar. Detuvo la música y se acercó.

– ¿Cómo estás? – extendí mi plato y Danny, sentado en el borde de la plataforma, picoteó algunas cosas de mi plato.  Danny nunca come mucho. Terminamos pronto con la comida.

– Bien…- fue su vaga respuesta – ¿Y tú?, te ves radiante

– Si…- por un instante pensé pedir su consejo para lograr dar un paso más allá con Emilio… pero me acordé de su tristeza, esa que no quería mostrar pero que yo sabía estaba ahí… no quise preguntarle – estoy bien… feliz –

– Se te nota… me gusta tu look hoy día-

– Gracias – necesitaba de ese halago. Quería sentirme aún más seguro para hacer lo que tenía pensado. Mire a Danny a los ojos y por un segundo vi una sombre de tristeza cruzarse en su mirada. Me salió del corazón… ni siquiera lo pensé. Me acerque y lo abracé estampando un beso en su mejilla – estoy aquí si me  necesitas Danny. Puedes contar conmigo-  su reacción no me la esperaba. Agachó la cabeza…  toda su supuesta alegría se desvaneció en un momento

– Gracias Lucas, lo sé – ahora si me estaba dejando ver su verdadera tristeza… me callé y lo dejé hablar. Después de un rato y de un largo suspiro me dijo – ya sé que es muy tonto de mi parte… pero lo echo de menos… no debería… nunca voy a aprender – dicho eso, suspiro nuevamente y de un salto estaba nuevamente sobre la plataforma – ¿me vas a ver bailar esta noche? – sonreía otra vez

– Por supuesto!!- había puesto la música y ya se perdía en sus pasos. Bailaba tan concentrado y se movía con tanta precisión… creo que se estaba refugiando en esos movimientos para evitar la pena y el dolor.

Seguí mi camino hacia la oficina de Emilio. Estaba sentado frente al escritorio trabajando en el computador… parecía muy concentrado, pero siempre era igual… por muy ocupado que estuviera, dejaba todo de lado en cuanto me veía… me detuve junto a la puerta y le sonreí aguantándome las ganas de correr y saltar entre sus brazos y besarlo de inmediato. Se puso de pie y camino hasta quedar a unos pasos de distancia… su cabeza ligeramente inclinada, solo se movían sus ojos que me recorrían de pie a cabeza, devorando cada pedacito de mi cuerpo… sonreía  levemente, apretando su labio inferior entre sus dientes…  le gustaba lo que estaba mirando… eran mis minutos de victoria… me sentía seguro, confiado, atractivo. Sonreí cerrando los ojos un instante de pura alegría. Me encantaba gustarle y que me lo hiciera saber.

– Lucas…- con un gesto de su mano me indico que girara. A veces hacía eso y ya entonces comenzaban mis minutos de vergüenza. Lo hice sintiendo como la vergüenza de a poco se apoderaba de mi

– Estas precioso crío…- se acercó hasta tocarme – eres tan  lindo-  me besó con ganas sujetando mi nuca con una de sus manos y la otra en mi cintura… abrí mi boca para encontrar la suya, adoraba los besos de Emilio…

– ¿Cuándo vas a dejar de sonrojarte? – preguntó encima de mi boca, sonriendo.

– No me sonrojo!! – protesté sabiendo que seguramente estaba como un tomate ya que sentía el calor en mis mejillas. Me estrechó fuertemente contra su pecho

– ¿Cómo estuvo tu día? –  abrazados, me guiaba hasta el sillón. Le conté lo poco que había pasado en el colegio y en la agencia. Pero no estaba concentrado en lo que estábamos hablando… estaba preocupado de lo que quería decirle y creo que se dio cuenta.

– ¿Qué pasa Lucas?…- jugaba con mi pelo… estábamos muy cerca y ya estaba empezando a ponerme nervioso. No le conteste pero a cambio busqué su boca con un poco de desesperación en un beso intenso. Me respondió besándome también… pero se dio cuenta que algo diferente me pasaba… me refugié en su hombro… no podía hablar y decirle si me estaba mirando. Me siguió acariciando la espalda y el pelo

– Lucas… vamos, dime qué te pasa… – me hablaba suavemente.  Trague saliva y junte algo de coraje… no podía comportarme como un pendejo chico si quería pedirle que me hiciera el amor… que me enseñara.

– Emilio… tú… tú… – con mucha suavidad me quitó de su hombro y me dejo mirándolo de frente… ahora si sentí mis mejillas arder…

– ¿Yo qué?- sonreía divertido… creo que mi nerviosismo le causaba gracia

– No puedo decírtelo si me estas mirando –

– Lucas… puedes decirme cualquier cosa –

– Si… lo sé… es que…-

– ¿Tan serio es? –

– Bueno… es importante-

– Bien. Si es importante entonces con mayor razón tienes que decírmelo mirándome de frente-

Ya no se reía mas. Ahora tenía toda su atención puesta en mi… no podía mostrarle lo nervioso que estaba… no, cuando le iba a pedir lo que le iba a pedir. Dejé de mirar el suelo y busque sus ojos. Primero sentí un escalofrío… pero entonces me fije bien en sus ojos… Emilio era todo lo que yo quería y necesitaba, había dulzura y amor en su mirada, recordé toda su calidez y ternura conmigo… la forma en que me cuidaba y me quería. Me acerqué hasta tocar sus labios en un simple beso

– Quiero que me enseñes – dije sin dudar, mirando sus ojos. Emilio entendió de inmediato. Su respiración se aceleró casi imperceptiblemente… abrió la boca buscando una respuesta

– Lucas… ¿sabes lo que me estas pidiendo?-

Asentí con la cabeza antes de contestarle. Emilio no me quitaba los ojos de encima pendiente de cada detalle de mi respuesta

– Si… estoy seguro –

Mantuvo su mirada durante un rato que me pareció eterno… luego sonrió levemente y pasó sus dedos por mi mandíbula en una suave caricia, deteniéndose justo en mi barbilla que sostuvo entre sus dedos

-. Será un honor enseñarte Lucas-

Tiró lentamente de mi barbilla estampado uno de esos deliciosos besos en mi boca… lo retuve… ahora estaba emocionado y excitado… no quería soltarlo. Crucé mis brazos alrededor de él y alargué el beso, acariciando su lengua y disfrutando de su sabor… ambos estábamos comenzando a apasionarnos un poco.

-. Aquí no – me dijo – hoy te vas conmigo al departamento– me miraba de cerca y pasaba sus dedos por mi mejilla.

Asentí como un niño obediente sintiendo mariposas en mi estómago y un deseo intenso en todo el cuerpo. Emilio había accedido. Me costaba controlar mi respiración y las ganas de gritar como loco…

El resto de la noche se me hizo eterna.

Más tarde, cuando empezó el espectáculo, nos fuimos a sentar al salón. No pude comer nada… estaba nervioso y ansioso. Emilio no podía quedarse conmigo todo el rato, la ausencia de David hacía que él tuviera que compartir con los clientes y solucionar cualquier problema que se presentara en el momento. A veces también a mi me tocaba ayudar a solucionar alguna cosa de último minuto y me encantaba poder hacerlo pero hoy estaba completamente distraído pensando en lo que pasaría dentro de un rato… ambos lo estábamos. Cada vez que nuestras miradas se encontraba me sonreía, cómplice y feliz. Tomaba mi mano o me hacía un gesto cualquiera de cariño.

El espectáculo terminó. Todos estuvieron bien… Danny estuvo espectacular… parecía que la tristeza y el dolor lo hacían ser aún más estricto en sus rutinas y movimientos, como si concentrarse en encontrar la perfección le permitiera olvidarse del resto. Los pedidos para un privado con él siempre eran muchos y esta noche ya estaba copado. Pasó por mi lado cerca de la medianoche

– ¿Por qué brillas como una estrella?- me preguntó al oído

No pude evitar sonreír… no le iba a contar nada… pero no pude evitar sonreír. Me miró… ¿tenía algo de brujo?

– Suerte… disfrútalo– me dijo sonriendo y se alejó hacia los privados… ¿tan trasparente soy?.. ¿o es solo que Danny tiene habilidad especial para leerme?

El club estaba lleno y aún había mucha actividad dentro… por eso me extrañó tanto cuando Emilio se acercó por detrás, puso sus manos en mis hombros y me susurró al oído

– ¿Estás listo para irnos? –

Un suave beso en mi mejilla. Mi estómago se apretó.

-. Si-  respondí en otro susurro. Giro hasta quedar frente a mí y me extendió su mano

– Vamos entonces-  tomé su mano

– Pero está lleno de gente aún – no sé porqué dije eso

– Pero tengo algo más importante que hacer– se pego a mi cuerpo – contigo Lucas –

 

 

CAPITULO 12

EMILIO

 

Entramos al departamento besándonos caminando con torpeza pero sin poder separarnos… esta vez ambos sabíamos que no teníamos que poner freno a lo que deseábamos… podíamos continuar hasta el final y estábamos comenzando a dar rienda suelta a nuestros sentimientos y deseos. Prendí las luces y observé atento su rostro… Lucas podía volverme loco sin hacer nada más que mirarlo…  estaba excitado y ansioso, su pelo cobrizo desordenado le caía sobre el rostro, sus labios, rojos a fuerza de tanto roce y chupones, pedían más aún… sus ojos… deseo puro, sin una pinta de engaño o disimulo… Lucas no sabía ocultar lo que sentía y eso me calentaba aún más… pensé nuevamente que él en si era una contradicción… pureza, inocencia, sensualidad y tentación mezclados en una misma preciosa persona. Lo atraje fuerte hacia mí… me di cuenta que estaba nervioso y su cuerpo algo tenso… busque sus labios una vez más incapaz de controlarme… no podía dejar de besar y saborear su dulzura e inocencia… era un manjar demasiado fino y exquisito…  tuve conciencia de que Lucas me estaba ofreciendo lo mejor que iba a poseer en mi vida… levanté su barbilla para que me mirara a los ojos

– ¿Sabes que te amo, verdad? – sonrió con verdadera alegría… esas simples palabras eran capaz de llegar a su corazón y hacerlo saltar de felicidad… me gustaba decírselo hasta el cansancio solo para verlo alegrarse.

– Lo sé Emilio… lo sé!!! – se colgó de mi cuello y me besó…- también te amo-  esta vez dejé que él dominara este beso.. estaba aprendiendo de prisa y experimentaba conmigo en cada ocasión que podía… nos habíamos vuelto adictos a juntar nuestros labios, rozarlos, chuparlos, morderlos, explorarnos…  a veces con suavidad y ternura… y otras veces, como ahora, con urgencia e impaciencia, queriendo más, mucho más.  Sentí su pequeña lengua en mi paladar, sobre mis dientes, acariciando la mía, el sabor de su boca… control Emilio, control…  respire profundo y sin soltarnos lo guié hasta el dormitorio.

– Lucas… voy a ducharme… ¿quieres algo mientras tanto?–

Negó con la cabeza… una pequeña nota de impaciencia y desilusión en sus ojos. Otro beso en su boca.

– Vuelvo en un minuto, lo prometo- sonrió entendiendo que yo también estaba impaciente. Desde el baño lo escuché moverse, caminar, prender y apagar la televisión…  no me demoré más de diez minutos… la costumbre me hizo estar a punto de salir tal cual estaba, desnudo, al dormitorio… luego recordé que era su primera vez…¿habría visto Lucas a un hombre desnudo antes?… posiblemente a casi todos los chicos que bailaban en el club… un pinchazo estúpido de celos me mordió, doliendo… deseché el pensamiento. Era su primera vez y quería que fuera perfecta. No iba a perder tiempo poniéndome celoso por estupideces. Me envolví una toalla en la cintura y salí al dormitorio. Sentado en el borde de la cama… miraba sus pies mientras practicaba un paso de baile…

– ¿Quieres bailar para mí? – me miró sorprendido. Sus ojos se quedaron largo rato en mi torso… recorriendo lentamente el diseño de mi pecho…

– No… ahora no podría –  lo sé mi Lucas… lo sé, yo tampoco podría esperar – ¿puedo?– preguntó indicando el baño, la ducha. No pude evitar el pensamiento y decírselo… Lucas desnudo bajo la ducha… era demasiado tentador para no verlo

– Solo si me dejas ayudarte –  se quedo quieto… mirando el suelo nuevamente… me senté a su lado y busqué su boca. Sus manos, inquietas, se acercaron a mi piel tocando apenas… nervioso, inseguro. Con cuidado, tomé sus manos entre las mías y las planté firme sobre mi pecho…

– Tócame Lucas, me gusta que me toques- sonrió sonrojándose y comenzó a mover sus dedos… explorando, descubriendo… cerré los ojos. Sólo quería sentir su mano en mi piel sin nada más que me distrajera…  las pasó por mis hombros para luego bajar lentamente rozando apenas mis tetillas y llegar al estómago… se sentía bien… demasiado bien… quería más, más intenso… sin abrir los ojos lo sentí acercarse y besar mi piel… sus dedos dejaban pequeñas caricias a las que seguían suaves besos… sentí como mis tetillas se endurecían sin que les hubiera prestado demasiada atención… tomé una de sus manos, besé su palma y la puse contra una de ellas… Lucas entendió de inmediato y comenzó a acariciarlas

– ¿Te gusta? – preguntó con la voz cargada de un matiz nuevo, diferente… sensual.

– Mucho – respondí besando su boca que alcanzó a dibujar una pequeña sonrisa de triunfo

– Lucas, si quieres ducharte es ahora… o no vas a lograr hacerlo – le dije encima de sus labios… con unas ganas locas de empujarlo hacia atrás y comenzar a descubrir su cuerpo, quitar su ropa y tocarlo…  salto de la cama y corrió al baño… justo antes de entrar se volvió

– Sin ayuda Emilio… –

– No puedo prometerte nada – sonreí misterioso y nuevamente la imagen de su cuerpo con gotas de agua deslizándose sobre su piel me pareció lo más tentador que existía.  Cerró la puerta… pero escuche claramente como NO puso el pestillo…  suspiré feliz… eso era un clara invitación.

Me puse de pie y rápidamente recorrí con la vista la habitación… Necesitaba preparar mejor un ambiente especial… apagué las luces principales y dejé encendida la luz de la mesa de noche… música… música…  busqué muy rápido las canciones que se prestaran para la ocasión, un par de mis favoritos… ajusté el volumen para poder escucharla pero que no fuera a molestarme… más que nada en este mundo no quería perderme los sonidos que mi Lucas iba a hacer… los imaginé… me excité un poco más… Dios!!!¿Cuánta excitación cabe en un cuerpo??… siento que nunca antes había llegado a este nivel…  protector?… lubricante? Los iría a utilizar esta noche… comprobé que estuvieran en el cajón correspondiente… si…  me detuve a comprobar que todo estaba bien… no… algo definitivamente no estaba bien… la toalla que me cubría tenía una notoria protuberancia entre mis piernas… no había nada que pudiera o quisiera hacer por el momento… sólo reírme y esperar… valía la pena.

El agua de la ducha dejó de correr… abrí la puerta del baño. A través de los cristales lo vi… Lucas me mira, me esperaba…  lo sé por su forma de mirarme… su cuerpo… con diminutas gotas de agua… de pronto se me olvida cual es el ritmo para respirar…

– Te dije que sin ayuda –  me mira pretendiendo estar enojado…  pero sonriendo y ruborizado hasta la punta del pelo… un ángel puro e inocente y la tentación misma…  mi corazón late tan fuerte

– No cerraste con pestillo-  abro la puerta de la ducha… debería extender la toalla y comenzar a secar su cuerpo de inmediato… secarlo, pero… no puedo… se queda quieto… sonrojado y avergonzado a morir pero valiente al fin y al cabo… me deja observarlo a mi gusto… es como el juego que jugamos cuando llega con ropa nueva y me sorprende… sólo que ahora no termino de reaccionar… sorprendido no es la palabra adecuada… más bien me he quedado sin palabras que puedan describir lo que estoy mirando… Lucas es lo más hermoso que he visto en mi vida… su cuerpo… su piel es luminosa, sus piernas largas, torneadas, sus nalgas redondeadas y firmes… su torso delgado, moldeado, fino… no resisto… necesito tocarlo… en vez de ser él quien salga de la ducha soy yo el que entra irresistiblemente atraído por él… en menos de un segundo lo tengo pegado a mi cuerpo y estoy besando su boca con desesperación… mi pene ruega por un roce con su piel… por un poco de alivio para esta dulce tortura… mis manos no resisten tocar sus caderas y finalmente deslizarse hasta sus nalgas y de ahí los sujeto para atraerlo hacia mí… se siente tan bien tocarlo…

-. Te estoy mojando – dice apenas respirando

– No me importa…- no puedo dejar su boca… – Lucas… Lucas… eres tan hermoso-se sonroja aún más…- te amo crío… te amo con locura – le entrego el alma en este beso… me quedo incondicionalmente rendido ante él… lo abrazo con fuerza intentando calmar el loco zapateo de mi corazón… ¿Qué estará sintiendo él?… ¿se sentirá tan aturdido como estoy yo?…  aturdido, completamente…  ¿Qué estoy haciendo de vuelta en la ducha y dejándolo así, mojado?… dios! Me hace perder la cabeza… no me acuerdo más de pensar… es que… su cuerpo… suspiro resignándome a separarme unos minutos y esperar.

– Ven- salimos de la ducha, extiendo la toalla y lo envuelvo, cobijándolo con cariño, atrapándolo contra mi pecho… no puedo estar lejos… no puedo…

– Emilio…- es una mezcla entre gemido y jadeo… me está pidiendo… apurando… también siente lo mismo… autocontrol?… adiós, no me acuerdo que eres… lo levanto envuelto en la toalla y rápidamente lo deposito sobre la cama… es una maravilla tenerlo en mi propia cama, Lucas no ha dejado esa sonrisa incitante ni un instante

– ¿Sabes lo que me estás haciendo? – niega con la cabeza… pero sé que lo sabe… su sonrisa de victoria me lo está diciendo… se siente orgulloso de lo que me provoca. Con calma, esa que ya no tengo, comienzo a quitar la toalla de su cuerpo, descubriendo el tesoro más valioso que alguna vez voy a tener entre mis manos… arrojo la toalla lejos… entonces, su pequeña mano quita despacio la mía dejándome expuesto, al fin, ambos desnudos frente a frente… Lucas me examina con sus ojos… se detiene en mi sexo… su sonrojo es tan evidente que no puedo evitar sonreír… me mira dándose cuenta que lo he notado

– Eres todo lindo Emilio – murmura bajito a pesar de la vergüenza

– No… aquí el único lindo eres tú- sin perder un minuto más beso sus labios, su rostro, su delicado cuello… me entretengo especialmente en su pequeña oreja logrando obtener unos pequeños gemidos… mis manos acarician sus brazos, subiendo lentamente a sus hombros y luego bajando hacia sus dos perfectos botones rosados… los acaricio pasando mis dedos por la aureola… su respiración se agita y Lucas mueve su cuerpo buscando contacto con el mío… con un pequeño movimiento me quedo sobre él… nos miramos, anclando nuestros ojos que no pueden despegarse aunque nuestras manos siguen acariciando la piel que encuentran en su camino… es intenso sentirse así… muy intenso perderme en el azul oscuro de su mirada mientras su manos están acariciando mis caderas… Dios, quiero todo de Lucas!!! … mi lengua en sus aureolas… primero una hasta endurecerla y luego la otra… escucho otro suave gemido… música celestial… un ángel acaba de susurrar… la urgencia de la profunda excitación que nubla cualquier otros sentido… sólo él y yo, nada más en este mundo. Mis manos se quedan acariciando sus erguidos botones y yo continuo descendiendo… él me acaricia hasta donde sus brazos alcanzan, quizás un poco distraído ya que está profundamente concentrado en lo que está sintiendo…  mi lengua explora su ombligo…. la suave piel se eriza al paso de mis labios… sigo mi camino y de pronto, a punto de llegar a mi objetivo, siento como Lucas se pone tenso…

– Lucas? – no quiero forzarlo a nada… es solo que no me puedo aguantar… pero quiero ver sus ojos antes de seguir, quiero saber que está bien y que solo es nerviosismo normal. Una de sus manos cubre su boca… se está mordiendo su propia mano.

– Lucas… ¿qué pasa?- quito su mano marcada por los dientes… sus ojos brillan como nunca antes

– Es que… tú… ibas a… –  Se muere de vergüenza y yo siento un alivio inmediato al comprobar que solo es eso

– No, no iba a… voy a… – le aclaro – voy a tocarte, a acariciarte, a probar qué sabor tienes –  mis dedos comienzan a simular un par de piernitas caminando por su pecho, dirigiéndose en línea recta hacia el objetivo final… su pene erecto. – ¿me dejas hacerlo? – Lucas me mira con una mezcla de asombro, ansiedad, nerviosismo… su respiración se agita cada vez más… quiero tocarlo y hacerle sentir placer… mucho placer… quiero que sea inolvidable para él… comienzo a besar su boca y su cuello… me responde pero sigue distraído pendiente de los dedos que caminan ahora pasando cerca de su ombligo

– Emilio…

– Si?…

Mis manos llegan por fin a destino… mi crío gime casi dentro de mi boca al sentir que estoy apenas tocando su miembro duro y caliente… sedoso… quiero volver a escucharlo gemir…  me gusta demasiado… mis manos envolviendo su miembro… frotando suavemente… vuelvo a buscar sus ojos… quiero saber que siente… me devuelve la mirada, confiado, excitado… afiebrado de deseo… le gusta… sus gemidos aumentan… me siento en el paraíso…  todo su cuerpo se arquea buscando más placer… mi dedo pulgar se mueve pasando suavemente por la cabeza húmeda de su pene… no me aguanto más las ganas de saber que sabor tienen mi crío… se da cuenta de lo que voy a hacer… lo vuelvo a besar antes de bajar… me deja… con movimientos suaves, solo mi lengua… mojada y ansiosa en la cabeza de su glande… una vez, dos veces… muchas veces… introduciéndose apenas en la pequeña abertura de la uretra… me gusta su sabor suave y levemente dulzón… su excitación está a nivel máximo. Una de mis manos lo sostiene de la base mientras la otra acaricia la suave piel sobre sus testículos estimulándolo aún más… encierro uno de ellos en mi mano… Dios, sus gemidos son  tan excitantes… Ahora quiero sentirlo dentro de mi boca… Pronuncia mi nombre en un jadeo entrecortado…

– Emilio…

No me detengo… sé lo que estoy haciendo… su pene llena mi boca y mi lengua lo acaricia con firmeza, lo chupo hasta el final y lo retiro hasta solo sentir la punta de la cabeza… vuelvo a repetirlo un par de veces y entonces sé que está a punto de eyacular… sus jadeos han aumentado de ritmo y sus suaves gemidos me llenan los oídos

-. Emilio!!- su voz tiene un tinte de urgencia

– Sigue Lucas… quiero que te corras ahora- vuelvo a introducirlo en mi boca y siento los movimientos fuertes de su pene al eyacular… su semen pasa por mi garganta dejándome un gusto a victoria… Lo sujeto con una mano y con delicadeza mi lengua recoge todo rastro de semen, lamiendo y chupando… es un verdadero placer. Subo hasta quedar a su lado. Me busca en un abrazo desesperado…

– Emilio… Emilio…- apenas recuperando su respiración normal… lo abrazo con ternura cobijándolo en mi pecho… está sorprendido y feliz- Fue.. fue maravilloso!!… 

– No he terminado contigo aún..- le dijo sonriendo con satisfacción, sintiéndome victorioso por haber logrado llevar a Lucas a conocer ese tipo de placer

– Lo sé… quiero aprender todo – todo?.. mierda… todo, si… todo…  no puedo pensar ahora, solo quiero sentirlo… Vuelvo a besarlo… esta vez comenzando con calma y ternura… él acaba de tener un orgasmo y su sensibilidad es diferente a la mía en este momento.  Sin separarnos, guió su mano hasta mi adolorido miembro… Su delicado toque se siente maravilloso… Lucas abraza mi pene entre sus manos, se suelta de mi beso y baja hasta quedar a la altura de mi sexo…

-. Emilio… dime si hago algo mal

levanto la parte superior de mi cuerpo, quedando apoyado en los codos, quiero… necesito verlo… comenzando lentamente y con mucho nerviosismo se acerca y su suave lengua húmeda repite lo mismo que yo le hice… pasa la lengua una y otra vez por la cabeza de mi pene enviándome ondas de profundo placer, sus manos se mueven lentamente, frotando… me dejo caer sobre la cama… mi cuerpo, por iniciativa propia, se mueve levemente hacia él… quiero disfrutar de sus caricias… quiero más. Lucas parece entenderlo y no me suelta… un intenso gemido de placer… una de sus manos en mis testículos… Lucas… su boca, húmeda, caliente… no es la primera vez pero nunca antes se sintió de esta manera… lo miro… mi Lucas… entregándome placer, aprendiendo conmigo… tan hermoso, me siento el más afortunado del mundo… de pronto se detiene y me mira… mi pene aun en su boca, sus ojos afiebrados… toda su piel brillante con pequeñas gotitas de sudor… nunca lo voy a amar más que en este preciso momento… tan íntimo, tan nuestro.

– Te amo- murmuro en un jadeo contenido. Lucas vuelve a moverse, su lengua me lame y sus ojos me observan… es intenso, dulcemente intenso, su piel arde completamente ruborizada pero no deja de pasar su lengua.

– Ven aquí – mis manos lo sujetan y nos fundimos en un beso intenso… mi sexo duro contra su piel

– Lucas… ¿en verdad quieres que te enseñe todo?

– Si

– ¿Sabes lo que…?

– Si sé… – me interrumpe– te quiero tener dentro de mi –  me susurra despacio en mi oído… Dios!!!.. cualquier poco de autocontrol que aún tuviera termina de desaparecer con esa frase, es tan honesto y directo…

– De acuerdo… ¿sabes que puede resultar doloroso la primera vez? – asiente con su cabeza mirándome con sus ojos grandes… totalmente dispuesto… puro deseo. Estiro mi brazo hacia la mesita de noche… protector, lubricante… autocontrol, ¿Dónde te metiste?… te necesito ahora… estoy demasiado excitado y no puedo dañarlo… ¿servirá de algo una ducha fría?…

Ansioso, observa cada uno de mis movimientos con mucha atención… me quedo sentado en el borde de la cama, lo atraigo hasta que queda sentado a horcajadas sobre mi… su mano busca mi sexo y su boca la mía… es como si presintiera lo nervioso y ansioso que estoy yo también

– Lucas… así es más fácil que tú controles lo que vas… sintiendo – asiente.

El lubricante sobre mis dedos en generosa cantidad… mi mano busca su entrada, en un reflejo automático su ano se cierra al sentirme cerca… con calma comienzo a pasar mis dedos masajeándolo hasta que se vuelve a relajar y me permite insertar uno de mis dedos… tengo que ver sus ojos… amo a este crío que me ha trastornado la vida… me tiene a sus pies… soy incondicionalmente suyo… no puedo describir su rostro y la expresión de placer en esa cara ya no tan inocente… el interior de Lucas es caliente y muy estrecho… me muevo despacio intentando expandir sus pequeñas paredes…

– Relájate amor… no quiero que te duela

– Emilio…¿Cómo puedo relajarme?… tu dedo esta dentro de mí!!

Sonrío ante su tremendamente lógica respuesta pero al mirar su pene que comienza a cobrar vida nuevamente me doy cuenta que le gusta y vuelve a estar excitado

– Inténtalo… ven, dame un beso… suelta tus músculos amor… así, eso es… ¿sabes que eres delicioso?

Introduzco otro dedo que se desliza fácilmente. Lucas se ha quedado pegado en mi hombro… con mi otra mano acaricio su pelo y su cuello. Puedo escuchar claramente como intenta controlar su respiración y relajarse

-¿Duele?

Niega con la cabeza… mis dedos apenas caben en su estrecho canal… estoy comenzando a preguntarme si tal vez le va a resultar demasiado doloroso… los abro y los muevo… Lucas gime despacito apegado a mi cuello. Luego de unos minutos su canal está más abierto… un tercer dedo, pero antes levanto su cabeza y lo busco en un beso suave y dulce… chupo y muerdo despacio sus labios… introduzco el tercero de mis dedos, siento como se estira la delicada piel alrededor de su ano…  su espalda se contrae y sus músculos aprietan fuerte mis dedos… respira agitado en mi boca… su frente se llena de perlitas de sudor… eso es dolor

– Lucas..¿quieres que salga?… voy a quitarlos

– NO!! – su respuesta es inmediata – no… por favor no… solo necesito un minuto para relajarme… estoy bien, te lo prometo

A pesar de la tremenda urgencia que siento le doy todo el tiempo que necesita para acostumbrarse a mi intrusión hasta que vuelvo a sentir que sus músculos han dejado de apretarme y están relajándose… esta noche es toda para él.

-. Eso es… ¿mejor? – esta vez me mira directamente

– Estoy bien Emilio… te lo juro- para demostrarlo sella sus palabras con un nuevo beso en el que quiere dominar mi boca… lo dejo. Se distrae mientras mis dedos comienzan a moverse en su interior… me doy cuenta de la lucha que sostiene tratando de mantener sus músculos relajados, evitando contraerse cada vez que me muevo dentro… repentinamente me asalta un pensamiento… hay tres dedos míos en Lucas… mi pene recibe una nueva y dolorosa descarga… pronto estaré sintiendo placer dentro de él… aunque cada nuevo pensamiento me excita dolorosamente no puedo evitar pensarlos… nada volverá nunca a ser como esta maravillosa primera vez

– Lucas… voy a sacar mis dedos – los retiro con suavidad… sé que ya está suficientemente dilatado…  protector sobre mi miembro, lubricante sobre el protector…

– Lucas…¿estás listo? – asiente con su cabeza… – quiero escucharte…- pido

– Si… estoy listo – su voz es un susurro sensual… lo necesito ahora mismo.

Lo sostengo de su espalda con una mano mientras la otra posiciona mi pene justo frente a su entrada… el deseo me está matando… empujo despacio rompiendo la primera barrera de resistencia… Dios!! Necesitaba sentirlo, desde hacía mucho rato necesitaba de él. Mi boca en la suya, mi manos ahora separando sus nalgas para permitirme un acceso más fácil… quiero más… lo quiero a fondo… mierda!! autocontrol… no dañar, recuerdas idiota??… pero es que se siente tan maravillosamente bien… estar dentro de mi Lucas…

-. Lucas, muévete despacio hacia abajo… controla y detente si te duele…¿de acuerdo?

Lucas desciende con lentitud, puedo leer las emociones en su rostro… jadea al sentir la intrusión… un par de lágrimas escapan de sus ojos… el mismo las quita con brusquedad intentando evitar que las vea… gime … placer?, dolor?.. no lo sé, necesito toda mi atención ahora para concentrarme en no ser yo quien termine de empujar hasta el fondo

-. Emilio…

con un impulso final mi pene está completamente dentro de él, abrazado por sus paredes adheridas a mi… Si creí que antes lo amaba más que nunca estaba equivocado… ahora, el ver su rostro surcado de dolor y placer simplemente me enloquece, sus ojos retienen a la fuerza las lágrimas que quieren salir. Recurriendo a las últimas gotas de autocontrol me quedo quieto en su cálido interior unos instantes, beso sus ojos que liberan las lágrimas prisioneras, le repito diez veces lo mucho que lo amo hasta que lo siento tranquilo y entregado y luego comienzo a moverme muy lentamente… es una mezcla de placer y dolor para ambos

– Lucas?? – pregunto si todo está bien

– Te amo más que nunca Emilio

Nuestros cuerpos se aprietan muy juntos en un cerrado abrazo, con mis brazos a su alrededor le ayudo a moverse sobre mí y me muevo dentro de él… ahora sus gemidos han dejado de ser de dolor… es delicioso escucharlo gemir al lado de mi oído… saberlo totalmente perdido en el placer… más rápido, más profundo… siento mi alivio llegar en intensas oleadas que me sacuden entero, con una intensidad que no había experimentado antes… busco su boca… besos, piel, sudor… su semen sobre ambos, mi energía y mi esencia dentro de él…  toda de él…  dueño de mi ser

– Te amo

– Te amo

Nuestras palabras se enredan entre las lenguas… confundiendo mi boca con la suya…  somos como uno solo.

Exhaustos… satisfechos, sonriendo, sintiendo como la piel de a poco comienza a enfriarse… mi mano entrelaza sus dedos que reposan sobre su estómago y su cuerpo acurrucado contra el mío

– Emilio…

– mmhhh?

– Fue increíble…-  adoro ese tono de voz soñador y excitante

– TÚ eres increíble… te amo crío… te amo mucho

Beso su cuello, mis ojos se cierran. Me quedo en la retina con todas las imágenes únicas de Lucas, de lo que recién vivimos… me duermo con una tranquila sonrisa en mi rostro, escucho su respiración suave y acompasada… abrazándolo, su cuerpo acomodado entre mis brazos, muy cerca de mi…

 

 

 

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