Fue recibido como un héroe. Toda la familia de Don Hernán, que se encontraba presente en la casa en ese momento, se abalanzó sobre él para abrazarlo y agradecerle
-. Ay niño precioso. ¿A ti no te basta con ser hermoso que también tienes que ser héroe? – dijo Nano estrujándolo en un apretado abrazo – Gracias Raimundo. No sé qué haríamos sin papá – murmuró Nano lleno de sentimientos
-. ¿Dónde está? – preguntó Rai cuando la algarabía de su visita se hubo calmado
Lo llevaron al cuarto de Don Hernán. Un dormitorio grande, decorado con pesados muebles antiguos y telas elegantes. Él accidentado estaba en la cama matrimonial, descansando por orden médica, pero con claras ganas de querer escapar
-. ¡Raimundo! – saludó, evidentemente alegre de verlo
El hombre estiró los brazos para recibirlo como correspondía.
-. Te debo la vida – dijo luego palmeando su mejilla con cariño
-. No fue nada, señor – respondió Rai contagiándose un poco de la emoción del momento
-. Fue mucho, hijo… no estaría vivo si tú no te hubieras arriesgado
La mujer de don Hernán se aseguraba de que Rai tuviera una silla cómoda, su hija traía bebidas y Nano parloteaba sin parar y todo era fiesta y alegría alrededor de Raimundo.
Tuvo que volver a contar la hazaña del rescate y de sus escapadas por el bosque hacia el sitio de la construcción. Volvió a escuchar las palabras de agradecimiento de todos ellos
-. Mi hermano mayor va a sentir mucho no haber estado aquí para verte– dijo Helena, Nenita llamada cariñosamente
-. Haber sabido que vendrías te habría recibido de mejor manera-dijo la mujer
Raimundo hizo un gesto con las manos dando a entender que todo estaba perfecto, así como estaba… él, volviendo del lugar más mágico del planeta y de la mejor compañía posible, y ahora, recibiendo el cariño de esta familia que comenzaba a estimar
-. ¿Ya pueden volver a la construcción? – preguntó Don Hernán
Rai no lo sabía. Seguramente el comandante iba a informarle a Fernando ahora… ¡mierda! Tenía que dejar de pensar en Fernando por su nombre y acostumbrarse a llamarlo capitán nuevamente…. ¡ja! Sería bien difícil explicar en el campamento por que llamaría al capitán por su nombre
-. No estoy seguro, pero supongo que sí. El capitán dijo que todos deberíamos volver al regimiento hoy en la noche
-. El resultado del informe… Seguro todo irá bien. Ni el capitán Ahumada ni nadie de la unidad tuvo culpa alguna de lo que pasó. Los auditores no pueden decir algo diferente.
Raimundo recordó su pequeño numerito con los auditores…
-. Si. Yo también espero que podamos volver pronto al campamento
¿Y si no fuera así?… ¿Qué pasaría con él… con ellos?
Por un instante la duda lo atravesó, dejándolo nervioso…
-. Fue culpa del exceso de lluvia… – lo tranquilizó Don Hernán como si hubiera leído sus pensamientos – Nadie podría haber previsto un deslizamiento en esa zona
-. Se llevó todo. Su máquina quedo sepultada en el fondo del barranco.
-. No podré volver hasta dentro de unas semanas – se quejó el hombre desde su cama. Su mujer e hijos protestaron de inmediato. Tenía que hacer el reposo que el médico le había ordenado y ya estaba bueno de tanto alboroto por esa tarde.
-. Nos veremos cuando vuelva al campamento, Raimundo. Pero si necesitas algo o quieres bajar a la ciudad, considera nuestra casa como la tuya – le dijo Don Hernán apretando con fuerza su mano – siempre serás bien recibido aquí
-. Gracias, señor
Nano lo tomó del brazo acaparando su atención y lo guio para que abandonaran el cuarto.
-. Ven conmigo. Cuéntame que hiciste estos días ¿Dónde estuviste?
Lo llevó a su dormitorio y dejó la puerta cerrada
Raimundo abrió la boca para comenzar a contar la historia que traía preparada… pero se cruzó con la mirada ansiosa y cariñosa de su nuevo amigo… el hijo del hombre cuya vida había salvado…
-. Yo… – dudó… dudó al punto de quedarse inmóvil y callado
Nano abrió los ojos y pestañeó repetidas veces.
-. ¿Tu…? – dijo haciendo un gesto para instarlo a seguir hablando
Conchesumadreeee…. No debía… No podía… pero tenía tantas ganas de compartir su alegría con alguien….
-. ¿Tú qué…? – repitió Nano sentándose en una de las sillas de la habitación sin quitarle la mirada a Raimundo y viendo cómo se iba transformando… parecía como si comenzara a brillar y sonreía sin que se diera cuenta…
-. Vaya… pregunta equivocada – dijo Nano elevando los ojos al cielo, con total seguridad – ¿tú con quién?
Raimundo no aguanto y soltó la sonrisa que no podía contener
-. Conocí a una persona… – dijo en una exhalada, asustado de lo que se estaba atreviendo a hacer
-. Eso ya está claro – dijo Nano que ya había leído lo obvio en los gestos de Raimundo – ¿Quién es? ¿Es de la zona? ¿Cómo se llama?
El rostro de Raimundo automáticamente cambió… la sonrisa desapareció y sus ojos se clavaron en los de Nano… ¿Qué estaba haciendo? ¿se atrevería a confesar su secreto más íntimo?… ¿Había alguien más apropiado en todo el mundo que Nano para que escuchara su confesión?… el silencio se prolongó más de lo necesario hasta que de pronto Nano se adelantó hacia él, en la silla antes de hablar
-. Puedes decírmelo
Rai sintió que en verdad podía decírselo… es más… parecía como si Nano….
-. No tengas miedo. Ya lo sé
-. ¿Qué sabes? – preguntó Rai, tenso
-. ¿Sabes Raimundo?… cuando uno es “diferente” al resto de las personas, de alguna manera aprende a reconocer y detectar a quienes también son diferentes. No sé cómo funciona… solo sé que es como si tuviera un detector en la punta de mi nariz y puedo fácilmente reconocer a los de mi especie
Pánico… Rai sintió que el pánico lo recorría de arriba abajo y se dibujó en su expresión
-. Hey.. hey… tranquilo. ¿Crees que me importa? ¿O que me molesta? ¿O que voy a ir a contárselo a medio mundo? – Nano estaba a su lado ahora y le tomaba con cuidado del brazo – Tú, no solo me caes muy bien, sino que, además, tengo una deuda enorme contigo. Te debo la vida de mi papá así es que cuando quieras puedes contarme lo que sea y yo jamás voy a repetir lo que me digas.
Nano, en ese instante y a pesar de sus colgantes en el cuello, sus ropas esponjosas y combinadas a la perfección, no parecía un chico suave y superficial sino un hombre confiable y seguro
-. ¿Cómo… funciona tu radar?
-. Esa noche, mientras bailabas… liberaste muchas cosas además de energía- respondió Nano con una sonrisa cómplice
Una última mirada… una que terminó por convencer a Rai que si podía
-. Conocí a un… chico
¡Oh por Dios!!! Se había atrevido… era tan osado… liberador… era como lanzar cientos de kilos de plomo que llevaba cargando sobre los hombros desde niño y deshacerse, por fin, del pesado lastre que había enterrado tan adentro de su mente y corazón que no se había dado cuenta de lo mucho que le pesaba hasta que pronunció las palabras y, con ellas, en un largo suspiro, salieron flotando años de dolor y tristeza
Nano lo miraba con los ojos brillantes y expectantes
-. ¿Te gusta? ¿Estuviste con él toda la semana? ¿Cómo es?
-. Yo… ay… Nano… yo nunca antes…
Entonces fue el turno de que las emociones escaparan por sus ojos y sus poros. ¿Por qué demonios era tan sensible y se quebraba con tanta facilidad?… es que… ¡Era increíble estar hablando de ello!!! Tantos años de miedo y silencio… Recibió el abrazo cariñoso de Nano. Lo meció cariñosamente y lo sostuvo hasta que se calmó
-. ¿Nunca lo habías admitido en voz alta? – preguntó pasándole un pañuelo para que se secara las lágrimas
Rai negó con la cabeza. No… nunca… jamás… solo Fernando lo había adivinado, pero él nunca lo había confesado
-. ¿Y cómo te sientes al decirlo? – preguntó Nano, atento a su respuesta.
Rai sonrió a través de las pestañas mojadas… suspiró profundamente
-. Se siente… increíble
-. Lo sé. Yo también pasé por esto y sentí todos los miedos que tu sientes. A mi novio le pasó lo mismo. Me alegra que me lo hayas contado. Puedes confiar en mí
-. Lo sé. Te arrojaré por un barranco si te atreves a traicionarme
Nano lo miró con los ojos bien abiertos, como si estuviera loco
-. Del mismo barranco que salvé a tu papá
Rieron juntos… se abrazaron con un cariño fraternal que nada tenía que ver con los sentimientos que Fernando le provocaba
-. Ahora cuéntame de ese chico. ¿Dónde lo conociste? ¿Está en el closet o ya salió?
Eso sí era un tema diferente. Bajo ningún punto de vista, Raimundo estaba dispuesto a confesar el nombre de quien le robaba el corazón y lo transportaba a las estrellas
-. Él… es simplemente maravilloso. Es la primera vez que estoy con alguien y… Nano… no puedo explicarte con palabras lo que me hace sentir. Es perfecto… es todo lo que siempre soñé
-. Vaya, vaya… parece que te ha dado duro… ¿Estás enamorado?
¿Enamorado?
La pregunta sorprendió a Raimundo…
-. No… yo no creo… o sea… no sé. No me he enamorado nunca ¿cómo sabes si estás enamorado?
-. No hay respuesta para eso. Simplemente lo sabes.
-. Entonces no sé qué responderte
-. Lo sabrás a su debido tiempo. Dime, ¿Es el primer hombre con que sales?
-. Si
-. Entonces cuida tu corazoncito, Raimundo. La primera vez para nosotros siempre es muy esperada y estamos ansiosos… es fácil ilusionarse y creer todo lo que deseamos y esperamos. No te digo que tu chico sea mala persona. Solo te pido que tengas cuidado porque todo es nuevo y no tienes experiencia para guiarte
“ninguno de los dos la tiene… es algo nuevo para los dos”
-. Además, en tu caso debes tener doble cuidado – expresó Nano con inesperada seriedad
-. ¿Por qué?
-. Es obvio, niño lindo. Vistes uniforme del ejército. No solo arruinarías tu reputación, sino que arriesgas mucho más. En el ejército no perdonan este tipo de actividades. ¿puedes imaginar lo que te pasaría si se supiera?
¡Mierda!
Lo sabía, lo había pensado… sus peores miedos salían a flote en el giro que tomaba esta conversación. El simple hecho de pensar que alguien más se enterara de su verdadera naturaleza le producía escalofríos… ahora, mientras escuchaba advertencias de boca de Nano le produjo un sentimiento de miedo que no había alcanzado a experimentar antes. ¿Qué pasaba con los homosexuales en el ejército?… ¡Qué sucedería con él y Fernando? Algo helado y siniestro le recorrió la espalda… le erizo la piel…
Ahora quería saber todo.
Iba a punto de preguntar más, cuando los golpes en la puerta interrumpieron la conversación
-. Chicos, Ya bajen a tomar onces. Esta servido
.
Nenita, muy atenta, le servía un trozo de cremoso pastel de chocolate. Estaban los cuatro sentados a la mesa del comedor y Doña Natalia había sacado su mejor loza para agasajar a Raimundo
-. ¿Qué hiciste estos días? ¿Con quién estuviste? – preguntó Nenita
Rai miró a Nano, pero él no se inmutó. Actuó como si no tuviera nada que decir ni saber
-. Estuve conociendo la zona. Es todo tan bonito. Tantos lugares hermosos. Ustedes viven en un lugar privilegiado ¿se dan cuenta? – evitaba responder directamente. No quería mentir… no demasiado.
Los tres respondieron al mismo tiempo, todos querían captar la atención de Raimundo; Nano opinaba que la zona era una maravilla y tenía mucho potencial para el negocio del turismo. Su novio siempre lo repetía; la mujer de Don Hernán estaba de acuerdo en general, pero no le gustaba el frío permanente. A veces deseaba vivir en un lugar más cálido. A su edad agradecía un poco más de calor.
-. No está mal. Es una vida tranquila…. pero me gustaría tener más recursos para hacer crecer mi pequeño negocio – comentó la única hija de Don Hernán, un poco mayor que Nano y de rostro suave y algo tímida. Raimundo no había estado el tiempo suficiente en casa de Don Hernán como para saber mucho sobre Nenita
-. ¿Tienes un negocio? – preguntó Rai recibiendo el segundo trozo de pastel de chocolate que la señora Natalia traía, sin siquiera preguntarle
Helena se acomodó cerca de Rai para disgusto de Nano. Estaba claro que Rai había pasado automáticamente a ser considerado una persona especial para esa familia y se sentían bien en su compañía.
-. No es nada muy grande… – comentó Nenita – pero me gusta mucho lo que hago. Estudié marketing y diseño
-. Ella hace cosas preciosas y las vende muy bien – opinó su madre.
Nano asintió efusivamente
-. ¿Y qué haces en tu negocio? ¿A qué te dedicas? – interrogó Rai por educación, preguntándose si un tercer pedazo de ese pastel sería demasiado
-. Tarjetas, panfletos, folletos – respondió Nano quitándole la palabra a su hermana – ¿Recuerdas los folletos que te mostré de mi empresa de turismo? Los hace Nenita. Tiene mucha creatividad
Rai intentó recordar. Había tenido un folleto colorido en la mano, pero no le prestó mucha atención. Sin embargo, quiso ser cortes
-. Si. Muy bonito
-. Es un negocio pequeño. A veces me gustaría poder comprar materiales mejores y maquinas como las que hay en la capital. Tal vez así podría crecer y atender mejor a mis clientes – se quejó Helena con un dejo de tristeza
-.¡Ay no! Ya no sigas con eso– saltó Nano moviéndose para encarar a su hermana con determinación- No culpes a la falta de material por el espectáculo ridículo de las pesadas de ayer ¡por favor!!!
-. Hija, ya no pienses en ellas
Rai escuchaba partiendo en pedacitos pequeños lo que quedaba de pastel en su plato. Seguro era feo comer un tercer pedazo, ¡pero se había alimentado de productos enlatados y tonteras durante la semana!… caricias y sexo… Dios!! Como se había alimentado de aquello. Sonrió tontamente sin prestar mucha atención a la conversación de Nenita.
-. Helena tuvo una mala experiencia ayer. Cecilia Carvajal y su hermana estuvieron aquí ayer. Quería ver por anticipado las tarjetas para su futuro “matrimonio de verano”.- explicó Nano, resaltando las últimas palabras con mucha ironía
-. ¿Qué es un “matrimonio de Verano”? – pregunto Raimundo intrigado por la expresión
-. La gente se casa en verano en esta zona. Para poder hacer una fiesta grande y que nadie se congele. Puedes conseguir flores, frutas, alimentos y transporte para los invitados sin los problemas del clima, ¿entiendes?
-. Ah…
Sorprendente. Jamás se le habría ocurrido pensarlo. A él le encantaba la zona… no, la adoraba. Con su frío bajo cero y sus montañas nevadas y todo lo que implicaba. No había lugar más hermoso en el mundo que la zona donde estaba… y bueno… la presencia del capitán también ayudaba. Rai sintió algo tibio y bonito por dentro mientras seguía comiendo el delicioso pastel.
-. Yo… no tuve mucho para ofrecerles. – se lamentó Nenita – mis materiales son lo que se encuentra en el comercio de la ciudad y ellas buscaban cosas tan finas
– ¡No es tu culpa! Esa no va a encontrar lo que quiere ni contigo ni con nadie… ¡Ni siquiera en la capital!! – se quejó Nano a la vez que calmaba a Helena – ¡La novia de tu capitán quiere unas tarjetas horribles!!! – dijo Nano en voz muy alta, mirando a Raimundo y haciendo gesto de exasperación
En un instante el plato de pastel estaba en sus manos y al segundo siguiente, Rai escuchaba un ruido y el plato se había roto en mil pedazos al caer al suelo… las migas del pastel de chocolate habían saltado lejos…
-. ¿Quién? – preguntó Raimundo con la voz tan aguda que casi sonó como un alarido
No se disculpó por el plato caído que la señora recogía y limpiaba… Rai ya se había olvidado de aquello… no existía ni el plato ni nadie… solo lo que creía haber escuchado
-. Cecilia Carvajal y la tonta de su hermana Mónica – aclaró Nano con un gesto de desagrado en su mano – Siempre han sido unas pesadas. Solo porque su familia tiene parientes uniformados y contactos estrechos con el regimiento.
-. ¿Es novia de un capitán? – preguntó Rai intentando reaccionar… miraba a todos esperando que alguien dijera algo coherente… que no hablaran cosas que no entendía… que estaban equivocadas… claramente
-. Es la novia del capitán Ahumada. De tu capitán – confirmó Nano mirándolo de frente y afirmando con certeza. Lo miraba como si fuera tan lógico que Raimundo supiera de lo que hablaba
-. ¿No sabías que tu capitán tiene novia? – preguntó Nenita – llevan mucho tiempo saliendo juntos – agregó
-. Ya estaba bueno que fijaran fecha de matrimonio – acotó Doña Natalia, terminando de recoger los restos caídos del plato – los noviazgos tan largos no son buenos para una pareja
-. ¿No…via? – Raimundo no reconoció el sonido de su propia voz…
-. Si. Ella es de buena familia y está loca por casarse. Se le nota que anda trayendo el vestido de novia en el bolso – se burló Nenita -Imagina que quería unas tarjetas de un papel de seda muy escaso que solo se vende en…
-. ¡Pero si tú la conoces!! – dijo de pronto Nano, alzando la voz con entusiasmo y acercándose a Rai
Rai lo miró sin entender… todo esto escapaba de su nivel de comprensión… ¿novia?… ¿conocerla…?
-. ¿Recuerdas tu visita anterior, cuando estuvimos bailando en el pub?
Rai asintió automáticamente
-. Ella y el capitán estaba entre las personas que nos miraban cuando bailábamos. ¡Oh! Ese día fue divertido. ¡Deberíamos repetirlo!
El pastel tenía algo malo… Rai sentía que su estómago se anudaba y lo rechazaba… iba a vomitar…podía sentir el alimento reptando hacia arriba en arcadas… estaba sudando…
-. ¿Raimundo?
Recordaba dónde había un baño de su visita anterior. Se levantó del asiento con urgencia y alcanzó a correr y cerrar la puerta antes de que la torta y todo lo que había comido ese día, salieran disparados a través de su esófago… vomitó una y otra vez hasta que tuvi que afirmarse de la pared echo un manojo de agotamiento, nervios y locura… Estaba bañado en sudor
¿Cecilia?…
¿Quién era Cecilia?
¿Fernando salía con ella cuando venía a la ciudad?
¿Había estado con ella cuando lo vio bailar?
Respiraba tan agitado que comenzó a marearse. Nada tenía sentido… ni el baño ni la conversación ni el plato roto … nada.
¿De qué estaban hablando?… su estómago insistía en anudarse y encogerse y explotar, todo al mismo tiempo
Los golpes en la puerta lo asustaron
-. Raimundo. ¿Estás bien? ¿Qué te pasó? – Nano estaba afuera
Bilis… esta vez solo sintió el sabor amargo de la bilis que subía hasta su boca… no le quedaba nada más
El capitán… Fernando… SU capitán… tenía… Él tenía… una…
No… no era cierto…
Resbalo hasta que quedó sentado en el suelo… no podía calmar el loco zapateo de su corazón… algo muy grande crecía en su pecho y lo ahogaba… necesitaba gritar… aire… ¡mierda! ¿por qué estaba llorando?… Era un error… todos estaban equivocados
-. Raimundo ¿Estas enfermo?
Nano golpeaba cada vez más fuerte. No podía ni quería contestar porque… porque le estaban diciendo algo terrible…
N o v i a
Deletreó la palabra en su pensamiento como si fuese un virus infeccioso. Su hermoso rostro se volvió una horrible mueca… sintió como su cara se arrugaba y el aire le faltaba en los pulmones
¿Fernando tenía una novia que se llamaba Cecilia??!!
Un nuevo golpe de calor, bilis, confusión…
-. Raimundo, abre la puerta
¡Dios! Que escándalo estaba haciendo. Se llevó la mano a la frente para apretar su cabeza e intentar ponerse de pie… No. No podía. No estaba bien… no lo estaba. Movía la cabeza, instintivamente, de izquierda a derecha cada vez con más fuerza, negando… negándolo todo… el dolor comenzó en su estómago y de pronto se había esparcido por todo el cuerpo…
Oscurecía temprano en el pueblo. Raimundo usó el pretexto de tener que presentarse en el regimiento para salir de prisa de la casa de Don Hernán. No podía permanecer allí y seguir conversando con ellos como si nada hubiera pasado
Algo había pasado.
Algo importante… dolorosamente importante.
Caminaba por las calles en dirección al regimiento. Se había puesto su uniforme para regresar a la vida militar. El viento helado soplaba sobre su cara. La temperatura había descendido rápido. Rechazó el ofrecimiento de Nano de llevarlo al regimiento en vehículo. Quería estar solo… quería que dejara de doler… quería… ¡Dios!! Quería no haber ido nunca a esa casa ni saber nada… quería regresar el tiempo hasta el día anterior… quería que todo fuera como antes…
Nunca habían hablado de ello
No se le ocurrió preguntarle… no tenía derecho a preguntarle… después de todo, ¿Qué representaba él en la vida del capitán?
¿Cómo iba a suponer que existía una novia?
Una novia… Cecilia… ¿Cómo era? ¿Una mujer bonita y de buena familia? Si… algo de eso había dicho alguien… también que era una pesada… ¡Dios!!! ¿Qué importaba como fuera si lo único importante era que existía?…
Bruscamente se detuvo en medio de la calle solitaria… se llevó las manos a la cabeza y sintió como temblaba de arriba abajo… la oscuridad comenzaba a descender… sobre toda la ciudad… sobre él y su vida…
¿Era todo solo un juego? Porque él tenía una novia… ¿Fernando iba a casarse con esa mujer? ¿Había estado con él mientras ella buscaba quien le hiciera las tarjetas para su matrimonio?
Nooooo… Mierda…. No podía con la angustia que sentía… no sabía que la tristeza extrema era capaz de causar dolor físico en su corazón y su cuerpo…
Fernando tenía una novia
Se manoteó los ojos para quitar las lágrimas que brotaban sin esfuerzo alguno y en ese gesto tan estúpido, sintió que el dolor lo apuñalaba, lo encerraba y se hundía en él haciendo destrozos en su carne y en sus sentimientos
-. AAAHHHHHHH
Gritó desesperado, haciendo uso de las últimas gotas de energía que le quedaban… gritó de dolor, de rabia… de frustración… de idiota…
.
Gracias mil por el capítulo!
Joe tenía tantas ganas del reencuentro con Nano y me quede en plan oh noooo casi no han podido hablar, aunque si me alegré de que pudieran compartir un poco, y de que Rai encontrara apoyo y…. ainsss sale a relucir la novia 🤬 Aunque la pobre no tiene culpa pero…Pobreeeeee Rai ☹️
Estoy deseando saber qué más pasa! Ains que nerviioos
Hola Rous!. La verdad es que alcanzaron a conversar poco pero creo que igual fue muy beneficioso para Rai atreverse a expresar en voz alta lo que es y lo que siente… que tremendo cambio!!! Claro que lo de Cecilia después fue horrible.. pobrecito.. en serio me dio pena.. lo «ví» en la calle oscura, con frio y destrozado de pena…
Gracias mil. Continuamos actualizando!!!
Un abrazo.
¡Híjole! Esto apenas comienza :-{
Creo que ya veo venir parte de lo que pasará. Que nervios.
Gracias, <3
Hola Itzel! Esto se esta poniendo color de hormigas asesinas africanas.. jajajajaaa. No todo puede ser tan fácil y bonito…
Gracias!!! <3
Y ya estallo la bomba! Que nervioooos
Espero mucho el siguiente capitulo <3
Hola elane! bueno, era de suponer que en algún minuto Rai se enteraría de la existencia de Cecilia pero, la verdad, fue muy horrible la forma en que supo… tarjetas de matrimonio!! o sea.. ¿cómo no creer que era verdad si la loca de Cecilia estaba buscando tarjetas!!! pobre Rai.. te juro que sentí su pena y desengaño al creer que el capi lo había usado de entretención.
Gracias!! Saludos!