Capítulo 67

MATIAS

Clara comenzaba a angustiarse. De pie frente a la mesa del comedor en su casa, ya había retirado el plato anterior casi sin tocar y esperaba sorprender a Matías con su postre favorito. Había ocupado todo su repertorio de cocina y no lograba que Matías se sentara frente a un plato y probara más que un par de bocados antes de comenzar a sentir nauseas y dejarlo de lado. Matías ya era delgado cuando llegó pero ahora parecía que sus huesitos se iban a desarmar en cualquier momento. La alegría inicial del chico que había conquistado a Clara y a quienes lo conocieron, se evaporaba de a poco. Ahora parecía la pálida y delgada sombre del chico que había llegado a sus manos unas cuantas semanas atrás.

-. Matías. Come otro poco, por favor

Mati asentía y volvía su vista al plato dispuesto a hacer un esfuerzo. Clara le había dejado un pocillo de frutillas recién cosechadas porque sabía que le gustaban mucho…  suspiró… deseaba comer para que ella se tranquilizara…  pero no había forma de que los trozos de frutos rojos pasaran por su garganta…  es que no había espacio en su cuerpo… estaba completamente lleno de pena y tristeza… nada más cabía en él.

La mirada lastimera de Clara hizo que Mati abriera la boca para recibir un trocito de frutilla… frutillas… Santiago… el acantilado y su amor… amor en todo su cuerpo y su ser…  luego del primer mordisco sintió que el sabor inundaba todo su cuerpo y se ahogaba en llanto y recuerdos… quería tragarlo pero no podía… tristeza sólida como roca se atravesaba en su garganta… soltó la cuchara de golpe y se llevó las manos a cubrir sus ojos… sollozaba una vez más. Clara corrió a su lado y lo apretó  contra su cuerpo, abrazándolo y compartiendo su dolor.  Los bracitos de Mati la rodearon refugiándose en su regazo…

Solo eso.

Abrazarse y llorar juntos.

Clara lloraba de angustia porque había aprendido a querer a Matías y no soportaba el nivel de tristeza del chico… le partía el alma verlo sufrir y apagarse cada día un poco más

Matías ya no preguntaba cuándo iba a llegar Santiago… Clara no tenía respuestas y él tampoco… ella había intentado muchas veces comunicarse por teléfono con Santiago aunque le había prometido no hacerlo pero la línea a la que discaba jamás respondió.

El computador nuevo que Mati tanto ansiaba le había llegado una semana después de estar con Clara; Villa canela era un pueblo agrícola muy pequeño y hubo que traerlo de la ciudad. Clara consiguió con uno de los profesores del colegio que le instalara los programas que Mati requería y tomó dos días más conseguir la conexión a wifi. Por fin, casi diez días después de haber escapado, Matías tuvo el computador listo. Con las manos temblando y repitiéndose mentalmente cada paso que Santiago le había enseñado fue abriendo las ventanas hasta llegar a su correo… las lágrimas rodaban por sus mejillas de nervios y ansiedad cuando envió el primer email a Santiago…

 “Estoy bien. ¿Cuando vienes?”

Sonreía y lloraba al mismo tiempo… miraba la pantalla fijamente, inquieto, imaginando que la demora de Santiago en responder se debía a que estaba cerca de Adamir y no podía hacerlo.

Al pasar las horas, volvió a repetir los pasos y enviar más correos con el mismo mensaje. Su ansiedad crecía cada minuto

Estuvo todo el día mirando la pantalla…

Clara le permitió sentarse a la mesa con el laptop al lado. Un pequeño chantaje para que aceptara comer…

Clara le quitó con cuidado el computador del regazo cuando se quedó dormido, muy tarde en la noche, sin haberse despegado de la pantalla y tras haber derramado miles de lágrimas

Fue lo mismo durante varios días…

Matías envió cientos de correos, cada cual más desesperado que el anterior…

Ningún correo había sido abierto por Santiago…

Parecía que los enviaba al vacío

-. ¿Por qué no me responde?

-. Ya lo hará cuando pueda

-. Pero… si ni siquiera los ha mirado

-. Dale tiempo

-. Él me dijo que le avisara como estaba… debe estar preocupado… ya debería haberlos leído… por qué?…

Y así había sido desde entonces hasta la fecha…

-. Matías, ya no llores… – ella misma estaba a punto de llorar

Mati logró calmarse de puro agotamiento. Estaba tan cansado de derramar lágrimas pero no sabía cómo evitarlo. Aun abrazado a Clara levantó su rostro para mirarla… sus delicados ojos verdes anegados y enrojecidos… su piel de porcelana sin vida… se notaba el esfuerzo que estaba haciendo para poder hablar sin llorar

-. Él me dijo que yo era el mejor…

Clara asintió

-. Si. Lo sé. Ya me lo dijiste

-. Dijo que me quería. Clara, él dijo que iba a venir

Una vez más, ella no tenía respuesta. Le devolvió la mirada sin saber qué decirle… le acarició el pelo y como muchas otras veces se quedó a su lado hasta que se calmó.

Clara había pasado innumerables horas aprendiendo cómo consolar a Matías, preocupada como solo las madres pueden hacerlo. El niño de los ojos verdes se le había metido en las hormonas maternales y estaba dispuesta a sacrificarse por él y quererlo como si en verdad lo hubiera parido… era tan suave y dulce… tan indefenso y vulnerable… tan solo en este mundo… tocaba todas sus fibras maternales que creyó no existían y con cada sufrimiento las avivaba como si de fuego puro se tratase. Se había encariñado con el niño y ahora era su hijo. Su oportunidad de hacer bien las cosas y borrar la culpa que la había atormentado tantos años.

De a poco, con los pedazos sueltos de historia que Matías le iba entregando sin darse cuenta, había ido tejiendo la historia de su hermano y el niño. No tuvo ganas de perder el tiempo en horrorizarse… Cuando Matías hablaba de lo que Santiago significaba para él, lo hacía con tal vehemencia y convicción de cariño que Clara lentamente y a la fuerza entendió que Matías no estaba choqueado por el secuestro,  torturas y castigos que había sufrido… al contrario, le hablaba de Santiago con pasión, de los paseos sobre del acantilado y en la playa, de cómo le había enseñado a nadar y usar el computador, de las veces que lo envolvía en sus brazos para dormir juntos y se sentía protegido, de cómo Santiago se tomaba todo el tiempo para  asegurarse que las correas con que lo ataba estuvieran seguras y no lo dañaran, de las risas que habían compartido… las comidas, los paseos, el cariño…

Matías solo podía recordar lo bueno que Santiago había sido con él y que le había dicho que lo quería. Clara no se arriesgaba a preguntar algo más. Las heridas emocionales de Matías eran demasiado recientes y sus recuerdos muy frescos y sensibles.  Ella esperaba que con el tiempo, Matías le iría contando todo y entonces, cuando comenzara a recordar y reconocer lo malo, sería el momento de ayudarlo a curarse de esa dependencia enfermiza que había desarrollado por su hermano y por lo que él le hacía. Tendría tiempo de hacerlo… Estaba casi segura… Habían pasado tres semanas y Santiago no daba señales de vida.

Clara había revivido en su mente las conversaciones que tuvo con Santiago… siempre fue más sobre asegurar el futuro de Matías, de dejarle el dinero y los cuidados… si él fuera a venir por Matías ¿qué sentido tenía traspasarle todo al chico? ¿Por qué se había molestado en hacerle prometer que lo cuidaría y querría para siempre? ¿Qué lo enviaría a la escuela y se preocuparía de que fuera un buen chico?

Santiago no iba a venir jamás

Cerró los ojos para ocultar la felicidad interna que esa casi certeza le producía… Matías era ahora el motivo de su vida. Ya no era más la solterona solitaria. Tenía un hijo del cual preocuparse, que llenaba su vida vacía y le daba razones para vivir… No se equivocaría con él como había hecho con su hermano. Ahora era mayor, independiente y tenía más experiencia.

Mantuvo los ojos cerrados. No quería que Matías la viera alegre cuando él estaba tan triste… Lo apretó aún más fuerte contra su regazo…

-. Ya va a pasar Matías… no llores más.

Mati crecería, se educaría, tendría amigos y una vida normal. Su hijo sería un hombre del cual ella se enorgulleciera.

 

MAX

Los suaves golpes en la puerta despertaron a Max. Se sentó en la cama bruscamente, manoteo para quitarse el pelo de los ojos, mirando a todos lados y reconociendo dónde se encontraba… ¿Adamir?… ¿venía a buscarlo para castigarlo?  Se quedó con los ojos fijos en la puerta mientras su cerebro terminaba de despertar. Nuevos golpes ligeros en la puerta lo convencieron de que no era Adamir. Él jamás golpearía tan suavemente.

-. ¿Cómo dormiste? – preguntó Sergio entrando fresco, vestido y arreglado

-. Bien – mintió Max. Había dormido pocas horas después de pensar demasiado.

-. Vine a buscarte para ayudarte con la ropa y luego iremos a desayunar

Max tenía preguntas… muchas preguntas pero se guardó todo lo que le preocupaba para un momento más apropiado. Necesitaba conversarlo con alguien y según lo que había escuchado anoche, Sergio era la persona indicada.

La perspectiva de pasar un día junto a Sergio animó a Max. Se duchó  y dejó que Sergio le indicara que usar, lo ayudara a peinarse y le rociara unas gotas de un delicado perfume que trajo de su dormitorio. Cuando Sergio se dio por satisfecho, Max estaba boquiabierto mirándose al espejo y deleitando sus sentidos con el exquisito aroma del perfume; skinny jeans  de un color gris muy claro que se ajustaban a sus piernas y a su culo, una camiseta blanca de diseñador y un juvenil cinturón de cuero negro con tachas metálicas a juego con algunos brazaletes en su muñeca izquierda y una simple cadena delgada en su cuello.

-. Vamos…

Sergio tiró de él, enganchando su brazo y riéndose. Max lo divertía.

Desayunaban los dos en la terraza, cerca de la piscina. El jardín se abría frente a ellos. Era un hermoso día. Nazir y Adamir se habían marchado temprano para tranquilidad del chico.

-. ¿Cómo sabes tanto? – preguntó Max refiriéndose a como lo había vestido y arreglado.

-. No siempre fui así. Quise aprender para agradar a Nazir y para sentirme mejor. 

Sergio le contó cómo había aprendido. En el camino salieron algunos pasajes de su vida antes de Nazir; le contó de sus padres que aún vivían, de la pobreza en que se había criado y de cómo Nazir había cambiado su vida

-. Lo amo, sabes?

Max lo miraba asombrado… toda su atención concentrada en él. Sergio hablaba con vehemencia de lo que sentía por Nazir…. Amor… eso que había escuchado la noche anterior y sobre lo cual deseaba saber.

-. ¿Cambiaste para él?

-. Cambié, aprendí porque quise ser mejor para él.

Las respuestas de Sergio sorprendían a Max

-. Todo esto es muy bonito – señaló la casa y lo que los rodeaba – pero lo verdaderamente importante esta aquí dentro –  dijo Sergio llevando su mano al dentro de su pecho – Nazir es el amor de mi vida. Es todo para mi.

Max terminó de mascar una tostada que hacía rato mordía a medias…

-. ¿Cómo es amar?

Sergio se quedó con la taza de té colgando en el aire…

-. ¿Amar?… pues.. es una locura fantástica– devolvió la taza al plato y se enfocó en Max – Amar es lo mejor que le puede pasar a una persona. Es un sentimiento glorioso que te llena de felicidad y te hace desear estar siempre con la persona amada, agradarlo y hacerlo feliz porque tú eres feliz si lo ves sonreír… es entregarte por entero a otra persona porque así lo quieres, compartir tu alma y tu cuerpo.

La boca abierta y la inmovilidad de Max daban cuenta del impacto que las palabras de Sergio le provocaban

-. ¿Cómo te diste cuenta que estabas enamorado?

Sergio sonrió mirando a Max con ternura… para eso si tenía respuesta clara

-. Cuando estas enamorado de verdad, no te preguntas si lo estas. Simplemente lo sabes.

-. Pero… tal vez no es así para todas las personas

Sergio lo miró fijamente…

 -. Eso es cierto. No todos amamos igual.

Max necesitaba saber más… esperaba expectante a que siguiera hablando

-. El amor puede ser diferente para cada persona y hay muchas formas de amar,  pero quien ama siempre desea que la persona amada sea feliz.

Max escuchaba muy atento.

Sergio respondía con cuidado.

Ambos estaban interesadísimos en la conversación. Cada uno con sus propios pensamientos internos.

-. ¿Por qué me preguntas sobre el amor?

– No sé… curiosidad

-. ¿Has amado a alguien, Max?

Amar?…

No.

Siempre había estado solo, luchando por sobrevivir en las casas de acogida, con personas indiferentes a cargo de muchos chicos y que nunca lo elegían a él porque era rebelde y problemático o en las calles, donde había que ser fuerte y agresivo para poder sobrevivir y defenderse… luego, a merced de Adamir

¿A quién iba a amar?… ¿cuándo?.. ¿dónde?…

¿Quién lo podría haber amado a él?

Quizás a Mati. Tenía por él un sentimiento importante que había desarrollado durante las veces que se habían visto y hablado… un lazo de lealtad, cariño y complicidad… pero no era de ese tipo de amor del que hablaban

Sergio sintió mucha pena al ver la cara de aflicción con que Max escarbaba en sus recuerdos intentando encontrar una respuesta… súbitamente le pareció que Max era mucho menor y más vulnerable de lo que aparentaba… se veía tan acongojado y triste

-. Max ¿y tus padres?

Era una pregunta arriesgada pero deseaba saber.

Max negó con la cabeza antes de responder dándose tiempo para tragar el nudo que se le estaba formando en la garganta y que no le gustaba. Él no era un patético sensible… era fuerte y rebelde y duro… y no sabía que le estaba pasando al hablar con Sergio. Nunca había conversado así con alguien…  Arrugó la cara escondiendo un gesto de dolor y se encogió de hombros al responder

-. No sé quiénes son. Nunca los conocí. Me crié en una casa de acogida

Sergio, inconscientemente, se llevó la mano a la boca para contener la pena que la respuesta de Max le producía… ¿De la casa de acogida a la isla de Adamir?… se le quebraba el corazón al pensar en la suerte del chico

-. ¿Fueron buenos contigo? ¿Tuviste amigos?

Max le devolvió una mirada desolada…

Sergio no necesito que lo expresara con palabras. Había entendido.

Buscó con rapidez la taza de té. Necesitaba pasar algún líquido por su garganta antes que las lágrimas siguieran subiendo…

-. Mis padres viven cerca de aquí. Los voy a visitar casi todos los días. Quizás puedas acompañarme.

Eso sonaba muy bien. Salir de la casa y caminar por las calles, ver gente… Max le dedicó una sonrisa triste en la que daba a entender que salir de la casa sería un milagro.

Sergio no quiso ahondar en el tema. Conocer un poco más de la vida de Max le había causado tristeza. Era un chico fuerte y valiente… pero también era un adolescente vulnerable si uno sabía cómo llegar a su corazón.

Bien. No era hora de lamentarse por lo que ya no tenía remedio. No podía cambiar el pasado de Max pero si podía aportar con algo para su futuro.

-. ¿Qué sabes hacer? – preguntó Sergio cambiando de tema

-. ¿Hacer?.. no entiendo…

-. Si, hacer… ya sé que no sabes cocinar pero sabes pintar, o tocar música, o cantar o bailar… que te gusta?

-. Cantar? Bailar? no.. no sé nada de eso…

Sergio suspiró satisfecho. Había devuelto la sonrisa a la cara de Max y, más importante aún, había encontrado un rol que jugar en la vida de su huésped.

-. Voy a enseñarte. Vamos

-. ¿Dónde?… ¿enseñarme qué?… Sergio… Sergio!!!

Sergio caminaba decidido hacia la sala de música. Si no era el canto o el baile sería la pintura o la escritura, o el bordado o la costura o la fotografía o quien sabe que… y si no era nada de eso seguiría escarbando en todas las posibilidades que podía ofrecerle hasta encontrar algo que le gustara a Max y pudiera regalárselo como conocimiento.  Tenía que entregarle algo. Descubrir que le gustaba y ayudarlo a desarrollarlo en el poco tiempo que tendrían para conocerse mejor.  Era triste… Max no tenía nada… nada de nada… solo su persona y sus catorce años de maltrato y abandono.    Respiraba agitado mientras caminaba enérgico y escuchaba a Max seguirlo de cerca… No era justo… ¿cómo era posible tanto abandono en la vida de un niño?… recordó que su propia madre lo había abandonado a él pero al menos lo había dejado al cuidado de sus abuelos… Max estaba al cuidado de Adamir… cuidado??… Que injusticia y que tristeza… se limpió de un manotazo enojado las lagrimas que se le escaparon furtivas de los ojos… no quería que Max viera su tristeza. Se detuvo frente a la puerta de la sala de música y se calmó lo suficiente para volverse hacia Max y anunciar

-. Comenzaremos con el baile…

 

ADAMIR

El chofer que Nazir dispuso para él lo llevó al hospital temprano en la mañana. Se fue directo a la sala de cuidados intensivos y pidió hablar con el médico encargado de Santiago en ese momento. Las noticias no variaban demasiado del día anterior pero al menos, seguía estable y había pasado una noche tranquila

-. El pulmón derecho está volviendo a funcionar… Tendremos que reconstruir la rodilla… injertos de piel… traumatismo

Adamir escuchaba con escasa paciencia la extensa explicación. Quería saberlo todo y a la vez no quería escuchar nada… Santiago era un hombre fuerte y atractivo, con el pelo oscuro, los ojos intensos, la nariz recta y una sonrisa gentil…  hombros anchos y un atractivo cuerpo. Ese era su amigo…

-. Haga todo lo que sea necesario

-. Si, señor. Eso procuramos

El médico le entregó una lista de cosas que eran necesarias para la mejor atención de Santiago.  Normalmente lo solicitaría a un familiar pero Adamir ya había dejado claro que él estaba a cargo y Santiago no tenía familiares. Estaba haciendo uso de la influencia de su familia y los contactos de Nazir.

-. ¿Puedo verlo? – esta vez preguntó con tranquilidad. El detalle del estado de Santiago que le había dado el médico lo había impactado.

-. Solo puede verlo un instante. Está aislado para su propia protección y está sedado

Verlo era importante. Necesitaba hablar con él muchas cosas, personales y de negocios, preguntarle por el paradero de Matías… pero por el momento se conformaría con verlo a través de un cristal para comprobar con sus ojos que Santiago seguía vivo.

La máscara que cubría parte de su rostro le ayudó a disimular la impresión. Lo habían cubierto entero para evitar que fuera causa de posibles infecciones.  Había visto a Santiago cuando lo trajeron a la superficie desde la cueva bajo el mar pero en ese momento no se dio tiempo para sufrir ya que era quien estaba a cargo de salvarle la vida…  se preocupó de actuar con rapidez y eficiencia… pero ahora… miró el cuerpo irreconocible que descansaba sobre la cama, lleno de vendajes, tubos, cables y maquinas con luces, sonidos y números. Buscó por todas partes algo que reconocer en su amigo hasta que lo encontró en parte de su rostro y cabello que se veían intactos entre tanto vendaje… se quedó pegado en ese pedazo del cuerpo de Santiago…

Era su culpa…

Era su maldita culpa que Santiago se hubiera intentado quitar la vida.

Años atrás le había prometido cuidarlo y encargarse de él, cuando lo encontró en ese bar de mala muerte y lo llevó a su casa… Santiago había confiado en él… le había entregado el control… No había sabido cumplirle… había fallado…

-. Señor… ya debe irse, por favor.

¿Tan rápido habían pasado los minutos que le concedieron?

-. Volveré en la tarde

-. Si todo sigue bien, puede verlo más tarde

Abandono el área de cuidado intensivo y se quedó unos minutos en la sala de espera. Necesita reordenar sus pensamientos.  Se sentía completamente inútil y fuera de su elemento. No estaba aportando en nada quedándose allí pero tampoco podía marcharse y volver a la isla. Avanzó por los pasillos hasta llegar a la salida.

Por un instante, Adamir se sintió desconcertado al salir a la calle… el chofer lo esperaba atento a sus órdenes. Tenía otras cosas que hacer. Nazir le había pedido que fuera a las oficinas del astillero para hablar del negocio familiar pero no estaba de humor. La imagen de Santiago lo perseguía robándole la energía. Subió al vehículo aun inseguro de que hacer… El chofer esperó pacientemente.

Entonces Adamir recordó la noche anterior. Su semblante se volvió duro.

-. Lléveme a la casa

Max. Tenía que llamar al piloto para que viniera a recogerlo y devolverlo a la isla. Había sido una pésima idea traerlo… ¿Por qué demonios lo había hecho?… No estaba dispuesto a tolerar ninguna más de las tonterías de Sergio. El mismo se encargaría de llevarlo al aeropuerto privado y subirlo al avión.

Minutos después el chofer lo dejó justo frente a la entrada de la casa de su hermano…

Corrección.

Ahora sabía que la casa era de Sergio…

Descendió del auto y se encaminó enérgico hacia la puerta principal. Se detuvo. La música alegre que brotaba desde alguna parte de la casa le llamó la atención. Miró a todos lados buscando el origen del sonido… cuando lo identificó, echó a andar por el sendero del jardín hacia una de las terrazas de la casa. A medida que se acercaba pudo captar sonidos adicionales… la risa y los gritos alegres de Sergio y de Max… sintió que la adrenalina fluía… ¿Qué demonios pasaba ahora?… apuró sus pasos.

Dentro del salón, con las puertas al jardín abiertas de par en par y el stereo a todo volumen, Max practicaba frente al espejo grande los pasos de baile que Sergio le había enseñado y de paso, ambos  aprovechaban de cantar el coro de la pegajosa canción. Max se enredaba con el canto y los pasos y se tentaba de la risa… Sergio trataba de corregirlo pero la risa de Max era muy contagiosa y terminaban los dos riendo y volviendo a empezar de nuevo…

-. Pon atención. Dos a la derecha, uno atrás, dos a la izquierda… levanta los brazos… eso es…  atrás… mueve las caderas, Max!!… jajajaaaa

-. Lo siento… jajajaa. Ya… Ya… de nuevo…  esta vez lo haré bien…

Y volvía a reír como si fuera un niño… con los ojos brillantes de alegría, la respiración agitada, el pelo bailando por su cuenta y el cuerpo moviéndose al ritmo de la música… intentando seguir los pasos sin equivocarse…

 

Adamir ni siquiera fue capaz de terminar de subir todos los peldaños que llevaban a la terraza…

Desde el tercer peldaño tuvo una vista perfecta del reflejo del espejo…

Ahí mismo quedo inmóvil…

Fue como si alguien le diera una cachetada a su cerebro y se quedara en blanco… el espejo le entregaba una clara imagen de un Max desconocido, igual al chico deslumbrante de la noche anterior…

No… mejor aún.

Este Max de ahora separaba sus piernas, las plantaba muy firmes en el suelo resaltando sus músculos, movía sus caderas en redondo, balanceando su cintura agitando el culo, levantaba los brazos siguiendo el ritmo de la música… la ajustada camiseta blanca se elevaba unos cuantos centímetros permitiéndole a Adamir una vista de su estómago y espalda… lo había visto desnudo mil veces pero esto era diferente… se movía sensual… se meneaba con gracia…  cantaba con alegría poniendo gestos y caras graciosas… reía no solo con la boca sino con todo el cuerpo… expresaba entusiasmo y felicidad por cada poro de su cuerpo y eso lo volvía…  irresistible.

Adamir sintió una especie de mareo… una extraña sensación de debilidad… tragó saliva y su mano buscó la baranda para afirmarse… no podía apartar la vista de la imagen del espejo… de los jeans ajustados y las curvas que dibujaban… de los brazos torneados y los brazaletes danzando en el aire, del movimiento de caderas y la risa increíble de Max… que hermoso sabía reír…  que contagiosa era su risa… no sabía… no tenía idea que Max riera así… era una escena tan refrescante… hermoso… muy hermoso y seductor. Lentamente se fue dejando caer sobre los peldaños hasta quedar sentado… miraba hipnotizado… de pronto la expresión de sus ojos se tornó… suave??? cuando Max volvió a equivocarse y a reír a gritos… Sergio reía con él…  Adamir no se dio cuenta que él mismo estaba riendo con ellos…

Luego de un rato y aún completamente atontado, se levantó… Max era un imán irresistible…  quería estar con él… quería participar de su risa y sus movimientos… era suyo… tenía derecho…

Sergio fue el primero en verlo aparecer por la puerta del jardín y detenerse. Max siguió la dirección de su mirada y también lo vio. La música continuó sonando fuerte y alegre pero ya nadie bailaba ni cantaba ni reía

-. Le estaba enseñando a bailar – explicó Sergio bajando el volumen de stereo

En una reacción inexplicable, provocada tal vez por la súbita impresión de verlo y la sensación de culpabilidad, Max cayó al suelo de rodillas y adoptó la posición de espera…

Sergio abrió la boca y los ojos… incrédulo…

Adamir avanzó por la sala hasta llegar a Max.  Lo escuchaba respirar agitado y su cuerpo aun no se calmaba de toda la risa y el baile. Se detuvo muy cerca de él, posó su mano a un costado de la cabeza de Max y lo atrajo hacía su pierna…  sus dedos acariciaron suavemente a Max reafirmando su dominio… Cuando habló sus ojos dorados estaban fijos en Sergio, desafiantes…

-. Buen día, Max

-. Buen día, amo

-. Sergio – Adamir movió la cabeza en un gesto de saludo.

Sergio reaccionó al oír su nombre…

-. Buen día, Adamir

El saludo de Sergio fue muy bajo… Estaba en verdad impresionado… él hacía lo mismo con Nazir en su cuarto pero era voluntario… él se sometía con gusto al dominio de Nazir.  Esto que veía frente a él era una muestra clara de arrogancia de Adamir… le estaba demostrando que Max era su propiedad… su esclavo… aunque estuvieran en su casa y hubiera logrado una pequeña victoria la noche anterior, Max era suyo y siempre lo sería. Sergio rara vez se enojaba pero ahora sintió la furia que subía como un líquido caliente y se desplegaba por su cuerpo. Recordó lo que le había dicho Nazir la noche anterior. No debía entrometerse… pero le estaba costando mucho…

-. ¿Le enseñaste a bailar a Max? – preguntó Adamir con calma, abandonando la mirada hostil.

Sergio tuvo que tomarse unos segundos para tranquilizarse antes de responder

-. Si. Estábamos practicando…

-. Bien. Quiero verlos

NO!!.. por supuesto que no. Bailar y cantar era algo entretenido y relajante… con él ahí presente se arruinaba todo.

Sergio buscó la mirada de Max y encontró unos ojos suplicantes que lo miraban de medio lado. Max no quería hacerlo frente a Adamir.

-. No – respondió Sergio sin pensar

-. No? – repitió Adamir arqueando una ceja

-. No… lo siento…  es que ya terminamos por hoy…

Adamir no estaba satisfecho con esa respuesta. Antes que pudiera replicar, Sergio continuó

-. Además, ahora vamos a hacer otra cosa… cocinar!!!.. es que debo preparar el almuerzo para Nazir. Ya sabes. A él le gusta solo lo que yo hago y no quiero atrasarme… atrasarnos… Max me va a ayudar…

Maldito, pensó Sergio.  Había logrado ponerlo nervioso con su aparición inesperada.

-. ¿Ustedes van a preparar el almuerzo?

La pregunta de Adamir tenía un leve tono de incredulidad y… diversión??… Sergio lo miró dos veces antes de responder… vaya!… si parecía interesado…

-. Si. Le estoy enseñando a cocinar a Max.

Por un instante Sergio se preguntó si debía pedirle permiso a Adamir para que Max pasara tiempo junto a él… Mientras Adamir no estaba en su casa, Max era libre de disponer de su tiempo pero ahora que había llegado…

-. Bien ¿Me permites acompañarlos?

Fue el turno de Sergio de quedarse sin palabras… no solo era la pregunta que Adamir le formulara sino la franca nota de interés y decisión que había en su rostro… ¿cómo podía negarse??

-. Claro… si.. por supuesto.. si…

Adamir dibujó apenas una sonrisa. Acarició a su cachorro

-. Levántate Max. Tienes que cocinar.

 

SERGIO

Pasado el mediodía, Nazir llegó de vuelta a la casa para almorzar. Lo hacía cada vez que podía. Era una de las ventajas de vivir cerca de los astilleros.

Avanzó por la casa sin encontrar a Sergio o sus visitantes así es que se dirigió al lugar donde sabía lo encontraría.

-. Hola! – el alegre saludo de Nazir fue seguido de una cara de sorprendido – Adamir! ¿Qué haces en la cocina?

Alrededor del mesón central de la cocina, Sergio y Max estaban ocupados en terminar el postre. Más allá, el personal de cocina ejecutaba otras tareas.   En el otro costado del mesón, Adamir se veía relajado, sentado sobre un taburete observando la actividad.

-. Pues… aquí. Bebiendo y acompañando a los cocineros

La expresión de Nazir cambió de la pura sorpresa a la diversión para luego fruncir las cejas… ¿Qué demonios hacía Adamir metido en su cocina?? Entonces buscó a Max con la mirada… Bueno… He ahí la respuesta real a la presencia de Adamir en la cocina… Nazir sonrió para sí mismo.  Sergio se había esforzado para que el chiquillo luciera muy bien hoy. Si hasta tenía un coqueto delantal anudado en la cintura!! Se veía… mejor no seguía mirándolo pero era fácil explicarse el que Adamir lo estuviera siguiendo dondequiera que fuera.

Nazir tomó asiento al lado de Adamir. Sergio le puso una copa en las manos y un beso en la boca.  El ambiente en la cocina era tenso… Sergio intentaba tranquilizar a Max con frases simples pero el chico había perdido la sonrisa. Solo seguía las instrucciones…

-. Ya podemos almorzar – anunció Sergio

El almuerzo fue más relajado que la cena de la noche anterior. Adamir había recuperado su aplomo, Max se mantenía silencioso, Sergio y Nazir se encargaban de la conversación.  Al menos nadie estaba peleando ni gritándose.

Cuando terminaron, Sergio se dirigió a Adamir

-. Voy a visitar a mis padres en la tarde. ¿Crees que Max pueda acompañarme?

Intencionalmente omitió las palabras “permiso” o “autorización”, pero su audacia no llegaba al punto de atreverse a sacar a Max de la casa sin el consentimiento de Adamir. Estaba consciente del peligro; Max deseaba escapar y él, difícilmente, sería capaz de detenerlo, o tendría ganas de hacerlo. Pero no era idiota. Si Max desaparecía estando bajo su custodia el problema sería inmenso para todos.

Max tuvo ganas de llorar de rabia al escuchar la pregunta. Sabía la respuesta de antemano y hubiera preferido que Sergio no la hiciera. Le daba vergüenza  que lo humillara delante de todos… tristeza saber que no podría hacerlo… le enojaba tener que preguntarlo…

No escuchó una negativa de inmediato…

Levantó la vista para mirar a Adamir convencido de que tal vez no había escuchado la pregunta de Sergio. Lo encontró recargado contra el respaldo de la silla, mirándolo fijamente con sus ojos dorados de demonio y con algo parecido a una sonrisa dibujada en los labios…

-. ¿Quieres ir? – preguntó Adamir

La pregunta lo dejó boquiabierto… Adamir lo seguía mirando… ¿era una pregunta real? ¿Podría ir?… ¿era una prueba?… Max escudriñaba muy profundamente dentro de los ojos de Adamir intentando encontrar una trampa.. una mentira… algo que le dijera si estaba jugando con él o si en verdad esperaba una respuesta… Cielos!!!  ¿Qué tenía que responder?… ¿Cuál era la clave para conseguir la autorización?… ¿Qué quería Adamir de él?… la conversación que había escuchado la noche anterior vino a su memoria… controlador.. dominante… se desharía de él si lo consideraba una amenaza a su dominio… Max delineó una suave sonrisa en sus labios y bajó la mirada… ya sabía que responder

-. Solo si tú deseas que vaya, amo.

Nazir y Sergio guardaron silencio pero registraron en su mente la reacción de Adamir… se movió inquieto, su respiración se aceleró y su boca se abrió y cerró repetidas veces mojando sus labios con la lengua… los ojos fijos en la imagen de sumisión que ofrecía Max…

-. Estarás custodiado en todo momento

-. Si, amo

Max bajó aun más la cabeza ocultando la amplia sonrisa que atravesaba su rostro… tenía permiso para salir con Sergio y todo lo que le había costado era pretender ser el sumiso que Adamir deseaba…

. Gracias Adamir. Me aseguraré de que los guardias nos acompañen 

Sergio también estaba sorprendido. No esperaba una respuesta afirmativa ni mucho menos que fuera tan fácil… miraba escéptico… tenía dudas que no iba a preguntar en ese momento, pero el Max que él había conocido en estas pocas horas juntos no tenía relación con el chico sumiso que estaba viendo.

El único que no se sorprendía era Nazir. Cada minuto que pasaba confirmaba más y más lo que pensaba. Bastaba verle la cara a su hermano y la forma en que miraba a Max.

-. ¿Me acompañas a la oficina? Necesito tu firma en varios documentos

-. Si. Claro

Ambos hermanos se pusieron de pie para retirarse pero Adamir se detuvo antes de abandonar el comedor

-. Max. Ven aquí

Lo sostuvo del hombro y lo empujó suavemente, guiándolo, hasta que estuvieron solos en otro cuarto.

Max lo sentía pegado a su espalda… la mano firme de Adamir en su hombro… ¿Qué iba a decirle?… ¿era todo mentira y no lo iba a dejar salir?… ¿estaba muy enojado por lo de la noche anterior?… ¿iba a castigarlo, golpearlo? ¿Qué?.. ¿Qué era?…

Sintió un movimiento brusco y Adamir estaba frente a él. No se atrevió a levantar su rostro pero la mano del amo le alzaba la barbilla y su boca lo buscaba para un beso posesivo y urgente… lo sujeto de la nuca… le exigió abrir sus labios para dejarlo entrar… Max lo complació… parecía como si Adamir quisiera devorarlo por completo… un beso invasivo y casi doloroso…

-. No te atrevas a pretender dormir solo esta noche, Maximilian

Sin ningún otro gesto o palabra, Adamir lo dejo solo y se fue.

Max no se movió en varios segundos… confundido… asombrado… ¿Qué había sido ese beso?… ¿y el permiso que le había dado?… ¿y acompañarlos en la cocina?… ¿y desear que bailara para él?…

Bajó los hombros y soltó la tensión de su cuerpo… se quedó mirando al vacío…   pensando… armando el puzle en su mente…

Adamir estaba actuando como si… como si… estuviera… interesado en… él?

Pestañeo rápido varias veces…

¿Adamir sentía algo por él???

Que había dicho Nazir… que parecía enamorado?… así como Sergio de Nazir?…

No… no.. esto era una locura…

Pero… y si era verdad?…

Rescató de sus recuerdos las miradas y caricias de Adamir todas esas veces que habían tenido sexo últimamente… los besos que le daba… no tenía con que compararlas pero parecían… sinceras?…

Sergio había dicho que los enamorados desean hacer feliz a la persona que aman…

¿Fue por eso que le dio permiso para salir con Sergio?…

Es que… él no lo había desafiado… su instinto le había aconsejado mostrarse humilde y sumiso…

Oh por todos los cielos??!!!

¿Era ese el secreto y la llave mágica para poder manejar su relación con el amo?… Si le daba a Adamir lo que él quería… ¿lo trataría mejor?… ¿confiaría en él y le permitiría más libertad y menos castigos?…

Adamir es el mayor controlador que conozco había dicho Nazir…

Y si lo dejaba creer que lo controlaba???

Si actuaba como un sumiso obediente y complaciente??…

Adamir ya le había demostrado que él era especial cuando sucedió el incidente de Santiago. Lo dejó pasearse por la isla sin vigilancia y le confió algunas tareas…

“Los enamorados siempre quieren estar juntos”

Adamir quería estar con él… Lo había traído con él a la ciudad… nunca había hecho eso con otro chico de la isla…

Cada pensamiento en la mente de Max lo acercaba un poco más a justificar las palabras que había escuchado de Nazir y Sergio… por increíbles que le parecieran, los hechos le iban demostrando que tal vez tenían razón… Que Matías no se había equivocado en sus apreciaciones

Max no se movía… su cuerpo muy quieto pero su mente era un volcán en erupción…

Quizás Adamir si tenía sentimientos por él…

Y si eso era verdad… su vida podía cambiar…  como había cambiado la de Sergio…

Si era un buen sumiso, si dejaba que Adamir creyera que lo controlaba… todo mejoraría… menos castigos… más libertad… menos vigilancia…

Su mirada volvió a tener expresión al analizar las nuevas posibilidades que se abrían frente a él…

Si todo lo que pensaba y había escuchado resultaba ser verdad… entonces él podía aprender… tal como lo había hecho Sergio… era inteligente y podía hacerlo… aprender a que Adamir confiara en él… aflojara su garra dominante… lo viera de forma diferente… … y de esa manera se permitiera unos minutos de descuido que él no dudaría en aprovechar para escapar y no volver a saber de él nunca más en su vida.

17 comentarios sobre “Capítulo 67

  1. Gracias por el capítulo!!! <3

    Cuánto tiempo sin saber de Matías, qué penita me da! 🙁 Ainsss espero que pronto pueda estar con Santiago!

    Ohhh se está poniendo interesante la cosa entre Adamir y Max…

    1. Hola Rous!

      Ya vamos a saber más de Matías y de Santiago. Solo dale un poco de tiempo a Santiago para que se recupere y los tendremos de vuelta en escena.
      Adamir y Max… jajajajaa.. me ENCANTA ver a Adamir babeando por Max sin darse cuenta que esta actuando como enamorado.

      Gracias!!! Saludos cariñosos. Nani.

  2. No… Definitivamente, no!
    Mati… OOOH, POBRE MATI!!! Al menos él sí podría tener una relación parecida a la de sergio y Nazir y… mira nada más! ToT
    Y Max… Por favor, nooooooo!!!



    Nunca de los nuncas querré que Adamir se quede con Max, no me importa lo que digas, Nani! Mi voto no está ahí jajajajajajaja

    1. Hola!

      No sé en que parte leíste que Max y Adamir se estaban quedando juntos porque hasta donde yo «he visto» en mi pantallita, Max sigue deseando escapar… Eso es lo que veo por ahora. No puedo decirte que sucederá más adelante porque aún no me lo han mostrado pero por ahora.. digamos que Max está comenzando a saber como actuar con Adamir para manipular las cosas un poco más a su favor.

      Mati.. Ay Dios ese Mati.. si que me hace sufrir cuando lo veo; está delgado, pálido, triste y sin energía. Al menos tiene a Clara que se ha encariñado mucho con él y se preocupa de cuidarlo.

      Gracias por tu enfática opinión!!!

      Besos,

      Nani

      1. Verdad??? Ya sé que Maxito sigue queriendo escapar, pero es un niñito, a pesar de todo, inocente, que puede caer redondito en las horribles redes del «amor» de Adamir…. Sufro! porque es cierto… del odio al amor… T_T

        Jajajajajaja Que intensa! XD Ves lo que provocas, Nani? No escribas tan bien, caray! jajajajajaja

      2. OK. ok.. aqui hay polémica y eso me fascina… jajajajaaa
        No quiero dejar ningún spoiler pero si puedo aclarar un par de cosas:
        – Max tiene 14 años y nunca en su vida ha sentido amor ni ha sido amado… creo que para que Max se «enamore» de verdad falta bastante.
        -. Del odio al amor hay un paso.. cierto, pero cuando uno tiene la madurez suficiente para aceptarlo y entenderlo. ¿creen que Max tenga esa madurez?
        -. Adamir tampoco ha estado enamorado y ES… repito.. ES UN MALDITO CONTROLADOR Y DOMINANTE… no olviden esa parte. Puede actuar enamorado de vez en cuando.,. deslumbrado, atontado, aturdido por Max.. pero ¿creen que sea capaz de permanecer en ese estado largo tiempo y olvidar su naturaleza de la noche a la mañana?
        -. Por ultimo… ¿ven a Max siendo un sumiso forever?

        Bueeeeehhhh… me retiro luego de haber «aclarado» algunas cosillas.. jajajjaa.

        Besos chicas. Gracias por su interés en la historia. ME ENCANTA!!!! Nani

    1. Hola Simplemente elizabeth. (genial el nombre)

      Que bueno que te guste la historia. Gracias por eso.

      No puedo hablar respecto de las actualizaciones anteriores a la ultima pues, como expliqué repetidas veces en mi facebook, no tuve acceso a un lugar donde actualizar por mas de dos meses y eso escapaba de mi control.

      La última actualización demoró una semana exactamente. Comprenderás que escribir un buen capítulo puede tomar varios días y dependiendo dela intensidad, mucho más de una semana.

      Gracias por querer la historia!!.

      Saludos, Nani.

  3. Adamir arruina momentos,yo queria que max siga bailando.Que lindo Sergio que hace que max tenga algunos momentos de felicidad.
    Adamir no parecía otro en este capitulo,parece un enamorado,verlo actuar así 😍 me encanto.
    Max ya ideo un plan,me va a encantar ver si max lo logra o no.
    Adamir aveces lo quiero y aveces lo detesto.
    Ver a Adamir actuando Como un enamorado ,me hace pensar que quiero que se quede con max …pero adamir fue muy maldito con max u.u
    ¿Que pasará cuando regresen a la isla? Adamir seguira actuando mal? Me da miedo leer más adelante 😢 tengo miedo de que Adamir rompa a mi max

    1. Hola lali!!!
      confieso que a mi también me dio pena que Adamir interrumpiera el baile de Max… son tan escasos los momentos de felicidad genuina en la vida de Max. Te juro que lo vi bailando en mi mente y es lindoooooo y estaban tan felices los dos… Sergio, a pesar de las advertencias de Nazir, se ha encariñado mucho y muy rápido con Max. La naturaleza de Sergio es ser bueno y protector, no le gusta ver sufrir a nadie así es que no puede evitar desear proteger a Max. Además, piensa que Sergio no tiene mucho más en que ocupar su vida tampoco…
      Adamir… Estamos viendo una nueva faceta de su personalidad… y es otra persona… creo que nos pasa a todos los seres humanos cuando nos enamoramos… nos volvemos diferentes, verdad? llenos de endorfinas y desparramando dulzura y alegría… a algunos nos cambia para siempre y a otros se nos pasa rápido… ¿qué será en el caso de Adamir?

      Gracias Lali. Saludos cariñosos. Nani.

  4. Hola! Genial capítulo, Max al final comienza a darse cuenta de los sentimientos de Adamir, incluso antes que el propio Adamir . Si lo usa a su favor, podría incluso destrozar el corazón de Adamir, y desde mi punto de vista el hijo de su puta madre se lo merece, o al menos yo aún no siento mucha empatía por el personaje. La forma tanto psicología y física en que maltrató a Max me hizo odiarlo. Puede que Santiago sé un sádico y tenga ese raro fetiche por las agujas, pero no sé, me parece más humano que Adamir por el hecho de que pudo reconocer sus sentimientos por Matías .
    En fin, espero el siguiente capítulo :3

    Saludos desde México y muchas gracias por publicar tan rápido, ojalá puedas seguir así ^•^

    1. Hola Lyub! Adamir, como siempre, tiene su ego y arrogancia puestas delante de los ojos y es incapaz de mirar hacia dentro y ver como cambia y que es lo que siente… creo que no se da cuenta… siempre se siente tan seguro… Matías se dio cuenta, Nazir y Sergio ya se dieron cuenta y ahora Max esta comenzando a convencerse… es peligroso lo que está pensando Max, muy peligroso, pero por otro lado,. el pobre chico está acorralado y actúa como animal desesperado, capaz de hacer cualquier cosa por librarse de su reclusión… pero tengamos muy claro que está jugando con una bomba de tiempo

      Santiago si es un sádico, pero de alguna manera extraña, Matías le llegó al corazón y por él fue capaz de cambiar y encontrar sentimientos que no conocía ni creía poder sentir. el pequeño Mati le cambió la vida y lo convirtió en una persona mejor aunque eso casi le cuesta la vida.

      Gracias!!! <3 saludos cariñosos desde Chile. Nani.

  5. Mati! Tienes que ser fuerte! Me da angustia la soltería de Clara Mati le a caído como un ángel pero sigo pensando que necesita una aventura, jajaja me encanto el plan malvado de Max para conseguir la llave de la felicidad me imagine su subconsciente con cuernitos y expresión muajajaja. Además ese estilo que le dio Sergio no está nada mal y más el bailecito sexi, hermoso<3

    1. Hola Brenda!
      Matias está intentando sobrevivir… no es fuerte; su fortaleza proviene del sentimiento de seguridad, cariño y protección que le ofreció Santiago así es que ya puedes imaginar como se siente al no tenerlo cerca. Clara se está portando muy bien con él, como una madre cariñosa.. ella tambien tiene sus propios demonios guardados en su mente y esa es una de las causas por las que sigue soltera… tal vez tienes razón; un buen polvo la dejaría mas alegre y llena de energía!!! jajajajaaaa.
      Max… max está usando la única ventaja que tiene disponible; la información puesto que no tiene nada más; ni la fuerza necesaria para salir de ese lugar, ni la oportunidad de estar solo.. nada. así es que en su mente ha comenzado a imaginar como forjarse la opción de poder escapar… no es un mal plan aunque si creo que está jugando con algo muy muy peligroso, pero a los 14 años no se da cuenta de ello. Si le resulta será fantástico y veremos a un Max libre y diferente… ¿te has preguntado que haría Max si estuviera libre y volviera a las calles? sería dueño y soberano de elegir que hacer.. pero creeme que me he estado preguntando mucho que haría Max si fuera libre en las calles de nuevo. Sobre su aspecto físico.. wow.. Sergio si sabe como resaltarlo y hacer que sea imposible para Adamir quitar sus ojos de él. Yo lo vi en mi mente. se veía precioso!!!.
      Gracias!! Besos y saludos cariñosos. Nai

  6. Por Dios soy yo la que está mal por creer que la única loca y que da miedo es clara jaja no max no juegues con fuego por que cuando se de cuenta de que usas sus sentimientos ( unos que aún son muy frágiles ) te irá muy mal…
    Gracias que capitulo tan genial por fin supe de Mati aún que debo admitir que llore de verdad oh mi niño espero con ansias el próximo
    Eres increíble 😘😘😘

    1. Hola Idalia!

      Me hiciste reír mucho con tu comentario sobre Clara; tal vez sea el único personaje mas «normal» de esta historia y te causa miedo!! jajajajaaaa… Clara está haciendo las cosas de la mejor manera que se le ocurre; no tiene experiencia pero si tiene mucho cariño por Matias el chico ha venido a llenar un vacío enorme de afecto que ella tenía y ahora desea protegerlo y cuidarlo, no sé si lo hace de la forma exacta en que Matías necesita que lo cuiden, pero al menos está ahí con él en este momento que tanto apoyo necesita… Santiago no va a aparecer en un largo tiempo… Matías podría desmoronarse fácilmente. Como dije antes, la fuerza de Matias se basa en el cariño y seguridad que recibió de Santiago y al no tenerlo es fácil quebrarse.
      Adamir y Max… bueno, max escuchó lo que no debía y ahora maneja información que le puede resultar muy útil para sus propósitos; definitivamente es peligrosos y juega con fuego; no sabemos como va a reaccionar el señor puto amo de la isla si es que llegase a darse cuenta… no sé.. veremos que pasa con la nueva idea de Max.

      Gracias!!! Solo me gusta escribir la película que veo en mi pantalla mental. Un saludo muy cariñoso. Nani.

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