Capítulo 28

CAPITULO 28

 

 

Al segundo de abrir los ojos vio las orquídeas descansando en la mesita de su dormitorio. Como una cachetada,  las imágenes de Bruno y de lo que él había hecho, lo aturdieron. Raaaaayoooooos!!! ¿Cómo se había atrevido?… Tuvo a Bruno desnudo y disfrutando del placer que él, solo ÉL, le había dado. Carlitos sonrió apretando fuerte los labios como si necesitara contener la emoción que recordar le producía. No podía creer que había conseguido lo que se propuso!!! Un entusiasmo loco lo recorrió de arriba abajo. Se tapó la mano con la boca y meneaba la cabeza mientras recordaba. Había sido algo especial… o sea, recordaría siempre el estupendo cuerpo del rubio y la dulzura que a ratos había tenido con Carline… Ah!  y luego, la forma en que lo había llamado “mi amor”.  Bruno permanecería en sus recuerdos como el primero con quien había compartido intimidad. Claro que había sido con el “otro” Bruno, el que anoche lo había hecho emocionarse y casi casi… sentir culpable.

-. Bueno parece que no solo yo tengo doble personalidad – dijo pensativo -. Eres un verdadero misterio, idiota – agregó pensativo

Bruno había estado ciego anoche, tal como él lo había planeado… ciegamente enamorado de Carline.

-. No existe. Soy yo

¿Estaba entonces, enamorado de él?

El pensamiento lo descolocó

-. No – negó para sí mismo. Si Bruno supiera quien era lo habría aplastado contra el piso. Bruno despreciaba a Carlitos. Se lo había dejado claro durante los años de escuela… y sin embargo, anoche…

-. ¿Será que el amor te vuelve ciego?

Era increíble que todo hubiera resultado bien. Rio por su osadía, por la sangre fría que tuvo y las ideas geniales que se le ocurrieron en el momento, como las lágrimas y las puntadas del vestido

-. Eres un idiota, Bruno

Si. Un completo idiota. El más tonto e idiota del mundo.

-. Ni siquiera se te ocurre que yo pueda ser otra persona más que lo que tú quieres ver – dijo Carlitos como si le estuviera hablando al rubio.

Bueno, era obvio que Carline había subido aún más en la escala de admiración de Bruno después de lo de anoche.

-. Sí que me tienes ubicado en las alturas – dijo Carlitos, desdeñoso.

Ubicada” corrigió mentalmente. Bruno solo puede ver a Carline

-. ¡Es tan obvio que soy yo!!! ¡Anoche casi no había maquillaje en mi cara!!!

¿A quién le estaba gritando y por qué?

No tenía respuesta. Quizás todo era parte de ese extraño sentimiento que había experimentado la noche anterior. Claro. Porque había estado con alguien por primera vez… esa era la causa. No es como si le hubiera entregado su cuerpo o su primera vez a Bruno… ni sus sentimientos… ni nada. Lo único que había hecho era llevarlo al orgasmo con sus atenciones, aunque no fueron sinceras… es decir… el rubio era muy hermoso y en una realidad alternativa, quizás lo habría disfrutado el también. Carlitos sacudió con fuerza sus hombros como si ese movimiento lo ayudara a deshacerse de los molestos sentimientos que se le estaban instalando

-. Basta!- se dijo a sí mismo

No iba a sentir pena, ni culpa ni nada.

 

-. ¿Hoy es tu gran día? – interrumpió Leila entrando a su cuarto y entregándole una taza de café

-. Si. Hoy es el día

Carlitos recibió la taza. Leila tomó asiento en la cama

-. ¿Por qué no estás trabajando? –preguntó Carlitos

-. Día libre para descansar y pensar – Leila suspiró ampliamente – he recibido llamados con ofertas y proyectos– dijo con los ojos brillantes – pero tengo que meditar muy bien que quiero hacer

-. Me alegro por ti

-. No lo habría conseguido sin tu ayuda

“Yo tampoco habría conseguido nada sin tu ayuda”

Repentinamente, Leila cambió su expresión por una más seria.

-. ¿Sigues queriendo hacer lo que me dijiste?

Carlitos se tomó unos segundos antes de asentir lentamente…

-. Carlitos, soy responsable, en gran parte, de los cambios que estás viviendo. Cuando te pedí que te vistieras de chica nunca imaginé hasta donde nos llevaría todo esto y como cambiaría tu futuro. Es mi deber, como tu amiga, decirte que no tienes que hacerlo. Ya no necesitas probarle nada a nadie. Mira, toma esto.

Leila sacó un trozo de papel y se lo extendió, esperando muy atenta la reacción de Carlitos.  Él lo abrió y miró detenidamente. Era un cheque a su nombre por la mitad del premio. Una cantidad que arreglaba sus problemas y que hasta hace poco, era impensable tener en sus manos. Leila vio la emoción del chico que lo apretó contra su pecho y respiró aliviado.

-. Tienes dinero. Tienes una oferta de trabajo estupenda. ¿No crees que podrías dejar las cosas como están y no tomar riesgos?

Si. Claro que sí podía hacer eso.

Podía dedicar el día a preparar su maleta con calma, descansar, compartir con su mamá y Leila antes de partir. Podía hacer que su ultimo día en el pueblo fuera tranquilo y agradable.

-. No puedo. Tengo que hacerlo

Leila supuso que la voz vacilante del su amigo se debía a que esta venganza era importante a la vez que preocupante: estaría en medio de sus excompañeros de clases, cualquiera podía reconocerlo. Peor aún, no tenía ningún amigo y sería una situación de mucho estress, incluso peligro.

-. ¿Qué pasó anoche con el chico ese?

La respiración de Carlitos se alteró.

-. Nada

Mentía y ella lo sabía pero su lugar como buena amiga no era forzar una confesión. Si Carlitos tenía algo importante que compartir se lo diría en el momento indicado. No. Su lugar era otro

-. Está bien. Ya te dije lo que debía decir como adulto responsable así es que ahora te preguntaré si quieres que te ayude a prepararte para la fiesta de graduación

-. Oh Leila..

El ofrecimiento de su amiga lo emocionaba. Podía contar con ella de manera incondicional

-. Si. Si quiero – respondió Carlitos abrazándola, buscando el apoyo que necesitaba para reunir valor. El concurso había sido una prueba importante que destacó la habilidad profesional de Leila y su naciente rol de modelo, pero lo de esta noche era lo que realmente le importaba y donde estaban puestas todas sus emociones.  Era el cierre necesario de una etapa dolorosa antes de comenzar una nueva vida.

-. Levántate. Vamos a almorzar con tu madre y luego buscaremos ropa, maquillaje y todo lo que necesitaremos.

-. Si, señora.

 

Leila se había encargado de contarle a su amiga una verdad a medias: había ganado un concurso nacional y Carlitos la había ayudado como asistente.

-. ¡Felicidades, hijo! – dijo su mamá al verlo, sorprendentemente tranquila – supe que ayudaste a Leila a ganar. Es una buena experiencia para el trabajo que vas a tener.

-. Gracias, mamá

-. Aunque no me gusta que te vayas a la ciudad a trabajar– dijo ella perdiendo la alegría

-. Es una gran oportunidad. Tu hijo va a triunfar – la tranquilizó Leila, rodeando a su amiga en un abrazo – además, yo me quedo aquí contigo

¿Cuantos años de amistad tenían ellas dos? Parecían hermanas… Carlitos se emocionó al verlas juntas y pensar que al día siguiente se iba a vivir a otra ciudad. Rayos! Se giró para ocultar la sensibilidad que le aguaba los ojos. Estaba muy sentimental.

-. ¿Qué vamos a almorzar? – preguntó cambiando de tema

-. Hoy no vamos a cocinar – dijo Leila sorprendiéndolos – Vamos a almorzar fuera para celebrar.

 

Había sido una muy buena idea la de Leila. Carlitos se distrajo almorzando con ellas en un restaurant cercano. Era extraño estar en un lugar público con su madre quien, generalmente, estaba encerrada en su cuarto, pero hoy había aceptado salir.

A media tarde volvieron a la casa. Su mamá cansada, se retiró a dormir

-. Es hora – dijo Leila

Minutos más tarde, ya estaban en casa de Leila, centrados en la importante misión de transformación.

Bruno había llamado dos veces durante el día. En ambas oportunidades le habló con ternura y le repitió lo ansioso que estaba por encontrarse con ella. Carline rechazó la invitación a almorzar que le hizo sin dar explicaciones por miedo a que se presentara de sorpresa y tampoco aceptó que la fuera a buscar más temprano porque, como era de suponer, tenía mucho que hacer luego del concurso, prepararse para la entrevista del día siguiente y además, arreglarse para la fiesta de graduación.

-. No te vuelvas loca, Carli. Es solo una fiesta de graduación pueblerina. Nada como lo que tu acostumbras

Carli… era extraño ser llamado por un apodo cariñoso

-. No te preocupes. Te sentirás orgulloso de mi esta noche

-. Ya quiero verte. ¿Paso por ti a las 7?

-. Si. Estaré lista

Las 7… aún tenía un par de horas para seguir siendo nadie y estar tranquilo ¿Qué iría a pasar luego de esta noche? ¿Hablarían de él sus ex – compañeros de clase? ¿Se reirían de Bruno?

 

Leila había tenido más razones que pensar y celebrar para tomarse el día libre.  Estaba preocupada.

-. ¿Cómo planeas hacerlo? – preguntó

-. No lo tengo claro… se lo diré cuando vea el momento oportuno

-. Tienes que pensar en el lugar y quienes estarán cerca – aconsejó Leila cepillándole el cabello que había aclarado en las puntas

Si. Lo había pensado él también.

-. Tiene que haber una vía de escape cercana y no estar rodeado por sus amigos. No sabemos cómo van a reaccionar

-. No me quedaré a verlo – aclaró Carlitos

-. Tú asegúrate de tener una salida cerca y de avisarme con tiempo – exigió Leila

-. No se atreverían a golpearme. Estará el director y los profesores e inspectores

-. Ya sabemos que no sirven de nada… excepto por ese inspector Jara

Leila estaba comenzando a subir el tono de voz y a alterarse

-. Está bien. Me asegurare de tener por donde correr y de que tú estés esperándome afuera

-. Así está mejor – dijo ella sin estar del todo convencida

Terminaron a las 6:45. Carline dio un par de pasos por la sala para sentir el vestido y los tacos. Claramente, el aspecto que tenía el día anterior era más elegante y sofisticado, pero él prefería lo que Leila había hecho ahora. La Carline del día anterior se veía como una diosa inalcanzable y esta Carline de ahora, era una chica moderna y tentadora. No había moño elaborado sino el pelo suelto, rabiosamente lustroso, cayendo en grandes ondas por su espalda casi desnuda. El vestido rojo granate era semi largo pero con un gran tajo a los costados que permitía ver sus piernas y se amoldaba perfecto a sus nalgas. Tenía la cintura ajustada, un gran escote drapeado al cual habían adherido los falsos senos y que se sostenía con delicadas amarras en sus hombros. Su maquillaje era un poco más intenso que el día anterior, especialmente los labios, del mismo tono del vestido. Las sandalias de taco en color acero, a juego con el bolso, los grandes aretes y brazaletes en su muñeca.

-. Atrevido – dijo Leila

-. Es justo lo que necesito

Su voz temblaba al hablar. Leila se acercó y le habló mirándolo directo a los ojos

-. ¿Estás seguro? Aún puedes arrepentirte

Carlitos iba a responder cuando el timbre sonó indicando que ya no había más tiempo. ¡Bruno estaba en la puerta! Carlitos devolvió a Leila una mirada nerviosa y ella lo acogió en un abrazo

-. Debes tener una puerta cerca y tu teléfono a mano. No lo olvides

Carlitos asintió tomando el bolso.

-. Deséame buena suerte – pidió

-. La mejor suerte del mundo

 

La mirada de asombro con que Bruno la recorrió de arriba abajo fue un indicio de que había acertado en su elección de ropa y maquillaje

-. ¿Cómo es posible que hoy estés aún más hermosa que ayer? – tartamudeó Bruno

-. Gracias. Tú también estas muy elegante

Bruno llevaba un look más juvenil que la formalidad del día anterior, pero se veía igualmente atractivo.

Carlitos se despidió de Leila con un beso. Percibió el suave apretón en su brazo

-. Estaré esperando tu llamada – le susurró Leila al oído

Carlitos asintió

-. Buenas noches, señora Leila – se despidió Bruno sosteniendo orgulloso a Carline de la cintura mientras la conducía hasta el vehículo. Leila no cerró la puerta hasta que el auto desapareció.

 

Quien iba a imaginar que el gimnasio de su escuela era capaz de lucir como una sala de fiestas. Globos dorados y negros formaban grandes arcos en la entrada y sobre el escenario, ristras de luces pequeñas en paredes y techo, manteles vaporosos, música y chicos vestidos de gala. No parecía el mismo gimnasio de las clases de educación física donde había sufrido bullying a manos de Bruno y sus amigos. Inconscientemente, Carlitos apretó la mano de Bruno cuando se detuvieron bajo el arco de entrada a posar para la foto de recuerdo

-. ¡Es Carline!  ¡Es ella!!”

No era una persona quién lo decía sino un murmullo que corría de un lado a otro del salón provocando miradas curiosas y asombradas. Algunos sacaron sus teléfonos para fotografiarla.

-. Se ve maravillosa, Carline – dijo un fotógrafo que no conocía, acercándose a ellos – felicitaciones por su triunfo de ayer

¡Oh sorpresa!…

-. ¡Gracias!

Había estado tan concentrado preparando cada detalle de la noche y sin embargo, no había contado con que la victoria del día anterior repercutiera en ese momento

-. ¿Puedo tomarle otra foto? – pregunto el fotógrafo

Carline permitió que la fotografiara mientras un pequeño grupo de chicas se congregaba a mirarla y cuchicheaban entre ellas. Comenzó a temer que alguna pudiera reconocerlo. Tal vez Bruno la veía con ojos distintos, pero quien sabe si ellas lograba distinguir quien era en verdad. Avanzaron por el salón. Todas las miradas se dirigían a ellos… a ella, más específicamente.

-. Carline! Mi amiga. Tan bella como siempre. Felicitaciones por ganar ayer!

¿Su amiga?…

Jeffrey la abrazó y besó en la mejilla como si fueran conocidos de muchos años. Lo eran. Pero él no lo sabía ni eran amigos.

-. Hola Jeffrey. Gracias – respondió Carline, pretendiendo alegrarse de verlo

Se dirigieron hacia una de las mesas donde el resto de sus amigos esperaba. Carlitos sintió que sus piernas comenzaban a flaquear cuando todos la saludaban y felicitaban por el concurso. Sin desearlo ni esperarlo se convertía en el centro de atención

-. Mi tía dice que no te olvides que posarás para el catálogo de la tienda

“¿seguiría queriéndolo luego de esta noche?”

-. Yo también quiero ser modelo, como tú.

“Definitivamente no quieres ser como yo”

-. Ahora eres una celebridad

Ja! Seré mucho más famoso al terminar la noche

Carlitos sintió que en algún minuto sus personalidades se separaban y Carline se hacía cargo de la situación, respondiendo, sonriendo, aconsejando, riendo y comentando. La chica que quería ser modelo la acosaba con preguntas. Mientras tanto, Carlitos se aislaba y permanecía concentrado en un rincón de la cabeza. Estaba en una fiesta, su fiesta de graduación. Había una banda que tocaba en vivo sobre un escenario que habían instalado. Los profesores e inspectores se paseaban entre ellos, repartiendo sonrisas y vigilando. Cerca de ellos estaba el inspector Jara. Sintió ganas de ir a saludarlo. Era al que conocía por menos tiempo en la escuela, pero al único que recordaría con amabilidad. Observó cómo sus excompañeros de clases parecían personas distintas, vestidos de etiqueta y divirtiéndose… como si ninguno de ellos hubiera hecho jamás algo malo.

“Ninguno de ustedes me defendió o quiso ser mi amigo” pensó Carlitos con desprecio   “Ustedes celebraban los abusos que yo sufría…”

Recibía miradas y sonrisas de vuelta. Muchos estaban pendientes de “la modelo de Bruno”. Carlitos solo volvía a conectarse con Carline cuando Bruno tomaba su mano, acariciaba su brazo o rozaba su cintura.

-. Vamos a bailar

Se dejó llevar hasta la pista de baile. Nunca había bailado en público y mucho menos con tantas personas pendientes de él… ella…

Menos es más” pensó Carlitos moviéndose cuidadosamente al ritmo de la música, pero de manera incitante y atractiva.

-. Bailas muy bien – dijo Bruno abrazándola cariñosamente pasado un rato.  Volvieron hacia el lugar donde estaba el grupo reunido

-. ¿Y ustedes dos qué? ¿Ya son novios?  – preguntó la chica que estaba con Teo y ansiaba ser modelo.

Se produjo un incómodo silencio. Bruno miró a Carline interrogativamente

-. Si. Somos novios – respondió Carline decidida sorprendiendo a Bruno que le sonrió como si ella fuera lo más adorable del mundo

-. Mi novia – repitió besándola suavemente en los labios

-. ¿Cómo no ser su novia si ayer viajo exclusivamente a la capital para traerme hasta el pueblo?

Comenzaba su ataque. Carlitos deslizó el comentario intencionalmente.

-. ¿Y volvieron los dos solos??!!! – preguntó Jeffrey.

¿Quién más iba a hacer esa pregunta?!!

-. No es asunto tuyo – se apresuró Bruno a responder, sorprendiendo a Carlitos. ¿Acaso no quería alardear sobre lo que había conseguido?

-. Fue un viaje muy agradable, aunque fue de noche– agregó Carline

-. AHH Bruno, hombre! Tienes mucha suerte

Jeffrey palmeó a Bruno en el hombro y le dedicó a ella una mirada lasciva. Todos bromearon, rieron y los felicitaron.  Carline asentía. Primer paso logrado.  Oficialmente era la novia de Bruno y ellos suponían lo que había sucedido durante el viaje de vuelta. Carlitos sonrió dentro de su escondite.  Acababa de hacer más larga y penosa la caída de Bruno. ¿A qué hora sería el momento apropiado?

-. Vamos a beber algo de verdad – sugirió Jeffrey.

Carlitos no supo a qué se refería. El vaso de jugo que sostenía en su mano le parecía más que bien. Pero uno a uno, el grupo se fue alejando hacia la puerta que conectaba el gimnasio con el resto del edificio. Caminó por los pasillos al lado de Bruno y los otros chicos hasta llegar a la que fuera su antigua salsa de clases. Forzaron la puerta riendo y haciendo bromas.

-. ¿Qué hacemos aquí? – preguntó Carline.

No quería estar en ese lugar. La sala de clases, el comedor, los baños, los pasillos… toda la escuela era un monumental recordatorio de las veces que se habían reído de él.

-. Jeffrey y Teo escondieron licor en nuestra antigua sala – respondió Bruno dándole a entender que la idea le parecía genial

Por un instante, el grupo se congregó en torno a las botellas de licor y nadie se acordó de él. Carlitos tuvo unos segundos de calma para recorrer la sala con la vista. Cuando llegó al que fuera su asiento se quedó pegado mirándolo.

-. Carli, ven conmigo!!

Bruno la llamaba con una botella en la mano

Iba a dar un paso cuando sus ojos se detuvieron al final de la sala. Sobre el último armario aún estaba olvidada y polvorienta la mochila que Bruno le había quitado. El recuerdo se sintió como un golpe de calor intenso que subió quemando su garganta y sus ojos

-. ¿Quieres? – invitó Bruno acercándose a ella y ofreciéndole un vaso con licor

Carlitos no tomaba nunca, pero necesitaba detener el fuego que lo quemaba por dentro. Aceptó el vaso y bebió despacio.

-. ¿Esta era tu sala de clases? – Preguntó Carline caminando hacia donde estaba su antiguo asiento

-. Si. Aquí pasamos el último año

Bruno la seguía como un perrito faldero

-. Y, ¿Todos en tu clase eran amigos?

Carlitos, llevado por algo que no podía ni quería controlar, tomó asiento en su mismo pupitre. Su vestido se abrió revelando sus piernas torneadas

-. Si.. casi todos – respondió Bruno vagamente, pero muy consciente de las piernas de Carline

-. ¿Dónde te sentabas tú?

Bruno le indico el lugar exacto que él recordaba

-. ¿Quién se sentaba aquí? – preguntó Carlitos expectante

-. ¿Aquí?… – Bruno intentó recordar… – Hey! Chicos!! ¿Quién se sentaba aquí? – preguntó al grupo de amigos

-. ¡Tu amigo, el marica! – gritó Jeffrey burlándose

El puñal en su pecho se hundió más hondo. Carlitos bebió otro sorbo del desagradable licor

-. Si. El chico raro ese- agregó una de las chicas

-. ¡El que trató de manosearte!!! – rio otro de los chicos

-. Nunca más supimos de él – acotó Teo

-. Teníamos un compañero “rarito” – dijo Bruno como si tuviera que disculparse por ello

-. ¿Rarito? – repitió Carline alzando una ceja y cruzándo las piernas nuevamente. Sentía que  hervía en su interior

-. No me acuerdo como se llamaba pero era un marica pervertido. Una vez trato de tocarme.

¡Mentiroso!!! Maldito mentiroso

-. ¿Y está aquí en la fiesta? – preguntó Carline con el último hilo de voz y mirando hacia otro lado. Estaba tan lleno de ira en ese momento que le resultaba insoportable mirar la cara de Bruno

-. Por su bien, espero que no – dijo Bruno amenazante

-. Lo expulsaron después que intentó aprovecharse de Brunito – gritó Jeffrey

Carline se concentró en un punto fijo en el pizarrón. ¿Y si se mostraba ahora mismo?… ¿Si les daba en ese mismo instante una lección para el resto de sus vidas a los idiotas? Recordó los consejos de Leila. No era el momento ni el lugar apropiado.

-. Quiero volver a la fiesta – dijo poniéndose de pie enérgicamente. No soportaba un minuto más con ellos.

-. Si… claro

Bruno tartamudeó sorprendido, pero la siguió de vuelta al gimnasio.

-. Carline, puedo tomarme una foto contigo? – preguntó una chica cuya cara reconocía. Otra más de las que reían de él y nunca lo ayudaron

-. Si. Con gusto – respondió aun temblando de rabia

No fue solo una chica sino varias las que le pidieron fotografías. Carline aceptó porque sería mayor impacto para ellas cuando revelara la verdad… además, a Bruno le molestaba esperarla.

-. Ya es suficiente – dijo tomándola de la mano y tirando de ella – Vamos a bailar

La siguiente hora transcurrió con Carline y Carlitos actuando por separado en un mismo cuerpo: Carline podía bailar, sonreír y ser amable; Carlitos estaba pendiente de todo lo que ocurría y buscaba el momento ideal. No era tan fácil como había creído. Los amigos de Bruno estaban siempre cerca de él, la música fuerte, las luces y el ruido no le permitían hacer su revelación de manera importante.

-. Dame un segundo – Dijo Carline a Bruno – Voy al baño

Respiró aliviado al sentir que se alejaba de ellos. Seguía siendo objeto de miradas, pero ya no le molestaban… hasta que llegó cerca de la puerta de los baños. Se detuvo y con tristeza vio como en los asientos olvidados de la fiesta estaban repartidos varios chicos que no bailaban ni compartían con los demás porque no eran considerados “populares”. Ahí estaba la niña gorda del curso paralelo de quien también se reían Bruno y los demás.. y el chico exageradamente delgado, raquítico que siempre vestía de negro y parecía a punto de desfallecer de depresión… la que nunca tenía ropa nueva para estrenar y se ocultaba tras un abrigo gastado… su amiga de los dientes chuecos… los que se ocultaban en los libros para disimular su soledad… A Carlitos se le apretó el estómago al recordar que hasta hace unas semanas él era parte de ese grupo.  La visión de los marginados le dolió en el alma… como si fuera la gota que hacia rebalsar el vaso de su contención.

“Dejen de lloriquear y sufrir” quiso gritar a todo pulmón “se puede salir adelante

Entró al baño con los ojos llenos de lágrimas, el corazón apretado y se encerró en el pequeño cubículo. Dejó que las lágrimas corrieran por su cara… dolor, tristeza… mucha rabia

Minutos después escuchó pasos, voces masculinas y se puso alerta

-. El maldito de Bruno tiene mucha suerte. Se está comiendo a Carline

Jeffrey estaba en el baño!!! ¿Por qué estaba en el baño de mujeres? ¡Oh no!! ¡Era él quien se había confundido y estaba en el baño de hombres!!! Ni siquiera se había dado cuenta dónde entraba…

-. ¡Es su novia! Claro que se la va a comer – respondió la voz de Teo

-Si… pero es tan rica la mina… ¿Ya le viste bien el culo? Mmmhhhh

Sonidos y risas obscenas

-. Y las piernas y tetas…

-. Imagínala desnuda…

-. Bruno se está dando un banquete

-. Aaahhhh… Las cosas que yo le haría a esa chica – dijo Jeffrey

Carline esperó calmarse unos segundos, pero simplemente no podía… así es que inspiró y salió del cubículo caminando como si estuviera en llamas. Ya era hora. Deseaba acabar con todos ellos.  Los chicos giraron al escuchar ruido. Sus caras sorprendidas fueron increíbles.

-. Carline!!! – gritaron al unísono guardando torpemente sus partes dentro del pantalón.

Carlitos, sin emitir sonido caminó directamente hacia Jeffrey obligándolo a retroceder hasta chocar con el urinal

-. Carline…. ¿tu escuchaste?… no era en serio… estaba bromeando… no sabíamos que tu…

Carlitos deseaba escupirlo, morderlo, patearlo… sin embargo Carline forzó una sonrisa en su rostro y con su mano en el pecho de Jeffrey, preguntó

-. ¿Qué cosas me harías?

Jeffrey la miraba boquiabierto. Ella alzó su pierna y la puso entremedio de las de él, levantando la rodilla hasta tocar la entrepierna de Jeffrey que saltó nervioso como si fuera electricidad

-. Carline… no pretendíamos ofenderte…- Teo se disculpaba asustado

-. Y bien… ¿qué es lo que tú me harías? – volvió a preguntar Carline a un par de centímetros del rostro de Jeffrey y con su rodilla presionando

-. Es que eres muy hermosa… pero eres la novia de Bruno y yo… discúlpame…

-. ¿Te parezco hermosa?

– Si…- respondieron ambos aunque nadie le estaba preguntando a Teo

-.¿Y deseable…?

-. Mucho…- babeó Jeffrey

Carline en un gesto atrevido, impulsado por la rabia, tomó las manos de Jeffrey y las puso sobre sus propias nalgas obligándolo a apretar. Jeffrey tembló exaltado, pero se aferró al trasero que ella le ofrecía y presionó contra su polla erecta.

-. Aaah te excito? – preguntó fingiendo inocencia

Carline arrastró su mano sobre los genitales de Jeffrey. Bajo el pantalón se palpaba claramente lo que “ella” le provocaba

-. Siii… Car…li…ne… -Jeffrey tartamudeaba y no lograba salir de su asombro

-. Recuérdalo bien Teo…- dijo ella sin dejar de mirar a Jeffrey – Jeffrey se excita conmigo

-. Cualquiera…- respondió Teo, atontado

Carlitos aprovechó el momento de confusión en que Jeffrey abrió la boca para gemir, y decidido, tocó con sus labios los de él en un “beso” muy efímero que dejó a Jeffrey completamente anonadado y estirando la boca para pedir más

-. Me alegra saber que me deseas – escupió ella como si fuera veneno

Carlitos se separó bruscamente, se lavó las manos, acomodó su cabello y abandonó el baño sin volver a mirar atrás, dejando a ambos chicos sin capacidad de reacción por varios minutos

-. ¿Por qué te me pierdes? – susurró Bruno apareciendo por su espalda y besando su cuello. Carlitos se agitó con el contacto. Algo se había apoderado de él luego de escuchar tanto a Bruno como a Jeffrey y Teo hablar de él. Los breves sorbos de licor lo volvían temerario. Se giró para dar la cara a Bruno. El rubio era todo amor y dulzura con ella, pero Carlitos no quería nada de eso ahora. Tomándolo de la nuca lo acercó bruscamente hasta encontrar sus labios. Quería besarlo furiosamente delante de todos… que nadie dejara de poner atención a lo que pasaba entre ellos. Lo abrazaba y su cuerpo se pegaba a él…  que todos vieran…

-. Buenas noches, señorita Carline

La suave voz del inspector Jara actuó como una alarma que detuvo el tiempo por unos segundos. El hombre se había acercado porque parte de su trabajo esa noche era mantener el comportamiento decente de los estudiantes

-. Buenas noches, inspector – respondió Carlitos separándose al instante de Bruno

-. Se ve usted muy bonita – dijo el inspector educadamente. Bruno la rodeó con su brazo

-. Gracias – respondió Carlitos, avergonzado.

Gracias en verdad. Había estado a punto de echar todo a perder. La rabia y el descontrol se habían apoderado de él

-. Vamos a iniciar la ceremonia de coronación de los reyes – dijo el inspector Jara

La música se detuvo y el director del colegio, junto a algunos profesores, subieron al escenario. Las luces se prendieron y por un instante la fiesta se detuvo. Los chicos, en general, se acercaron para ver qué sucedía.  Bruno, con ella de la mano, se abrió paso hasta adelante donde Jeffrey, Teo y compañía se les unieron, aunque ninguno la miraba.

-. Y los reyes de la fiesta son… Verónica y Teobaldo!!!

¡Vaya! ¡La chica que quería ser modelo!!! Aplaudieron. Teo y su amiga comenzaron a saltar y dar grititos de emoción. Subieron al escenario y fueron coronados como reyes de la generación por el director.

-. Gracias a todos – habló ella al micrófono – es un honor que me hayan…

Carlitos dejó de escucharla. Sus ojos se detuvieron en la puerta al costado del escenario. Era la puerta que llevaba a los camarines… pero también era el camino directo hacia el estacionamiento.

-. … porque el destino está en nuestras manos a partir de ahora…

Las luces estaban prendidas…

La música había callado para permitir escuchar a los reyes recién coronados

Sin dudarlo, tomó su teléfono de la cartera y marco a Leila. ¿alcanzaría a llegar a tiempo? Ella respondió de inmediato

-. Ven ahora. Estacionamiento del gimnasio – susurró Carlitos

-. Estoy afuera hace rato – respondió ella

Carlitos apretó el teléfono, agradecido de saber que Leila ya estaba esperándolo

-. … Felicidades para toda la generación!!! –

Verónica terminó de hablar y se disponía a bajar del escenario.  La música reanudaría en cualquier instante.

Carlitos se escabulló del lado de Bruno sin decir nada. Escuchó que la llamaba, pero serpenteó de prisa entre los estudiantes y segundos después estaba subiendo los peldaños que llevaban al escenario.

-. ¿Qué hace, señorita?

El inspector Jara estaba detrás de ella

-. Suba conmigo – pidió Carlitos tirando de su brazo.

Quizás fue el tono de urgencia o lo extraño de la petición, pero el inspector acompañó a Carline caminando unos pasos detrás de ella.

Estaba sobre el proscenio. Se encontró de frente con Teo y Verónica que portaban sus coronas

-. ¿Vas a hablar? – preguntó ella, confundida

-. Es una sorpresa – respondió Carline

Y de pronto estaba frente al micrófono. Los alumnos dejaron de aplaudir lentamente para poner atención a la modelo sobre el escenario. Algunos la enfocaron con sus celulares. Carline recorrió a las personas con la vista mientras intentaba encontrar su voz y controlar su respiración. Unos pasos detrás de él, el director y profesores miraban atentamente. Jara estaba a su lado.

-. Hola? – dijo probando el micrófono con una de sus uñas. El ruido retumbó en el gimnasio

-. Lo siento – se disculpó. Sentía las piernas de gelatina y las manos frías como cubos de hielo

-. Me disculpo de antemano por subir aquí y hablarles, pero esta es una noche muy significativa para ustedes y también lo es para mi

Sus palabras en los parlantes provocaron un silencio casi absoluto. Se escuchaba fuerte y claro… aunque algo tembloroso. En ese momento, Carlitos vio a Bruno en primera fila muy atento a ella. La miraba sonriente… casi como si estuviera orgulloso y divertido de verla sobre el escenario. Inesperadamente, en la mente de Carlitos apareció la imagen del Bruno de la noche anterior, con sus gestos románticos y sus palabras tiernas…  No! Ahora no! Elevó los ojos hacía a parte posterior del gimnasio donde estaban los marginados.

-. Esta noche es la última vez que estaremos todos juntos como alumnos de una misma generación. – se daba cuenta que se incluía – Algunos ya tienen el futuro asegurado porque sus familias pueden costearles una carrera o un trabajo – su mirada se dirigió al Bruno y sus amigos – No quiero hablarles a ustedes.

Continuaba el silencio…

-. Lo que voy a decir y hacer va dirigido a ustedes – dijo levantando la mano e indicando el fondo del gimnasio, al lado de los baños, donde varios chicos y chicas levantaron la cabeza. La atención del gimnasio se dividía entre mirar a Carline sobre el escenario y a los excluidos del fondo. Corría ahora un suave murmullo y había más teléfonos enfocándola

-. No es necesario que tengan dinero o sean hermosos para que puedan triunfar… solo deben aprender a usar los talentos que tienen.

Miradas escépticas e interrogativas

-. Yo, por ejemplo, hasta hace muy poco era como ustedes y pensaba que mi futuro era una mierda

Una tos intencional por detrás lo hizo volverse y pedir disculpas al director por la grosería que había dicho

-. Hasta que descubrí que tengo una gran habilidad. Todos somos buenos para algo.

Los chicos del fondo miraban interesados. Algunos se acercaban tímidamente.

-. Ayer gané un concurso nacional y mañana viajo a firmar contrato con la mejor agencia de modelos del país que sabe exactamente cuál es mi talento.

-. ¡No se vale! – gritó alguien del montón de chicos – con ese cuerpo, cualquiera triunfa

Risotada general

-. ¿Les parece que mi cuerpo me ayuda a triunfar?

Gritos y silbidos. Bruno había dejado de sonreír y el director comenzaba a impacientarse.

-. Todo ayuda si se sabe usar correctamente

Esa frase volvió a provocar silencio general. Había hablado usando su verdadera voz, creando confusión.

-. Aprendí a usar mi rostro – dijo al tiempo que tiraba firmemente de las pestañas postizas que arrojó al suelo

-. Señorita…

-. Un segundo inspector… – respondió pasando el antebrazo por los labios para quitar el labial

-. También aprendí a usar mi cuerpo

El inspector Jara dio un paso hacia {el cuando vio que Carlitos tiraba de las cintas que sostenían su vestido de los hombros. Antes que lo alcanzara, el frente del vestido se soltó dejando al descubierto el pecho plano y delgado de Carlitos. Un torso de chico.

¡Gritos de asombro!!! ¡De profesores y alumnos!!! Todos se movieron en el piso del gimnasio, mirándose y exclamando… luego gritos histéricos y risotadas… confusión… Todos lo seguían mirando impresionados, comentaban, le gritaban y lo mantenían en el foco de sus teléfonos. El inspector Jara se detuvo impactado como todos. Entremedio del desorden y desde la altura del escenario, Carlitos buscó a Bruno. Estaba completamente inmovil, pálido como si fuera un cadáver y lo miraba conmocionado… choqueado. Casi lo mismo que Jeffrey y Teo. Las chicas gritaban histéricas.

-. Mi nombre es Carlos. Soy el homosexual «rarito» y también me gradúo hoy junto con ustedes.

Volvió a mirar a Bruno, pero él no reaccionaba… ni siquiera respiraba. Parecía que tenía los ojos grises vacíos y el cuerpo colgaba inerte de su cabeza

-. Este es mi discurso de despedida y mi venganza por los años de humillación. 

Nada. Ni un gesto… ni siquiera pestañeaba.

No importaba. Ya estaba hecho y no iba a quedarse a verlo.

Sus palabras fueron seguidas de un bullicio enorme donde se mezclaban gritos, rugidos, un clamor efervescente, risas… caos y descontrol.

Carlitos caminó hacia la puerta lo más rápido que los tacos le permitían. Era en sí un espectáculo con el torso desnudo y el vestido colgándole de la cintura. Cada paso era seguido de un estremecimiento de miedo, nervios y terror… ahora tenía que apurarse antes que alguien lograra alcanzarlo.

-. Camina más de prisa

El inspector Jara lo agarró con firmeza del brazo y tiró de él impulsándolo hacia la puerta. Carlitos rompió en llanto cuando Jara cerró la puerta con seguro detrás de ellos y vio a Leila

-. No se detengan – dijo Jara continuando la carrera y llevándose a Leila sujeta del otro brazo.

-. ¿Dónde está su vehículo?

Iban casi volando por el pasillo

-. Justo aquí afuera

El aire frío hizo estremecerse a Carlitos y calmó su llanto. Leila subió de prisa al volante y lo hizo andar. Jara empujó a Carlitos en el asiento posterior y subió junto a él

-. Arranque Señora. Ahora ya

Leila obedeció sin chistar. Carlitos era un manojo de nervios y frío. Se abrazó a sí mismo.

Ooohh Rayos!!! ¡Lo había hecho!!! Había dejado a Bruno y sus amigos en el más soberano ridículo.  Nunca olvidarían la lección. Lo había hecho!!!

-. ¿Estás bien? – preguntó Leila girándose a mirarlo mientras dejaban el estacionamiento de la escuela

¿Bien?… ¿Qué era estar bien?… Estaba vivo y había hecho lo que tenía que hacer. No sabría decir. No podía pensar con claridad.

-. Si – respondió castañeando los dientes

Jara se quitó la chaqueta y movió a Carlitos hasta que logró ponérsela

-. ¿Qué fue lo que acabas de hacer? – estalló Jara.

-. Revancha – replicó Carlitos entre dientes – Se la merecían de sobra

Jara se llevó la mano a la cabeza en un gesto brusco como si no entendiera

-. ¿Te das cuenta de lo que hiciste? – casi gritó

-. Nos damos cuenta perfectamente – respondió Leila con voz potente, mirándolo por el espejo – Fueron demasiados años de abusos. Solo les devolvió la mano. Ahora Carlitos puede empezar tranquilo una vida diferente en la capital.

 

 

 

 

11 comentarios sobre “Capítulo 28

  1. Ohh siiii por fin, venganza dulce y hermosa en todo su esplendor, me encanta como se desenvolvió de poco a poco, fue enganchando a Bruno y lo dejo tan vacío al idiota, espero que sufra bullying. Wujajajajaja.

    1. Hola Annya! Gracias!! <3 Fue una buena venganza y aunque tuvo momentos de mucha tristeza como la visita a la sala de clases o la visión de los marginados, Carlitos supo darle una lección no solo a Bruno sino también a Jeffrey y Teo y en general, a todos los que se rieron de él. Imagino como debe estar Bruno... Lo leeremos en el próximo cap.
      Saludos cariñoso. Nani.

  2. ¡Al fin venganza! tal y cual me la imaginaba, Carlitos merecia darles revancha y lo hizo de la forma mas epica, leei el texto final como unas cinco veces y no dejaba de tiritar emocionada.
    En verdad que el plan de Carlitos fue simple pero Maestro, me da tanta risa que Teo y la chica que queria ser modelo, lol, fueran opacados por la escena de Carlitos.
    Carline lo mas seguro es que en el futuro le va a estar hechando en cara a Carlitos el haber hecho eso, creyendo yo, que «ella» ya tenia sentimientos por Bruno…. pero la verdad se lo merecian. Con lo que paso y causo su expulsion de la escuela se lo merecian de sobra, el abuso y el bulling solo es devuelto como justicia poetica por el propio Mal Karma, pero en este caso Carlitos fue el astuto Karma que se fue contra sus abusadores.
    Esplendida historia, esperemos que sigua y nos muestre mas de lo que sigue, y como Carline/Carlitos triunfa
    …bueno, eso seria a lo que esperariamos, pero todos las historias son muy buenas sin importar si su final nos gusta o no, aunque uno nunca sabe lo que depara de la vida de un personaje como Carlitos, espero que su racha de buena suerte siga.
    Muchas gracias por esta historia tan buena Nani, ojala y esta continue.

    1. Hola Ritsuko! Muchas gracias!!! <3
      Fue una venganza increíble y todo resultó bien. Estuvo a punto de perder el control un par de veces pero finalmente, Carlitos logró lo que se había propuesto desde el principio. La venganza así de dulce es taaaaan buena.
      Ahora va a comenzar una vida diferente, en otro lugar y con otras personas. El conflicto Carlitos/Carline no será tan evidente puesto que llega a un lugar donde ya saben quien es y no tiene que ocultarse. Quedan varios capítulos en los que veremos que sucede tanto con la vida de Carlitos como de otros personajes.
      Gracias por el cariño. Saludos!
      Nani.

      1. OMG gracias por la respuesta. Me interesaba mucho ver si me quitabas la duda de la continuacion de la historia, me encanta ♡. Las venganzas asi simpre las veo en dramas y en cosas como novelas, sin embargo, en la vida real nunca me ha tocado verlas jajaja pero me alegro que Carlitos la pudo ejecutar a la perfeccion, en verdad no me puedo imaginar la cara de Bruno, pero me viene una risa malevola interna cada vez que lo recuerdo.
        Si te soy sincera yo creia que Carline si le iba a hacer pelea, se que son la misma persona, pero en algunas historias parecidas a estas, meten esa «personalidad» como si fuera su conciencia o algo asi jajaja, asi que yo crei que iba a ser asi, pero que bueno que Carlos se lo tomo un poco a la ligera y deja ir a su horrible pasado para surgir de las cenizas. En verdad que quiero ver el cambio de Carlitos.
        Muchas gracias por seguir la historia

  3. Todo el capítulo sentía los nervios de Carlitos, pensé que no lo iba a
    hacer😳, no inventes!! Me empecé a reír un montón con lo de el baño🤣 y luego BRUNO!!!!!😐😐😐😐 Hasta el siguiente capitulo veremos como le cayo, no se si después del trauma venga furia o tristeza, pero es que seguro que de esta no sale fingiendo que no le dolió por que esto fue épico!!! me encanto que dentro de la venganza hubo también un momento de animo para los «inadaptados» _sí yo pude, ustedes tambien_ Pequeñas oraciones que pueden mover montañas. 😁Fue lo que más me gustó esa buena intención de más venganza intentar hacer justicia. Aunque tengo mis dudas sobre si lo que pase repercuta en el trabajo de Carlitos ojalá y no. Y sea un anécdota dentro de su curriculum personal de accion con valor.

    1. Hola Brenda! Me creerías que muchas de las cosas que sucedieron en este capítulo me las fue mostrando Carlitos? Hubo escenas que no las planee en mi mente de antemano sino que surgieron en el momento, como si él me hubiera estado indicando que hacer: lo de los inadaptados por ejemplo, o lo de la sala de clases. Por suerte, siempre le hago caso a las ocurrencias de mis personajes porque ellos saben mas y mejor.
      Repercutirá en su trabajo?.. mmhh… interesante pregunta. Quedan unos cuantos caps aún. Veremos que pasa con su trabajo y algo más de Bruno.
      Mil gracias!! <3
      Nani.

  4. Estoy triste 😢 no se publicó me comentario y ahora ya se me re volvieron todas las ideas y dudas que había escrito… 😭

    De lo que sí estoy segura, es que amo a Carlitos!!! 😆

    1. Lo siento Itzel! no sé que puede haber pasado pero gracias de todas maneras por haberlo escrito y volver a intentarlo. Espero que los siguientes capítulos aclaren las dudas.
      Carlitos es adorable!!! Yo también lo amo
      Saludos! Nani

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