Capitulo 29

Capítulo 29

 

CARLITOS

 

Quería dormir, pero estaba desvelado. Lo que había hecho se repetía una y otra vez en su mente y aún le costaba creer que lo hubiera logrado. Siii!!! Los idiotas no lo olvidarían jamás y de ahora en adelante pensarían dos veces antes de hacer alguna estupidez… esa era la idea detrás de su venganza, no? Una buena lección que les durara toda la vida… que les doliera…

Carlitos giraba en la cama y no lograba encontrar una posición adecuada. La adrenalina circulaba por su torrente sanguíneo y su cabeza era un constante bombardeo de preguntas sin respuestas…  ¿Qué pasó en el gimnasio después de su salida? ¿Qué efecto produjo su revelación en sus ex compañeros?  ¿Qué diría ahora el director?… ¿Qué pasó con Bruno?    ¿Dónde estaba y qué hacía a esta hora?  Rayos! Qué sentido tenía haber hecho todo esto si no podía disfrutar de los efectos de su venganza. Si tan solo tuviera su teléfono a mano podría buscar en las redes sociales de Carline, pero Leila se lo había “confiscado” hasta la mañana luego de verlo tan ansioso.

. Tienes que descansar – le había dicho antes de irse a dormir ella también – estoy segura que no quieres presentarte mañana con las ojeras marcadas y la cara mustia de cansancio

Eso era muy cierto. Su primer día en la agencia de modelos y parecería un zombi… Pero ¿Cómo diablos podría dormir si estaba sintiéndose más vivo que nunca??!!! Rayos!! Rayoooos!!! Necesitaba saber algo! Lo que fuera, pero alguna información sobre lo que ocurrió luego de su partida. Carlitos hizo el intento de levantarse con la intención de robar el celular mientras Leila dormía, pero el reloj alarma de la mesa de noche indicaba las 2:56 am.

-. ¡Rayos! Necesito dormir – suspiró molesto, regresando la cabeza a la almohada y obligándose a mantener los ojos cerrados.  El rostro descompuesto de Bruno era una buena imagen para acunar su sueño y tratar de descansar tranquilo.

 

BRUNO

En cualquier momento iba a despertar de esta pesadilla.

Abriría los ojos y se encontraría en su cama…  se reiría al darse cuenta de lo absurdo del sueño que estaba teniendo… ¿cómo era posible soñar tanta idiotez?

-. Bruno!!!

El fuerte golpe que Teo le propinó en el brazo le había dolido… no tenía sentido… porque si le dolía significaba que estaba despierto y… que todo era real.  Bruno abrió la boca y tragó aire como si estuviera ahogándose.

-. Bruno… ¿Viste lo que pasó?

Teo estaba gritando su absurda pregunta. Como si alguien pudiera no haber visto!!!.   El gimnasio era un gran bullicio desordenado. Lo profesores y el inspector se peleaban el micrófono y pedían orden y silencio, pero nadie les prestaba atención… No. Lo que había pasado era demasiado extraordinario y los alumnos andaban exaltados comentando su asombro e incredulidad.  Bruno finalmente cerró la boca y acomodó su postura volviendo a sentir el peso de su propio cuerpo. No estaba presente… no sentía como si todo fuera real y él estuviera ahí

-. Bruno!!

Se giró hacia Teo. Detrás de él se estaban los alumnos. Bruno comenzó a ver como los chicos, uno a uno, se iban dando vuelta hacia él… expectantes… esperaban una reacción. Una señal…

-. ¿Qué si lo viste, hombre?!!! – volvió a gritar Teo

Verla?… verlo??…

Es que… era imposible

Impensable

No era verdad…

No podía serlo

Bruno sonrió estúpidamente… como si el pensar que lo sucedido fuera real era una broma…

Primero fueron algunas leves sonrisas asombradas… pero a medida que pasaba los segundos y Bruno seguía apernado al piso, boquiabierto e impactado, las sonrisas a su alrededor se transformaron en risotadas burlonas.

¿Se estaban riendo de él?…

Miró a los estudiantes que formaban un semi círculo a su alrededor…. Tenían los teléfonos en la mano y lo estaban filmando. A él… pero… nadie se atrevía a filmarlo a él sin su permiso… normalmente ni siquiera se atrevían a mirarlo directamente

-. ¡Qué asco! ¡Qué puto asco!!!

Jeffrey manoteaba y escupía descontrolado tratando de limpiarse la boca

-. ¡El maldito pervertido me besó!!! – le gritó Jeffrey a Bruno como si estuviera culpándolo a él.

Una nueva carcajada general. Sin darse cuenta, había dado más motivo para reír al resto de los estudiantes

¿Carline beso a Jeffrey? ¿Por qué haría ella algo así?

-. ¿Que miran idiotas?? ¿Qué están mirando??

Jeffrey estaba perdiendo el control y se abalanzaba sobre los estudiantes, manoteándoles los teléfonos, empujándolos y seguía escupiendo

-. Vamos. Salgamos de aquí

Teo, que aún conservaba un poco de sentido común, se llevó a Bruno por delante. Estaba tan confundido que no protestó

-. Jeffrey!!! – gritó Teo para no dejarlo atrás

Los estudiantes se movieron dejándolos pasar, a fuerza de los empellones de Teo y Jeffrey.

Los res caminaron apurados por el patio de estacionamiento y subieron a la camioneta de Teo, cerrando las puertas.

Bruno no podía hablar… estaba mareado y se sentía enfermo… frío y calor al mismo tiempo… todo  revuelto por dentro… Se acordaba de respirar cuando sentía los pulmones secos y calientes…

-. ¿Por qué andabas con el marica???!!!

Jeffrey le gritaba en la cara. Bruno veía de frente los ojos casi desorbitados de su amigo

-. Explicame por queeee???!!

-. ¿Cómo pudiste, Bruno???

Teo también lo acusaba…  no entendían nada… él tampoco.

-. No, no, no… yo no.. ella es…

Bruno miraba afligido

-. El puto marica nos engañó!!!

Marica… pero si ellos habían estados juntos la noche anterior y Carline lo había complacido…

Bruno sintió que el corazón se le desbocaba…

¡Quería despertar!!!

No podía soportar lo que estaba sintiendo

Repentinamente, Bruno salió del shock en que estaba. Su grito fue tan fuerte, largo y penetrante que hirió los oídos de los tres. Acto seguido, Bruno comenzó a descargar golpes histéricos sobre Jeffrey al tiempo que continuaba gritando maldiciones

-. ¡Yo no sabía!! ¡Yo no sabía, imbécil!!

La piel reventada de Jeffrey bajo el peso de su puño se sentía muy bien. Teo tuvo que usar toda su fuerza y aguantar un par de golpes antes de poder separarlos

-. Yo estaba con Carline… – gritó Bruno con cara de loco. Tenían que entender… él no andaba con ese tipo sino con ella… – Carlineeeeeee

La mención del nombre de ella fue seguida de un aullido adolorido que escapó del auto y se escuchó en todo el patio de estacionamiento. Bruno se soltó  bruscamente y se llevó ambas manos al rostro, tironeando fuertemente sus mejillas y deformando su expresión. Miraba a sus amigos con gesto desgarrado.

-. ¿No sabías? – Jeffrey se sobaba los golpes y seguía chillando –  ¿Cómo diablos no ibas a darte cuenta?!!!

-. Tu tampoco te diste cuenta – replicó Teo que era el más calmado de los tres

-. Callate!!! – cortó Jeffrey bruscamente descomponiendo su rostro – no hables de eso…

Teo alcanzó a pintar una sonrisa burlona

. ¿Qué…? – Bruno preguntó inseguro de querer saber nada más

-. El marica besó a Jeffrey en el baño y lo hizo ex…. – Teo no alcanzó a terminar la frase. Jeffrey, colérico, lo calló a puñetazos

-. Ese… ese montón de mierda me va a pagar lo que hizo!! Me lo va a pagar!!! – bramaba Jeffrey recordando limpiarse la boca de vez en cuando

Bruno dejó de escucharlos al sentir que algo demasiado fuerte le aplastaba el pecho con violencia… ¿estaba teniendo un ataque?.. ¿iba amorir?…

No era una chica…

Carline no era una chica…

Oh Dios!!! Carline no existía…

Nunca había estado con una chica… sino con… con…

Le faltó el aire… Todo se volvió rojo, caliente y asfixiante. Lo que sentía no cabía en su propio cuerpo…

-. Voy a matarlo – dijo Bruno con sorprendente determinación y la mirada gris llena de aborrecimiento

-. Vamos – aguijoneó Jeffrey sacando un bate de béisbol del costado del asiento

Teo echó a andar la camioneta y abandonaron el estacionamiento rugiendo a toda velocidad y dejando atrás al grupo de curiosos que los había salido a mirar.

Parecían poseídos por la furia. El silencio de las calles del pueblo de noche interrumpido por el tronar del vehículo. Los tres chicos en silencio con la mirada fija en el camino.   Sin prestar atención a los posibles daños, Teo estacionó frente a la casa de Leila con el vehículo atravesado y una rueda sobre la vereda. Bruno fue el primero en bajarse y correr hasta la puerta de la casa y comenzar a golpearla y gritar

-. Abre la puerta!!!  

Si. Quería verle la cara… la maldita cara de Carline. Destruírsela… borrarla para siempre. Borrar todo lo que tuviera relación con ella.. con él.

-. ¡Abre, desgraciado!!! Vamos, da la cara!!!

Sus golpes de puños y manos machacaban contra la madera. El control perdido hacía varios minutos.

-. Sal de ahí dentro!!!

No se percataba de la oscuridad de la casa. Bruno estaba cegado por la locura que significaba lo sucedido esa noche

-. Abre, pervertido!!

Jeffrey arremetía contra los vidrios de las ventanas

-. Puto marica de mierda!!!

El macetero de rosas en miniatura reventó contra la pared de la casa

Gritaban insultos como locos… el sonido de los vidrios estallando y las maderas quebrándose aumentaba sus ansias de violencia

-. Se escondió el desgraciado – grito Jeffrey destruyendo las farolas de la entrada con el bate de baseball

. No hay nadie – dijo Teo minutos después recién dándose cuenta de que algunos vecinos prendían las luces y salían a mirar –debemos irnos

Bruno no se detuvo. Con sus puños y pies destrozaba la baranda de la entrada. Las astillas herían sus manos y piernas pero no podía ni quería detenerse. Los golpes y el dolor externo eran un daño menos al que sentía en su interior

-. Bruno!!!

En la distancia se escuchaba una sirena policial y algunos curiosos asomaban de las casas cercanas

-. Vamos!!!

Teo tiró de él pero Bruno lo empujó haciéndolo caer y siguió arremetiendo contra el ventanal. No se detuvo hasta que logró arrancarlo de cuajo y que cayera al suelo con gran estrépito

-. Viene la policía

Bruno recorrió con la vista el daño que habían causado. La casa se veía destrozada

No era suficiente

Quería encontrar a Carlitos y arrancarle el corazón

Que sintiera lo mismo que estaba sintiendo él

Un par de cuadras más atrás se vieron las luces del carro policial y la sirena sonaba cada vez más cerca. Los tres corrieron ágilmente de vuelta al vehículo y Teo nuevamente arrancó a toda velocidad.

-. Lo buscaremos hasta encontrarlo – amenazó Jeffrey

-. ¿Que no escuchase lo que dijo? Se va de la ciudad mañana porque tiene un contrato – replicó Teo

Bruno se sintió paralizado al escucharlos

Carline se iba porque tenía un contrato que firmar…

Idiota! No existe… Carline, no existe!!!

Es él quien se va a la ciudad…

¿En realidad se iba? ¿Algo de lo que le había contado era verdad?… hubo alguna cosa que fuera real???

Bruno estaba tan impactado y confundido que no era capaz de pensar con claridad. Se sentía sobrepasado y consumido…

-. ¿Tuviste sexo con ese chico??!! – preguntó Jeffrey girándose para encararlo directamente

Bruno abrió la boca… pero ni una palabra salió de su boca. Solo respiración entrecortada y ojos grises muy abierto…

Si… no… es decir… si pero no… fue con ella… con ella!!!

. ¿Y bien?? ¿Tuviste???!!!

También Teo se había dado vuelta a mirarlo.

Bruno comenzó a sudar frío…

No podía hablar de eso…

Ninguno de los tres iba pendiente del camino. Ninguno vio el letrero “Pare” y siguieron avanzando. Solo vieron las luces encima cuando el choque contra ellos era inminente.

 

 

CARLITOS

 

Joao había llegado temprano a buscar a Carlitos para llevarlo a la capital y se encontró con policías que tomaban nota de los daños en la casa.

-. ¿Qué pasó aquí? – preguntó asombrado mirando la casa de Leila.

. Visitantes disgustados – respondió ella que, aunque enojada, mantenía la cabeza fría. No quedaba ni un vidrio completo, las ventanas colgaban rotas, la puerta había sido pateada hasta romperla al igual que las paredes y su jardín. Su casa estaba inhabitable por el momento, pero estaban vivos.

-. ¿Fue un asalto? – insistió Joao

-. No. Pero sabemos exactamente quien fue – aseguró Leila

-. ¿Hay alguien herido?  – preguntó Joao revisando a Carlitos con la vista. El chico movió la cabeza, negando.

-. El señor Jara nos salvó la vida – suspiró, recordando lo que había sucedido horas atrás.

 

HORAS ANTES

-. No pueden quedarse aquí – dijo Jara cuando Leila detuvo el vehículo frente a su casa

-. ¿Por qué no? – preguntaron ambos al mismo tiempo

-. Vendrán a buscarte – dijo Jara exaltado – ¿No te das cuenta de lo que hiciste? ¡No les importará golpearte hasta matarte!!!

Carlitos lo miró asustado. ¿Se atreverían a venir?… Oh Dios!!! que pregunta estúpida. ¿Cómo no había pensado en eso?

-. Se quedarán conmigo – ofreció el inspector – vivo en una casa grande con habitaciones de sobra

Accedieron de inmediato considerando lo avanzada de la noche y el inminente peligro.

Fue un lío despertar a su madre a medianoche

-. Hay una fuga de gas en el vecindario – inventó Leila metiendo las medicinas en un bolso.

 

La casa del inspector Jara estaba cerca del centro y era en verdad grande y antigua. Tenía un patio amplio lo que era un lujo de espacio.  Se notaba cuidada a pesar de que Jara vivía solo.

-. No uso las habitaciones extras pero están limpias

-. Muchas gracias, inspector – agradeció Leila cuando ya su amiga se había vuelto a dormir en el cuarto que les indicó Jara y estaban los tres juntos en la sala

-. Es un gusto ayudarle, señora Leila… aunque las circunstancias sean tan extrañas

-. Tenía que hacerlo – dijo Carlitos saliendo de su silencio y atrapando la atención de los dos adultos

-. Ahora van a recordar mi nombre para siempre

-. ¿Tu nombre?… eso será lo menos importante

-. Usted recién llegó a la escuela. No sabe lo que esos chicos le hicieron a Carlitos durante años sin que el director o los profesores lo ayudaran – explicó Leila con vehemencia

Jara calló. Tal vez solo estaba viendo un lado de la moneda… o tal vez es que era muy difícil enfrentarse a la señora Leila cuando se apasionaba hablando… le brillaban los ojos con furia y parecía una fiera

-. Lamento no haber estado antes para hacer algo – dijo Jara humildemente

-. ¡Ay inspector Jara!  Discúlpeme, por favor. Usted no ha hecho nada malo sino todo lo contrario. Estamos invadiendo su casa…

-. No se preocupe. – Jara se veía animado – Es Gastón

-. ¿Cómo?

-. Mi nombre… me llamo Gastón

Leila y Jara siguieron hablando. Carlitos los escuchó por varios minutos, pero estaba inquieto. Tomó el celular y comenzó a buscar.

-. No, no jovencito

Leila se lo arrebató de las manos antes que pudiera hacer algo.

-. Ahora te vas a dormir porque mañana es un gran día

-. Pero…

-. Escucha – dijo ella acuclillándose a su lado y suavizando su voz – Ya pasó. Entiendes? Terminó. No tienes que volver a pensar en ellos nunca más. Olvídalos.

¿Olvidarlos?

¿No saber de ninguno de ellos nunca más?

-. Mañana comienzas una nueva vida. Todo irá bien de ahora en adelante

Si. Así sería. Leila tenía toda la razón. Era una etapa terminada… cerrada… Ya no tenía nada más que hacer con ellos… tal vez, solo averiguar que más había pasado… pero ya tendría tiempo para eso.

Abrazó a su amiga.

-. Buenas noches

Carlitos los dejó y se tiró sobre a cama que Jara le había cedido. Leila podía ser insufrible a veces, pero su cariño era impagable. Iba a extrañarla mucho. En la ciudad no tendría quien lo cuidara.

 

 

No había sido fácil despedirse de su madre y dejar a Leila con el problema de la casa, pero su amiga lo había empujado a subir al auto de Joao y largarse a la ciudad

-. Yo… veré que estén bien – le dijo Jara que aún estaba con ellos y parecía dispuesto a quedarse cerca de Leila.

-. Estaremos bien. No te preocupes por nosotras – dijo Leila besándolo de despedida y devolviéndole su teléfono

No estaba tranquilo. Le habría gustado quedarse hasta que se resolviera todo, pero Joao lo apremiaba a partir.

-. Don Nelson nos espera temprano

Así es que Carlitos subió al auto rumbo a la ciudad. Miró hacia atrás por la ventana del auto… la casa de su amiga destruida le dolía en el alma ¡Eran unos animales!!! Lo que habían hecho solo confirmaba que se merecían su venganza. Les había dolido. Bien!. Que le doliera mucho más cuando la policía fuera a buscarlos.

-. ¿Quiénes causaron el destrozo y por qué? – Preguntó Joao cuando estaban pasando por las ultimas calles del pueblo.

Carlitos tomo aire y se acomodó en el asiento.

-. Es que… anoche hice algo

Joao alzó las cejas y lo miró intrigado, esperando a que continuara.

Carlitos comenzó a hablar y de pronto no pudo parar: estaban solos y tenían mucho camino por delante. Era una ocasión ideal para desahogar su corazón. Le contó de los años de abuso, de cómo había nacido Carline y la venganza que había planeado. Joao escuchaba en silencio, poniendo atención al camino y al chico que hablaba. Carlitos se explayó contando en detalles lo que había pasado en la fiesta de graduación

-. Y ahí, delante de todos, les revelé quien realmente soy – sonaba ánimado – ¡Hubiera visto su cara!!! No podía creerlo

Joao disminuyó la velocidad hasta detener el auto en la acera

-. A ver… ¿Me estás diciendo que ya todos saben quién es Carline? – Preguntó demasiado serio… casi alarmado

Carlitos asintió, perdiendo el ánimo

Joao apretó los labios en un gesto de disgusto

-. Eso no va a gustarle a Don Nelson

-. Pero… ¿Por qué?

-. Mataste el misterio alrededor de Carline. Le quitaste la posibilidad de hacer una gran revelación – ahora Joao lo miraba francamente molesto – Era una de las cosas que a Don Nelson más le gustaba de ti.

 

 

 

5 comentarios sobre “Capitulo 29

    1. Hola Annya.

      Vamos a ver si lo que hizo entorpece sus planes. Creo que nunca se le ocurrió pensar en eso.
      Saludos,

      Nani

  1. Que sufran los malditos!! jajaja

    Yo si pense en si le iba a afectar a su trabajo el que rebelara su identidad Dx ay espero que no le afecte, tiene que cumplir sus sueños si o si!!! Ahhh

  2. Hola, Nani. Antes que calquier cosa; que bueno que estás de vuelta!!! 😃
    Segundo, creo que no se publicaron mis comentarios anteriores 😢 Que desgracia!

    Ahora… 😱😱😱😱😱😱😱 ¡Nooooo! Que tragedia! Que horror! ¿Por qué cuando pasa algo bueno, algo malo aparece? 😭
    Estoy sufriendo y es tu culpa, Nani 😭😭😭

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