Capitulo 41
DANIEL
La llamada que tanto esperaba llegó al día siguiente, muy temprano. Sonreí en cuanto vi la pantalla y supe que era él ¿era una señal de que comenzaba mi perdón?
-. ¿Dónde? ¿A qué hora?
Se me estaba volviendo una costumbre no saludarlo y decirle rápidamente lo que quería. Lo escuché reír.. me imaginé su cara… ¿Cómo había llegado a echarlo tanto de menos? Tenía tantas ganas de verlo y ojalá tocarlo.. y besarlo.. y Diablos! Todo.. pero solo saber que quería saber de mi nuevamente estaba bien para comenzar
-. Hola…- aun habían rastros de risa en su voz – ¿puedes venir esta tarde?.. si no puedes est…
-. Si voy!! ¿a que hora? ¿dónde? –l o interrumpí antes que dijera nada más. Iría. Inventaría una buena excusa para Gonzalo. Tal vez hasta le diría la verdad. Serviría para que dejara de dudar de mi… no sé. Solo estaba seguro de que nada me impediría verlo.
Coque me dio las instrucciones dónde encontrarnos
-. ¿a las cinco? Puede ser?
-. Coque voy a estar ahí. Tengo muchas ganas de verte y…
-. Me lo puedes decir aquí. En persona
Ahora fue él quien me interrumpió. Sus palabras sonaban llenas de promesas y anuncios… mi corazón se alborotó completamente de solo pensar en él
-. Te lo diré todo
Nuevamente sonrió… estaba alegre y yo también
El puerto está más o menos a una hora de distancia. Tenía tiempo. Me fui temprano a la oficina y me sorprendió ver que hoy todos habían desaparecido. La oficina de Gonzalo estaba desierta al igual que la de papá. Nadie sabía dónde estaban. Le dije a la secretaria de Gonzalo que no volvería a trabajar hoy en caso de que alguien preguntara. Sin ellos, no tenía como conseguir chofer ni auto a menos que fueran los de mi casa lo que significaba muchas preguntas. Tal vez era hora de que tuviera uno para mi. No importa. Una de las cosas buenas de haberme ido al internado es mi propia tarjeta de crédito.
Poco antes de las cuatro de la tarde llegué al puerto. Había estado ahí con papá un par de veces cuando era menor. En el apuro por llegar no había almorzado pero tampoco tenía hambre. En lo único que podía pensar era en volver a verlo. Quince minutos antes de las cinco estaba de pie en el lugar que habíamos acordado. Era una playa inmensa, con palmeras y mucha gente disfrutando. El verano recién comenzaba. Miraba con atención los automóviles y la calle esperando verlo aparecer. De pronto un automóvil oscuro y grande, parecido al de mi padre, se detuvo frente a mi. La puerta se abrió y Coque bajó. Me sorprendí mucho. Yo sabía que su familia, al igual que la mía, éramos gente de dinero pero nunca lo había visto o imaginado en esas condiciones. Me derretí con la mirada de sus preciosos ojos claros y sonrientes… vestía jeans y una camiseta normal, de color clar. Nada especial.. pero para mí era la única visión perfecta que necesitaba… Me acerqué a él, casi corriendo.
-. Hola
No lo toqué.fue él quien tomó mi mano para guiarme de vuelta al vehículo detenido en la calle. Sentí el suave apriete de su mano en la mía y supe que todo estaba bien entre los dos. El interior del vehículo estaba fresco y se sentía muy bien. No podíamos dejar de mirarnos y sonreír… pero aun no me atrevía a tocarlo.. por lo que había pasado y por el chofer que conducía… me estaba muriendo por un abrazo y un beso.
-. ¿Cómo estás?
Vi su semblante cambiar. Un gesto de tristeza… intentó encogerse de hombros como indicando que no era importante, pero yo lo había aprendido a conocer mejor que eso. Algo malo le pasaba a Coque. Algo importante.
-. Estoy bien – dijo sin convencerme
El auto se puso en movimiento. No sabía dónde íbamos ni me importaba mucho mientras estuviéramos juntos
-. Coque?.. – insistí
-. ¿tú.. estas bien?
Me cambió el tema. Entendí. Le preguntaría después.
-. Si. Trabajando con mi hermano y pensando en ti todo el tiempo
Lo último se lo dije en voz baja para que solo lo escuchara él. Sonrió avergonzado.
Pronto entramos a un camino diferente y el vehículo se detuvo en una casa preciosa frente al mar
-. Es de mi familia – explicó – no hay nadie ahora
El chofer nos abrió la puerta y se quedó esperando afuera. Entramos a la casa. Muy bonita.. pero yo tenía algo mucho mas bonito e interesante delante
-. ¿Estamos solos? – pregunté para cpnfirmar… aguantándome apenas
-. Si
Sus ojos brillaban como luceros
No puedo decir que lo abracé porque en realidad, me abalancé sobre él y lo levanté en mis brazos, estrujándolo y buscando su boca con todas mis ganas contenidas. Coque me rodeó el cuello con sus brazos delgados… nunca antes me había sabido tan bien el sabor de su boca… su lengua tan juguetna como la mía y su labio inferior era un manjar entre mis dientes que lo mordían despacio
-. Bájame – pidió
Lo tenía preso en mi cuerpo… estaba tan feliz que no quería soltarlo. Busqué el sillón más grande y cercano y lo deje caer despacio, conmigo cayendo sobre él
-. Coque.. fue un infierno sin ti.. por favor perdóname lo estúpido que fui
Seguía manteniéndolo apretado.. no quería alejarme ni un segundo mientras estuviéramos juntos… sabía que no disponíamos de mucho rato.
-. Daniel… te quiero
Me acarició el pelo… me miraba fijamente y sus ojos nuevamente eran mansos, claros limpios.. dulces… Me había perdonado.
-. Te quiero mucho también
No lo había pensado.. no lo tenía planeado.. pero supe que era verdad en el momento mismo en que se lo decía… sonreí estúpidamente repitiendo
-. Te quiero.. te quiero
-. Y Miguel?
-. Miguel siempre va a ser mi amigo, pero nada más. Estoy seguro de lo que siento ahora
Coque reía y me abrazaba apretándome.. su cuerpo se restregaba contra el mío.. sus piernas rodearon mi cuerpo y comenzó a desabotonar mi ropa
-.¿Que haces pequeño degenerado? – pregunté excitado y feliz
-. Quiero revisar mi propiedad – contestó con toda simplicidad, sin detenerse
-. ¿Tu propiedad?
-. Si
Me quió la camisa y luego abrió el cierre de mis pantalones sin dejar de darnos besos y caricia. Su mano se cerró en torno a mi excitada polla
-. Si vuelves a traicionarme, te lo corto
-. ¿Me estas amenazando, enano?
-. Si. No lo olvides
Seguimos sonriendo pero por alguna razón pensé que la amenaza de Coque era verdad. Detuve las caricias para sostener su rostro en tre mis manos y mirarlo fijamente
-. No te volveré a traicionar nunca. Te lo prometo
Nuestros ojos se anclaron en un momento especial… ambos supimos que estábamos siendo reales y diciendo lo que en verdad sentíamos… que ahora estábamos varios peldaños más arriba en nuestra relación… con sentimientos y compromiso
-. Te quiero, Coque
Fue fácil decírselo.. directo y en serio
-. Y yo a ti
Nos quitamos la ropa lentamente… jugando a besarnos y tocarnos… disfrutando del cuerpo del otro a medida que las prendas salían y nuestra piel se liberaba.. besos en su hombro, en mi cuello.. un chupón en su espalda… una lamida suave en su oreja… aaahh mi pequeño enano pecoso.. tan dulce, serio y profundo. Lo volví a tender con cuidado sobre el sillón y me deleité dejando mil besos sobre su cuerpo. Coque reía… completamente entregado… Estaba perdonado. Lo había recuperado. Me sentía dichoso y dispuesto a complacerlo en todo lo que fuera posible… separé sus piernas a fuerza de besos.. besé y chupé sus testículos pequeños y juguetones… mi recompensa fue comenzar a escuchar sus excitantes sonidos… luego me concentré en su polla.. erecta y dura.. en mi boca mientras mis manos retorcían con suavidad sus tetillas y el resto de mi cuerpo se frotaba contra él. Coque se movía respondiendo y se arqueaba hacia mi… los sonidos que emitía eran una droga poderosa… como siempre, el era una maravilla al momento de entregarse.. nunca había resistencia de su parte.. jamás un “no” a cualquier cosa que yo quisiera hacerle.. ah diablos!! Como había extrañado su cuerpo y los gemidos tan especiales que salían de su boca… de pronto quise escucharlos muy cerca de mi.. en verdad me calentaban mucho. Lo abracé levantándolo. Me senté en el borde del sillón y lo acomodé sobre mis piernas.. frente a frente, completamente desnudos. Sujetaba sus espalda, besando sus hombros.. brazos cuello con mucha ternura…. Lindo… el más lindo de todos…
Con la prisa por salir no había recordado ni lubricante ni protectores ni nada.. pero mi pecoso estaba preparado. Del bolsillo de sus pantalones tirados en el suelo extrajo un pequeño tubo de lubricante. Me los pasó con una sonrisa
-. Protector?- pregunté esperanzado
Se tomó un momento para acariciarme y besarme. Su mirada era diferente. Los dos estábamos siendo diferentes esta vez
-. Ya no es necesario entre tú y yo, Daniel
Mi respuesta fue un beso en el que quise comerme sus labios y su lengua, chupar su saliva y lamer todas las pecas de su cara…
-. Hey
Llamó mi atención moviendo sus caderas y frotando mi pene junto al suyo… embriagándome de él
-. ¿Quieres algo? – pregunté sonriendo
-. Si serás… – en un movimiento rápido pasó su lengua por mi cara – si… quiero algo.. te quiero a ti dentro de mi – susurró en mi oído
-. Lo sé enano.. lo sé
Mis dedos en su interior haciéndolo gemir.. Coque se abrazaba a mi y me dejaba hacer. Su mano no soltaba ni dejaba de frotar mi pene.. sus gemidos al lado de mi oído.. se sentía tan bien estar así con él. Cuando estuvo listo, levante su cuerpo liviano y precioso y con gentileza lo hice descender sobre mi miembro. Nos miramos mientras lo penetraba… su boca abierta jadeaba y gemía al sentirme entrar… se movía despacio adaptándose… me sentí envuelto por su cuerpo y su calor.. por todo él.. su amor.. sentí que me llenaba de sentimientos por el pequeño pecoso entre mis brazos
-. Mi papá está enfermo
La tarde caía lenta afuera.. el mar y el cielo cambiaban de colores regalándonos un bello atardecer. Nosotros dos, aún desnudos, tirados sobre el sillón
-. Lo siento ¿es por eso que estas triste? ¿se va a mejorar?
Respiró agitado y su rostro adquirió otra expresión. Era algo grave
-. ¿Qué tiene tu papá?
Nos sentamos. Quería ayudarlo como pudiera, estar con él, calmarlo.
-. Tengo prohibido decir nada al respecto… no debería… pero necesito hablarlo… estoy muy triste, Daniel
Lo envolví en un tipo diferente de abrazo que no tenía nada de sexual ni provocativo. Ver a Coque triste me producía dolor. Para mí, él era el símbolo de la alegría
-. Puedes confiar en mi si quieres – le ofrecí
-. Si. Si quiero
Respiró reuniendo valor
-. Mi papá tiene cáncer y se va a morir. No tiene mucho tiempo de vida.. no se cuanto pero va a morir pronto
Lo dijo todo de una vez… con un gesto de mucho sufrimiento. Quise abrazarlo otra vez pero estiró su mano impidiéndomelo. Necesitaba hablar, desahogarse, compartir la carga conmigo. Siguió hablando con lágrimas derramándose lentas de sus ojos
-. No volveré al internado, Daniel. Mi vida va a cambiar. Ahora tengo otras cosas de las que hacerme cargo y seguiré estudiando aquí, en el puerto.
-. Pero…
Iba a protestar pero me callé. Hablaría con papá y con Gonzalo. Tampoco quería volver a ese internado.. menos si Coque no estaba ahí. Quería seguir junto a él. Continuó hablando.
-. Mi papá tiene negocios muy importante.. son grandes cantidades de dinero. Mis hermanos mayores no quieren hacerse cargo. El mayor está peleado a muerte con papá desde hace años.. no se hablan… y el que sigue esta estudiando y no quiere volver. Dice que odia todo lo relacionado con el negocio de papá. Ninguno de ellos lo entiende ni se dan cuenta de lo que deberían hacer…
Le costaba hablar de su familia.. especialmente para decir verdades desagradables. Antes me había contado de ellos en forma individual pero nunca me dio estos detalles ¿es que en todas las familias los hermanos se peleaban con los padres?
-. ¿Y qué tienes que hacer tú ahora?
Me dio temor pensar en lo que fuera a responder… no quería que nada fuera a separarnos
-. Papá me ha designado su sucesor. Quiere que ocupe su lugar pero aun soy muy joven Tengo que prepararme y es por eso que mi vida va a cambiar
Me hablaba con pena de su padre y a la vez preocupado por lo que vendría para él
-. ¿Tú te vas a hacer cargo de los negocios y fortuna de tu padre? – verdadero asombro en mi voz
-. Si. Cuando cumpla 20.. o antes si es que estoy bien preparado. Son muchos negocios.. es mucha la responsabilidad que tendré
Mantuvimos silencio mientras procesaba la información
-. ¿Te asusta?
-. Un poco… pero es porque todavía no sé todo. Supongo que cuando aprenda podré hacerlo – suspiró perdiendo su vista en el mar – Tendré que pasar casi todo mi tiempo aprendiendo con tutores y especialistas designados por mi padre que me van a preparar…
Ahora si tenía miedo de lo que iba a pasar.. ni siquiera quería seguir preguntando. Apreté su mano y me quedé en terco silencio… no. no iba a perderlo.. no de nuevo
-. Daniel?
Me miraba con sus ojos dulces y tristes. Mi rostro era una mueca fría.. asustado.. NO quería seguir escuchando como no tendría tiempo para mi y era la despedida… no.. no y no
-. No voy a dejarte
Murmuró entendiéndome
Solté de golpe el aire que había retenido a la fuerza en mis pulmones y nos abrazamos emocionados. Coque se dio cuenta de lo que había estado pensando
-. Tonto.. no voy a dejarte
-. Mas te vale. No voy a permitir que nadie te separe de mi
-. Daniel.. vas a ser lo mejor de mi vida de ahora en adelante. No sé cómo lo haremos pero no vamos a separarnos nunca más
Había tanto seguridad como súplica en lo que me decía
-. No – afirmé – no vamos a separarnos
Abrazados, satisfechos… decididos a enfrentar juntos lo que se nos viniera encima.. firmemente determinados a defender lo que teníamos.
-. Me hubiera gustado que conocieras a mi papá… creo que le habrías caído bien
-. Pues.. me gustaría conocerlo
-. No sé si se pueda ahora.. pero voy a intentarlo
Su voz se animó un poco – a veces tiene días buenos. Le preguntaré a mi hermana mayor
-. ¿Tienes una hermana mayor?
-. Si. Ella está muy implicada en los negocios y trabaja con papá. Somos seis hermanos Daniel Los oros son menores
-. Y qué pasa con tu hermana?
-. Su futuro marido será quien se haga cargo de los negocios hasta que yo crezca suficiente
-. ¿Por qué no puede hacerse cargo ella?
Si fuera así, eso nos permitiría mayor libertad, terminar de estudiar tranquilos… tener una vida un poco más normal
-. Porque es mujer
Vaya… pensé en Lidia de inmediato. Que bien lo habría hecho ella en las empresas de papá, tenía habilidades. Pero nunca tuvo ninguna oportunidad.. injusto.. muy injusto con ella y con la hermana de Coque. Pero nuestros padres eran mayores y venían de otra escuela de vida… o tal vez era yo el que no entendía?… podía perfectamente imaginar a Lidia trabajando con toda clase de personas y dirigiendo el negocio casi tan bien como lo hacía Gonzalo
-. Daniel… te quiero
Se volvió hacia mi y nos abrazamos pegando nuestros torsos desnudos.. me besaba con labios hambrientos.. mi lengua se deslizó en su boca.. sedosa, caliente y húmeda con el delicioso sabor de mi pecoso
-. ¿Tu papá sabe de ti? – pregunté
-. NO!.. no.. no.. Creo que se moriría si supiera. Espero que nunca sepa
-. ¿Lo sabe alguien de tu familia?
-. Mi hermana
Sonreí. Algo más que teníamos en común.
ANDREI
El día terminaba en la ciudad. Las oficinas comenzaban a quedar desiertas. Andrei estaba cansado. Quería ver a Lidia.. cobijarse en un rico abrazo, cenar juntos. Apresuró el paso. Estaba llegando a su vehículo cuando el celular sonó. Número desconocido
-. Andrei, necesito hablar contigo
-. Subo de inmediato, Don Jaime
Era primera vez que Andrei recibía una llamada directa del Jefe de la Familia. No valía la pena preguntarse cómo sabía el número. El día ya había sido suficientemente raro para ahora terminar con esta llamada. Nervioso, intrigado se apresuró de vuelta al ascensor. Golpeó la puerta de la oficina y entró.
-. Te ves bien Andrei – Don Jaime lo saludo cordialmente invitándolo a sentarse. Quedaron frente a frente en los sillones de cuero oscuro de la amplia oficina
-. Te llamé porque necesito hablar contigo. Esta conversación es confidencial entre tú y yo. Sé que le debes lealtad a Gonzalo pero yo soy su padre y el jefe de esta familia
-. Si, señor
Andrei había comenzado a rogar en su interior para que todo esto no tuviera relación con Gonzalo.. su lealtad estaba más que comprometida con él
-. Se trata de Gonzalo – continuó Don Jaime
Maldición!! ¿Por qué hoy era el día de las sorpresas e intrigas? No quería escuchar… odiaba estar así sentado
-. Supongo que ya sabes lo que sucedió en la mañana en el puerto. Gonzalo te debe haber contado
-. Si, señor
Cada minuto que pasaba, Andrei deseaba con mas ganas ponerse de pie y salir corriendo sin escuchar nada más… pero no podía hacerlo
-. Sé que entiendes que nuestra situación es complicada. Si alguien más se casa con la hija de Lino, puede peligrar nuestro acceso al puerto
-. Entiendo, señor
Don Jaime se puso de pie y buscó un cigarrillo. Le ofreció uno a Andrei que lo rechazó educadamente
-. No puedo darme el lujo de perder el puerto
Andrei recordó que cuando eran más jóvenes, Gonzalo y él sabían cuando Don Jaime estaba preocupado puesto que siempre encendía un cigarro.. ¿seguía siendo igual?
-. Mis negocios son muy grandes, Abarcan mucho y tengo mucha gente comprometida trabajando para mi
Don Jaime lo miraba examinándolo. Andrei se mantenía en incómodo silencio tratando de captar cual era el fin de esta conversación… fuera lo que fuera, esperaba poder mantenerse neutral… se sentía completamente leal a su amigo
-. No es fácil manejar todo esto.. por eso siempre tengo una idea aproximada de la vida de la gente en puestos claves de mis negocios…
De acuerdo.. pensó Andrei. Mantiene vigilados a sus gerentes y otros… pero ¿por qué me lo está diciendo a mi?
-. Pero a los que trabajan directamente conmigo… – el viejo se acercó hasta andrei invadiendo su espacio personal y deteniéndose amenazadoramente cerca – a ellos les sé absolutamente toda la vida… especialmente a mis hijos
Andrei sintió el frío que recorría su espalda y el aire que se volvía espeso al pasar por su garganta… sabe de Gonzalo y Miguel… y de Lidia… Oh por Dios!!! saltó del asiento… sabe de mi también y de lo que hacemos con Lidia.. se paralizó recordando el destino de su padre.. ¿era su fin? ¿iba a morir en ese instante?.. se quedó en silencio, los ojos muy abiertos y la respiración agitada… aceptaría lo que viniera… lo merecía por idiota…
-. Por ahora me interesa Gonzalo. Después hablaremos de Lidia. Vuelve a sentarte.
Tragó saliva. Obedeció en forma automática… no era su fin. Al menos no en ese momento.. Lidia!!! Dios!! la había metido en problemas??
-. Lo siento, señor… – quiso disculparse y sintió su cara arder de vergüenza. Había fallado a la confianza que depositaron en él
-. No lo sientas. Yo también fui joven. Me habrías desilusionado Andrei si no te hubieras acercado a Lidia
Andrei se volvió a quedar sin palabras… ¿sabía todo, verdad?.. ni que preguntarlo… acaso.. lo estaba aprobando?.. sabía y no lo quería matar?… Cielos!! sería feo si lo abrazaba de puro gusto??.. sonrió mas tranquilo.. ¿podía llamarlo suegro?.. no, verdad?. Su rostro se curvó en una sonrisa de alivio que no pudo evitar
-. Háblame de Miguel
Pidió el hombre ordenando con la vista y la voz.
La sonrisa se borró del rostro de Andrei.
Don Jaime tomó asiento y se acomodó esperando escuchar el relato de boca de Andrei…
Estaba atrapado… acorralado… sin salida… sin respirar ni moverse…